Tiroides

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Glándula Tiroides
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Concepto:Glándula endocrina situada en el cuello, que producen la hormona paratiroidea o parathormona

Tiroides. Es una glándula que se encuentra por debajo del cartílago tiroides, tiene forma de mariposa y ambos lóbulos están unidos por una estructura llamada istmo. Esta glándula segrega las hormonas Tiroxina y la Triyodotironina que influyen en la maduración y el desarrollo de los tejidos, en la producción de energía y de calor, en el metabolismo (transformación) de nutrientes, en las funciones mentales, cardíacas, respiratorias, sexuales y reproductivas.
También segrega una hormona denominada calcitonina, que disminuye los niveles de calcio en la sangre e inhibe su reabsorción ósea. Se encuentra alrededor de la tráquea, en la parte inferior de la zona frontal del cuello.

Concepto

Es una glándula endocrina ubicada debajo de la laringe, que tiene como función principal producir las hormonas tiroideas T3 y T4[1]

Tiene forma de mariposa con dos lóbulos laterales unidos por uno medio o istmo.
Normalmente pesa entre 20-25 grs. y es responsable de producir las hormonas tiroideas T3 y T4 que circulan por la sangre hacia todo el cuerpo.

Funcionamiento

Las Hormonas tiroideas son esenciales para el adecuado funcionamiento de todo el

Palpación de la tiroides

cuerpo. Le indican a los diversos órganos la velocidad con que deben darse los procesos metabólicos.

Podríamos decir que la tiroides es como el Director de una Orquesta: logra la armonía entre todos sus miembros, indicándoles el ritmo al que deben funcionar.

La glándula tiroides, a su vez, está regulada por otra glándula llamada hipófisis o pituitaria, quien a su vez tiene control cerebral. La hipófisis mantiene estimulada a la tiroides mediante una hormona llamada TSH (siglas para abreviar, en inglés: “hormona estimulante de la tiroides”). Cuando la tiroides funciona lentamente, la hipófisis aumenta el estímulo enviándole mayores cantidades de TSH. Por el contrario, cuando la tiroides funciona excesivamente, la hipófisis disminuye los niveles de TSH.

Enfermedades asociadas

Las hormonas tiroideas regulan el metabolismo. Es decir, regulan la velocidad con la cual los diversos procesos en el cuerpo ocurren. Se pueden dar dos tipos de desórdenes en el metabolismo relacionados con la producción de estas hormonas:

Otras enfermedades

Muchas enfermedades y condiciones de la tiroides pueden causar estos desbalances en el organismo. Algunas de las más frecuentes son las enfermedades del sistema inmunológico que puede producir anticuerpos contra la glándula tiroides. Otras enfermedades son causadas por Tumores (benignos o malignos) por infecciones en la tiroides (tiroiditis) o por falta de yodo en la dieta (bocio)

Causas

Se calcula que la mitad de los afectados permanecen sin diagnosticar a pesar de tener los síntomas típicos. Si no son tratadas a tiempo éstas enfermedades pueden causar problemas cardiovasculares, infertilidad, osteoporosis, y daño a los órganos más importantes.
La buena noticia es que el diagnóstico y las opciones de tratamiento hoy en día son bastante buenos. Cuando son tratados adecuadamente, los pacientes con desórdenes de la tiroides pueden llevar una vida normal y activa.

Síntomas

Estos pueden variar según la edad de la persona. Por ejemplo, en niños, los trastornos tiroideos también pueden afectar el crecimiento y el desarrollo puberal (retraso en el crecimiento, pubertad precoz, pubertad tardía, por ejemplo). También pueden alterar el rendimiento escolar.

Hay que tomar en cuenta que toda persona que pase de los 40 años (en especial las mujeres) deben realizarse un chequeo del funcionamiento de su tiroides cada 5 años o antes si presentan alguno de los síntomas importantes.
Los síntomas son tan diversos que es difícil determinar cuales son los que caracterizan a cada una de estas condiciones.
Los más comunes son:

Hipertiroidismo

  • Nerviosismo ó irritabilidad.
  • Pérdida de peso.
  • Intolerancia al calor.
  • Sudoración aumentada.
  • Insomnio.
  • Ansiedad.
  • Fatiga.
  • Temblor de manos.
  • Palpitaciones.
  • Cambios de carácter.

Hipotiroidismo

En muchas ocasiones, hay mujeres que han sufrido enfermedades tiroideas y han sido dadas de alta, o mujeres que se han realizado estudios tiroideos y han sido normales. Pero, no vuelven a realizarse exámenes creyendo que nunca van a sufrir problemas en esa glándula. Al igual que la mamografía, que la citología vaginal, la evaluación tiroidea debe de realizarse de vez en cuando, para tener total certeza de que la glándula funciona adecuadamente.

La enfermedad tiroidea tiende a ser más subdiagnosticada en mujeres y hombres adultos mayores. Esto por cuanto muchos de los síntomas a esas edades se atribuyen “a la edad”. Así, si una persona mayor está deprimida o se le olvidan fácilmente las cosas, puede pensarse erróneamente que el problema es meramente psiquiátrico.

Quienes sufren de problemas tiroideos, deben tener un control médico periódico, incluyendo la determinación de hormonas tiroideas en sangre.

También es importante que las mujeres que desean concebir o las que están embarazadas se hagan examinar la tiroides puesto que algunas condiciones pueden ser peligrosas para el bebé.

Existen otros síntomas asociados no a un mal funcionamiento de la glándula, sino al efecto del crecimiento de la misma. En el caso de los nódulos tiroideos, puede detectarse una masa o tumoración en el cuello, sensación de cuerpo extraño. Raramente, un tumor maligno tiroideo puede afectar la voz, haciéndola grave.

La tiroides regula el metabolismo y el metabolismo es el termostato del cuerpo y por lo mismo afecta muchos de los aspectos de la salud física. Lo mejor es preguntarle a su médico si los síntomas que siente están directamente relacionados con la tiroides.

Diagnósticos

Existen diversas pruebas de laboratorio, que permiten evaluar el funcionamiento de la glándula tiroides.

Hormona TSH

Normalmente, la glándula tiroides depende de otra glándula hormonal, llamada hipófisis.
La hipófisis produce una hormona llamada TSH (hormona estimulante de la tiroides, en inglés). Esta hormona circula por la sangre, llega a la glándula tiroides, y la estimula para que inicie su producción de hormonas: T4 y T3.

Esta relación entre hipófisis y tiroides es fundamental para la adecuada producción de hormona tiroidea.

Para evaluar el funcionamiento de la glándula tiroides, es posible medir, en sangre, las hormonas que hemos mencionado. T3, T4 y TSH. De ellas, la hormona TSH es quizás la más importante, porque es más sensible y brinda información más temprana de cualquier mal funcionamiento de la glándula tiroides.
Normalmente, un nivel de TSH elevado en sangre indica que la glándula tiroides está fallando (hipotiroidismo primario). En ese caso, la glándula tiroides no produce suficiente hormonas, la hipófisis detecta esa falla, y de esa forma incrementa la producción de TSH para estimularla a producir más hormonas.

Un nivel de TSH bajo o indetectable indica que hay un exceso de hormona tiroidea en la circulación (hipertiroidismo). En estos casos, la hipófisis detecta el exceso de hormonas, y para que la producción no siga en aumento, deja de estimular a la glándula tiroides. Esto lo logra al disminuir los niveles de TSH.

En algunos casos más raros, puede darse hipotiroidismo con TSH normal o bajo. En esos casos, la falla no se da directamente en la glándula tiroides sino en la hipófisis (hipotiroidismo secundario)

Hormonas T4 y T3

Los niveles de T3 y T4 pueden también determinarse en
laboratorio. De ellos, existen dos formas:

  • Los niveles totales
  • Los niveles libres (son mejores que los niveles totales)

La determinación de esas hormonas dependerá de la indicación médica según el caso específico.

No obstante, se debe mencionar que los niveles totales de hormonas tiroideas son menos sensibles porque en esa determinación se engloban, en un sólo valor, las hormonas tiroideas libres y las hormonas tiroideas unidas a proteínas. Alteraciones en las concentraciones de proteínas pueden alterar el resultado y falsamente hacer pensar en que existe un problema tiroideo cuando quizás no lo hay.

Veamos: Las hormonas tiroideas, al igual que otras hormonas y medicamentos, circulan en la circulación en dos formas: libres y unidas a proteínas. Las últimas no tienen un efecto biológico hasta que se liberan de las proteínas. Estas, por lo tanto, tienen función de transporte y de almacenamiento temporal de las hormonas. Una fracción muy baja (menos de un 1%) de la hormona tiroidea es la libre, y es la que penetra en los tejidos para dar su efecto.

Cuando se determina niveles totales de T3 y T4 se está incluyendo toda la hormona tiroidea circulante: hormona activa y hormona en ese momento no activa. Si hay mucha proteína circulante, va a captar más hormona tiroidea, pero que no está siendo activa en ese momento. El nivel de hormona libre se mantiene normal, pero el reporte de laboratorio indicaría exceso de hormona tiroidea (mucha hormona unida a proteínas eleva el total). Falsamente se puede pensar en un exceso hormonal, cuando no lo existe en realidad.

Algunas condiciones que pueden elevar los niveles de hormona tiroidea total en ausencia de Hipertiroidismo son, por ejemplo: anticonceptivas, estrógenos, embarazo, etc.
Por consiguiente, la medición de hormona libre es más exacta, y permite evitar esas falsas elevaciones o disminuciones de hormona total, que podría inducir a un error diagnóstico.

Otras pruebas de laboratorio que son útiles en el seguimiento de algunas enfermedades tiroideas son:

Anticuerpos

  • (Antimicrosomales y antitiroglobulina). Son anticuerpos que “atacan” la tiroides, y se elevan en forma importante en enfermedades inmunológicas, como la tiroiditis crónica.
  • La Tiroglobulina. Es una substancia producida exclusivamente por la glándula tiroides. En casos de pacientes tratados por cáncer de tiroides (en quienes se elimina totalmente la glándula por cirugía y posteriormente por aplicación de yodo radioactivo), la tiroglobulina se convierte en un marcador de crecimiento tumoral. Si la glándula tiroides es eliminada, los niveles de tiroglobulina desaparecen. Si empiezan a elevarse, puede ser indicación de que hay tejido tiroideo tumoral creciendo localmente en cuello o a distancia (metástasis)

Ultrasonido de tiroides

Ultrasonido de tiroides

El ultrasonido se ha ubicado, junto con las pruebas de laboratorio, en la prueba más importante para iniciar la evaluación de la glándula tiroides.

Es una prueba indolora, en la cual se utilizan ondas de ultrasonido (no se utiliza radiación), por lo que se puede utilizar a cualquier edad, e incluso en mujeres embarazadas.

El ultrasonido permite evaluar aspectos tan diversos como:

  • Ubicación de la glándula.
  • Tamaño.
  • Relación con estructuras vecinas del cuello: arterias carótidas, tráquea, etc.
  • Características del parénquima (tejido) tiroideo.
  • Características del flujo sanguíneo tiroideo (doppler).
  • Presencia o no de lesiones nodulares, quísticas o mixtas.
  • Presencia o no de adenopatías (ganglios) en cuello.

Otras características

También, el ultrasonido permite evaluar si existe algún tipo de lesión sospechosa, que deba ser sometida a biopsia por aspiración con aguja fina. Este procedimiento se puede realizar mediante la guía ultrasonográfica. Es decir, el médico que realiza el procedimiento puede observar el trayecto de la aguja, para estar seguro de que la muestra fue tomada de la zona que se quiere estudiar.
El procedimiento, entonces, es más exacto,
preciso y de mayor comfort para el paciente. También, el procedimiento dura menos, al llegar directamente a la zona afectada. Y, el procedimiento también es más seguro, al evitarse la punción de estructuras vecinas (como las arterias carótidas o venas yugulares, por ejemplo)

Biopsia por aguja fina

Cuando se encuentra alguna lesion sospechosa, que se quiere estudiar, por lo general ya no es necesario someter a los pacientes directamente a una cirugía. En la mayoría de los casos se puede realizar la biopsia por aspiración con aguja fina.

Biopsia por aguja fina

Este es un procedimiento para el cual la persona no requiere preparación alguna (ayuno, etc).

El médico observa mediante ultrasonido el área, y posteriormente limpia el cuello con algún agente antiséptico. Posteriormente, coloca gel estéril en la zona y cubre el transductor del ultrasonido con material estéril.

A continuación, el médico, asistido por un ayudante, introduce una aguja fina estéril en la zona, y mediante el uso de ultrasonido, observa el trayecto de la misma hasta llegar a punzar la lesión que desea estudiar. Una vez allí, aspira para obtener material y células de esa lesión.

La aguja, una vez obtenido el material (en pocos segundos, usualmente unos 5 a 10 segundos), es retirada. El material es colocado en láminas de vidrio, extendido y fijado.

El paciente regresa de inmediato a sus labores cotidianas.
Las láminas son enviadas al médico citopatólogo, quien las tiñe, las observa al microscopio y brinda su informe final.
En la mayoría de los casos, es posible obtener un diagnóstico definitivo. En un porcentaje bajo, el diagnóstico puede ser indeterminado o sospechoso, y en otro porcentaje bajo, la muestra puede ser inadecuada (se obtiene únicamente sangre, no se observan células foliculares tiroideas, o no se obtiene suficiente cantidad de esas células). Si la muestra es inadecuada o insuficiente, se procede a repetir el procedimiento. En los casos en que exista sospecha o diagnósticos definitivos de malignidad, se procede a remitir al paciente al cirujano.

La biopsia por aguja fina raramente tiene complicaciones. Ha logrado disminuir en forma importante las cirugías tiroideas innecesarias. Y, quienes son sometidos a cirugía luego de una biopsia por aspiración con aguja fina, tienen un diagnóstico más certero y usualmente el cirujano ya sabe a qué se enfrenta.

La gammagrafía tiroidea

Para realizar la gamma grafía de tiroides, se utiliza una dosis baja de medio radioactivo que es captado por la tiroides. De esa forma, es posible obtener una imagen de la glándula.

El estudio puede indicar si la glándula toma el medio radioactivo en forma uniforme o no. También puede indicar si la glándula torna el medio radioactivo en forma normal, si no lo toma del todo o muy escasamente, o si lo toma en forma muy intensa. También puede indicar si existe algún nódulo que se comporte en forma diferente al resto de la glándula. Otro dato que puede brindar el gamma es la ubicación, forma y tamaño de la glándula.

En algunos casos aparecen nódulos que captan la radioactividad en forma normal, intensamente o muy pobremente.

Así, si el nódulo o tumor es “frío”, no capta la radioactividad. En la imagen aparece una zona “en blanco” en la tiroides. Un porcentaje pequeño de los nódulos fríos pueden ser malignos. Si el nódulo es “caliente” capta más la radioactividad que el resto de la glándula. Prácticamente ningún nódulo caliente es maligno.

Si el nódulo capta la radioactividad igual que el resto de la glándula, es “isocaptante”- La posibilidad de malignidad es baja.

Si bien la gamma grafía es un método diagnóstico útil, en la evaluación inicial de nódulos con sospecha de malignidad, la información que brinda no es tan importante como la que brindan el ultrasonido y la biopsia por aspiración con aguja fina. Es por ello que la gamma grafía ya no es una prueba de primera línea para todo paciente con enfermedad tiroidea. Su uso debe ser más restringido, y para procesos muy específicos como nódulos hiperfuncionantes (“calientes”), en la evaluación de recidivas tumorales, y en otros procesos a criterio médico.

Referencias

Fuentes

Enlaces externos