Guerra Chiquita en Sancti Spíritus

Guerra Chiquita en Sancti Spíritus
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Cronología
Preparativos y alzamiento armado
Victorias y reveses
Exilio mambí

Guerra Chiquita en Sancti Spíritus. Es un periodo de la historia del actual municipio cubano de Sancti Spiritus comprendido entre los años 1879 y 1880, etapa en la cual la isla de Cuba los principales líderes mambises de la Guerra de los Diez Años (1868-1878) se encontraba preparando un nuevo alzamiento armado contra el régimen colonial español que gobernaba Cuba. Este movimiento tuvo como figura cimera en el territorio espirituano al destacado militar independentista Serafín Sánchez y a su circulo de militares cercanos, quienes combatieron al enemigo entre finales de 1879 y mediados de 1880.

Preparativos y alzamiento armado

Aunque una parte de la sociedad cubana estaba en calma aparente tras el fin de la Guerra de los Diez Años, otra se preparaba para el inicio de un nuevo alzamiento armado (Guerra Chiquita) tratando de mantener el estado bélico de los insurgentes y el desgaste que había sufrido las fuerzas españolas. Este pensamiento era defendido y puesto en práctica por el General Calixto García desde el Comité Revolucionario de Nueva York, donde fomentaba la creación de clubes revolucionarios para unificar y dirigir la preparación de un nuevo alzamiento.

Mayor General Serafín Sánchez, líder del movimiento insurreccional en Sancti Spíritus.

Estas actividades fueron infiltradas por los españoles y ante una inminente represión fue necesario precipitar los acontecimientos y el 24 de agosto de 1879 se levanta gran parte de la región oriental. Meses más tarde, el nueve de noviembre se produce la incorporación de los villareños Francisco Carrillo y Ángel Mestre en Remedios; Emilio Núñez en Sagua; Serafín Sánchez en Sancti Spíritus; Francisco Jiménez en Arroyo Blanco y Cecilio González en la Ciénaga de Zapata.

El propio Serafín escribió sobre su incorporación a la Guerra Chiquita[1]:

El 9 de noviembre de 1879 obedeciendo a órdenes superiores se lanzó al campo de la revolución y efectuándolo conmigo los Capitanes Bartolomé Gener, Carlos García, Domingo Chuchundegui, el Teniente Prisciliano Camejo; los subtenientes Eligio Giral y José Naranjo. Ocho días después se me incorporó el teniente Pio Cabrera. Además me acompañaban Río Entero y el sargento Anastasio Duarte y los soldados Longino Benítez, Plácido Sánchez, Julio Marín, Licito Cuervo, Enrique Piñero y Leoncio López.

Si bien el total de las fuerzas insurrectas en la antigua provincia de Las Villas se elevaba a cerca de 900 hombres, en la jurisdicción de Sancti Spíritus se incorporaron más de donaciones en varios grupos dirigidos por Serafín Sánchez, José Miguel Gómez y Juan Veloso.

Victorias y reveses

Inmediatamente después de los alzamientos de Las Villas se hizo sentir la fuerza de la ofensiva española dirigida personalmente por el Capitán General de la Isla. A su vez los partidos políticos Liberal y Unión Constitucional coincidieron en emprender una campaña periodística en contra de los insurrectos. A esta se sumaron los diarios espirituanos La Conciliación y Guzmán de Alfarache, los cuales propagaban artículos contra la independencia, sumándose al resto de la prensa autonomista e integrista de la Isla que actuaba de igual modo. Sin embargo los alzamientos en Las Villas desvirtuaban en cierta medida, la propaganda enemiga de que se trataba de un movimiento racista y exclusivo de Oriente.

A un entusiasmo inicial derivado de acciones victoriosas siguieron problemas como el asesinato de Pancho Jiménez por un capitán del ejército español y la presentación de José Miguel Gómez al enemigo, todos ocurridos antes de finalizar 1879, manteniéndose en pie de lucha Serafín Sánchez que había sido ascendido al grado de Mayor general. En marzo de [[1880] se producen encuentros afortunados para las fuerzas espirituanas y por varias semanas se mantiene la decisión de permanecer en la manigua.

Ya por entonces se habían librado en Las Villas unas 30 acciones de guerra, Remedios, Camajuaní, Lajas, Sagua y Sancti Spíritus eran los principales escenarios pero factores adversos seguían incidiendo en el progreso de la guerra: falta de un plan único, de estrategia para las operaciones; discrepancias entre la Isla y la emigración; ausencia de un liderazgo político, carencia de armamentos y recursos, etc, que harían insuficientes el arrojo de los que se mantenían en la manigua. Ante la fuerte ofensiva española, Francisco Carrillo y Serafín Sánchez unieron sus fuerzas y continuaron el batallar: emboscadas, asaltos a caseríos e ingenios y afectaciones a la riqueza de los adictos a España.

Exilio mambí

Al correr peligro de muerte Serafín y sus hermanos Plácido y Tello (ya que el mando Español recurría a métodos ruines como tratar de envenenarlos y asesinarlos) Josefa Pina Marín esposa de Serafín acude a varios amigos entre los que se encontraban Sebastián Cuervo, Miguel Minués y Severo Pina Marín quienes gestionan y obtienen del Brigadier Español Berri (sin acuerdo previo con Serafín) la disminución del acoso sobre aquellas tropas cubanas, a la vez convencen a Serafín de salir de Cuba pero éste puso por condición no presentarse al enemigo ni aceptar dádivas del mismo. Recurriendo a dinero provenientes de propiedades de la familia de Serafín, los amigos adquieren pasajes y ésta sale de Cuba junto con Rafael Río Entero, José Medina y Plutarco Estrada, el primero de agosto de 1880, fecha en que prácticamente estaba liquidada la guerra en la zona de Sancti Spíritus[2].

Fuentes