Hipertensión portal

Hipertensión portal
Información sobre la plantilla
Hipertensión portal1.jpg
Se define como una presión arterial anormalmente alta en la vena porta, una vena de gran calibre que lleva la sangre desde el intestino al hígado.

Hipertensión portal. Se define como una presión arterial anormalmente alta en la vena porta, una vena de gran calibre que lleva la sangre desde el intestino al hígado. La vena porta recibe la sangre que viene de todo el intestino, del bazo, del páncreas y de la vesícula biliar. Después de entrar en el hígado, la sangre se reparte por pequeños canales que lo recorren. Cuando la sangre sale del hígado, desemboca en la circulación general a través de la vena hepática.

Factores

Existen dos factores que pueden aumentar la presión en los vasos sanguíneos del sistema portal: el volumen de sangre que fluye a través de éstos y el incremento de la resistencia al paso de la sangre a través del hígado. En los países occidentales, la causa más frecuente de hipertensión portal es el incremento de la resistencia a la circulación sanguínea provocada por la cirrosis.

La hipertensión portal conduce al desarrollo de venas (denominadas vasos colaterales) que conectan el sistema portal a la circulación general, sin pasar por el hígado. A causa de este desvío, las sustancias de la sangre que normalmente filtra el hígado se introducen directamente en la circulación sanguínea general.

Los vasos colaterales se desarrollan en puntos específicos, el más importante de los cuales es el extremo inferior del esófago. Allí los vasos se congestionan y se vuelven tortuosos, es decir, se transforman en venas varicosas (denominadas varices esofágicas). Estos vasos congestionados son frágiles y con tendencia a producir hemorragias, a veces graves. Otros vasos colaterales pueden desarrollarse alrededor del ombligo y del recto.

Síntomas y diagnóstico

La hipertensión portal provoca frecuentemente un aumento de volumen del bazo. Una cierta cantidad de líquido puede salir del hígado y acumularse en la cavidad abdominal ocasionando así su distensión, un proceso denominado ascitis. Las venas varicosas situadas en el extremo inferior del esófago y en el estómago, sangran fácilmente y a veces de forma masiva.

Las venas varicosas del recto también pueden sangrar, aunque este caso es menos frecuente. Por lo general, el médico puede palpar un bazo agrandado a través de la pared abdominal. El líquido retenido en el abdomen puede detectarse debido al aumento de volumen del mismo y también por el sonido sordo que se percibe al darle golpes ligeros (percusión).

La ecografía y las radiografías proporcionan información considerable acerca de la hipertensión portal. La ecografía puede emplearse para examinar la circulación sanguínea en los vasos del sistema porta y para detectar la presencia de líquido en el abdomen. La tomografía computadorizada (TC) también puede utilizarse para examinar la dilatación de las venas. La presión del sistema porta puede medirse directamente insertando una aguja en el hígado o en el bazo a través de la pared abdominal.

Tratamiento

Para minimizar el riesgo de hemorragia de las varices esofágicas, el médico puede intentar reducir la presión en la vena porta. Una forma de hacerlo es administrando propranolol, un fármaco utilizado para el tratamiento de la hipertensión.

La hemorragia por rotura de las varices esofágicas se considera una urgencia médica. Para contraer las venas sangrantes se pueden administrar algunos fármacos por vía intravenosa, tales como la vasopresina o el octreótido, y hacer transfusiones de sangre para contrarrestar su pérdida. Habitualmente se realiza una endoscopia para confirmar que la hemorragia es provocada por las varices. Las venas pueden bloquearse entonces con vendas elásticas o con inyecciones de sustancias químicas administradas a través del mismo endoscopio. Si la hemorragia continúa, se puede hacer pasar por la nariz un catéter con un globo en la punta y deslizarlo por el esófago. Al inflar el globo, se comprimen las venas varicosas y por lo general, la hemorragia se interrumpe.

Si ésta continúa o se repite, se puede proceder a una intervención derivativa (bypass) para conectar el sistema venoso de la vena porta con el sistema venoso general (sistémico). Esto disminuye la presión en la vena porta porque la presión en el sistema venoso general es más baja. Existen varios tipos de intervenciones derivativas, entre las que cabe destacar la que se realiza guiándose con rayos X en el departamento de radiología, y empleando instrumental especial. Las intervenciones derivativas son generalmente eficaces para detener la hemorragia, pero representan cierto riesgo. Además, pueden aumentar la probabilidad de disfunción cerebral causada por la insuficiencia hepática (encefalopatía hepática).

Fuentes