Guaíza
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Guaíza. O también guayza, es la personificación del espíritu de un individuo en contraposición al del muerto u opía según la cosmovisión taína.
Iconografía
Se representan por lo general en adornos de conchas de caracoles marinos, bellamente tallados a manera de máscaras que podían estar destinadas, en su mayoría, a servir como una suerte de hebilla en la parte delantera de fajas o cinturones tejidos con hilos de algodón, con diseños geométricos policromados. A estos cinturones o fajas se les ensartaban semillas de colores, cuentas de piedra y escamas de pescados. Estas prendas de vestir sólo se usaban en ocasiones significativas y se conocen como caratonas.
Otras guaízas más pequeñas se llevaban en forma de colgantes. Ambas representaciones plasman las caras de las almas de sus dueños, aunque su realización, por lo general, son tallas en bajo relieve, de un esquematismo simbólico propio del arte de los aborígenes antillanos.
Mitología
Según lo recogido por Fray Ramón Pané, en el momento de la muerte, la guaíza se escapa rumbo al país de los ausentes o Coaybay, a la mítica morada de Maquetaurie Guayaba. Al llegar allí, la guaíza se transforma en opía, que es el espíritu de los muertos. La guaíza de cada individuo es igual a su cuerpo material, con el mismo semblante de su poseedor y es inseparable de él mientras viva. Aunque no se le ve, se le reconoce y puede representarse como un retrato de su dueño.
Bibliografía
- Guarch, José M.; Querejeta, Alejandro. Mitología aborigen de Cuba. Deidades y personajes. La Habana: Ed. Publicigraf, 1992.
- Pané, Ramón. Relación acerca de las antigüedades de los indios. Prólogo y notas de José Juan Arrom. La Habana: Editorial Ciencias Sociales, 1990.
