Golpe de Estado por Prosper Avril

Golpe de Estado por Prosper Avril
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Fecha:17 de septiembre de 1988
Lugar:Bandera de Haití Haití
Descripción:
Este golpe fue dirigido por un grupo de suboficiales.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Haití Haití
Ejecutores o responsables del hecho:
Un grupo de suboficiales de Haití

Golpe de Estado por Prosper Avril. El 17 de septiembre de 1988 un Golpe de Estado dirigido por un grupo de suboficiales destituyó al Teniente General Henri Namphy y lo remplazó con el Brigadier General Prosper Avril. Recién promovido el General Avril aceptó la presidencia del gobierno militar "con el objeto de salvar al país de la anarquía y el caos" y declaró que tanto él como los suboficiales respetarían todos los compromisos internacionales de Haití.

Antecedentes

El 11 de septiembre de 1988, un nutrido grupo de asaltantes atacó a los casi 1.000 feligreses que se encontraban en la iglesia de San Juan Bosco mientras el padre Jean-Bertrand Aristide oficiaba misa. La brutalidad del ataque perpetrado por hombres armados con revólveres y machetes arrojó un saldo de al menos una docena de muertos y 77 heridos que debieron ser hospitalizados.

Los asaltantes, que vestían ropas civiles pero lucían brazales rojos, entraron al templo al grito de “comunistas, comunistas” y apuntaron al padre Aristide (destacado opositor del régimen militar) y a los feligreses que vestían de blanco porque los grupos de la oposición habían exhortado a los haitianos a vestir así o a desplegar banderas blancas el domingo, en señal de protesta por los planes del Teniente General Namphy de reescribir la Constitución de 1987.

A pesar de que en la acera de enfrente había un destacamento militar, y otros tres en las cercanías, la policía y los soldados, según testigos oculares, miraban lo que sucedía en lugar de ayudar a las víctimas. Terminado el asalto, que duró tres horas, la iglesia fue incendiada, por lo que fue imposible determinar el número exacto de muertos, dado que se cree que algunos cadáveres fueron calcinados por el fuego. Este fue el tercer ataque perpetrado en el transcurso de una semana contra el padre Aristide y la iglesia de San Juan Bosco. El 4 de septiembre, los guardaespaldas del padre Aristide habían desarmado a un hombre que trataba de entrar a la iglesia durante la celebración de una misa y, el 13 del mismo mes, la iglesia había sido rodeada y apedreada.

Franck Romain, Alcalde de Puerto Principe y ex jefe de policía durante el régimen de Duvalier, manifestó públicamente que el padre Aristide había sido “justamente castigado”. De acuerdo con una entrevista concedida a Radio Metropole, el Sr. Romain declaró que “el padre Aristide siempre ha predicado la violencia… y quien siembre vientos recoge tempestades”. Testigos del suceso habían identificado a empleados municipales entre los atacantes, pero el Sr. Romain, al preguntársele al respecto, respondió: “No veo que tiene que ver conmigo… el hecho de que hubiera empleados (municipales).

El 12 de septiembre cinco hombres y una mujer aparecieron en la Télé National, estación televisiva controlada por el gobierno, admitiendo su participación en el ataque a la iglesia y amenazando con producir una “pila de cadáveres” en cualquier misa que oficiara Aristide.

Muchas personas consideraron que era un ultraje el que otros individuos pudieran aparecer en televisión, sin disfraz alguno, confesando su participación en esos sucesos y amenazando con perpetrar nuevos actos criminales sin temor alguno de ser arrestados por las autoridades. Según se informó posteriormente, el 7 de septiembre, estos mismos individuos habían invadido la sala de maternidad del Hospital General de Puerto Principe, arrancando las sábanas de las camas de las pacientes en busca de una mujer encinta que había sido apuñalada durante el ataque a la iglesia. Dijeron que querían matarla pero no pudieron encontrarla.

Sucesos

Un grupo de oficiales retirados de la Guardia Presidencial, compuesta por 1.000 hombres, se sintió ultrajado por el ataque perpetrado contra San Juan Bosco y por el hecho de que el Teniente General Namphy no condenara el ataque atribuido a los Tontons Macoute y temió que de permanecer impunes, los Macoutes desbancarían al ejército como primera fuerza del país.

En consecuencia, después de nueve horas de choques esporádicos que comenzaron en la tarde del 17 de septiembre, estos oficiales derrocaron al Teniente General Namphy y asumieron el poder. El domingo por la mañana, el Sargento Joseph Hebreux explicó que el golpe de Estado se había hecho con intento, de unos militares retirados, de restituir el honor a las Fuerzas Armadas de Haití y poner fin a un período de violencia y confusión fortuitas en la cadena de mando del ejército dirigida por el Teniente General Namphy.

El Sargento Hebreux presentó al nuevo Jefe de Estado, Prosper Avril, como “el militar más honesto” de las Fuerzas Armadas del país. El Teniente General Avril declaró que había aceptado el nombramiento para “salvar al país de la anarquía y el caos”. Avril era comandante de la guardia presidencial en 1988 y en junio de ese año participó en el golpe de estado que derrocó el gobierno cívico que presidía Leslie Manigat. En septiembre de 1988 se hizo nombrar presidente de Haití. En marzo de 1990 dimitió y huyó a Estados Unidos.

Después del golpe

El Teniente General Namphy fue escoltado hasta el aeropuerto internacional y deportado a la República Dominicana al igual que lo que él había hecho casi dos meses antes, con el Presidente Leslie Manigat.

La partida del Teniente General Namphy ha producido una renovación, varios Macoutes que habían participado en los ataques a la iglesia fueron aprendidos y quemados vivos en las calles, otros conocidos Macoutes son perseguidos y sus casas, saqueadas, y se dice que algunos Macoutes destacados, como Franck Romain y Claude Raymond, han pasado a la clandestinidad. La ausencia de la justicia institucional ha traído como consecuencia, una vez más, que el pueblo se tome la justicia por sus propias manos.

Los jóvenes oficiales tienen la intención de pasar a retiro a todos los oficiales que hayan cumplido 30 años de servicio, han declarado que no necesitan tantos generales para un ejército tan pequeño y han solicitado que se establezca una clara división entre la policía y el ejército y se reinstaure la Constitución de 1987 con las modificaciones necesarias.

Fuentes