Hilario Fernández Martínez

Hilario Fernández Martínez
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Uno de los 12 hombres que integró la primera milicia cubana
NombreHilario Fernández Martínez
Nacimiento14 de enero de 1934
Viñales, Pinar del Río, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento28 de febrero de 2015
Pinar del Río, Bandera de Cuba Cuba
ResidenciaCubana
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónCampesino
PadresReimundo Fernández y Cándida Martínez

Hilario Fernández Martínez. Fue uno de los 12 hombres que integró la primera milicia campesina en Cuba conocidos legendariamente como Los Malagones.

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Nació el 14 de enero de 1934, en Quemados de Pineda, municipio de Minas de Matahambre, Pinar del Río. Estudiaba en una escuelita de Quemado de Pineda y a la vez trabajaba en la vega junto a su padre, Reimundo Fernández. Trabajar y estudiar al mismo tiempo era muy común entre los niños campesinos pobres.

Alcanzar el sexto grado en las duras condiciones del campesinado cubano de aquella época, resultaba una verdadera hazaña; así sucedió con Hilario, quien poseía un único pantaloncito, lleno de remiendos hechos por Cándida Martínez, la madre, que le servía tanto para ir a la escuela pública como para sembrar el tabaco y las viandas que ayudaban a mantener a la familia. Cada día, hacía un esfuerzo sobre natural para llegar hasta la escuela con su pantaloncito remendado, los pies descalzos y el afán de aprender, para encontrarse con la fatal noticia de que el maestro no había acudido a su cita.

Esto sucedía muy a menudo, y a ello se sumaba el rostro sombrío del padre en esos días del mes cuando se juntaban el pago de la bodega, la compra del abono para el tabaco, y al final, a pesar de haber hecho una siembra tremenda y de recoger una cosecha sin precedente, veían cómo el dinero ni siquiera alcanzaba para pagar.

El triunfo revolucionario

El triunfo revolucionario el 1 de enero de 1959 encontró a Hilario entre la vega, las deudas y los suyos. No tenían claro qué pasaría a partir de entonces, pero nada sería peor que lo vivido hasta ese momento. Los más humildes, aquellos para quienes se había hecho la Revolución se sumaron con una gran efervescencia. La primera gran medida fue la Ley de Reforma Agraria.

El panorama comenzó a mostrarse diferente, por primera vez el país vedado a sus verdaderos dueños, se abría como un gigante, para dar y recibir. Solo al pueblo favorecían las nuevas leyes, dirigidas a garantizar la igualdad de derechos y posibilidades para todos, y llevar a cabo medidas de beneficio social, además de los esfuerzos por ser un país soberano, desde el punto de vista económico.

Hilario y su familia al percibir que la naciente revolución cambiaría para siempre el destino de sus vidas, decidieron ponerse al servicio de todo lo que significara ser útiles al nuevo proceso

Uno de los Malagones

Todo sucedió a partir del encuentro de Fidel con Leandro Rodríguez Malagón aquel día de agosto de 1959, donde el líder de la Revolución cubana pidió al viejo Malagón organizar una patrulla campesina que diera captura a Luis Lara Crespo, ex – cabo de la dictadura batistiana, que se hallaba prófugo de la justicia y había organizado un banda que operaba en la Sierra de los Órganos, creando el pánico entre el campesinado, con el objetivo de dañar la naciente Revolución.

Hilario fue uno de los elegidos por Leandro, llegó a la cueva donde este se encontraba con el resto de los hombres que más tarde pasarían a la historia con el legendario nombre de Los Malagones y allí le informaron que él formaría parte de Los Doce.

Junto al resto de los combatientes participó en la captura del esbirro y viajó a La Habana para participar en el acto efectuado en el antiguo Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, el 26 de octubre de 1959, que contó con la presencia de Fidel, Raúl, el Che, Almeida y Camilo, donde se creó el movimiento de masas armado más grande de la historia americana: las Milicias Nacionales Revolucionarias. En aquella ocasión Fidel expresó:

"Nuestra respuesta a los ataques aéreos tiene que ser el entrenamiento militar del pueblo. Los obreros por sindicatos y los campesinos por zonas de desarrollo agrario".[1]

.

Al concluir su labor en la milicia, se mantuvo en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y después pasa a trabajar como obrero en un cebadero porcino, donde laboró hasta 1997.

Fue fundador de los Comités de Defensa de la Revolución, en los que ocupó cargos de dirección. Ingresó a las filas del Partido en 1978. Ostentaba el grado de primer teniente de la reserva.

Muerte

Fallece el 28 de febrero de 2015, en Pinar del Río, Cuba[2].

Reconocimientos

Tenía en su haber varias condecoraciones, entre las que se incluyen las medallas de la Lucha Contra Bandidos; por los 20, 30 y 40 años de las FAR y la medalla conmemorativa 50 aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba.

Véase también

Enlaces externos

Referencias

Fuentes