Historia de la provincia Guantánamo (Cuba)


Historia de la Provincia Guantánamo
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Mapa Provincia Guantánamo.gif
Ubicación de la provincia Guantánamo
Cronología
Etapa Precolombina
Estudios arqueológicos
Características generales de los siboneyes
Sitios preagroalfareros.
Cultura agroalfarera.
Sitios arqueológicos agroalfareros.
Transculturación
Descendientes y legado aborigen.
Etapa colonial
Conquista y colonización.
Las encomiendas
Resistencia aborigen
Declive de Baracoa
Fomento poblacional
Invasión inglesa
Economía en el siglo XVIII
El sistema de plantaciones
Villa de Guantánamo
Guantánamo y la Guerra de los Diez Años
Etapa Neocolonial (1902-1958)
Penetración imperialista
Banca
Base naval
Manifestaciones políticas
Lucha de clases
Líderes del movimiento obrero
Movimiento revolucionario (1952-1955)
Lucha insurreccional
Principales operaciones militares
Operaciones Antiaérea, Gancho y Ofensiva Final
Etapa de la Revolución en el poder
Medidas revolucionarias
Primera visita de Fidel Castro
Primera Ley de Reforma Agraria
Las nacionalizaciones
Agresiones al territorio desde la Base Naval
Lucha Contra Bandidos
Período Especial
Cultura y tradiciones

Historia de la Provincia Guantánamo (Cuba). Guantánamo, que en lengua aborigen significa “tierra de los ríos”, atesora un gran acervo cultural resultado de la mezcla de los diferentes grupos étnicos que anclaron sus raíces en la región y que forjaron una rica historia de rebeldía y defensa a la identidad, sobre todo a partir de 1903, en que oficialmente como resultado de la firma del Tratado de Arrendamiento, parte de su bahía pasó de forma ilegal a ser base naval de los Estados Unidos de Norteamérica, razón por la cual se considera desde 1959 en que triunfó la Revolución Cubana, la Primera Trinchera Antiimperialista.

Sumario

Etapa Precolombina

La presencia aborigen en Guantánamo fue comprobada por las evidencias arqueológicas dejadas por los grupos culturales siboneyes y taínos. Los dos primeros poblaron toda la isla y los últimos, procedentes del sur de América a través de la cuenca del Orinoco y del arco de Las Antillas, se asentaron desde el oriente del país, hasta Cienfuegos, con importantes huellas en Maisí, Baracoa, Imías y San Antonio del Sur, zonas costeras, aunque también se encontraron tierra adentro cerca de los ríos.

Siboneyes y taínos tuvieron origen Aruaco, con lenguajes muy parecidos. Los taínos, más desarrollados, se encontraban en la etapa de la [[Comunidad Primitiva] del Neoindio temprano, con una data en la región de unos cincuenta años cuando se produjo el encuentro entre los europeos y los aborígenes.

Estudios arqueológicos

Durante la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX, estudiosos incursionaron en zonas de referencias donde la presencia aborigen fue mayoritaria y en las que aún se mantenían evidencias de su descendencia, básicamente en Baracoa y Maisí.

Con el triunfo de la Revolución, los investigadores guantanameros Conrado Rojas Legrá y Farid Farrah Pascual, así como renombrados científicos de la talla de Ernesto Tabío y Estrellita Rey, [[Antonio Núñez Jiménez], Ramón Dacal Moure y Manuel Rivero de la Calle, realizaron importantes excavaciones arqueológicas con resultados relevantes, lo que permitió hacer estudios de antropología a descendientes radicados en la Caridad de los Indios y el Valle de Caujerí.

La presencia aborigen en la provincia tiene entre sus evidencias el hallazgo de un hacha en Cueva Ponce, Maisí. El ejemplar se clasifica como “(…) la primera pieza de la arqueología en Cuba estudiada por un criollo” . En esta misma localidad se comprobó la particularidad de una mejor elaboración de la cerámica, así como la presencia de siboneyes, en convivencia con los taínos, pues se encontraron muestras de cráneos deformados al estilo agroalfarero y de otros grupos que no aplicaban esta práctica.

En Cueva del Pueblo, Maisí, se encontró un esqueleto humano de mujer entre los 18 y 20 años de edad, sin deformación craneana, ni muestras de cerámica, que demostró la presencia de preagroalfareros en esta zona del país.

Muestras representativas encontradas en estos asentamientos fueron el Cemí de Gran Tierra de Maisí y un dujo o asiento, ambas piezas asociadas a la cultura agroalfarera que desde las primeras décadas del siglo XX se encuentran en el Museo Luís Montané Dardé, en La Habana

Cemi

En 1991, en exploración realizada por el Grupo Provincial de Arqueología, al sur del municipio Maisí, en el lugar conocido como Arroyo Caleta, fue descubierto un nicho funerario que por las características del material encontrado indica la posibilidad de un entierro secundario agroalfarero, consistente en dos mandíbulas humanas asociadas a varios restos de fragmentos de cerámica, sumergidores de redes, fragmentos de hachas y buriles.

Características generales de los siboneyes

Los siboneyes o preagroalfareros basaron su economía en la caza, pesca y recolección, por lo que sus asentamientos se encontraron en zonas próximas a las costas y ríos, aunque hacían incursiones hacia el interior en función de la caza y la recolección. Su hábitat se registra en las cuevas o abrigos rocosos, que utilizaron también para enterrar a sus muertos. Su cráneo pequeño y sin deformar medía 1165 c.c.

Los objetos que elaboraron eran fundamentalmente líticos, con abundancia de sílex y concha, además material óseo y madera, ésta última, escasamente. Sus instrumentos característicos eran la gubia, bolas y dagas, percutores, buriles, morteros y manos de morteros, raspadores, vasijas, martillos, cuchillos, cucharas, adornos corporales como collares y aretes y objetos ceremoniales: ídolos.

La dieta natural fue variada en cuanto a frutos, tubérculos y animales. Entre las frutas estaban el anón, guanábana, piña, caimito, marañón, papaya, guayaba, mamey colorado; de los tubérculos la yuca fue esencial en su alimentación, y de los animales consumían moluscos marinos como el cobo, sigua, tritón, y los ostiones; moluscos terrestres como especies de polizonte y polímitas; entre los crustáceos los cangrejos azules y rojos. De los peces la lisa, rabirrubia, y tiburones. De los reptiles el majá de Santa María, carey, tortuga verde, iguana. De los mamíferos la jutia conga y carabalí, almiquí, manatí, entre otros.

Sitios preagroalfareros

En Baracoa, Costa de Majana; Maisí, la Güira y Cueva Caletita; en San Antonio del Sur, Barranco Sabanalamar, Ahoga Puerco, Oquendo y Siguato I; en Imías, Yacabo Abajo, El Jagüey; en El Salvador, Purial de Media Luna, Perseverancia, Tumbalabana, Guayacán y Los Torteros; en Niceto Pérez, Sierra Canasta II y IV, Arroyo Catey I, II y III, Iguanábano, Burenes, Limones, Cantera I y II y Arenera de Malabé; en Caimanera, El Arroyón, La Bajada, Cañada de los Huesos; en Guantánamo, Bano I, II y III, Planta Guaso I y II, Campanario I y II, Reparto 28 de Septiembre, Poligráfico, etc.

Cultura agroalfarera

Los taínos practicaban la agricultura y elaboraban la cerámica. Su cráneo tenía deformación tubular oblicua, y un promedio de 1435 c.c. de capacidad craneal. Eran de color cobrizo, cara achinada y bajos de estatura.

El principal instrumento de trabajo era la coa, palo puntiagudo con el que labraban la tierra. Su alimentación consistía en vegetales, yuca, de la que obtenían el casabe; pero comían algunos animales crudos como peces y moluscos.

Construyeron comunidades denominadas batey, con viviendas que llamaron bohíos, caneyes, y barbacoas. Sus casas de paja formaban pequeños pueblos situados comúnmente a orillas de los ríos, del mar o de algún valle fértil. Dejaron evidencias relacionadas con implementos de concha y piedra, hacha petaloide, esferolitas y gladiolitos, dagas de piedra y alfarería.

Las muestras más significativas de la alfarería se localizaron en Maisí, ya que se distinguían por una mejor cocción; mayor alisamiento de las paredes de las vasijas y las líneas y grecas de las decoraciones resultaban más anchas.

Poseían una medicina propia. Sabían conservar los huesos y los cadáveres. Conocían la diarrea, la constipación, las niguas y piojos. Su terapéutica se basó en los métodos evacuante, hidroterapia y el sugestivo. Usaban las hojas de yerba santa, manzanilla y guaguasí. El almácigo y el tabaco en reuma y dolores. El guayacán contra las bubas.

Hacían pequeñas sangrías, reducían las fracturas, la castración a maceta y sin sutura. Usaban cebadilla y xutola en parto laborioso y llegaron a practicar la cesárea. Aislaban a los enfermos contagiosos y enterraban a los muertos.

Atribuían la enfermedad a castigo divino, por lo que con el método terapéutico sugestivo los sacerdotes o behíques, que ejercían la función de médicos, intentaban curar las enfermedades o axes, y si la comunidad entendía que la práctica médica había sido incorrecta, en ello le iba la vida al bahíque, quien junto al cacique eran las dos personas más importantes en la sociedad.

Las prácticas funerarias eran realizadas en espacios independientes de las viviendas, localizados principalmente en cuevas y abrigos rocosos. Hacían enterramientos primarios y secundarios.

Sitios arqueológicos agroalfareros

En Baracoa: Boca de Miel, Boma, Cueva Oscura I y II, Cueva Potrerito I y II, Cueva San Justo, Maguana, Majana. Maisí: El Bagá, Caverna La Patana (cuevas Jagüey y Los Bichos), Limones II, Sitge II, Saban I y II. En Imías: Los Calderos, Yacabo Arriba, El Jagüey, Pozanco. En San Antonio del Sur: Los Asientos, Mariana I, II y III, Macambo I y II, Oquendo, Pozo Azul, Palmarito. En El Salvador: El Jobito, Tiguabos y Santa Fe. En Niceto Pérez: Sierra Canasta III, IV y VI, Corea, Zona I y II. En Caimanera: Sumergidero de Hatibonico, Mártires de la Frontera, Cerro Guayabo, Manatí I, Manatí II, El Uvero y Glorieta. En Guantánamo: Hogar Materno, Patio del Cuartel de Bomberos y La Guásima.

Transculturación

En [[Guantánamo] hasta el momento se tiene conocimiento de alrededor de ocho sitios indo-hispánicos, o sea, de la interacción cultural entre aborígenes y españoles. El más representativo es el de Palmar de Puriales, en San Antonio del Sur, donde apareció una pieza elaborada con material cerámico, y decorada con motivos aborígenes, pero semejando a un cáliz español. Esta pieza forma parte de las colecciones del Museo Municipal Emilio Daudinot Pineda. Igualmente se han reportado sitios en Baracoa y Maisí.

Descendientes y legado aborigen

Aunque el proceso de conquista y colonización diezmó considerablemente la población aborigen en la isla, aquellos grupos que pudieron refugiarse en las zonas más abruptas lograron sobrevivir y llegar hasta nuestros días con el cúmulo de experiencias y tradiciones de las que son portadores, como demostró Rivero de la Calle en sus estudios antropológicos de pobladores de la Caridad de los Indios, La Escondida, San Andrés, Yara y Majayara.

El Dr. Rivero de la Calle apuntó:

“El grupo que conserva más pura sus características aborígenes y, a la vez, el más numeroso, se encuentra viviendo en el municipio de Yateras, (…). Se ha calculado que más de 1000 personas de esta región presentan estas características, y en algunas, son tan evidentes estos rasgos de nuestros primitivos aborígenes que se les conoce con el nombre de “indios” y nadie tiene duda de quienes son estas personas”.

Los mitos sobre la extinción aborigen y la infidelidad de los indios de Guantánamo en la Guerra Necesaria, son aclarados por los estudios científicos de Rivero de la Calle, y en las recientes investigaciones que realizó José Sánchez Guerra, acerca de la integridad de los indios de Yateras en la lucha contra el dominio colonial español, del cual el Regimiento Hatuey, fue el principal testigo.

El legado aborigen también tiene en Guantánamo, un espacio de estudio con el “Taller de Indigenidad” organizado por el Dr. José Barreiro y el Ms.C. Alejandro Hartmann, al que desde 2017, asisten estudiosos del tema, descendientes cubanos y de regiones del norte y centro de América, para dialogar sobre tradiciones y herencia cultural.

La toponimia también resistió el embate del tiempo: Maisí, Baracoa, Imías, Yara, Yumurí, Majayara, Maguna y el propio Guantánamo, derivación del vocablo aborigen Guantanavo, que significa tierra entre ríos. Se suman al léxico, maíz, yuca, ají, malanga, guayaba, mamey, por citar algunas. En este legado aparecen nombres de objetos y cosas como bohío, hamaca, maraca, tabaco.

Es por ello que:

“(…) El misterio de los Rojas-Ramírez, de las comunidades Caridad de los Indios y La Ranchería, y de los asentamientos cercanos a La Farola, con sus tradiciones y espiritualidad, hacen de esta región un emporio de exquisita y autóctona cubanía”.

Etapa colonial

Conquista y colonización

El 1 de diciembre de 1492, Cristóbal Colón, el almirante del mar, nombró a la bahía de Baracoa, Porto Santo, sitio donde estuvo anclado desde el 27 de noviembre y del que zarpó el 4 de diciembre de 1492. De la estancia dejó escrito en su diario:

“(…) y de la parte del sureste unas tierras hermosas a maravillas, así como una vega montuosa dentro de estas montañas, y parecían grandes humos y grandes poblaciones en ella y las tierras muy labradas”.

El 30 de abril 1493, en su segundo viaje, encallan en la bahía de Guantánamo, a la que denominó Puerto Grande, estableciéndose un encuentro cordial con los nativos.

“Después de navegar unas 60 leguas encontramos un magnífico puerto, en el cual había cinco canoas grandísimas, todas llenas de pescados muy grandes y de todas clases, (…). Había en tierra, en este puerto, hombres indios que dormían sobre la arena. Hablamos con ellos (…).

Las crónicas escritas exaltan las buenas cualidades de la bahía que les permitió anclar muchas embarcaciones, la facilidad de maniobrar y resguardarlas del mal tiempo. Narran además del buen carácter de los aborígenes, de sus habilidades para construir grandes canoas, pescar, y de la inexistencia de comunidades asentadas en las riberas de la rada.

No obstante las ventajas descritas, no fue hasta 1509 que se realizó la circunnavegación de Cuba por Sebastián de Ocampo, y al siguiente año, en 1510, partió de La Española rumbo a Cuba, [[Diego Velázquez de Cuellar], al frente de la expedición cuyo objetivo fue colonizar la isla. El desembarco fue por Puerto de Palmas, ensenada ubicada en la bahía de Guantánamo o cercana a sus aguas.

Comenzó así el proceso de conquista y colonización de Cuba con la fundación de la primera villa, Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, en 1511 por Diego Velázquez, la fecha se ubica un 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen María, teniendo en cuenta la tradición española de aplicar el santoral católico a pueblos y personas, en una causa en la que la iglesia católica jugó un rol dominante.

Razones indican que la selección del lugar dependió de la numerosa presencia de aborígenes, lo cercano de La Española, la influencia que ejerció Cristóbal Colón con sus referencias sobre las maravillas del entorno, y por el hallazgo de oro.

La villa que es patrimonio de la humanidad, fue la primigenia capital de la isla y adelantada en obtener el título de ciudad. Encabezó la construcción de iglesias católicas, y el templo consagrado a la Asunción ostentó la primicia de ser designado catedral. Constituyó punto de partida para la ocupación hacia el oeste.

Las encomiendas

A la fundación de la villa y su ordenamiento le siguió el reparto de indios. Fue la real cédula del 8 de mayo de 1513, la que nombró a Velázquez repartidor de indios a través del sistema de las encomiendas, según la cual el tenedor de la concesión tenía que convertir a los aborígenes bajo su custodia a la fe católica, y “enseñarles” a trabajar. En la práctica los indios eran explotados como mano de obra en las minas de oro y en la agricultura de subsistencia.

Las zonas fundamentales de asentamiento de encomiendas en el extremo oriental eran las llamadas provincias: Mayzi (Maisí), Guatanavo (Guantánamo), Vaitequer (Baitiquirí) y la Asunción (Baracoa). En dichos lugares se han hallado evidencias de la convivencia forzada de los aborígenes con los hispanos.

La información indica que el potencial aurífero guantanamero se concentraba en la comarca de Baracoa. En 1515 se fundieron en Bayamo 10,827 pesos oro con materia prima proveniente de sus yacimientos.

La escasa existencia de oro, reorientó la economía hacia la actividad ganadera en respuesta a la demanda de cuero procedente de la Europa capitalista. Favoreció a este renglón, la presencia de una importante cifra de ganado que pastaba silvestre en los montes, y de los cuales solo se utilizaba el cuero como comercialización. Consta que:

“(…) en 1617 fragatas con diversos destinos cargaron en Baracoa tasajo y manteca de puerco. "

Resistencia aborigen

El inhumano sistema de encomiendas, llevó a la resistencia aborigen, de las que la sublevación de Guamá entre 1522 a 1532, fue la más importante en la región. Las acciones provocaron la paralización en la recogida de oro, la imposibilidad del descubrimiento de nuevas minas y la villa llegó a ser incendiada por los rebeldes.

En mayo de 1538 nuevamente un grupo de aborígenes descontentos, incendiaron la villa de Baracoa. Ante tal hecho el alcalde de Santiago de Cuba, Bartolomé Ortiz, envió una partida para proteger la urbe, y la gravedad de los hechos meritó, que para la persecución a los rebeldes, se enviaran 30 hombres que fueron reclutados en Santiago de Cuba y Bayamo.

El cimarronaje, con la entrada de fuerza de trabajo africana cobró mayor importancia, y fue otra forma de resistencia y rebeldía contra la explotación que sobre estos grupos sociales ejerció el dominio colonial español. Reportes de las autoridades informaban que en sitios intrincados, existía una población de indios que otorgaba refugio a los esclavos fugitivos.

Declive de Baracoa

La dinámica colonizadora llevó a la fundación de nuevas villas y a la incursión en otros puertos, esto hizo que Baracoa, diezmada ya su población, contraída la extracción de la minería del oro, y por lo agreste de su geografía, dejara de funcionar como capital en 1515, nombramiento que recibió Santiago de Cuba. La región pierde interés económico para los conquistadores.

Durante la colonia la villa fue víctima de ataques de corsarios y piratas que se movieron por el Mar Caribe, ya que, dada la geografía agreste de la región, el acceso a la comunicación era más difícil, lo que facilitaba a los contrabandistas su uso para el trasiego de mercancías, el pago de rescates e incluso fue víctima de las llamas.

Por las condiciones de aislamiento en que se mantuvo durante mucho, el historiador Julio Le Riverend, haciendo un análisis de la evolución agraria de la isla, asumió la siguiente conclusión:

“No se diga que Baracoa, la ciudad primada, por su entonces insuperable aislamiento del resto del Oriente, a duras penas supervivió durante los tres primeros siglos”.

Fomento poblacional

La cuenca de Guantánamo se caracterizó en el siglo XVII por el bajo nivel de explotación de los recursos naturales. No obstante en 1603 se reconoce la importancia del hato Baitiquirí en manos de Manuel de Francisco, y el poeta e historiador Regino Eladio Boti afirmó que en 1604 el obispo Juan de las Cabezas y Altamirano compró el hato de Ocaña en la cuenca de Guantánamo.

La documentación atestigua el proceso de peticiones y concesiones de tierras para este siglo. Ejemplo, en 1649 el cabildo santiaguero merceda las haciendas Guantánamo y Canabacoa. Por su parte el capitán Juan de Saroarte y Blas de Pedroso obtienen en 1654 la gracia del hato Sabanalamar. El 12 de octubre de 1657 se cede a Pedro Ramos el dominio de Matabajo y el permiso para poblar San Juan de Guantánamo. El mismo órgano gubernamental otorgó en 1666 a Manuel Ruiz, los montes de Cuneira para la cría de ganado.

En el siglo XVIII se erigió el partido San Anselmo de Tiguabos que perteneció a la jurisdicción Cuba, incrementándose mediante la construcción de curatos el asentamiento de individuos, mayormente de indios provenientes del Caney. Fue construida la iglesia al norte de la rada guantanamera lo que evidenció el establecimiento del primer núcleo poblacional en la cuenca.

En la centuria, las rivalidades entre las metrópolis se agravaron en lucha por asegurar mercados y a causa del incremento del comercio de contrabando, ante lo cual España indicó ampliar la construcción de protecciones militares para salvaguardar sus propiedades. En Baracoa, base de operaciones del comercio ilegal, los lugares escogidos para ubicar las construcciones fueron Majana, Punta de Esteban, La Punta y Seboruco.

Invasión inglesa

El 18 de julio de 1741 ancló una armada inglesa en la bahía de Guantánamo integrada por 63 barcos, comandada por el vice almirante Edward Vernon. Las tropas terrestres ascendían a 4 400 soldados y fueron dirigidas por el brigadier general Tomas Wentworth.

En las filas se encontraban 1 000 negros entre libres y esclavos, y más de 600 hombres procedentes de Nueva Inglaterra, Nueva York, Pensilvania y Virginia. La expedición tenía en total 8 000 participantes. El propio día 18 se efectuaron los primeros desembarcos, y se bautizó la bahía con el nombre de Cumberland.

Los pobladores del partido de Tiguabos fueron abanderados en el enfrentamiento a los ingleses, para lo que se organizaron en guerrillas que propinaron duros golpes al adversario con el empleo del machete, instrumento que causó notable impacto psicológico en los rivales, que abandonaron la bahía el 6 de diciembre del propio año 1741.

Economía en el siglo XVIII

La ganadería mantuvo su condición de predominante y en las aperturas comerciales realizadas por España resultaron excluidos los puertos de Guantánamo y Baracoa. En este siglo aparecen nuevos renglones económicos en explotación entre los que se destacan el tabaco, la exportación de maderas preciosas y la extracción de sal.

En 1757 se contabilizaban 15 hatos de ganado vacuno y 24 corrales de cerdos. Por su parte en Baracoa se relacionan dos hatos y 58 corrales. En 1763 se deslinda la hacienda de Tiguabos, y a los ocho años Jamaica. En [[1788] Yateras Arriba experimenta la señalización de sus distancias.

Los volúmenes del azúcar en el partido de Tiguabos apenas abastecían a los moradores, y eran fabricados artesanalmente. En 1757 hay un solo trapiche, al que se sumaría el Canabacoa, el Jagua y San Antonio. Se conservan reseñas del funcionamiento en 1744 del San Andrés, ubicado en Arroyo Hondo y el San Francisco en Ullao . En la jurisdicción de Baracoa lo que se obtenía era guarapo, a partir de un trapiche de mano al nivel de la cunyaya.

El 2 de agosto de 1796, se constituyó la Comisión de Guantánamo y fue nombrado Joaquín Beltrán de Santa Cruz, conde de Mompox y Jaruco, su director. La comisión realizó trabajos con propuestas para la defensa de la bahía, apertura de caminos a Santiago de Cuba, elección de lugares destinados a la fundación de ciudades, diseño de sus planos, e impelía iniciar el proyecto colonizador en las tierras realengas localizadas. Sin embargo, este planeamiento quedó sin efecto.

El sistema de plantaciones

El territorio llegó al siglo XIX con una economía dedicada a la producción de consumo, donde el contrabando y la ganadería eran las ocupaciones fundamentales de sus pobladores, amén de la existencia de vegas y algunos trapiches.

El estallido de la Revolución en Haití en 1791 y las desastrosas consecuencias para su economía, ejercieron un papel determinante en el desarrollo de nuevas formas de apropiación y producción en las tierras vírgenes y constituyó un estímulo para la sociedad y la economía de Baracoa, consecuencia de la llegada de emigrados franceses, que huyeron de los estragos de la guerra.

El 12 de noviembre de 1803 una sociedad de franceses compró a Manuel de Justiz el hato de Santa Catalina con una extensión aproximada de 1 600 caballerías y un valor de 10 000 pesos. A partir de esta compra el mapa geográfico comenzó a cambiar y se asistió a la conversión de las tierras en un centro de compra-venta propicio para el fomento de las inmigraciones francesas y españolas (fundamentalmente catalana).

Hacia 1815 y durante la década del 20 se produjo un nuevo arribo de franceses que ejercieron gran influencia en el desarrollo económico y cultural de la región. El ascenso del proceso migratorio proveniente de Francia, New Orleáns y Santiago fomentó gran número de cafetales, algodonales y algunos ingenios en la zona del valle y las montañas de Yateras y Monte Líbano.

En mayo de 1819, el ingeniero Pío de la Cruz redactó un manifiesto en el que alababa las condiciones geográficas y naturales de la región, y realizó un minucioso análisis del favorable estado de la riqueza agrícola. El estudio relacionó la presencia en el partido de Santa Catalina de 53 haciendas de algodón y la existencia de dos ingenios. En las zonas de Tiguabos, Ojo de Agua y Cuneira menciona 21 algodonales y dos cafetales.

En el período, la industria azucarera incrementó el número de ingenios y su producción en el Valle de Guantánamo. Montesano y Santa Rosa fueron de los ingenios que surgieron entre 1820 y 1821. Para finales de abril de 1826 ya había en existencia más de 500 vecinos, 1 400 esclavos, 21 cafetales, 4 ingenios y 47 algodonales.

En 1841 existían siete ingenios en el partido de Santa Catalina y uno en el de Guantánamo. Surgieron La Esperanza, Perseverancia y Confluente. En el caso del café había un aumento con relación a 1826. El incremento de plantaciones en Monte Líbano, Yateras Arriba, Tiguabos y la zona montañosa del partido de Guantánamo permitió elevar la cifra de cafetales a 49.

En el caso de Baracoa la cifra de cafetales subió en 1839 a 41 plantaciones con una dotación de 562 esclavos y sólo 28 blancos, estos mantenían una baja producción, por lo que la industria azucarera no alcanzó a tener significación en la zona, su escasa presencia lo confirma la existencia de sólo diez trapiches.

El progresivo fomento económico de la región y del aumento de la mano de obra esclava condujo al incremento de los palenques, de los cuales “El Fríjol” ubicado en la jurisdicción de Baracoa, era el más importante y perseguido por las cuadrillas de rancheadores y tropas regulares.

Villa de Guantánamo

De los orígenes de Guantánamo no existe una fecha fundacional. Según indagaciones, el fomento de la ciudad fue el resultado de un proceso, que se produjo a partir de la llegada de las consecutivas migraciones de colonos franceses y españoles hacia la región.

El 17 de junio de 1835, Pedro Manuel Pérez y Lorenzo Jay hicieron donación de un solar para la construcción de una iglesia bautizada con el nombre de [[Catedral de Santa Catalina de Ricci], y de la plaza circundante. El área era de 100 varas de frente y 80 de fondo. La primera misa se ofició el 8 de diciembre en un oratorio provisional.

Iglesia Parque José Martí

En 1837 el pueblo de Saltadero era un reducido núcleo poblacional compuesto por siete manzanas, orientadas a partir del Arroyo Rafart, hacia el norte. En la zona inicial del pueblo habían surgido los primeros comercios y en el espacio ocupado actualmente por el parque 24 de Febrero nació la Plaza de la Constitución, rebautizada con el nombre de Isabel II.

El Saltadero

El territorio se conformó de los partidos de Tiguabos, Guantánamo y Santa Catalina. El 4 de mayo de 1847 se constituyó la Junta Municipal de Propios y Arbitrios de Guantánamo, formada por un presidente, cargo que recayó en el teniente gobernador, además de seis regidores, un secretario, un mayordomo de propios y un síndico. En la composición del consejo sólo estaban representados los hacendados franceses y los comerciantes catalanes dueños de las riquezas económicas.

El pueblo no pasaba de ser un villorrio que tenía 913 habitantes, de ellos 290 blancos, 498 de color libres y 125 esclavos. La mayoría de los blancos eran españoles, sobre todo catalanes y criollos, pues los franceses vivían en sus haciendas cafetaleras y azucareras, desvinculados de cierta forma de los avatares urbanos.

El 11 de enero de 1843 la Corona Española decretó la Real Orden que instauraba la tenencia de gobierno de Saltadero. De esta manera, Guantánamo pasó a ser independiente de la jurisdicción de Cuba. La jurisdicción se subdividió en doce partidos: Monte Líbano, Yateras Arriba, Monte Toro, Yateras Abajo, Guantánamo, Guaso, Caujerí, Macambo, Tiguabos, Santa Rosa, Ojo de Agua o Humboldt y Filipinas.

En ese mismo período, Baracoa se subdividió en catorce partidos: Cabacú, Cupey, Cagüebaje, Guiniao, Imías, Jauco, Jaymayabón, Jojó, Mabujabo, Maya o Maisí, Mata, Santa Cruz, San Pedro y San Salvador. Posteriormente se eliminaron algunos partidos, y sólo quedaron seis: Baracoa, Cabacú, Guiniao, Jojó, Mabujabo y Maisí.

Los progresos alcanzados por las industrias azucarera y cafetalera en la década de 1850 en la tenencia de gobierno guantanamera, hicieron impostergable la necesidad de mejorar las comunicaciones desde el embarcadero de Cerro Guayabo hasta el pueblo de Saltadero. La habilitación del puerto para la comercialización con el extranjero y la construcción del ferrocarril en Guantánamo pasaron a ser prioridad de los hacendados.

Estación del Ferrocarril

Guantánamo y la Guerra de los Diez Años

Antes del verano de 1868, Donato Mármol mantuvo nexos con grupos de guantanameros que se encontraban a favor de dar fin al colonialismo español en la isla. Investigaciones apuntan a que también los patriotas del norte de la jurisdicción tuvieron contactos con Julio Grave de Peralta, jefe conspirador holguinero, cuyo hermano Juan, era uno de los líderes implicados en Guantánamo.

Las figuras principales de la conspiración eran, José Francisco Rondón, Juan Grave de Peralta, funcionario de la administración local colonial; Mánico González, pequeño propietario ganadero de la zona de Filipinas; Alberto del Villar, responsable de los comprometidos de Sagua de Tánamo; Eduardo de Mármol, dueño de la extensa propiedad ganadera de Sabana Abajo y primo hermano de Donato Mármol; José Antonio Mengana y Antonio Abad Garcés, estos dos últimos junto con Grave de Peralta, residentes en la villa.

Las autoridades españolas sobre aviso de los acontecimientos, nombraron jefe militar al coronel Enrique Bargés y Pombo, que adoptó medidas de seguridad, como el reforzamiento de las Escuadras de Santa Catalina del Guaso, unidad militar que dirigía el comandante Miguel Pérez y Céspedes. En el mes de octubre procedieron a la detención de varios conspiradores, entre ellos Juan Grave de Peralta y Antonio Abad, a lo que se sumó la pérdida de comunicación con Donato Mármol.

El 20 de noviembre, los que no habían sido encarcelados, protagonizaron el levantamiento en Boca de Maca, Filipinas. El grupo estaba comandando por Mánico González y José Antonio Mengana. Las fuerzas se concentraron en Sabana Abajo y días después tomaron Tiguabos, segunda población en importancia en la jurisdicción, donde se unió el maestro Ismael de Céspedes, hijo de Carlos Manuel de Céspedes, y Dolores Paján, primera mujer incorporada a la guerra en Guantánamo.

La situación militar en Bayamo, obligó a Donato Mármol, por indicación de Céspedes a que desistiera de sus propósitos de asumir el mando de Guantánamo e iniciar la campaña en la región y pasar a operar en la zona del Cauto. Los hechos debilitaron a las fuerzas inexpertas de Guantánamo, y el 27 de noviembre en el enfrentamiento que se desarrolló en la propiedad La Vivita, al noroeste de la villa, sufren más de 100 bajas, entre ellos, Mánico González y Dolores Paján.

El impacto de la derrota fue razón decisiva para que la mayor parte de los combatientes guantanameros fueran destinados a operar en la División Cuba que dirigía Donato Mármol. En Baracoa, la conspiración estuvo bajo el mando del patriota Manuel Borges Navarro.

Como peculiaridad en Guantánamo existió un fuerte sector económico dominado por los propietarios de ingenios y cafetales, esclavistas franceses que con sus descendientes organizaron la defensa de sus cafetales e ingenios con un sistema de fortificaciones y convirtieron las mansiones en baluartes defensivos, que protegían las propiedades de las incursiones de los mambises.

Los comerciantes catalanes lideraron la reacción integrista, encabezaron la oficialidad de las fuerzas de voluntarios, contribuyeron al sostenimiento de las fuerzas movilizadas y pagaron los gastos de las construcciones de una red de fortines que defendían la plaza.

Los criollos que integraban las [escuadras de Santa Catalina del Guaso]], se encontraban liderados por la familia Pérez, que tenía una trayectoria guerrera al servicio de las armas españolas y la encabezaba, desde los años cuarenta, Miguel Pérez y Céspedes, otrora jefe de partida de rancheadores de esclavos, la mejor pagada de Oriente, y devenido experto coronel jefe de esa unidad.

Coincidiendo con las operaciones militares en el valle de Guantánamo, el indio yaterano José Policarpo Pineda Rustán, se alzó con una pequeña partida en la zona de Baitiquirí, penetró en el partido de Jojó, se estableció en Yacabo Arriba y logró la incorporación de hombres de San Antonio del Sur, Imías y Yacabo. Antes de concluir 1868 estableció contacto con Donato Mármol y trabajó en la creación de un frente guerrillero en los límites de las jurisdicciones de Guantánamo y Baracoa.

El 1 de junio de 1869 se produjo por playa de Boca de Guardarraya, lugar próximo a Yacabo, el desembarco de la expedición del vapor Grapeshot, primera que arribó a la costa sur de Oriente, y que fracasó al no unir sus fuerzas con los experimentados de la zona dirigidos por Policarpo Pineda Rustán.

Zonas de operaciones. Partido de Jojó, cuartón de San Antonio, Yacabo, Veguita, Los Calderos, Bayate, Bano, Vuelta Corta de Filipinas, zona periférica de Guantánamo, El Vínculo.

Título de Villa a Guantánamo

Desde mediados del siglo XIX, en particular desde 1857, año en que se fundó el ferrocarril que unía a la población con Caimanera, el núcleo poblacional de Guantánamo reunía las condiciones para ser reconocida como villa.

Después de la derrota que sufre la vanguardia independentista guantanamera, se concentran en la localidad un número considerable de vecinos de Guantánamo y Santiago de Cuba, que huían de los horrores del conflicto, entre ellos maestros, impresores, aficionados del teatro y la música. Algunos de ellos con recursos económicos y solvencia financiera para invertir en el nuevo destino.

Así nacen El Eco de Guantánamo en 1870, primer periódico de la localidad y el Teatro Heredia, primera institución del arte de las tablas en 1876. En la etapa fue visible una vida cultural más activa y un incremento demográfico, momento que las autoridades peninsulares y sus aliados franceses y criollos utilizaron para solicitar a la corona española la categoría de villa a Guantánamo.

El propósito era aprovechar las circunstancias favorables del integrismo local para dar un golpe político y fortalecer la moral combativa de las fuerzas fieles a la península. En estas circunstancias políticas y militares se otorgó el título de villa a Guantánamo.

Invasión y campaña de Guantánamo

El 6 y 12 de julio, Máximo Gómez libró los combates de La Estacada y La Galleta, cerca de los límites de la región de Guaso, acciones que iniciaron la invasión a Guantánamo. El 4 de agosto, ya dentro del territorio de Monte Rus atacó el cafetal La Indiana, importante baluarte español de esta zona.

Ante la ofensiva y la tea redentora que aplicaban los independentistas, el 19 de agosto arribó a Guantánamo el general Arsenio Martínez Campos para asumir el mando de las operaciones, pero el genio guerrillero de Gómez y el tesón de los mambises, propinaron una derrota en las acciones en Monte Rus a las fuerzas dirigidas por el general español.

Jefes militares

Arcid Duvergel Lafargue]], Pedro Ramos, Silverio del Prado, José Mejías “Cartajena”, Prudencio Martínez, Juan de León Serrano, Félix Ruenes, entre otros.

Zonas de operaciones

Monte Rus, Potosí, Santa Catalina, Monte Líbano, Yateras, Jamaica, Boquerón, Guaso, valle de Guantánamo, Matabajo, Sabanilla, Baracoa, las Cuchillas del Toa, Duaba, Los Caños, ingenio La Esperanza. La Criolla El 17 de mayo de 1878 se desarrolló el combate de La Criolla, al este del valle de Caujerí. De manera inesperada y violenta chocaron las fuerzas mambisas con unidades de las aguerridas Escuadras de Santa Catalina del Guaso a las que derrotaron y obligaron a huir al coronel Santos Pérez y sus huestes, no sin antes capturar la bandera de combate y el archivo del enemigo. Con esta acción en las montañas de la Sierra de Caujerí e Imías culminaron las acciones bélicas de la Guerra de los Diez Años.

Guerra Chiquita

En oriente, la conspiración fue encabezada por Guillermo Moncada, José Maceo, Quintín Banderas y Pedro Martínez Freyre, a la que se sumarían provenientes del exilio, Antonio Maceo y Calixto García. En Guantánamo se estableció el coronel Silverio del Prado, veterano del 68, quien comenzó a organizar mediante clubes revolucionarios la nueva etapa insurreccional.

A la acción se unió Pedro Agustín Pérez, Periquito, entonces comandante en las escuadras de Santa Catalina, quien colaboraba desde 1876 con el oficial mambí Arcid Duvergel. La intentona fue descubierta debido al fariseísmo de las fuerzas leales y Prado y sus hijos fueron expulsados del país. Periquito fue encarcelado y luego puesto en libertad bajo la condición de volver al servicio de España, situación que aprovechó para captar soldados de las escuadras a la causa revolucionaria.

Iniciada la guerra en agosto de 1879, José Maceo, Guillermo Moncada y Rafael Maceo, asumen el mando en Guantánamo y sostienen varios combates en el valle y zonas montañosas, al tiempo que en Baracoa se levanta un número considerable de patriotas, con el brigadier Limbano Sánchez a la cabeza y los capitanes Félix Ruenes Aguirre y Tomás Cardosa Fuentes.

Periquito, con el grado de teniente coronel y bajo las órdenes del brigadier Moncada, opera militarmente en el Vínculo y Burenes. Herido en combate el 7 de diciembre, cae prisionero y es conducido al Castillo del Morro en Santiago de Cuba de donde escapó milagrosamente al lanzarse por un barranco minutos antes de materializarse la condena de pena capital por fusilamiento.

Los días 29 y 30 de marzo de 1880 se produjo en Arroyo de Agua uno de los combates más encarnizados de esta etapa de lucha, entre las tropas de José Maceo, que alcanzaron una contundente victoria, con una columna del batallón Isabel II y fuerzas de la marina al mando del coronel Manuel Puyón Dávila.

A pesar de la victoria y resistencia mambisa, factores como la ausencia de muchos de los jefes principales, la división manifiesta en el campo insurrecto, la acertada estrategia militar del enemigo y la falta de recursos y pertrechos militares, llevaron a que el 29 de mayo de 1880 José Maceo y Guillermón Moncada por la parte cubana, y el general Luis Pando por la española, firmaran en Confluentes las bases con las que se puso fin a la guerra en la región.

La Tregua Fecunda

Al concluir la Guerra Chiquita los veteranos encabezados por Pedro A. Pérez, Pedro Ramos y José Mejías, reinician con cautela los contactos conspirativos en la finca Boca de Jaibo, propiedad de Periquito. En 1884, Pérez se entrevistó con el agente Marshall, enviado secreto de Antonio Maceo, que desde Centro América le envió instrucciones para que se subordinara y mantuviera contacto directo con Guillermo Moncada.

En 1889 entró a Cuba por Guantánamo la revista La Edad de Oro, publicación de José Martí dirigida a los niños y jóvenes de América. Martí escogió al joven Amador Esteban, socio del Centro La Luz, lugar de recepción de la obra literaria, para que se encargara de la distribución de la obra en la isla.

En el verano de 1890 Pedro A. Pérez es nombrado por Antonio Maceo jefe de la conspiración en Guantánamo, subordinado a Moncada, y en mayo de 1894, también por órdenes de Maceo, recibió en la finca La Confianza a Emilio Giró Odio, portador de instrucciones militares que debía adoptar una vez que comenzara el conflicto, entre ellas la de atacar los fortines costeros a fin de dejar despejados los litorales para facilitar el arribo de las expediciones que llevarían a la isla a los principales jefes.

Un punto esencial en la conspiración fue la creación en junio de 1994 del Comité Revolucionario de Guantánamo, en los bajos del Centro La Luz por el ingeniero Nicolás Jané Trocné, en representación de Periquito que lo presidió junto a otros 26 patriotas.

Sobre la decisiva labor conspirativa de Periquito el comandante Rafael Gutiérrez, señaló: “Ninguno de los otros términos municipales, tenía la organización que a Guantánamo se le había dado desde 1890; y ninguno tampoco podía contar con un factor miliciano, veteranos de las guerras pasadas, armados y preparados para abrazar la revolución, ni más entusiastas y dispuestos a encararse con el enemigo”.

El 17 de febrero de 1895 se recibió en Guantánamo por parte de Guillermón Moncada la orden de José Martí y Máximo Gómez de dar inicio a la guerra, notificación que de forma inmediata Pedro A. Pérez hizo llegar a los jefes de los grupos locales a través de Luciano Peguero, Caridad Jaca e Inocencia Araujo.

En la tarde del 24 de febrero de 1895, encabezados por Pedro A. Pérez, se reunieron 28 patriotas en la finca La Confianza, para firmar el acta que redactó Emilio Giró Odio, en la que dejaban registrada la decisión de iniciar la lucha armada y combatir al enemigo hasta alcanzar la independencia.

Levantamientos armados

Boca de Jaibo, Periquito; ingenio Santa Cecilia, Pedro Ramos y Pedro Brooks; fortín Morrillo Chico, Enrique Tudela García; Baitiquirí, Luis González Pineda; El Yarey, los hermanos Araujo, con los seguidores de San Antonio de Redó y Romelié; Tiguabos, Pedro Salomón; San Andrés, Evaristo Lugo y Prudencio Martínez.

En los días siguientes al 24, se incrementaron los enfrentamientos armados. El 25 fue tiroteado, desde los altos de San Justo, el cuartel de la Guardia Civil por los hombres de Santa Cecilia, con Pedro Ramos al frente. El 26, Pedro A. Pérez con su tropa sostuvo un encuentro con las fuerzas españolas que operaban bajo las órdenes del teniente Muñiz en la finca La Gloria.

El 4 de marzo en el combate de los Mamoncillos de Ullao, cayó herido Alfonso Toledano, que murió días después y resultó el primer mambí caído en operaciones en Guantánamo. En Baracoa, Félix Ruenes y los otros cabecillas de la conspiración local adoptaron una posición cautelosa, pues la misión era garantizar el arribo de expediciones procedentes del exterior.

Desembarco por Duaba

En la madrugada del 1 de abril se produjo el desembarco por Duaba, playa al norte de Baracoa, de los expedicionarios de la goleta Honor, al frente de la cual, por designación de [`[José Martí]], vino Flor Crombet, además de Antonio y José Maceo, Agustín Cebreco, Arcid Duverger, Alberto Boix y Manuel de Jesús Granda, entre otros.

"Ya llegó Maceo”, fue el grito que se escuchó en muchos sitios, y como respuesta a esa expresión, que reflejaba la admiración y el respecto que sentían los orientales hacía el hombre de Baraguá, cientos de cubanos de las llanuras del Cauto, las haciendas de la costa norte, de los lomeríos y valles santiagueros y de Guantánamo se incorporaron al Ejército Libertador.

Después del encuentro del alto de La Alegría en Yateras, donde muere el general Adolfo Flor Crombet, se divide el grupo de expedicionarios. Maceo atraviesa por la zona de Hondones, Santa Catalina y Potosí, en jornadas agotadoras, perseguido por las fuerzas españolas, que en algunos puntos fueron distraídas por acciones que organizó Periquito para impedir su captura, hasta aparecer en un campamento mambí en Mayarí Arriba, donde asume el mando militar de Oriente.

José Maceo, en estado deplorable de salud, fue rescatado por exploradores de Periquito y escoltado al campamento de Vuelta Corta. Agustín Cebreco y su grupo llegaron a la Caridad de los Indios, donde recibieron apoyo del viejo mambí Francisco Bejerano y un pequeño grupo de expedicionarios entre los que se encontraban Manuel Granda y Alberto Boix fueron capturados por los indios y conducidos a la cárcel de Guantánamo.

Desembarco del 11 de abril

José Martí y Máximo Gómez arribaron a Cuba para incorporarse a la guerra por Playita de Cajobabo, hecho que constituyó después del estallido de la guerra, el acontecimiento más significativo de la contienda. En la ruta de Martí por Guantánamo, Máximo Gómez le otorgó el 15 de abril el grado militar de mayor general en el rancho de Tavera a José Martí.

De este hecho dice Martí en su diario:

“(…) Gómez, al pie del monte, en la vereda sombreada de plátanos, con la cañada abajo, me dice, bello y enternecido, que aparte de reconocer en mí al Delegado, el Ejército Libertador, por él su Jefe, electo en consejo de jefes, me nombra Mayor General. Lo abrazo. Me abrazan todos (…)”. Zonas de operaciones. La Primera División del Primer Cuerpo del Ejército Libertador desarrolló intensas campañas militares fundamentalmente en Jobito, Vuelta Corta, Caimanera, Guantánamo, San Justo, Confluente, Baracoa, Boca de Jaibo, Monte Rus, Yateras, Tiguabos. Antes de concluir el año 1895 Periquito Pérez es ascendido a general de división y nombrado jefe de la Primera División del Primer Cuerpo de Ejército. "

Hombres y mujeres del 95. Pedro Ramos, José Mejías, Prudencio Martínez, José Nicolás Jané, Enrique Thomas, Silverio Guerra, Enrique Tudela, Inocencia Araujo, Cristina Pérez,Caridad Jaca, Juana Pérez, Manuel Planes, Juan Araujo, Rafael Gutiérrez, Félix Reunes Aguirre.

Guerra de 1898

La batalla de Guantánamo en el verano de 1898 se valora como la operación militar más compleja y trascendente que emprendieron el Ejército Libertador y los interventores norteamericanos en Guantánamo. Con esta acción, Pedro A. Pérez derrotó a las fuerzas españolas que defendían la bahía y tendió un cerco a la brigada que protegía la villa, lo que impidió que unos 6 mil efectivos peninsulares atacaran por la retaguardia a las fuerzas norteamericanas que combatían en Santiago de Cuba.

El bloqueo naval y terrestre

A pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades, encabezadas por el alcalde José Gallart Rovira y el general Félix Pareja Mesa, el bloqueo naval y terrestre que impusieron las fuerzas cubanas y norteamericanas, causó graves daños entre la población civil concentrada en la villa. Entre los meses de mayo y junio y los primeros días de julio, a la ciudad no entraron casi provisiones, lo cual provocó largos días de hambruna.

A esta tensa situación se unió la llegada del período de lluvias que convirtieron las calles de la población en inmensos lodazales y en caldo de cultivo para la proliferación de enfermedades diarreicas agudas y otras transmisibles como la malaria y la fiebre amarilla. Sus efectos fueron más agudos por no contar la ciudad con una infraestructura higiénica sanitaria adecuada.

Ocupación norteamericana

El 25 de julio las fuerzas del Tercer Regimiento norteamericano al mando del coronel William J. Ray ocuparon la villa de Guantánamo y antes que concluyera el mes, Baracoa también fue ocupada. En la ciudad se alzaron las voces de protesta que expresaban las denuncias de miembros del Ejército Libertador, por la grosera presencia de jefes de las unidades yanquis acantonadas en la región.

A Pedro A. Pérez y a los libertadores bajo su mando les fue negada la entrada a la población. Molesto e irritado, Periquito se retiró con su escolta y estado mayor al ingenio San Ildefonso, sitio donde recibe el 8 de agosto de 1898 a corresponsales de guerra del periódico Herald, de Nueva York, a través del cual dio a conocer a la opinión pública su posición sobre la reprochable conducta norteamericana.

El domingo 9 de octubre de 1898, después de permanecer 2 meses y medio ausente de la villa, hizo su entrada a Guantánamo el mayor general Pedro A. Pérez. La acogida del pueblo fue jubilosa, y se considera la mayor concentración de guantanameros que recuerdan los anales de la historia local. En la Plaza Isabel II, el pueblo estuvo atento a sus palabras.

Como en el resto del país, las autoridades norteamericanas designaron jefes mambises para ocupar las alcaldías y en Guantánamo se nombró alcalde provisional a Pedro A. Pérez en enero de 1899.

El diario La Voz del Pueblo, el de mayor circulación de la ciudad, propiedad de José Vázquez Savón, apoyó la posición política de Pedro A. Pérez, y respaldó la propuesta de Bartolomé Masó a la Presidencia de la República, criticó a Estrada Palma, y promovió en sus páginas las jornadas patrióticas conmemorativas que efectuaron los próceres cubanos.

Situación al culminar la guerra

La floreciente economía de preguerra quedó desmantelada y en ruina. Para los productores se hizo imposible la inmediata recuperación de la producción. Las ramas más afectadas fueron el azúcar, café y tabaco.

En lo social se agudizó la falta de empleos, por tanto, y creció la miseria y con ella la insalubridad en una población ascendente a los 50 007 habitantes, en lo fundamental negros y mestizos, en su inmensa mayoría rurales, con un nivel de analfabetismo del 70 %.

Ocupación norteamericana (1899-1902)

Se inició el 1 de enero de 1899 a las 12:00 meridiano cuando del Palacio de los Capitanes Generales descendió el pabellón español y en su lugar se izó el norteamericano. De forma inmediata las acciones de John Brooke, primero y de Leonard Wood después, estuvieron encaminadas a crear las condiciones de seguridad necesaria para dar garantías a los inversionistas norteamericanos.

Para las elecciones municipales del 16 de junio se constituyeron tres partidos políticos en Guantánamo: el Nacional Cubano, Nacional Independiente y Unión Democrático. En las elecciones triunfó el Nacional Cubano.

En este período fue alcalde de Guantánamo Pedro A. Pérez y en Baracoa el Dr. José Homobono Pérez, primero y Demetrio Castillo Duany posteriormente. Ambos miembros del Ejército Libertador con altos grados militares.

Etapa Neocolonial (1902-1958)

Penetración imperialista

El control de las actividades fundamentales de la economía regional estuvo en manos de capitales extranjeros que se dedicaron al saqueo indiscriminado de las riquezas naturales y a la explotación de la mano de obra asalariada. Los principales accionistas en el territorio fueron la Guantánamo Sugar Co.; [Eastern Railroad Company`]]; Guantánamo And Western Railroad Company; Compañía Ganadera San Andrés; Juragua Iron Co.; Guantánamo Exploration Company.

Banca

Para 1916 tenían sucursales en Guantánamo, el Banco Español de la Isla de Cuba, The Royal Bank of Canadá, el Banco Nacional de Cuba y Brauet y Cía. El uso del dólar ganó espacio por la importante fuerza laboral que se empleó a partir de 1903 por la construcción del enclave naval en la bahía de Guantánamo y las visitas de los marines y oficiales yanquis.

Base naval

En virtud del Tratado de Arrendamiento firmado en 1903, Cuba permitió a Estados Unidos el uso de una gran porción de los contornos de la bahía de Guantánamo a cambio de dos mil pesos anuales por tiempo indeterminado. El acuerdo se concretó el 10 de diciembre a las 10:00 a.m. en un acto que por sobrio, no impidió la reacción popular en su contra en todo el país. La historia de agresiones y actos terroristas contra el pueblo cubano procedentes del enclave militar demuestran que constituye una amenaza para la soberanía nacional.

Manifestaciones políticas

La reelección de Estrada Palma causó descontento en la población cubana por su gestión administrativa a favor del capital norteamericano, situación que además hizo crecer el sentimiento anti yanqui en la sociedad del primer cuarto de siglo y generó una intensa movilización liberal en contra de un nuevo período de gobierno por parte del mandatario.

Guantánamo no se mantuvo ajeno a la situación y en 1906 se produjo un levantamiento liberal en El Jamal, Baracoa. No fue reelegido Estrada Palma, pero la situación no cambió, generando acciones mucho más trascendentes como el Movimiento de los Independientes de Color 1912 y otros menos significativos como las escaramuzas liberales de la Chambelona en Guantánamo y Baracoa en 1917.

Lucha de clases

“(…) al amparo de la Ley de Asociaciones Públicas, promulgada por los españoles en 1887 y en vigor en Cuba en el 1888 se fundaron “El Gremio de Panaderos”, presidido por el Sr. Manuel Planas y Cervantes (…) y el “Gremio de Tabaqueros”, presidido por el Sr. Araujo” . A partir de entonces los obreros fueron ganando en organización."

La fuerza que cobró el movimiento obrero en Guantánamo tuvo como telón de fondo las precarias condiciones de vida de la sociedad de entonces, caracterizada por el atraso económico-social, y la humillante presencia norteamericana en su bahía desde 1903; factores que determinaron un incremento progresivo de la oposición de la clase trabajadora en el territorio.

La celebración por primera vez del Día Internacional de los Trabajadores, en 1923 y la creación del Comité Pro 1 de mayo en 1924, para conmemorar la fecha con mayor organización y sentido proletario, por los gremios de los azucareros, cocheros, hojalateros, torcedores, panaderos, ferroviarios, entre otros, significó un paso importante en la formación de un pensamiento clasista en evolución en los asalariados. En el discurso central pronunciado por Nicomedes Quiala Álvarez, Pijindi, no solo se recordó el suceso de los Mártires de Chicago, sino también los avances del socialismo en la URSS.

En consecuencia, los obreros evolucionaron en su lucha de clases, a partir de posiciones reformistas, anarquistas, anarcosindicalistas y socialistas, con las que dieron sus primeros pasos en la formación de un pensamiento proletario, hasta alcanzar las ideas del socialismo científico, teoría que permitió fundar el 11 de febrero de 1931 el Primer Partido Comunista en Guantánamo.

Para las décadas de 1930 a 1950, conjuntamente con las diferentes actitudes economicistas y apolíticas que caracterizaron las formas de lucha del movimiento obrero, y las ideas marxistas del comunismo y el trotskismo, los trabajadores guantanameros se hicieron eco del pensamiento nacionalista revolucionario que encabezó Antonio Guiteras y las direcciones pequeño burguesas del autenticismo y la ortodoxia.

Se cierra el ciclo de este proceso en 1955 con la incorporación de la clase obrera como una fuerza importante dentro del concepto de pueblo-nación que definió Fidel Castro, si de lucha se trata, en el documento programático La historia me absolverá, a partir del cual, se inició una fase superior en la evolución ideológica del movimiento obrero bajo el influjo del profundo contenido revolucionario y transformador de la nueva etapa de lucha.

Líderes del movimiento obrero

Domingo Germinal, Nicomedes Quiala(Pijindi); Manuel Tur Lambert; Gustavo Fraga Jacomino, Eliseo Mejías, Antonio Torres Chedebeaux, Ñico; Bernardo Betancourt Molina.

Movimiento revolucionario (1952-1955)

El golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 se dio en una compleja situación ideopolítica. Las fuerzas que mostraron una actividad más radical contra el golpe fueron la juventud ortodoxa y los trotskistas, dirigidos por personalidades de pensamiento radical entre las destacaron Gustavo Fraga Jacobino, Carlos Pérez-Teherán, Tomás Fresco, Octavio Lowit, Fabio Rosell del Río, Pedro Martínez. El intento de tomar las armas fue rechazado por el teniente de la Guardia Rural.

Un mes después del golpe ya eran notables los encarcelamientos a militantes comunistas puestos a disposición de los tribunales de urgencias. La Voz del Pueblo, el 4 de abril de 1952, bajo el titular: Obreros comunistas han sido detenidos y puestos a disposición de urgencia, dio los nombres de Rafael Parra Uriarte, Hilario Brown Vegué y Joaquín Álvarez Torrealba, como víctimas de la violencia gubernamental.

El año 1953 fue crucial para la dictadura, ya que a pesar de la represión, las fuerzas revolucionarias comenzaron a organizarse alrededor de un grupo de jóvenes del ala izquierda de la ortodoxia encabezados por Fidel Castro, que protagonizaron el asalto al cuartel Moncada.

Las masas populares se unieron en la ejecución de un conjunto de acciones entre las que se destacan: la manifestación “Cuba Encadenada”, el 28 de enero, en recordación al centenario martiano; el duelo popular en peregrinación al cementerio el 13 de febrero ante la muerte de Rubén Martínez Rubio; el movimiento insurreccional encabezado por Miguel Bertrán Bertrán el 26 de julio y el acto efectuado por el Bloque Juvenil Martiano el 27 de noviembre, donde se acusó a Batista de asesino.

Un acontecimiento que marcó la rebeldía popular fueron las torturas que recibió el trabajador de la prensa Félix Mendoza, que considerado muerto por los testaferros lo abandonaron frente al cementerio con los testículos amarrados con una cuerda al cuello. Del hecho conoció Fidel Castro, quien lo visitó en el hospital Calixto García donde recibió atención médica después de que un grupo de trabajadores lo rescataron y en favor de una colecta lo enviaron a La Habana.

Para junio de 1955, la labor revolucionaria de la Generación del Centenario, logró organizar el Movimiento Revolucionario 26 de Julio (M-26-7) que en Guantánamo dio sus primeros pasos de constitución a partir de los contactos entre Luis Bonito Milán y las secciones obreras ortodoxas y grupos estudiantiles que dejaron creado el 5 de julio de 1955, el Frente Obrero como primer intento de su estructura organizativa.

La constitución posteriormente por Frank País García del MR-26-7, de forma integral en la región, entre los meses de octubre y noviembre, se realizó a partir de la existencia de los distintos frentes antes creados, con el predomino en su directiva, de un importante número de obreros, fundamentalmente ferroviarios de vasta experiencia de lucha.

Sobre el movimiento revolucionario en Guantánamo Frank expresó:

“(…) Tenemos que recobrar el tiempo perdido y dedicarnos a barrenar en todas direcciones, a todos los sindicatos y organizaciones obreras (…) crear cuadros y dirigencias, adoctrinarlos, disciplinarlos y entrenarlos hasta llegar a pequeñas pruebas de huelgas generales, como ya se ha hecho en Guantánamo, cuyo trabajo obrero es formidable y que ha demostrado en la práctica que esto se puede hacer."

Lucha insurreccional

Por indicaciones de la dirección de la clandestinidad, se llevó a cabo el levantamiento del 30 de noviembre 1956 en apoyo al desembarco del Granma, acción en la que las fuerzas revolucionarias de Guantánamo desempeñaron un importante rol. Otras acciones destacadas en el período fueron la huelga general por el asesinato de Frank País García entre el 1 y el 9 de agosto de 1957. El trágico suceso de la explosión en la fábrica de bombas el 4 de agosto de 1957 y la relevante participación de la sociedad en la Huelga del 9 de abril de 1958.

Con la constitución del II Frente Oriental Frank País en [[1958]+, de las seis columnas que se conformaron, tres combatieron en la zona de operaciones de Guantánamo: la No. 6 Juan Manuel Ameijeiras, la No. 18 Antonio López Fernández y la No. 20 Gustavo Fraga Jacomino, con su directiva establecida en la Comandancia El Aguacate por Raúl Castro.

Principales operaciones militares

Del 9 al 14 de abril de 1958, Operación Omega: ataque al cuartel de Imías (día 9), ataque al cuartel de Jamaica (día 12), toma de Caimanera por algunas horas (día 13), acción diversionista en el reparto Caribe (noche del día 13), ataque al cuartel de Soledad (El Salvador). Combates: La Lima, La Isabel, Cupeyal, San Antonio de Redó, El Aguacate, Limonar, Alto de la Victoria, Hueco de la Mariposa y Abra de San Felipe.

Operaciones Antiaérea, Gancho y Ofensiva Final

Desde fines de 1958 las columnas 6, 18 y 20 del II Frente Oriental habían tomado u ocupado por abandono debido al acoso rebelde, importantes guarniciones y puestos, entre ellos, en noviembre: Ermita el 2, Cuneira el 7, Soledad el 9, Imías el 14, San Antonio Redó el 27, Río Frío el 30. Diciembre: Jamaica el 14, Caimanera el 19, Baracoa, el 27.

Igualmente se habían efectuado importantes acciones en forma de emboscadas, como la de Guamá el 4 de noviembre y la de Aguada del Aguacate el 7 de noviembre. La toma de Guantánamo se produce el día 2 de enero por fuerzas de las columnas 6, 18 y 20, con el apoyo del pueblo.

Etapa de la Revolución en el poder

El triunfo del 1 de enero de 1959, sembró esperanza en la sociedad a favor de la justicia social. Unido a la toma del poder político se produjo progresivamente en Guantánamo el proceso de unidad, en el que el pueblo se sumó a las tareas estructurales de la nueva sociedad a construir.

El pueblo, optimista, se lanzó a las calles para sumarse a la huelga general que consolidó el triunfo revolucionario, al frente del cual se designó como jefe de la Plaza al comandante Efigenio Ameijeiras Delgado, a quien lo sustituyó en la responsabilidad, el comandante Demetrio Montseny Vaca (Villa), y en Baracoa asumió la jefatura Argeo Hernández Durand.

Medidas revolucionarias

Creación de los Tribunales Revolucionarios, que juzgaron a los esbirros: teniente coronel Arcadio Casillas Lumpuy, sargento Marcelo Agüero y teniente José Fernández Vera. La Policía Nacional Revolucionaria se constituyó el 7 de enero y se designaron jefes por el MR-26-7 a Rafael Lozada Pardo en Guantánamo, y a Manolín Aguirre, en Baracoa, quien fue reemplazado por Pedro Matute Guilarte.

La unificación revolucionaria en Guantánamo se instituye entre 1960 y 1962 con la creación de las organizaciones políticas y de masas. Un paso importante en el logro de la unidad fue el proceso de constitución del PCC entre 1959 y 1965.

Con la JUCEI (1962-1965) se estructuraron 14 municipios. En la organización del proceso institucional, siguiendo la política nacional, a partir de 1965 se organiza el Poder Local que en 1976, cedió su puesto a los órganos del Poder Popular en Guantánamo.

Primera visita de Fidel Castro

El 3 de febrero de 1959 Fidel entró triunfal a la ciudad, aclamado por un mar de guantanameros. En las históricas palabras que dirigió ese día desde el corredor de la Escuela de Comercio, condenó la política del imperialismo hacia la Revolución y constató la determinación de la mayoría del pueblo de hacer realidad el programa del Moncada.

Primera Ley de Reforma Agraria

Se entregaron títulos de propiedad a 361 campesinos baracoenses, entre ellos a Engracia Blet, campesina trabajadora de la hacienda Nuevo Río Toa, que recibió el primer título de propiedad firmado por Fidel Castro Ruz. En el momento de estampar su firma en el documento, el jefe de la Revolución expresó:

“(…) comenzamos a dar tierra a los campesinos por donde mismo empezaron a quitárselas los conquistadores a los indios, por Baracoa”.

Más de 3 000 campesinos fueron beneficiados.

Las nacionalizaciones

En agosto de 1960 se nacionalizaron las propiedades de la Guantánamo Sugar Company, poseedora de 24 692 h de las mejores tierras guantanameras y la Empresa del ferrocarril; la Sucursal del Banco American National y las salinas de Baitiquirí y Macambo, y el 13 de octubre se hizo pública la función bancaria por la Ley 891. En 1961, las salinas de Caimanera Cerro Guayabo, Joa, Puerto Escondido y Boquerón.

En virtud de la aplicación de la Ofensiva Revolucionaria se socializó la pequeña producción de la propiedad privada perteneciente a los agricultores individuales y una pequeña parte del transporte que continuó funcionando como propiedad personal de quienes lo explotaban directamente. Fueron nacionalizados 1 645 negocios en lo fundamental del comercio minorista y los servicios que pasaron a ser propiedad estatal.

Agresiones al territorio desde la Base Naval

El 30 de septiembre de 1961 fue detenido en la Base Naval y asesinado el obrero Rubén López Sabariego. El 11 de junio de 1962 zarpó del muelle de Caimanera el pescador Rodolfo Rosell Salas y en el bote se encontró su cadáver con evidentes muestras de torturas.

En mayo de 1963 la goleta de cabotaje “Joven Amelia” cargada de gasolina es perseguida y embestida por el destructor yanqui “Harold Elian”. El 11 de febrero de 1964 unos 700 trabajadores de la BNY fueron despedidos y el 19 de julio, después de horas de provocaciones, las postas yanquis abrieron fuego contra soldados fronterizos y una de las balas alcanzó al combatiente Ramón López Peña de 19 años de edad, que cayó mortalmente herido.

De 1962-1963 ascendieron a 8 240 las violaciones en el territorio: fuerzas y medios terrestres 609 (7,4%), navales 1 312 (15%) y aeronaves de diferentes tipos 6319 (76,7%).

Entre 1962-1993 se realizaron unas 4 334 provocaciones desde la Base Naval Yanqui, entre las que se encuentran 671 apuntes con fusiles y ametralladoras al territorio, 16 apuntes con piezas de artillerías, 1 458 ofensas verbales y actos y gestos provocativos, 10 ofensas a la bandera cubana, 1 362 objetos lanzados al territorio, 42 provocaciones de incendios, 62 actos pornográficos y obscenos, 608 alumbramientos con potentes focos lumínicos.

Lucha Contra Bandidos

La geografía abrupta de la provincia y la presencia de la Base Naval Yanqui en la región, hizo de Guantánamo un foco importante de contrarrevolución. Se crearon alrededor de 18 organizaciones mercenarias con el apoyo norteamericano desde la base naval. Las bandas operaron básicamente en las zonas de Baracoa, Yateras, Imías, y a ellas se enfrentaron las milicias revolucionarias, la Seguridad del Estado y los jefes de la Revolución, que unidas al pueblo lograron aplastarlas.

Período Especial

Guantánamo no detuvo su marcha ante las limitaciones que impuso el Período Especial. La provincia se sumó a la búsqueda de alternativas que lograran salvaguardar las conquistas obtenidas y se insertó en el programa nacional de reformas que orientaron el gobierno y el partido.

La educación y la salud pasaron a ser prioridad en medio del recrudecimiento del bloqueo y la vida cultural se consolidó con el trabajo de las nuevas generaciones. Quedó deprimido el transporte, el programa de construcción de viviendas; pero se estimuló el turismo en Baracoa y el programa de desarrollo local abrió un amplio sistema de garantías para la sostenibilidad de los logros alcanzados en la construcción del socialismo en la provincia.

Cultura y tradiciones

El mosaico cultural de la provincia tiene sus raíces en la multiplicidad étnica de los grupos sociales que desde los primitivos pobladores aborígenes en fusión con europeos, africanos y caribeños, aportaron savia para su desarrollo y consolidación.

De esas tradiciones, el changüí, declarado en 2019 patrimonio nacional y la Tumba Francesa, representan la identidad más arraigada de los guantanameros en cuanto a música y bailes se refiere. Se suman además el nengón, kiribá, conga, bembé, los cantos de alteres de cruz y de promesa, el punto guajiro, la trova y los corridos mexicanos.

Desde 1997 el símbolo de la provincia es el Cemí de Gran Tierra de Maisí o Ídolo del Tabaco, pieza aborigen tallada en madera de guayacán negro e incrustaciones de conchas marinas, cuya réplica se entrega en pequeño formato a personalidades relevantes del territorio y el país. En 1999 se otorgó al General de Ejército Raúl Castro Ruz, a Ramón Machado Ventura y al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque.

El 11 de abril se declaró fecha histórica de la provincia por la importancia de la colosal obra revolucionaria de José Martí, que en 1895 desembarcó por la Playita de Cajobabo, para incorporarse a lucha por la independencia.

A cien años de ese acontecimiento histórico, en la noche del 11 de abril de 1995, Fidel Castro visitó el monumento erigido en el épico sitio en homenaje al maestro y a los compañeros que lo acompañaron en la expedición militar. Por la fecha la filial de la Unión de Historiadores de Guantánamo y la Sociedad Cultural José Martí, celebran anualmente el evento científico con alcance nacional, “Playita de Cajobabo”.

En 2011 Eusebio Leal Spengler, declaró Monumento Nacional la Cruz de Parra, momento en que se celebró la misa por el 500 aniversario de la fundación de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa.

La provincia cuenta con prestigiosas personalidades entre las que se destacan por su obra: Alejandro Hartmann Matos, Arnaldo Tamayo Méndez, José Sánchez Guerra, Ana Luz García Calzado.

Fuentes

  • Alonso Coma, Ismael. Historia de Guantánamo. Editorial El Mar y la Montaña, 2018.
  • Barreiro, José. Panchito. Cacique de Montaña, Casa de las Américas, 2016.
  • Centro de Documentación del CC del PCC. Cronología. 25 años de Revolución. Editora Política, La Habana, 1987.
  • Colectivo de autores: Diccionario Enciclopédico Militar de Cuba. Ediciones Verde Olivo, 2001.
  • Colectivo de autores: Frank en la Memoria. Editora Historia, La Habana, 2012.
  • Díaz Bardají, Vivian. Ideología y Movimiento Obrero en Guantánamo. 1888-1955. Inédito
  • García González, Manuel y Vivian Díaz Bardají. Veteranos. Esperanzas y olvido. Editorial El Mar y la Montaña. Guantánamo, 2012.
  • Guerra Bueno, Ladislao. El ferrocarril de Guantánamo. Editorial El Mar y la Montaña, 2010.
  • Mateo Domingo, Alfredo. Historia de la División Político-Administrativa. (1607-1976). Concurso 26 de Julio. MINFAR, 1977.
  • Sánchez Guerra, José. Conflictos en Guantánamo 1959-1970. Inédito