Hernia de hiato


Hernia de hiato o hernia hiatal
Información sobre la plantilla
Reflujo gastroesofagico.jpg
Clasificación:Enfermedad crónica no trasmisible
Agente transmisor:Retención de ácido, afección en la cual una porción del estómago sobresale dentro del tórax.

La hernia de hiato o hernia hiatal es una enfermedad en la cual una porción del estómago sobresale dentro del tórax, a través del orificio que se encuentra ubicado en el diafragma (la capa muscular que separa el tórax del abdomen y que se utiliza para empujar los pulmones en el proceso de la respiración). Ese orificio existe para dejar pasar el esófago (el tubo que lleva los alimentos de la boca al estómago).

Esta hernia tiene como resultado la retención de ácido y otro contenido por encima de esta abertura. Estos ácidos y otras sustancias pueden regresar fácilmente al esófago (lo que se denomina «reflujo»).

Descripción

El hiato diafragmático es un orificio que comunica el esófago con el estómago y que separa el tórax del abdomen, formando un ángulo agudo que impide la salida del contenido gástrico hacia el esófago (evento conocido como regurgitación). La dimensión normal del hiato es de 1,5 centímetros en promedio, pero por diversas razones puede ampliarse a 3 cm, ocasionando la deformación del estómago y diversas alteraciones funcionales.

Diafragma normal con hiato normal, sin hernia hiatal.

Cuando esto sucede, la membrana estomacal puede subir paulatinamente, alterando su aspecto original y provocando que el contenido gástrico salga, impulsado por la presión, hacia el esófago. Las consecuencias de estas alteraciones son la hernia de hiato y el reflujo gastroesofágico.

La hernia de hiato resulta ser entonces una alteración estructural, una enfermedad que padecen muchas personas sin importar la edad.

Específicamente se produce cuando la parte superior del estómago, es decir porción unida a la última porción del esófago, hace presión en el diafragma, hacia arriba y hacia los lados, formando una bolsa que invade el espacio del tórax entrando en el mismo por medio de una ínfima abertura ubicada en el diafragma. Cuando eso ocurre hay reflujo del contenido del estómago hacia el esófago. Pero el reflujo puede darse en algunas personas sin que haya una hernia. Por tanto, hay otro grupo de pacientes que tienen reflujo porque, sin tener hernia, el esfínter esofágico (el que permite el paso entre esófago y estómago) no funciona bien.

Tipos de hernia hiatal

Hay tres tipos de hernias hiatales.

  • Las de deslizamiento, que se presentan cuando parte del estómago y esófago ascienden y se ubican en la cavidad torácica. Este tipo de hernia es el más frecuente.
  • La hernia hiatal paraesofágica, que se ocasiona cuando la unión del esófago con el estómago permanece en su lugar, pero una parte del estómago asciende para ubicarse en el tórax, de forma paralela al esófago.
  • Las mixtas, que combinan ambas hernias.

Diagnóstico

Por lo general, una hernia de hiato se descubre durante una prueba o un procedimiento para determinar la causa de la acidez estomacal o del dolor en el pecho o en la parte alta del abdomen. Estas pruebas o procedimientos comprenden los siguientes:[1]

Diafragma débil con hiato demasiado abierto, que genera una hernia hiatal.
  • Radiografía del aparato digestivo superior. Se toman radiografías después de que bebas un líquido blanquecino que recubre y llena el revestimiento interno del tracto digestivo. Este recubrimiento permite que el médico vea el contorno del esófago, el estómago y la primera parte del intestino.
  • Endoscopia superior. El médico introduce un tubo delgado y flexible equipado con una luz y una cámara (endoscopio) por la garganta, para examinar el interior del esófago y del estómago, y detectar si hay inflamación.
  • Manometría esofágica. Esta prueba mide las contracciones musculares rítmicas en el esófago cuando tragas. La manometría esofágica también mide la coordinación y la fuerza que ejercen los músculos del esófago.

Causas

Se desconoce la causa de este tipo de hernias, pero puede ser el resultado del debilitamiento del tejido de soporte. En los adultos, puede existir una serie de factores de riesgo tales como el envejecimiento, la obesidad y el consumo del cigarrillo.

Como tantas otras enfermedades, se ha pensado que puede haber causas genéticas o mal formación de células madres, como podrían existir en cualquier otra parte del cuerpo, lo mismo que al proceso de envejecimiento, maltrato del estómago por la ingesta de alimentos muy condimentados, licor, cigarros, efectos secundarios de medicinas, estrés, tos crónica, estreñimiento y obesidad.

Los niños con esta afección por lo general nacen con ella (congénita) y a menudo está asociada con reflujo gastroesofágico en bebés.

Las hernias de hiato son muy comunes, especialmente en personas mayores de 50 años y pueden ocasionar reflujo (regurgitación) del ácido gástrico desde el estómago al esófago.

Síntomas

Una hernia de hiato rara vez presenta síntomas, pero cuando come o hace un movimiento brusco hacia abajo, los líquidos que suelen estar en el proceso digestivo invaden la hernia y debilitan el hiato o esfínter del esófago, lo cual ocasiona malestar con sensación de calor o fuego.

El dolor y la molestia generalmente se deben al reflujo del ácido gástrico, el aire o la bilis. El reflujo sucede más fácilmente cuando hay una hernia hiatal, aunque una hernia de este tipo no es la única causa de reflujo.

  • Dolor torácico
  • Acidez gástrica que empeora al agacharse o acostarse
  • Dificultad para deglutir.
  • Palpitaciones

Hay casos en los que no se presenta ninguno de estos síntomas. A veces pueden ocurrir complicaciones serias, que agravan el caso, tales como:

  • Anemia por pérdidas inadvertidas de sangre a través del estómago.
  • Aspiración del contenido gástrico pasando a los pulmones.
  • Estrangulación de la hernia con necrosis parcial del tubo digestivo.

Confusión con problemas cardíacos

Algunas veces se confunden los problemas de hernia hiatal ―e inclusive la acidez― con enfermedades de corazón, por ello es indispensable hacer una revisión concienzuda sobre el caso.

Tratamientos

La mayoría de las personas con hernia de hiato no experimentan ningún signo ni síntoma y no necesitan tratamiento. Si tienes signos y síntomas ―como acidez estomacal recurrente y reflujo ácido― es posible que necesite medicamentos o cirugía.

Debido a que la hernia está ubicada en un lugar muy sensible, el tratamiento adecuado generalmente se aplica a través de medicinas y en pocos casos por cirugía; también es adecuado recurrir a un cambio en el estilo de vida y alimentación.

Se suele recomendar el uso de antiácidos (por ejemplo gel de aluminio y magnesio o ranitidina) para aliviar la acidez. Sin embargo, cuando el paciente no mejora luego de 6 meses de tratamiento, el especialista puede considerarlo candidato a cirugía.

Quizá la mayoría de las personas que tienen hernia hiatal o alguno de los padecimientos que la acompañan sientan que es imposible seguir el régimen dietético que dicta un especialista, pero el paciente debe pensar que el cambio de hábitos mejorará notablemente su salud y evitará la necesidad de una intervención quirúrgica.

Quien debe dictar la dieta del paciente es un especialista en gastroenterología y no un nutriólogo, pues no se trata de bajar de peso al paciente, sino de evitar que su problema avance y haya la necesidad de operarlo.

Debemos saber que existen «amortiguadores» del ácido gástrico. Entre ellos están la leche y sus derivados, todas las frutas, incluso las cítricas ―si la fruta fuese muy ácida se debe disolver con agua―, así como toda clase de verduras. La carne, pollo o pescado deben cocinarse a la parrilla o cocidos, y no hay ningún problema con las sopas de crema, tomate crudo, arroz y macarrón blanco, pan, tortillas y agua de frutas con poca azúcar.
Dr. Cervantes Juárez, catedrático de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)[2]

Recomendaciones

  • Consuma varias comidas pequeñas durante el día en lugar de pocas comidas abundantes
  • Evite los alimentos que provocan acidez estomacal, como los grasosos y los fritos, la salsa de tomate (mientras el tomate crudo se puede consumir), las comidas picantes, las bebidas alcohólicas, el chocolate, la menta, el ajo, la cebolla y la cafeína.
  • Reduzca drásticamente el consumo de pan y de alimentos a base de harina de trigo.
  • Los cítricos son poco ácidos ―en comparación con los ácidos estomacales― y no generan más acidez en el estómago que la normal.
  • Evite recostarse después de comer.
  • Evite comer tarde en el día: coma al menos dos o tres horas antes de la hora de dormir.
  • Mantenga un peso saludable: si tiene sobrepeso u obesidad, deberá bajar de peso.
  • Deje de fumar
  • Ponga tacos de madera o ladrillos para elevar la cabecera de la cama unos 15 cm, y utilice una almohada más alta (o dos almohadas bajas).
  • Evite el estreñimiento.
  • Diariamente un adulto normal debe orinar como mínimo 1,5 litros de agua (una buena parte del agua que se consume se pierde en forma de transpiración).
  • Practique la fitoterapia (consumo de plantas medicinales); se recomienda el aloe vera y la sábila.

Plantas

Si ya tiene síntomas de hernia hiatal, puede usar varias plantas (en cápsulas o infusiones):

Fuentes