Hermann Cohen

Hermann Cohen
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Hermann Cohen, filósofo alemán
NombreHermann Cohen
Nacimiento1842
Coswig, Bandera de Alemania Alemania
Fallecimiento1918
Berlín, Bandera de Alemania Alemania
NacionalidadAlemana
CiudadaníaAlemana
Ocupaciónfilósofo y profesor
CónyugeMartha Cohen
PadresJazán

Hermann Cohen. Filósofo alemán, profesor en Marburgo, fundador de la denominada Escuela de Marburgo. A partir de la década de 1870, empezó a investigar la teoría de la experiencia de Kant, la ética y la estética, en un sentido idealista más consecuente que el kantiano: rechazó la «cosa en si» en calidad de causa real de las sensaciones y empezó a considerarla tan sólo como concepto límite de la experencia. Apoyándose en Kant, estableció un sistema de filosofía que abarcaba la lógica, ética, estética y filosofía de la religión. Según Cohen, la filosofía madura por primera vez y se convierte en ciencia al considerar que su objeto no son las cosas ni los procesos, sino los hechos de la ciencia. El alma de la filosofía es el método idealista, que tiene en calidad de modelo el cálculo matemático infinitesimal.[1]

El pensamiento cognoscitivo es creador; su objeto no le es «dado», sino «planteado» como problema. Al satisfacer las necesidades de la cognición, los conceptos dan origen a nuevas necesidades, y en filosofía, lo mismo que en la ciencia, no existen respuestas en última instancia. La conciencia filosófica es la conciencia cognoscente; hasta la religiosidad se sostiene sobre la claridad de la cognición sistemática. Trabajos fundamentales: «La teoría kantiana de la experiencia» (1871), «Sistenia de la filosofía» (1902-12, 3 tomos).[1]

Obras

Sus obras tratan sobre el problema de la interpretación histórica de la filosofía kantiana, siguiendo las tres Críticas (Crítica de la razón pura, Crítica de la razón práctica, Crítica del juicio), como correspondientes, respectivamente, a la teoría del conocimiento, a la ética y a la estética.

Análisis de las tres partes de la filosofía kantiana

Se dedica al análisis de las tres partes de [la filosofía kantiana] estos tres libros: La teoría kantiana de la experiencia de 1871, El fundamento kantiano de 1877 y El fundamento kantiano de la estética de 1877; y al lado de éstos, una tentativa, en realidad poco afortunada, de aplicar la filosofía kantiana a la interpretación de la matemática moderna En los años de 1902 a 1912 elabora su sistema filosófico siguiendo la tripartita división kantiana, en el Sistema de Filosofía.

En 1912 se retira de la enseñanza académica y marcha a Berlín, donde trabaja en el Instituto para la cultura de la juventud. En estos años Cohen, judío sustancialmente creyente, elabora una interpretación del espíritu y de la moral hebreos a la luz del kantismo: así uno y otro se funden en la concepción de una ética del deber

Máximo exponente de los judíos

Fue un máximo exponente de los judíos que, en reacción contra el positivismo, recuperaron la filosofía después del desvío hegeliano Luego estudió en el Seminario Teológico Judío de Breslau, pero abandonó su proyecto de ser rabino y pasó al estudio de la filosofía en las universidades de Breslau y de Berlín; a ésta regresaría en la última etapa de su vida, durante la que retornó al judaísmo

En 1873 Cohen aplicó formas judaicas a algunos conceptos kantianos sostenidos por Lange. Así, la idea de que el entendimiento humano tenía un límite infranqueable, es reconocida por Cohen en un versículo bíblico al que consideró paradigmático: cuando el rey [Salomón] sentencia que "El Eterno habló para morar en la oscuridad” En Marburg, Hermann Cohen hizo a un lado la temática judía… hasta que ésta insistió en regresar a él. Fue un doble sacudón, engendrado por la judeofobia reinante, que lo desilusionó: “nosotros, los miembros de la generación más joven, habíamos osado la esperanza de que lograríamos eventualmente convertirnos en parte integrante de la nación de Emanuel Kant”.

El testimonio de Cohen, titulado El amor al prójimo en el Talmud, muestra la armonía entre la singularidad judía y su universalismo. Ambos se combinaban en el concepto hebraico de "ohev guer": la obligación de los judíos de amar a los extranjeros. La elección del pueblo hebreo tenía como objeto, precisamente, difundir la confraternidad para con el forastero. Cohen muestra que el precepto bíblico de “amar al prójimo” (Levítico 19:18) no se refiere en exclusividad al connacional israelita, sino a todos los seres humanos. Su explicación derivó, entre otras, de que quince versículos después la Torá ordena “amarás al extranjero como a ti mismo” lo que explícitamente invalida la exclusividad del judío como objeto de la obligación de amar.

A los setenta años, Cohen se encuentra cara a cara con la judería rusa, y ello lo inspira a concentrarse en las ideas del judaísmo, incluso para trascender su venerado sistema de Marburg: Dios deja de ser una mera idea. La religión, mucho mejor que la ética o la filosofía, rescata al individuo concreto y no a la entelequia de “el hombre”. La realidad que está ahí, no lo es todo. El fundamento de lo real es una concepción ética que se refiere a un sujeto concreto con historia y memoria.

El abandono de Marburg, y el consecuente regreso a Berlín, marcó para Cohen su demorado retorno al judaísmo tradicional. En 1910 enseñó en la Hochschulefuer die Wissenschaft des Judemtums. La posición de Cohen había cambiado radicalmente: ya no sostenía la similitud entre el judaísmo y el cristianismo, sino las diferencias entre ellos. Ese año fue invitado a disertar ante el Congreso Mundial por el Progreso Religioso acerca de “La importancia del judaísmo para el progreso religioso de la humanidad”, y sintetizó allí en seis puntos la esencia del judaísmo: El judaísmo no destaca la unidad de Dios, sino su unicidad. De este modo, rechaza el panteísmo. En el judaísmo el hombre se coloca directamente frente a Dios, no requiere de sacerdote. Hay en el judaísmo una indisoluble relación entre el conocimiento y la creencia. El estudio es un deber sagrado, ergo no hay conflicto entre fe y conocimiento. El Shabat es su máxima contribución. La libertad y responsabilidad son del individuo, por lo que se rechaza el concepto del pecado original. La historia tiene una dirección y una meta: la unidad mesiánica de la humanidad.

Entendimiento de la Filosofía

Cohen divide a la filosofía en tres ramas (lógica, ética y estética) que analizan los tres modos básicos de la conciencia (pensamiento, voluntad y sentimiento). Esa clasificación tripartita refleja en las primeras obras de Cohen una crítica a Kant que constituyó la base de la escuela de Marburg: Lógica del pensamiento puro (1902); Etica de la voluntad pura (1904), y Estética del sentimiento puro (1912)

Ética

Al respecto para Cohen la humanidad pasó por etapas (clan, tribu, nación) hasta concluir en la comunidad de todos los hombres. Este principio fundamental proviene del "imperativo categórico” de Kant, segun el cual la acción de cada individuo debe juzgarse en términos de si todos los hombres pueden realizarla apropiadamente. Su obra póstuma se titula El descubrimiento del hombre como prójimo, que Hermann Cohen atribuye al monoteísmo. El amor, atributo esencial de Dios como padre, produce el concepto de igualdad de todos los seres humanos. La religión, mucho mejor que la ética o la filosofía, rescata al individuo concreto y no a la entelequia de “el hombre”. La realidad que está ahí, no lo es todo. El fundamento de lo real es una concepción ética que se refiere a un sujeto concreto con historia y memoria

Referencias

  1. 1,0 1,1 Rosental M. y P. Iudin. Diccionario Filosófico. Ediciones Universo, Argentina, 1973, p. 70-71. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre "Diccionario" está definido varias veces con contenidos diferentes

Fuentes