Hilario Lagos

Hilario Lagos
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Lagos - Turone.jpg
Militar argentino
Nacimiento22 de octubre de 1806
ciudad de Buenos Aires,
virreinato del Río de la Plata,
Reino de España Bandera del Imperio Español
Fallecimiento5 de julio de 1860 (53 años)
ciudad de Buenos Aires,
República Argentina Bandera de Argentina
Causa de la muerteenfermedad
Ocupaciónmilitar

Hilario Lagos (Buenos Aires, 22 de octubre de 1806 - Buenos Aires, 5 de julio de 1860) fue un militar argentino que participó en las guerras civiles de su país en el ejército federal (del lado de Argentina) contra el Gobierno unitario de Buenos Aires.[1]

Sus padres fueron Francisco Lagos y María Josefa Salces, ambos pertenecientes a familias porteñas. En su ciudad natal realizó sus estudios, y muy joven, el 16 de septiembre de 1824, fue dado de alta como sargento en el Regimiento de Húsares de Buenos Aires.

Campaña al Desierto de Juan Manuel de Rosas

Por sus excepcionales condiciones de soldado pronto se destacó en la lucha contra los indios, por lo que fue promovido a portaestandarte de su cuerpo en 1825.

En 1833 fue destinado a la Plana Mayor del Ejército, pasando luego a formar parte de la "División Izquierda", con la cual el general Juan Manuel de Rosas emprendió su campaña al Desierto. El general Pacheco fue destacado por Rosas con la vanguardia y el 10 de mayo ocupaba el río Negro, haciendo pasar a la margen opuesta dos escuadrones a las órdenes de los tenientes coroneles Hilario Lagos y Francisco Sosa, para que operasen río arriba, mientras Pacheco seguía la misma dirección por el interior. Lagos y Sosa se arrojaron sobre la primera toldería que encontraron, pero los indios huyeron a esconderse en los montes. Pacheco prosiguió su marcha costeando la margen izquierda del río Negro hasta Choele-Choel, y el 26 de mayo lanzó a los comandantes Lagos y Sosa sobre la tribu del famoso cacique Payllaren, a la que destruyeron completamente, muriendo en la lucha este último y casi toda su gente de pelea. Posteriormente derrotó también a la tribu del cacique Pitrioloncoy, en lucha cuerpo a cuerpo. Terminada la campaña al Desierto, Lagos continuó revistando en la Plana Mayor del Ejército.

Cuando el general Lavalle invadió la provincia de Buenos Aires, en agosto de 1840, en que desembarcó en San Pedro, el ahora coronel Lagos pasó a incorporarse a las fuerzas que Juan Manuel de Rosas puso bajo el mando superior del general Manuel Oribe, las que tomaron el nombre de "Ejército de Vanguardia de la Confederación Argentina". Se distinguió igualmente por su coraje en la batalla como en su caballerosidad desplegada luego de sus victorias en Quebracho Herrado y Famaillá; después de su regreso a Buenos Aires, se lo asignó, con una división, al ejército de Urquiza en Entre Ríos, donde permaneció hasta que este último se pronunció contra Rosas. Renuente a la idea de volverse contra el Restaurador, el coronel Lagos presentó su dimisión a su cargo y pidió su pasaporte para trasladarse a Buenos Aires, fundado en "los sagrados deberes en que estoy para con la Patria, y para con el general Rosas, y porque así me lo imponen mis sentimientos y mi honor de Americano". Urquiza, haciendo debida justicia a aquel rasgo de lealtad, le concedió el pasaporte.

Batalla de Caseros

De regreso a Buenos Aires Juan Manuel de Rosas dio a Lagos el mando de una fuerte división de 3.000 hombres, que se acantonó en Bragado, constituyendo la vanguardia del ejército federal cuando las legiones de Urquiza se aproximan por la provincia de Buenos Aires. Lagos es el único que hostiliza al ejército enemigo, cuando avanza sobre la Capital. Al aproximarse éste a los campos de Alvarez, Rosas ordenó a Lagos que los batiese, y efectivamente, en la mañana del 31 de enero, con su división y la de los coroneles Sosa y Bustos, sumando si fuerza 2.500 hombres, marchó en tres columnas paralelas al encuentro de la vanguardia aliada. Lagos cargó con la bizarría acostumbrada, pero su denuedo fue impotente para compensar la enorme disparidad de fuerzas y el repliegue se impuso, haciéndolo en orden sobre el Puente de Márquez.

Asiste en la noche del 2 de febrero a la Junta de Guerra que convoca Rosas, en la que éste manifiesta su resolución de dirigir la batalla que se prepara para el día siguiente. En la Batalla de Caseros, el coronel Hilario Lagos mandó 3 divisiones de caballería del ala izquierda de Rosas. Iniciada la batalla esperó la carga de los enemigos con sus 2.000 lanceros a pie firme, y con dos columnas de ataque a los flancos de su línea. Según dice Adolfo Saldías en su "Historia de la Confederación Argentina": "El choque fue estupendo, que tan valerosamente fue llevado como sostenido. Los aliados fueron rechazados dejando más de 400 hombres fuera de combate. La división Galarza acudió al punto; pero por el flanco derecho apareció una división de caballería que Rosas mandó avanzar a gran galope del extremo opuesto. Simultáneamente Lagos lanzó sus dos columnas y los aliados, con ser más fuertes en número, empezaron a retroceder en desorden. Entonces Urquiza arrojó allí a las caballerías de López. Más de 15.000 hombres se disputaron allí la victoria…" "…Acosado por aquella masa inaudita de jinetes que se aumentaba en proporción a sus pérdidas en las cargas que llevara, Lagos trató de replegarse a su línea, pero envuelto por la dispersión de los suyos fue llevado fuera del campo de batalla".

Sitio de Buenos Aires

Desaparecido Rosas, Lagos apoyó a Urquiza y a su idea de una organización nacional verdaderamente federal de las provincias; calificado de "auténtico federal", fue uno de los conductores del grupo "chupandinos", compuesto por ciudadanos de Buenos Aires que deseaban unir sus provincias hermanas en la Confederación; a fines de 1852, cuando la provincia de Buenos Aires rehusó aceptar el Acuerdo de San Nicolás y cooperar en el congreso constituyente reunido en Santa Fe, estalló un conflicto entre los provinciales de Buenos Aires y los porteños de la ciudad; asumiendo el liderazgo de este movimiento, Lagos intentó usar esta fuerza para introducir a Buenos Aires en la Confederación; mediante un golpe de Estado provocó la renuncia de Valentín Alsina como gobernador (tanto por razones políticas como personales) y luego presentó el movimiento a Urquiza, invitándolo a hacer uso de estas fuerzas para incorporar a la provincia de Buenos Aires a la Confederación con las otras trece provincias.

Fuentes