Guerra biológica contra Cuba

Guerra biológica contra Cuba
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La fiebre porcina apuntó al corazón del desarrollo agropecuario en Cuba, en tanto que epidemias como la del dengue hemorrágico provocaron la muerte de más de un centenar de cubanos, la mayoría niños.
Fecha:Desde 1959 a la actualidad.
Lugar:República de Cuba Bandera de Cuba
Descripción:
Acciones de lucha biológica contra Cuba.
País(es) involucrado(s)
República de Cuba Bandera de Cuba
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Líderes:
CIA


Guerra biológica contra Cuba. Acciones de guerra biológica perpetradas por el Gobierno de Estados Unidos contra Cuba desde el triunfo de la Revolución cubana (enero de 1959), con el objetivo de lograr el derrocamiento de la revolución y el asesinato de su máximo lider, Fidel Castro. Su máxima expresión se centró en sabotajes contra los máximos dirigentes de la Revolución, contra personas, animales o plantas, y ha ido variando según sus intereses o circunstancias. Ha ocupado un importante lugar en el programa de acciones encubiertas contra Cuba.

Antecedentes

Con el triunfo de la Revolución cubana ―el 1 de enero de 1959―, los ataques de Estados Unidos se acrecentaron en todos sus signos de expresión, con el objetivo de lograr el derrocamiento de la revolución cubana, llevando a cabo programas de acciones encubiertas. A través del bioterrorismo, los sabotajes contra los máximos dirigentes de la Revolución, contra personas, animales, y plantas han variado según sus intereses o circunstancias.

Probar la culpabilidad de un ataque resulta dificil, ya que los organismos causantes están en la naturaleza de todas formas, y si estos son enviados clandestinamente, se podría discutir que la situación es el resultado de una epidemia espontánea. La efectividad de ataques bilógicos a gran escala contra poblaciones no protegidas puede compararse con el efecto de las armas nucleares.

En mayo de 1979 un subcomité especial del Senado de Estados Unidos, en documento oficial, estableció que las armas biológicas son extremadamente adecuadas por necesitarse solo una pequeña cantidad para efectos muy nocivos. Aduce que ellos son comparables con las armas nucleares, de emplearse contra poblaciones no protegidas y cosechas. En Vietnam y Laos, miles de personas y miles de hectáreas de suelo, que todavía hoy no pueden cultivarse fueron víctimas mortales del famoso agente naranja empleado por Estados Unidos.

La participación directa de determinadas personas o funcionarios de Estados Unidos o sus mercenarios a sueldo; la relación de la aparición inexplicable del hecho en cercanías de corredores aéreos internacionales; los indicios dejados por personas sospechosas durante la ejecución de la primera etapa de acción, y que guardan una correspondencia directa con el fenómeno detectado; la dependencia directa de determinados hechos con los intereses de espionaje de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) estadounidense, son los factores que han confirmado las acciones bioterroristas de los «servicios especiales» estadounidenses.

Las acciones bioterroristas han dejado al pueblo cubano consecuencias no solo materiales sino también psicológicas.

Acciones contra Cuba

A la par del bloqueo genocida y la invasión mercenaria (1961), están los incontables atentados contra el comandante en jefe Fidel Castro, algunos concebidos por medios biológicos ―como el empleo de microorganismos letales y agentes biológicos para contaminar tabacos que le privaran de su barba y finalmente resultaran mortales―, y un traje de buzo infectado con bacilos de la tuberculosis.

Operación Mangosta

Operación Mangosta

La tarea número 33 de la tristemente célebre Operación Mangosta, a cargo de la CIA estadounidense, con la cual el Gobierno de Estados Unidos quiso aplastar a la Revolución cubana al fracasar la invasión mercenaria de 1961, ordenaba usar agentes biológicos y químicos para incapacitar a trabajadores azucareros.

Un año después (1961), Cuba sufrió el virus patógeno New castle, cepa velogénica, y debió sacrificar casi todas sus aves.

Roya de la caña

En 1978, el Gobierno de Estados Unidos introdujo la epifitia roya de la caña, que obligó a exterminar la variedad Barbados 4326, entonces conveniente por sus altos rendimientos agrícolas e industriales.[1]

Fiebre porcina africana y moho azul del tabaco

En 1971, la monstruosa epizoofia de la fiebre porcina africana, que obligó a sacrificar 740 000 cerdos.

Ocho años después, en 1979 y 1980, cuando ya se había logrado recuperar el ganado porcino, reapareció la fiebre porcina africana, que costó otros 30 000 animales.

En ese año, Estados Unidos, que al parecer había suavizado el bloqueo, exportó cultivos hacia Cuba. Sin embargo, dentro de la tela que tapaba los cultivos venía el moho azul del tabaco, que destruyó más del 85 % de los cultivos de tabaco cubano.

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Las exportaciones de tabaco desaparecieron, y por primera vez se debió importar para el consumo nacional, muy alto pese a la incesante campaña oficial contra el hábito de fumar, en lo que el propio Fidel dio el ejemplo.

Dengue hemorrágico

Con la indignación ―que para José Martí es fuerza potente―, el pueblo evoca el crimen de 1981 de la CIA al introducir en Cuba la fiebre del dengue hemorrágico, utilizando terroristas de origen cubano residentes en Miami. El balance fue la muerte de 158 cubanos, de ellos 101 niños.[2]

En 1984 se realizó un juicio en Nueva York contra Eduardo Arocena (mercenario cubano agente de la CIA) por asesinar al diplomático cubano Félix García, destacado en la misión ante la ONU. Arocena declaró: «La misión del grupo encabezado por mí no era asesinar a nadie sino obtener ciertos gérmenes patógenos e introducirlos en Cuba». Dicha confesión consta en el acta asentada en la página 2189, expediente 2 FBI-NY 185-1009, pero el fiscal no ordenó investigarla.

Estados Unidos utilizó la guerra biológica en Cuba durante la administración del presidente Richard Nixon, y la CIA comprometió a Estados Unidos en una guerra secreta no declarada e ilegal contra Cuba.
William W. Turner (exagente del FBI) y
Warren Hinckle (periodista), en su libro
Deadly secrets: the CIA-MAFIA war against
Castro, and the assassination of JFK

(‘secretos letales: la guerra de la CIA y la mafia estadounidense contra Fidel Castro y el asesinato de John Fitzgerald Kennedy’),
1993

Crimen comparable en maldad con la voladura en pleno vuelo, cinco años antes, de un avión civil cubano de pasajeros, que cometió Luis Posada Carriles, detenido y condenado en Panamá cuando se disponía a efectuar una masacre en la Universidad Central para asesinar a Fidel, e indultado por la presidenta Moscoso, que lo hizo juzgar solo por «delitos migratorios».

Conjuntivitis hemorrágica

En 1981 golpeó la conjuntivitis hemorrágica ―endémica en el hemisferio occidental, salvo en Cuba, gracias a la salud pública socialista, que asombra al mundo―,

Seudodermatosis nodular bovina

En 1981 y 1982 ingresó en Cuba la seudodermatosis nodular bovina ―endémica en África―, cuyo agente etiológico fue aislado en el laboratorio de Camp Ferry de Nueva York.

Disentería

En 1984, en Guantánamo, se desató una epidemia de disentería originada en la base militar que allí instaló y mantiene a la fuerza Estados Unidos.

Sigatoka negra del banano

Cinco años más tarde, en 1989, el ganado de Cuba sufrió la epifitia exótica sigatoka negra del banano, que comenzó por el centro del país.

Hemorragia viral del conejo

En 1994 se difundió la exótica hemorragia viral del conejo, común en México. Se demostró que habría sido imposible que llegara a Cuba desde México.

Varroasis de las abejas

En 1996, las abejas de Cuba fueron atacadas con la varroasis que se introdujo desde Matanzas (en el centro del país), de manera artificial ―porque por vía natural debería haber ingresado por el occidente o el oriente de la isla―.

Thrips palmi

Ese mismo año el frijol, la papa, el pimiento y otros cultivos sufrieron el insecto Thrips palmi (el thrips de los melones), un devorador polífago. El historiador de la ciencia Altshuler reveló que Housewright, director de los Laboratorios Biológicos del Ejercito Norteamericano en Fort Detrick, no vaciló en vanagloriarse ante el The New York Times, que en 1960 propuso emplear agentes biológicos para matar o incapacitar a muchos cubanos sería una buena cosa porque salvaría vidas norteamericanas, y no era lo mismo que meterles por el gaznate una bomba atómica, que habría sido tanto o más fácil de lanzar.

Demanda del pueblo de Cuba

El 2 de noviembre de 1999, el Tribunal Popular Provincial de La Habana, declaró «con lugar» la Demanda contra el Gobierno de Estados Unidos por Daños Humanos, y lo sancionó a indemnizar al pueblo cubano en la cuantía de 181 100 millones de dólares.[3][4]

El 5 de mayo de 2000, el Gobierno cubano sentenció al Gobierno de Estados Unidos a indemnizar al pueblo cubano por el valor de 121 000 millones de dólares por los daños económicos ocasionados a Cuba desde 1959.[3][5]

Fuentes