Historia de la provincia Holguín (Cuba)


Historia de la provincia Holguín
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Cronología
Comunidad primitiva
Comunidades aborígenes
Holguín colonial
El encontronazo
Conquista de Cuba
Camino a la Jurisdicción
Movimientos políticos y sociales desde finales del siglo XVIII hasta 1867
Guerras por la Independencia de Cuba 1868-1898
Guerra de los Diez años
Tregua Fecunda
Guerra de 1895
Guerra Hispano-Cubana- Americana
República neocolonial
Holguín entre 1699- 1925
Revolución del 30
Holguín desde 1952 a 1958
Lucha insurreccional
Fundación del Movimiento 26 de Julio
Lucha guerrillera
Huelga del 9 de abril
Derrota de la ofensiva de la tiranía
Ofensiva Final del Ejército Rebelde
Revolución en el Poder
Toma del poder político en Holguín
Etapa socialista. Defensa de la Revolución
Principales transformaciones institucionales y avances económicos– sociales hasta 1975
Avances en el decenio 1976-1986
Período Especial

Historia de la provincia Holguín. La historia de la provincia Holguín inicia con las comunidades aborígenes, y se extiende hasta la actualidad. En el período colonial aborda el encontronazo de la cultura europea y la aborigen, la conquista de Cuba, el camino a la Jurisdicción, los movimientos políticos y sociales en Holguín desde finales del siglo XVIII hasta 1867, las Guerras por la Independencia de Cuba desde 1868 hasta 1898, incluyendo la Guerra Hispano-Cubana- Americana. Durante la república neocolonial analiza los acontecimientos ocurridos entre 1899-1925, la Revolución del 30, el quehacer revolucionario de Holguín desde 1952 a 1958 y la lucha insurreccional. Concluye con la Revolución en el Poder, donde expone la toma del poder político, la etapa socialista y la defensa de la Revolución, así como las principales transformaciones institucionales y avances económicos – sociales hasta 1975, los avances en el decenio 1976-1986 hasta el período especial.

Es una de las 15 provincias que conforman la República de Cuba. Se ubica al norte de la región oriental, limita al oeste con la provincia Las Tunas, al norte Con el Océano Atlántico, y al sur con Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo. Es la tercera provincia con mayor cantidad de habitantes. Sus principales renglones económicos son la producción de azúcar, el turismo y la minería. Atesora el 35 % del caudal arqueológico del país.

Comunidad primitiva

Comunidades aborígenes

Las comunidades aborígenes[1] que se establecieron en la actual provincia de Holguín, procedían al igual que las que poblaron la isla de Cuba, para las comunidades cazadoras desde el oeste de América del Norte. El sitio de referencia es Levisa, Mayarí, con 5 140 años antes del presente (AP), 3 190 antes de nuestra era (a.n.e). Se distingue por la abundancia de útiles de piedra tallada a partir de rocas calizas de los arrastres de los ríos Mayarí y Levisa. Estaban organizados en pequeños grupos, para realizar la caza, pesca, recolección de moluscos marinos y terrestres. En las comunidades más cercanas al litoral su economía giraba hacia la pesca y la recolección.

Nuevas comunidades aparecieron en la región, procedentes del norte de Sur América, a partir del 4 180 AP (2 230 a.n.e), su economía se basaba en la pesca – recolección, siendo sus utensilios artefactos de concha y piedra no modificada. Los grupos alejados de la costa su economía se orientaba hacia la exploración del bosque y los ríos. Y empleaban con más profusión, una piedra tallada de pequeña dimensión, y percutores. Eran pequeños grupos humanos que vivían al aire libre que, exploraban cíclicamente determinados espacios. Se establecieron, fundadamente, en la región en los territorios de las Bahías de Gibara, Naranjo, Nipe y en Sagua de Tánamo.

Hacia el 2 300 AP (350 a.n.e) hicieron su aparición los grupos humanos clasificados como protoagricultores o apropiadores ceramistas. El sitio de referencia es el Playa Corinthia; también se pueden encontrar, en Gibara, Banes, Mejías y en el norte de Mayarí. Presentan una misma base económica y útiles similares que el grupo anterior, pero muestran una producción cerámica y una estabilidad habitacional.

En los momentos de la llegada de los españoles, los grupos ceramistas de la provincia, se encontraban asentados a lo largo de todo su territorio. Estos hicieron su aparición por el 1 000 AP (950 d.n.e), procediendo del norte de Venezuela, cuenca del río Orinoco, y el norte de Colombia. Procedían de la familia lingüística Arauca. Las actividades económicas, que los distinguen, eran la agricultura y la cerámica, complementada con la caza, la pesca y la recolección. Estaban organizados en comunidades tribales con un grado de jerarquización, sin que este rebasara los marcos de la comunidad primitiva.

Establecieron sus aldeas en las zonas de Banes y Antilla, donde alcanzaron los más altos niveles de complejidad sociocultural, Báguanos, Barajagua, Gibara y en el litoral que se extiende entre la bahía de Gibara y la de Naranjo. Cercano a la ciudad de Holguín estuvo el sitio aborigen Yayal. Se asentaban en elevaciones, sin embarco se encuentran sitios en la costa, cerca de ríos. Construían viviendas y utensilios de madera, piedra pulida, concha, huesos, cerámica, etcétera, con un cuidadoso acabado. Tenían expresiones religiosas que se ponían de manifiesto en su animismo, el areito y en el culto a los muertos.

Colonia

El encontronazo

Cristóbal Colón comandando tres naves: dos carabelas y una nao, al finalizar la tarde del 27 de octubre de 1492, vieron a la altura de la actual ciudad de Gibara, la silueta de la isla de Cuba. Toda la noche, estuvo lloviendo, manteniéndose los barcos “al reparo” (al pairo), hasta la alborada del 28, cuando desembarcan en la bahía de Bariay[2]. Colón ante la vista tan maravillosa que le proporcionaba el lugar al cual llegaba, diría: “nunca tan hermosa cosa vido”[3]. Palabras que han formado parte de la holguineridad de los habitantes de esta provincia. Este hecho marcó el momento del encontronazo de dos culturas (española - americana) que condujo a que la de menos desarrollo, en este caso la aborigen, sufriese un trauma desarticulador, causa principal de la disminución violenta del indio americano.

Colón y sus acompañantes, estuvieron en Cuba, desde el 27 de octubre al 5 de diciembre. Su mayor estancia la pasó en el puerto de Gibara, Río de Mares, donde se estableció por una semana. Desde este lugar mandó a dos de sus hombres al interior en busca de la ciudad capital del imperio del Gran Khan. Los emisarios estuvieron en una aldea aborigen, reconocida en la década del 40 del siglo XX, como el sitio el Yayal. Además conocieron la existencia del tabaco. El primer acto violento realizado por los españoles en Cuba, fue el tomar por la fuerza a 16 aborígenes en Río de Mares, para llevarlos a España, dos de ellos escaparon[4].

Conquista de Cuba

Cuba estaría varios años abandonada, aún cuando a sus costas arribaron diferentes expediciones, producto al mal tiempo, a acciones punitivas de captura de aborígenes y viajes clandestinos realizados a esta Isla, que permitieron conocerla. En los momentos en que Sebastián de Ocampo realizaba el bojeo de Cuba, se preparaba la expedición de conquista que encabezaría Diego Velázquez. Esta empresa la componían 300 hombres, salió de Salvatierra de la Sabana, en La Española, y arribó al puerto de Palma, al sur de Oriente, en 1510. Velázquez luego de derrotar la rebeldía del cacique Hatuey, se dio a la tarea de conquistar todo el territorio, para ello organizó a sus hombres en expediciones que recorrieron la Isla. A la par, fue fundando villas que le aseguraban el control del espacio conquistado.

La fundación de la villa de San Salvador de Bayamo (1513) tiene una importancia capital para la historia de nuestra provincia. Al formar parte de Bayamo, la región del noroeste de Oriente; mientras que la noreste quedaba bajo la administración de Asunción de Baracoa y Santiago de Cuba. Las líneas que separaban los territorios de estas villas estuvieron imprecisas en sus primeros momentos.

Velázquez realizó repartos de tierras e indios, estos últimos a través de las encomiendas, con el fin de la búsqueda de oro y cultivar la tierra para la subsistencia del español. Junto al trabajo forzoso, las acciones violentas contra ellos, las enfermedades, etcétera, llevaron a la muerte del indio, en lo que se conoce como un etnocidio. Al norte de Bayamo se repartieron tierras y se dieron encomiendas, unas de estas haciendas fue a manos de Bartolomé de Bastidias, en los primeros momentos de la constitución de Bayamo, y luego este “vendió” al extremeño García Holguín y a Diego de Lorenzana, en una fecha no precisada, debió ser cuatro años después de poseerla su dueño originario como establecía la ley. El centro de la propiedad agraria y de la encomienda estuvo en el sitio aborigen Yayal a escasa distancia de la actual ciudad de Holguín.

Para 1545, al regresar García Holguín de México[5], luego de un tiempo en dicho país, adonde fue formando parte de la expedición de Pánfilo de Narváez, para apresar a Hernán Cortes, se dio a la tarea de reubicar su hato, no en el sitio Yayal, sino en el Cayo Llano, rodeado de lomas de poca altura, situado entre dos fértiles ríos, “Fernando” e “Isabel” y al que coloca bajo la advocación de “San Isidoro”, Obispo de Sevilla, por lo que se supone que se estableció un 4 de abril, día de San Isidoro. El año de traslado del centro del hato no está del todo comprobado[6].

Junto a los pocos españoles que marcharon hacia la nueva ubicación, estuvo una masa de indios no despreciada por su número. Con su traslado se sancionaba la etapa ganadera de la economía de la región y se ponía fin a la minera, si bien, aún, en los alrededores de la ciudad y en sus ríos se encontraba el preciado metal. Para 1600, las nietas de García Holguín, dividieron el hato originario, surgiendo los de Holguín, donde se asienta la ciudad de los parques, Las Cuevas y Uñas.

A finales del siglo XVI comenzaron a mercedarse nuevos hatos, corrales y sitios por el cabildo bayamés, favoreciendo el surgimiento de una oligarquía regional que sustentó por mucho tiempo el poder económico: la tierra.

Camino a la Jurisdicción

El territorio se va consolidando económicamente, por medio de la producción agropecuaria, productos que se exportaban hacia las principales plazas de la Isla: La Habana y Santiago de Cuba. Esto facilitaba el aumento poblacional. En el sitio Managuacos, se fundó en octubre de 1692, una ermita, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, trasladándose a Las Guazumas en el hato Las Cuevas, en 1709. Poco a poco se fue consolidando la influencia del hato de Holguín, por sus mejores condiciones socio-económicas, facilitando que hacia este se fueran trasladando la población de los hatos cercanos. Fue Bartolomé Luis de Silva y Tamayo quien estimuló a los habitantes de la costa norte de Bayamo para fundar un pueblo. Esto aconteció el 4 de abril de 1720, cuando ya se encontraba la ermita de Las Guazumas en Cayo Castilla, del hato de Holguín. Se nombró entonces, Pueblo de San Isidoro de Holguín, bajo la advocación de la Virgen del Rosario y San Isidoro.

Desde el mismo momento de su fundación, comenzó la lucha de Holguín por separarse de Bayamo. Primero enviaron solicitud al Rey de España para constituirse en Jurisdicción. Con el apoyo de varias personalidades y en particular, de los santiagueros, quienes en su contradicciones con los bayameses, vieron la oportunidad de debilitarlos al separarle una extensión territorial apreciable. El 1 de febrero de 1751, el rey Fernando VI, firmó la Real Cédula que independizaba a los holguineros del cabildo bayamés. El 18 de enero de 1752, se oficializa, por el gobernador del Departamento Oriental, Alonso de Arcos y Moreno, este hecho, cuando se señala el territorio de jurisdicción[7], su ejido y la constitución de su gobierno local, presidido por José Antonio de Silva y Ramírez de Avellano, hijo del promotor del pueblo de Holguín. Finalmente Holguín fue elevado a la categoría de ciudad.

La Jurisdicción se destacó en la producción agrícola (vianda, tabaco, etcétera) y ganadera, en particular del ganado caballar. Alrededor de la población de Gibara se desarrolló una industria azucarera favorecida por capital inglés y estadounidense, sin llegar a imponerse una economía de plantación en la jurisdicción, prevaleciendo una esclavitud patriarcal, a diferencia de otras regiones del país. Predominó el trabajo libre, en una población, predominantemente blanca.

Para 1752, Holguín contaba con 1 452 habitantes blancos y 135 esclavos. Ya en 1822 eran 16 352 habitantes. Mientras en el censo de 1846, habían unos 21 681 habitantes de ellos eran blancos el 75%; morenos y pardos libres 11,3% y morenos y pardos esclavos, 13,5%. En 1862, eran 53 128 los habitantes; blancos 41 833; negros libres 6 860 y 4 362 esclavos[8]. La población negra estuvo siempre por debajo de las que alcanzaban otras jurisdicciones de la parte orientales y del resto del país.

Movimientos políticos y sociales desde finales del siglo XVIII hasta 1867

La primera conspiración, con repercusión en la jurisdicción, tuvo un carácter abolicionista, cuando el liberto Nicolás Morales tuvo que huir de Bayamo, para ocultarse en Yareyal en las proximidades de la ciudad de Holguín, donde fue capturado el 27 de agosto de 1795.

El inició de las Guerras de Independencia en América Latina, repercutió en la sociedad de la Isla y en la holguinera, a través la actuación de los corsarios insurgentes en las costas que trajeron la Constitución Colombiana a la jurisdicción[9]. Junto a ello, el conocimiento de la Constitución de Cádiz, que estableció una Monarquía Constitucional en España, fortaleció las ideas liberales entre los holguineros.

La conspiración abolicionista e independentista, encabezada por José Antonio Aponte, con repercusión en diferentes lugares de la Isla, tuvo su respaldo en Holguín. De ese complot fueron apresadas unas 50 personas, y condenado a muerte su líder en la localidad, el esclavo Juan Nepomuceno y a cadena perpetua Federico, Antonio, Miguel y Manuel. Nepomuceno fue el primer mártir holguinero por la independencia y las libertades[10].

El pensamiento liberal se enraizó entre muchos de los españoles que regresaron de las tierras americanas recién liberadas. Entre ellos estuvo Calixto García de Luna y Hernández, el abuelo paterno del futuro mayor general Calixto García Iñiguez, quien participó en el movimiento liberal del general Manuel Lorenzo en el Departamento Oriental en 1836. Por medio de él se restauró la Constitución de 1812, se crearon Cabildo constitucionales en la ciudad, Gibara y otros lugares del departamento. Se hizo construir una Pirámide Constitucional en la Plaza de Armas alegórica al fin del despotismo. Al restaurarse la Monarquía Absoluta, fueron procesados en la región, unos 26 individuos, dos lograron fugarse hacia las Bahamas, al resto les impusieron distintas penas. Calixto, con 63 años de edad, fue encarcelado y enviado a la Fortaleza de la Cabaña donde permaneció por varios meses[11].

En Holguín la esclavitud no tuvo la dimensión de otras regiones de la Isla, pero esclavos asentados en el territorio, huyeron hacia las montañas del este de la provincia, donde se unieron a hermanos suyos, procedente del resto de Oriente o del Occidente de la Isla, en los palenque que crearon en las espesura del monte. Esos palenques mantuvieron vínculos comerciales con Haití y la población blanca, negra o mulata libre que vivían en estas regiones. El abolicionista inglés David Turnbull, fue expulsado desde Gibara, cuando investigaba por ese territorio, el tráfico clandestino de esclavos en 1842.

Guerras por la Independencia de Cuba 1868-1898

Guerra de los Diez años

Al producirse el fracaso de la Junta de Información, los cubanos tomaron el camino de la insurrección armada contra España. Los líderes del Gran Oriente de Cuba y Las Antillas (GOCA), presidido por Vicente Antonio de Castro, sin reconocimiento de la masonería internacional, crearon logias masónicas irregulares en el Oriente de Cuba donde sus miembros fraguaron la independencia de la Isla. La logia en Holguín se denominó primero “Sol de Oriente” y luego “Hijo de la viuda”. Los holguineros mantuvieron la posición de la mayoría de los conspiradores orientales de aplazar el alzamiento hasta que finalizara la zafra, para contar con recursos económicos, criterio diferente tuvo Carlos Manuel de Céspedes, quien se levantó en armas el 10 de octubre de 1868. Sin embargo, inmediatamente respaldaron el movimiento, con el alzamiento de Julio Grave de Peralta en Guayacán del Naranjo a orillas del Cauto, el 14 de octubre; en los días siguientes, lo hicieron otros conspiradores.

La primera gran acción realizada fue el ataque a la ciudad de Holguín el 30 de octubre. El ejército español y sus seguidores, se refugió en la Iglesia San José, la casa Rondán (La Periquera), Hospital Militar y en la Casa de Gobierno, puntos que no pudieron ser tomados por las huestes cubanas. Estas se retiraron, acordando operar, de nuevo sobre la ciudad en tres columnas; en esa nueva arremetida los cubanos lograron ocupar la iglesia San José, pero no pudieron hacerse de La Periquera, ni del Hospital Militar donde los españoles se atrincheraron. El combate duró hasta el 6 de diciembre, viéndose los mambises obligados a retirarse, cuando una columna española hizo su entrada en el lugar.

Los colonialistas, con el objetivo de destruir a la Revolución, aplicaron una guerra a muerte, conocida como la Creciente de Valmaseda, donde sufrió las mayores consecuencias la población civil. La situación, de aislamiento y penuria de los revolucionarios holguineros, llevó a la creación del Comité Revolucionario de Holguín, el 10 de marzo 1869, con carácter provisional, permitiéndole con ello, cierta independencia con respecto a la dirección del presidente Céspedes. Entre las primeras medidas tomadas estuvo sustituir a Luis Marcano, jefe militar de Holguín, nombrado por Céspedes, por Julio Grave de Peralta, uno de los principales caudillo local. Las tropas holguineras solo lograron hacerle frente a la Creciente con algún éxito, a partir del nombramiento al mando de la región de Máximo Gómez, que tuvo como segundo a Calixto García, en agosto 1869.

El año de 1871, fue uno de los más difíciles vivido por el Ejercito Libertador en la región, Gómez ya había dejado la jefatura, al decaer las acciones militares. Se produjo un decrecimiento del número de soldados en las filas insurgente. Al siguiente año, los cubanos incrementaron su accionar militar, llevando a una postura defensiva al ejército colonialista. Eso fue un logro militar del general Calixto García, quien había asumido el mando en esta zona; los combates más importantes que él llevó a cabo fueron: Sao Arriba, La Cuaba, Auras, Báguanos, etcétera. Ese año culminó con los ataques a Barajagua, La Cuaba, La Palma, Sao Arriba, Auras, Güirabo y la ciudad de Holguín. Este último, se efectuó el 19 de diciembre. La población no pudo ser ocupada en su totalidad, pues de nuevo los colonialistas se hicieron fuertes en la Periquera. Fue un éxito que ocuparan 300 armas de fuego, 100 machetes, ropas y comestibles. Además, los españoles tuvieron unas 80 bajas, entre muertos y heridos y pérdidas por un valor de medio millón de pesos. Durante el año 1873, el estado de la guerra continuó favorable para las armas cubanas[12].

A partir de 1874, la disciplina dentro de las fuerzas cubanas comenzó a resquebrajarse, apareciendo con mayor fuerza el regionalismo y el caudillismo. En el territorio holguinero estos problemas trastornaron las acciones militares. Comenzaron a aparecer las discrepancias, fracturándose la unidad revolucionaria. Las indisciplinas de Vicente García repercutieron en la comarca, por el vínculo histórico, en particular de la zona occidental de Holguín. Esta situación permitió la labor divisionista del diputado matancero Dr. José Enríquez Collado, que se encontraba en esta región enviado por el Gobierno en Armas, para resolver los dificultades que se estaban dando en el campo insurrecto.

El movimiento que encabezó Collado y otros revolucionarios convergió en la formación de un gobierno independiente en Holguín, el llamado Cantón Independiente, del gobierno de la República en Armas. Antonio Maceo y otro oficiales y civiles trataron de evitar la división y encausar de nuevo a la revolución por los caminos de la independencia. Los cantonalistas se acogieron a la paz, entregando sus armas en la ciudad de Holguín.

Como respuesta, al Pacto del Zanjón, a la paz sin independencia que brindaba España, Antonio Maceo respondió con la Protesta de Baraguá. Junto al Titán, estuvieron revolucionarios holguineros como Belisario Grave de Peralta, Limbano Sánchez y Modesto Fornaris, siendo éste el último en deponer las armas en esta comarca en la contienda del 68[13].

Tregua Fecunda

Al finalizar la Guerra Grande Holguín quedó destruida. La recuperación en el período interguerra fue lenta e insuficiente para romper el tipo de economía prevaleciente desde principios de siglo. A partir de 1885, un pequeño grupo de agricultores comenzaron a “redescubrir” en la zona la plantación de café. Las únicas fincas que mantenían una situación aceptable fueron las de las zonas de Banes y Yagüajay, donde había plantaciones de coco, piña, cacao y guineo.

La United Fruit Company es el resultado de la fusión de los intereses fruteros de New York y Boston[14]. Comenzó su crecimiento precisamente en las dos últimas décadas del siglo XIX, a través del negocio de las plantaciones y la comercialización del plátano fruta. En su estrategia de desarrollo y expansión hacia otras fuentes de abastecimiento adquirió importantes extensiones de tierra en diferentes países de la región, y estableció vínculos precisos con la zona cubana bananera del norte de Oriente, donde se distinguían como cultivadores y negociantes los señores Dumois[15].

La compañía de los Dumois es un caso de incorporación tardía pero a la vez en gran escala, al negocio del banano. En pocos años fue una de las empresas agrícolas más grandes del país y la mayor en las provincias orientales. Según el criterio de Alejandro García Álvarez, “fue la principal región bananera de Cuba”[16].

La hacienda de Banes comenzó a ganar importancia por el tráfico comercial que logró con los Estados Unidos pues el 40 % del banano consumido en Nueva York salía por el puerto de El Embarcadero de Banes o por el puerto de Samá, producido por Dumois y compañía. “Sus exportaciones representaban más del 1 % del valor total de las exportaciones de Cuba entre 1890 y 1895. Figuró a la cabeza de las plantaciones bananeras en el Caribe[17].” Se convirtió en el centro de la vida económica de la región y se volcó plenamente al mercado capitalista.

En 1879, de nuevo los cubanos, se levantan en armas contra España en lo que se ha llamado la Guerra Chiquita. Siendo el primer levantamiento de toda Cuba el ocurrido el 24 de agosto, en San Lorenzo, La Rioja, bajo el mando del general Belisario Grave de Peralta, con unos doscientos hombres. La acción de mayor importancia fue el ataque a Mayarí por los coroneles Luis de Feria y Ángel Guerra. Para enero de 1880 ya se encontraba pacificada la región en su totalidad.

Finalizada la Guerra del 68 se van a constituir los dos partidos rivales en Cuba, el Liberal Autonomista y el Unión Constitucional. El Partido Autonomista en Holguín tuvo la característica de que en el militaban independentistas, con el propósito de utilizar las libertades ofrecidas por España a favor de la independencia; contó con el periódico La Doctrina, cuyo director fue el catalán José Miró Argenter. En 1892, se creó la Junta Revolucionaria, filial del Partido Revolucionario Cubano, que tenía como presidente a Francisco Frexes Mercadé. En abril de 1893, los revolucionarios holguineros Manuel y Ricardo Sartorio, precipitaron un levantamiento que estuvo condenado al fracaso, al no existir las condiciones necesarias, tanto dentro o fuera del país para su éxito[18].

Guerra de 1895

La orden de alzamiento llegó a manos del general Bartolomé Masó, jefe de los revolucionarios que conspiraban en el oeste de la provincia oriental. Inmediatamente cursó avisos a sus subordinados para levantarse en el arma el 24 de febrero de 1895. Desde Manzanillo, José Miró Argenter, el vínculo entre los holguineros y Masó, telegrafió a los hermanos Sartorio y partió para Mala Noche, a unirse a los revolucionarios de la región convocados para ese lugar. Este pronunciamiento fue secundado en Santa Lucía, Fray Benito, Aguada de la Piedra, Yagüajay, Banes, Tacajó y Báguano, entre otros lugares por los miembros de la Junta Revolucionaria holguinera.

La guerra fue mantenida en los primeros momentos por pequeños grupos de revolucionarios que se caracterizaban por su movilidad. Estas particularidades favorecieron la organización de una fuerza de más de cuatrocientos hombres con experiencia combativa para cuando llegó Antonio Maceo a Holguín. Con Maceo creció el accionar de las fuerzas cubanas sobre la base económica de la zona, en particular sobre las siembras comprendidas entre Holguín y Gibara[19].

A la columna invasora organizada en Mangos de Baraguá, se incorporó un apreciable número de holguineros, tanto dentro de la oficialidad como de la caballería e infantería que formaban la tropa. La caballería que desempeñaría un rol importante, en cuanto a mantener la movilidad de la columna, fue puesta bajo el mando de Luis de Feria Garayalde y ante la sorpresa de todos fue designado Miró Argenter como jefe de su Estado Mayor, tanto uno como otro, eran hombres de confianza de Maceo. La despedida de los holguineros a la columna invasora en la prefectura de Mala Noche fue grandiosa, en ella se puso de manifiesto la fe en la Revolución. La imprudencia de una nota publicada en el Cubano Libre, determinó la salida de la columna invasora, el 3 de noviembre, de tierras holguineras, antes de la fecha señalada[20].

Ante el estado de abandono y calma en que se encontraba la región oriental, fue necesaria una nueva estructura para el ejército en la región. Junto al general Calixto García, designado por Gómez para la jefatura del Departamento Oriental, organizan una plana mayor para el ejército en Oriente y entre los primeros nombramientos estuvo el del general Mariano Torres para el mando de la división oriental de Holguín.

Unos meses más tarde considerando que en esta región las actividades productivas de las plantaciones obstaculizaban la estrategia general de la guerra y restaban fuerzas a la Revolución. El nuevo jefe holguinero recibió la orden de destruir e incendiar el poblado de Banes. El 11 de agosto de 1896, después de ondear la bandera cubana y cantarse la Bayamesa, el coronel Octavio Silva Delgado prendió fuego a su casa, iniciándose así el incendio de la plantación y la ciudad por las tropas del general Mariano Torres.

Se fortalecieron las operaciones militares en toda esta región, principalmente en las zonas de cultivo que sostenían a las poblaciones civiles y a los militares españoles. Posteriormente, con la toma por Calixto García, del fuerte de Loma de Hierro, que protegía un tramo de la línea férrea entre Holguín y Gibara y la zona de cultivo colindante, a unos escasos kilómetros de Auras, se demostró el empleo con éxito de la artillería por parte del mambisado, para poner sitio y tomar una posición enemiga. Así, Calixto se convirtió en el jefe mambí que supo emplear la artillería con éxito en la toma de poblaciones.

A partir de 1897 los insurrectos acantonados en la región comenzaron a operar con intensidad sobre el ferrocarril, de Gibara a Holguín, y todas las zonas de cultivo que rodeaban las principales poblaciones de la región. El Ejército Español debió ir cediendo, ante el empuje de los soldados cubanos, las posiciones avanzadas que tenían en las zonas de Banes, y al sur y oeste de la ciudad de Holguín, fueron evacuadas por sus tropas y ocupadas por el ejército revolucionario.

En los primeros dos meses del año 1898 se efectuaron más de 23 combates entre el Ejército Libertador comandado por el lugarteniente general, mayor general Calixto García y las fuerzas colonialistas que trataban de cercarlo en la región de Báguanos, en particular en Mejías. El ejército español sufrió una costosa derrota de la que pudo recuperarse.

Guerra Hispano-Cubana- Americana

Calixto García desde el mismo momento en que se produjo la explosión del Maine, vio la posibilidad de la guerra entre los Estados Unidos y España, y cuando se aprobó por el Gobierno estadounidense la Resolución Conjunta, la declaración de guerra a España, le imprimió mayor actividad a sus tropas. El general holguinero consideró que antes que retumbara el cañón americano lo debía hacer el cubano. El plan militar presentado al mando yanqui para combatir juntos los dos ejércitos, estuvo el de atacar la ciudad de Holguín y luego partir hacia la capital de la Isla, para darle el último golpe a los colonialistas españoles. El gobierno de los Estados Unidos no aceptó tal proposición y las circunstancias hicieron que el plan original de los del norte, se llevara a cabo en Santiago de Cuba, por la entrada a ese puerto de la flota de española del almirante Cervera.

Para conocer las necesidades más apremiantes del mambisado el teniente Andrés S. Rowan, por el Ejército norteamericano tuvo una reunión, 1 de mayo de 1898, con el lugarteniente general Calixto García, desconociendo al Consejo de gobierno y al general en jefe, el objetivo de su misión era coordinar las futuras acciones de los ejércitos aliados. Esta reunión fue el inicio de la colaboración entre ambos ejércitos, con el objetivo de resolver la carencia de armas y alimentos para fortalecer la campaña militar.

Muy pronto las costas de Banes recibirían la primera expedición conjunta cubano - norteamericano. Este envío fue aprobado por la secretaría de guerra norteamericana, como resultado de la entrevista de los comisionados de Calixto García con el alto mando yanqui. Esta desembarcó el 26 de mayo y estuvo dirigida por el general José Lacret Morlot, como jefe de tierra y el general Julio Sanguily, como jefe de mar, también los acompañó Joaquín Castillo Duany y el contingente expedicionario integrado por 400 cubanos aproximadamente; a los que se sumaba una sección especial del Ejército norteamericano, mandada por el capitán Aureling Todd y el teniente Wycliffe B. Grafton[21].

El 6 de junio desembarcó, también por la bahía de Banes, el vapor Gloucester, a bordo del cual regresaba a la patria el teniente coronel Carlos Hernández, uno de los comisionados del mayor general Calixto García ante el alto mando yanqui. El oficial cubano portaba las instrucciones que el general Nelson A. Miles le enviaba al lugarteniente general del Ejército Libertador. En ellas comunicaba el proyecto yanqui de atacar por mar y tierra la ciudad de Santiago de Cuba, proyectando el desembarco de las tropas estadounidense en estrecha cooperación con los mambises orientales.

Iniciada la Guerra Hispano–Cubana–Americana, Holguín formó parte de la retaguardia de la acción principal: Santiago de Cuba. Las tropas holguineras reforzadas por efectivos camagüeyanos debían evitar el traslado de los españoles que se encontraban en Holguín hacia Santiago de Cuba u otros lugares de Oriente. Al tratar de trasladarse los efectivos españoles establecidos en Mayarí hacia Holguín fueron derrotados en Platanillo, tomándose los poblados de Sagua de Tánamo y Mayarí. Con los fines del armisticio entre Estados Unidos y España y ante el temor de un enfrentamiento entre los antiguos aliados las tropas de Calixto García se dirigieron hacia el norte de la provincia para continuar su combate contra el poder colonial.

Al ser abandonada Gibara por el ejército español entonces fue ocupada por las fuerzas cubanas, instaurando allí Calixto su cuartel general. Mientras, en Holguín se concentraban más de 12 000 efectivos españoles que trataron de salir de la ciudad hacia Gibara. Los cubanos les presentaron combates en Aguas Claras y Auras constituyendo estas acciones las últimas ejecutadas entre los ejércitos enemigos en la Guerra del 95. Cuando se preparaba el ataque a los españoles establecidos en Auras llegó al puerto de Gibara la noticia del fin de la contienda.

República neocolonial

Holguín entre 1899- 1925

La economía quedó destruida por el accionar de los dos ejércitos y en particular, por la reconcentración llevada a cabo por Valeriano Weyler. Las principales fuentes económicas de la región no daban sustento al pueblo hambriento establecido en las localidades, incrementado por la llegada de grandes masas de civiles residentes en las prefecturas mambisas. La recuperación fue lenta en los primeros momentos para tener un crecimiento rápido con la imposición de una economía monoproductora con base en la industria azucarera. A partir de un crecimiento de la economía, sin desarrollo, se da un espejismo de prosperidad. Junto a la producción azucarera se desarrollan otras producciones mercantiles, como la de banano[22], tabacalera y la ganadería, pero el campesinado holguinero sigue dedicándose a la producción de viandas y granos.

Al aparecer, en los grandes latifundios azucareros y ganaderos se produce, el desplazamiento de la población rural hacia las principales poblaciones. Se duplica, en las tres primeras décadas, la población urbana, junto a esto se produce una inmigración antillana hacia las provincias orientales y en particular Holguín[23], provocando la depreciación de los salarios. Surgieron nuevas poblaciones portuarias y mineras como Antilla, Felton, Nicaro y Moa. La región norte de Oriente se convirtió en una zona de enclaves estadounidenses, lo cual tuvo sus efectos en el desarrollo social, étnico y cultural de Holguín.

Durante la ocupación estadounidense (1899- 1902) la población holguinera sufrió los vejámenes de la soldadesca yanqui acantonada aquí. Leonardo Wood creó el Distrito Federal de Holguín que agrupaba los municipios de Mayarí, Puerto Padre y Holguín. Este es el principio de la idea de crear una provincia del norte de Oriente. La imposición de la Enmienda Platt motivó a lo largo de todo el país la crítica a la misma, entre los opositores estuvo un sector importante de los holguineros, encabezado por el coronel del Ejército Libertador José Torres desde su posición de periodista.

La instauración de la República Mediatizada llevó la esperanza al pueblo cubano, quien creyó que había llegado la soberanía y la independencia plena de la nación. Los gobiernos alcaldicios, formados por representantes de los partidos conservador y liberal, con el predominio de los últimos en los primeros treinta años republicanos en el territorio, representaron los intereses de la burguesía local y de los inversionistas extranjeros.

Las luchas del campesinado en la región nacieron espontáneamente ante los hurtos de sus tierras por los latifundistas. Sus líderes provinieron de las filas del Ejército Libertador. Finalizó la espontaneidad de sus luchas con la fundación del Partido Comunista, al darle este, coherencia al movimiento campesino. Las acciones más importantes del campesinado se produjeron en: La Cuchilla, San Felipe de Uñas, Barajagua, Purnio, Cruces de Purnio, Guabasiabo, Cebolla, Cananova, entre otros. Por su parte, las principales luchas del movimiento obrero en los primeros 25 años se producen en los centrales azucareros. En los pueblos y ciudades del territorio se van creando organizaciones obreras de carácter reformista y anarquista, siendo la de mayor trascendencia la Unión Obrera de Banes (1923)[24].

Para 1912, a la lucha política de esos momentos, se incorporó un partido surgido dentro de un segmento poblacional marginado de sus derechos como fueron los negros y mulatos, el de los Independientes de Color, rechazado por los otros constituidos y vetados por la Ley Morúa. Esto condujo al levantamiento de sus partidarios en toda la Isla, en ese año, con más fuerza en Oriente, donde se encontraban sus líderes. La zona en donde tuvo mayor repercusión en el territorio holguinero, fue en Sagua de Tánamo, allí los alzados trataron de tomar el poblado. En las comarcas de Holguín y Gibara, se levantaron pequeños grupos, que solo llegaron a quemar la alcaldía de barrio de San Juan. Los Ayuntamientos se adhirieron al gobierno central frente a estos sucesos, al considerarlos como una actitud antipatriótica de los negros al propiciaba la aplicación de la Enmienda Platt. Un grupo importante de la pequeña burguesía negra, se opuso a la conducta de los sublevados, al considerar que esa no era la vía correcta. Fueron perseguidos con saña los rebeldes, quedando en los montes de Sagua y Mayarí, los rastros de la represión. En Banes fueron asesinados cuatro inocentes negros. En Holguín fueron muertos el líder del movimiento, Abdón Raspall, y un ex teniente coronel del Ejército Libertador, a manos del capitán Luis Estrada, en las Lomas de San Juan de las Puercas.

El levantamiento sirvió de pretexto para cometer toda clase de atrocidades con negros pacíficos, en especial, en la zona de San Andrés. Actos censurado por la población, que obligó a la alcaldía a emitir un bando en el cual señalaba que el gobierno no podía permitir que se atropellase a los ciudadanos por el solo hecho de pertenecer a la raza que inició el movimiento.

Revolución del 30

El proceso de la Revolución del 30[25] comienza con el enfrentamiento al gobierno corrupto de Alfredo Zayas. Es la época del movimiento reformador del estudiantado, de los intelectuales, obreros y del enfrentamiento al imperialismo de los sectores comprometidos con la nación cubana. En 1925, Gerardo Machado sustituyó a Zayas en la presidencia, su gobierno tuvo el apoyo de la oligarquía y el imperialismo yanqui.

Los primeros que se enfrentaron al machadato, en Holguín, fueron los estudiantes a través del Directorio de Segunda Enseñanza (1927 y 1930). Lucharon contra la prórroga de poderes, los asesinatos y represalias del régimen. Sin producirse un rompimiento dentro del Directorio, un grupo de jóvenes crearon Los carbonarios (1929) con su constitución comienza a manifestarse la tendencia nacional revolucionaria en Holguín. Dos años después se integraron a Unión Revolucionaria (UR) creada por Antonio Guiteras, con lo que rebasan el marco local al formar parte de una organización que aspiraba a tener un carácter nacional.

La lucha del proletariado contra el machadato se fortaleció con la fundación, por Felipe Fuentes, del Partido Comunista en 1931, en todo el territorio holguinero. A partir de esos momentos los revolucionarios procedentes de las capas medias y del proletariado fueron los principales protagonistas de la lucha antimachadista. Aunque, los sectores de la oposición burguesa llevaron a cabo un desembarco por Gibara, en agosto de 1931, para contribuir con el derrocamiento de la tiranía.

La organización fundada por Antonio Guiteras, Unión Revolucionaria, comenzó a planear a partir de enero de 1932, la guerra civil revolucionaria. En el levantamiento que se organizaba, ocupaba un importante lugar Holguín, junto con otras localidades de Oriente. Debían tomar el regimiento Calixto García y otros puntos importantes de la población y la creación destacamentos guerrilleros en los alrededores de la ciudad[26]. El 29 de abril, se realizó el alzamiento de San Luis, sin que Holguín lo secundara, al no producirse el aviso para ejecutar la acción. A mediados de mayo de 1932, Guiteras se trasladó a Holguín, convirtiéndose la ciudad en el centro de la rebeldía en Oriente, él mantuvo una posición unitaria, manifiesta en su acercamiento al marxista Felipe Fuentes[27]; desde aquí preparó el Plan de Bayamo contra la Mediación, que consistía en el ataque al Cuartel de Bayamo y su posterior traslado a la Sierra Maestra para iniciar la lucha guerrillera, este plan fue abortado por la caída del machadato.

El pueblo holguinero como muestra de júbilo se lanzó a la calle cuando supo la huida del tirano Machado. Esta situación favoreció que saliera del ostracismo el Partido Comunista con actos públicos, donde convocaban a la lucha contra el imperialismo y la oligarquía nacional. Por su parte miembros de Unión Revolucionaria crearon la guardia cívica para mantener el orden. Dentro de las primeras medidas tomadas estuvo la destitución de machadistas de cargos públicos locales, la intervención del Alambique (propiedad de Machado y de dos holguineros), se incautó el central Cacocum y se repartieron tierras abandonadas de este central a familias campesinas pobres. Además se mantuvo el enfrentamiento al gobierno de Carlos Manuel de Céspedes (hijo), impuesto por la mediación americana. Se mantiene la idea de ejecutar el Plan Bayamo, pero de nuevo se cancela por el golpe revolucionario del 4 de septiembre de 1933.

Los revolucionarios holguineros consolidaron sus posiciones con la llegada a la alcaldía del municipio cabecera de Luis Felipe Masferrer. La acción inmediata del nuevo alcalde estuvo dirigida a perfeccionar los mecanismos de dominación de los sectores populares, bajó las tarifas a pagar por los usuarios de teléfonos y de electricidad. Al producirse la caída del Gobierno de los Cien Días, el nuevo presidente de la República Carlos Mendieta depuso a los alcaldes izquierdistas. Ante esto, Luis Felipe se dio a la tarea de organizar la Joven Cuba, en el norte de la provincia de Oriente, para recepcionar la expedición que se organizaba en el exterior (México) por Guiteras, que debía desembarcar por esta región, con el fin de crear grupos guerrilleros que se extenderían al resto del país.

Después de la muerte de Guiteras, Luis Felipe se encargó de continuar la lucha contra la dictadura de Mendieta – Batista, se trasladó a México para reorganizar a los cubanos que se encontraban en ese país. Allí conoció los males que aquejaban a la Joven Cuba. El 13 de junio de 1936 aparece su cuerpo colgado en un hotel de Nuevo Laredo. Con su muerte terminó el proceso revolucionario en Holguín. Él representó el pensamiento progresista, nacionalista, socialista y sobre todo antiimperialista de los holguineros, fue el alma y líder de los intereses de la clase media de la localidad que entroncaba con los intereses de los campesinos y obreros.

Con la caída del gobierno revolucionario presidido por Ramón Grau San Martín en 1934, comenzó un período donde se enseñoreó el militarismo representando por Fulgencio Batista y los gobiernos de facto. La represión se puso de moda. Ante la necesidad de un gobierno de jure que resolviera el pago de la deuda contraída por el machadato con la banca norteamericana y por otro lado, que abandonase, aunque fuera cosméticamente, el militarismo más descarnado, se llevaron a cabo elecciones presidenciales donde gana Miguel Mariano Gómez, por la conjunción de tres partidos y apuntalado por el coronel Batista y la embajada estadounidense.

El nuevo presidente, entró en contradicción con el coronel Batista, llevando a la destitución. Este comprendió que los momentos eran de cambio de casaca, por ello, favoreció a la convocatoria a la Asamblea Constituyente[28], donde se aprueba la constitución del 40. Mientras se discutía esta, se preparaban las elecciones presidenciales donde sale electo a través del fraude Fulgencio Batista. Los sustituirá el miembro del Partido Revolucionario Cubano (Autentico) (PRC(A)) Ramón Grau San Martín, que inició ocho años de gobiernos auténticos.

Los años 40 y 50 se caracterizaron por el predominio de nuevos partidos nacidos de la Revolución del 30, en particular el PRC (A), la corrupción de los gobiernos auténticos y alcaldicios y el estancamiento del crecimiento económico en el territorio. Además el mayor control del capital norteamericano con la apertura de las minas de níquel en Nicaro y la construcción de la fábrica de Moa.

Del autenticismo se desprendió en 1946, una fracción que se fundó, oficialmente, 12 de septiembre de 1947, al ser inscripto por el Tribunal Superior Electoral, el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos), que tiene sus orígenes en Holguín cuando se apoya la candidatura de Eduardo René Chibás, por el PRC (A), en la Asamblea Municipal de Holguín y Provincial de Oriente, reunida en la ciudad de los Parques[29]. La ortodoxia es un proyecto “pluriclasista, cívico, constitucionalista, nacional- democrático, moralizador, liberal –en lo político, pues en el plano económico defendía la doctrina del intervencionismo o regulación estatal- y de tipo populista (….)[30]

La fuerza del PPC(O) se aprecia precisamente en su pluralidad, pero a su vez paradójicamente, es ahí, donde radica su debilidad, al militar, junto con obreros, campesinos y sectores medios comprometidos con Cuba, elementos terratenientes que debilitaron al Partido, luego de la muerte de su máximo dirigente en 1951. Este tuvo en el territorio holguinero, en particular en la ciudad de Holguín, un gran apoyo popular, debido al programa político defendido.

Holguín desde 1952 a 1958

El pueblo holguinero como el resto del país manifestó su oposición al golpe de estado del 10 de marzo de 1952. Los estudiantes iniciaron la repulsa con un mitin frente al Instituto de Segunda Enseñanza, que culminó en una manifestación por las principales arterias de la ciudad. Unidos estuvieron los jóvenes de procedencia ortodoxa, auténtica y socialista en la protesta. En Banes, la organización femenina Rebecas Juveniles, cubrió con un manto negro el busto erigido a las madres en el parque Cárdenas. En Mir los ortodoxos planearon el ataque al cuartel de la localidad con el fin de iniciar la lucha armada.

Se decretó la disolución de los partidos políticos y se sustituyó la Constitución del 40, por los llamados Estatutos Constitucionales. En Holguín los dirigentes partidistas, adoptaron una postura expectante, pensando en la vuelta a la “democracia”. Sobre el Partido Socialista Popular (PSP)(Comunista) se ensañó el golpe, sus dirigentes fueron perseguidos, detenidos y encauzados. La postura de los gobiernos locales y sus políticos las definió el acto de juramentación de los Estatutos Constitucionales, por negarse a firmarlos fue destituido el alcalde de Sagua de Tánamo. En el consistorio holguinero se rehusaron seis concejales, 5 ortodoxos, y uno del PSP y 5 alcaldes de barrios.

Como consecuencia del Asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes[31], fueron detenidos viejos politiqueros y miembros del PSP de la localidad relacionándolos con estos hechos. En la región holguinera llegaron por diversas vías los primeros ejemplares de la Historia me Absolverá, las lecturas de este documento aumentaron las simpatías por la causa de los asaltantes y su acción revolucionaria. Proliferó la explosión de petardos, la crítica abierta al régimen a través de la prensa, etcétera.

Lucha insurreccional

Fundación del Movimiento 26 de Julio

El 15 de mayo de 1955, en virtud de la Ley de Amnistía política fueron liberados los moncadistas. Al estar en peligro la vida de los asaltantes se decide su exilio, no sin antes dejar constituida la dirección nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7) y definida las tareas fundamentales a desarrollar en Cuba.

En Velasco, un barrio del entonces municipio holguinero, el 25 de noviembre de 1955, se registra la primera célula al contacto de este poblado con los del territorio de Las Tunas, donde se habían constituido células antes que ocurriera en Holguín. Es en el mes de diciembre de 1955 cuando fue vertebrado el MR-26-7 en Gibara, Holguín y Banes, a través del relación del médico gibareño, ortodoxo, Faustino Tapia Martínez, con la Dr Melba Hernández y Pedro Miret Prieto; quienes acordaron enviar a Gibara a Gustavo Arcos Berges con la misión de constituir el Movimiento en las localidades. El 4 de diciembre Berges, funda con los hermanos Faustino y Octavio Tapia y Enrique Villafruelas, una célula, eligiéndose a Faustino como coordinador.

Un día después, en Holguín, los hermanos Tapia y Arcos Berges, contactaron con Pedro Díaz Coello y Antonio Díaz Fernández, y en el bufete de este último, fundaron el MR-2-7, siendo elegido coordinador Pedro Díaz Coello[32]. Luego se crearon en diferentes lugares del oeste y este del territorio, a partir de 1956. Las células fundadas al este, desde Cueto a Moa se vincularon directamente con la dirección provincial del Movimiento en Santiago de Cuba; mientras las del este tuvieron sus lazos con la dirección del movimiento de la ciudad de Holguín.

Las células se enfrascaron en la colecta de dinero a través de la venta de bonos para la compra de armas, la formación de nuevas células, la preparación militar de sus integrantes, la propaganda, así como acciones de sabotajes, etcétera. Con la llegada de Fidel en 1956, se jerarquizó el apoyo al frente guerrillero y la incorporación de hombres a este. En Holguín las prácticas de tiro se realizaron en Sao Arriba, Cruces de Purnio y Nipe. Las fuentes de obtención de las armas fueron diversas: por donativos, otras se recuperaron a través de los grupos auténticos y ortodoxos que mantenían la “línea insurreccionalista”; también, remanentes de la Guerrita de Gibara del año 31 y la compra en los establecimientos públicos y a particulares; en general eran fusiles de caza y uno que otro fusil de mayor calibre.

En la propaganda se destacó Pedro Díaz[33], pues utilizó de manera sistemática y vehemente su programa dominical de la CMKF, Trinchera Cívica, y el periódico Norte. Ejemplo de ello fue su alocución del 28 de agosto de 1955 cuando señaló: “¡Adelante, juventud idealista (…) Un paso al frente, que Cuba sufre y sangra…! ¡De pie juventud cubana y marchemos todos unidos…!”. En el artículo Un aniversario del 26 de julio, expresó: “(…) salvo el caso específico del líder (…) “Fidel Castro”, todos los que han abogado por una salida a la problemática cubana mediante la vía insurreccional no han hecho otra cosa que jugar a la revolución (…)”[34].

En el desfile militar, por el natalicio de nuestro Héroe Nacional del año 1956, un grupo de jóvenes del Instituto de Segunda Enseñanza, quemaron una bandera del 4 de septiembre, mientras que otros gritaban “Abajo Batista”, “Abajo el gobierno”. De este choque violento resultaron gravemente heridos dos estudiantes y otros fueron detenidos.

En los últimos meses del año, quedó establecida la Organización de Jóvenes Oposicionistas (OJO), dirigida por los jóvenes del 26 de julio, tenía el propósito de formar un solo frente juvenil en Holguín. Uno de sus logros fue la salida del periódico Unidad Estudiantil, editado por estudiantes de los centros secundarios de la ciudad y del Instituto de Segunda Enseñanza, bajo el lema: "Por la unidad del estudiantado y el pueblo[35].” El periódico presentó un programa y una candidatura estudiantil, la cual obtuvo un rotundo triunfo, pese a la acusación de comunistas que recaía sobre sus miembros.

Sin embargo, las acciones del MR-26-7 en la provincia holguinera en apoyo al desembarco del Granma, no tuvo la trascendencia de otros lugares, a causa de los limitados recursos. Las pocas armas acopiadas, fueron puestas en manos de Frank País, con el fin de utilizarlas en el levantamiento de Santiago de Cuba. Junto con los uniformes verde olivo utilizados ese día por los combatientes, también mostraron los distintivos y brazaletes de la organización, diseñados y confeccionados en Gibara[36]. Al producirse el desembarco del Granma, las fuerzas represivas detuvieron a varios miembros del MR-26-7, acusados de tenencia de propaganda subversiva y armamentos.

El año 1956 finalizó con los crímenes conocidos como las Pascuas Sangrientas, llevadas a cabo por el carnicero coronel Fermín Cowley Gallegos, contra la juventud que se agrupaba alrededor de los partidos ortodoxos y socialista. La raíz más profunda de estos hechos represivos hay que buscarla, en la protección de los intereses económicos estadounidenses del norte de Oriente, lo cual exigía el aplastamiento inmisericorde de la más mínima muestra de rebeldía que pudiera lesionarlos. La dictadura decidió dar un golpe contundente a las fuerzas revolucionarias en la zona nororiental, para evitar que estos apoyaran a los guerrilleros de la Sierra Maestra. La operación fue irónicamente denominada Regalo de Navidad. Este macabro plan se adelantó para la noche del 23 de diciembre, por el temor de que la primera víctima, Rafael Orejón Forment, abandonara el lugar donde trabajaba. Las restantes 22 víctimas, entre ellos Pedro Díaz Coello, fueron ultimadas entre los días 25 y 26, como había sido ordenado[37]. El MR-26-7 y el PSP resultaron duramente golpeados al sufrir la pérdida de sus más importantes dirigentes.

Organizada por el ex presidente Carlos Prío Socarrás, zarpó la expedición del yate Corinthia, desde Miami rumbo a Cuba, el 19 de mayo de 1957. Cinco días después entran en la playa de Cayo Saetía. Con la ayuda de unos pescadores descargaron y trasladaron el armamento y las municiones a tierra. Mientras tanto, en el extremo de la península de Dos Bahías, “(…) el agotamiento de unos y la falta de entereza de otros motivó que la pequeña tropa se fuera desintegrando[38].” Posibilitando la captura y el traslado a Holguín de dos de los expedicionarios, que revelaron el plan. La operación de la tiranía, consistía en aniquilarlos antes de que penetraran en el macizo montañoso. Pensando que les perdonarían la vida, 16 miembros de la expedición se entregaron, siendo asesinados, a orillas del arroyo La Marea, Brazo Grande. Uno que quedó vivo, fue capturado luego en Mayarí y desaparecido[39]. Este asesinato fue informado como caídos en combate a la opinión pública.

No obstante, el MR-26-7 reorganizó sus fuerzas en enero de 1957, y envió el primer grupo de combatientes clandestinos a la Sierra Maestra, bajo las órdenes de Delio Gómez Ochoa. Sobrevino una nueva etapa en el proceso de reestructuración y un fecundo período de lucha, en el cual los revolucionarios ejecutaron una de las acciones más importantes: un comando urbano de esta organización, llevó a cabo el ajusticiamiento a Cowley Gallegos. La represión no se hizo esperar, y de nuevo fue descabezada la dirección municipal el 9 de diciembre[40]. Por estos hechos de sangre, contra los revolucionarios holguineros, el Che conceptuó a Holguín como Ciudad Mártir. Pero como el ave Fénix, volvió a resurgir el MR-26-7, su directiva municipal y células independientes durante 1958.

Lucha guerrillera

En 1957 en el territorio holguinero, al calor de la lucha en la Sierra Maestra, surgieron grupos guerrilleros espontáneamente. El primero de estos, fue el de Orlando Lara, que operaba entre Cauto hasta Mir y Maceo[41]

Reforzándose luego, con la designación de Carlos Borjas como Jefe de Acción del Movimiento, al bajar este de la Sierra Maestra en marzo, y organiza una guerrilla que operó entre Cacocum y Cauto Cristo, con el objetivo de apoyar la huelga general en preparación. Por otro lado, René Ramos Latour a fines de 1957, organizó en la zona noreste del territorio, dos guerrillas, una comandada por Demetrio Monseny Vaca y otra por Raúl Menéndez Tomassevich. El 11 de marzo de 1958 fue constituido el II Frente Oriental Frank País, comandado por Raúl Castro Ruz. Este Frente abarcó los territorios de los actuales municipios de Moa, Sagua de Tánamo, Frank País, Mayarí, Cueto, Banes, Antilla, San Germán y Báguanos. Una de las primeras tareas fue la limpia de atracadores, bandoleros y otras lacras que a nombre de la revolución abusaban de los campesinos en el territorio constitutivos.

Huelga del 9 de abril

Mientras se organizaba el II y III Frente, se preparaba la Huelga General del 9 de abril. El 31 de marzo, dos acciones combativas hicieron sentir la fuerza de la guerrilla en los extremos este y oeste de la provincia. Orlando Lara atacó el cuartel de Mir, siendo el primero que cayó en manos de los rebeldes en el llano[42]. Por su parte, Efigenio Amejeiras dirigió la primera toma de Moa por el Ejército Rebelde, con el fin de ocupar su aeropuerto, en espera de un avión, que no llegó con armas desde el extranjero.

El capitán Camilo Cienfuegos bajó de la Sierra Maestra al llano, al mando de una pequeña tropa, con la misión de darle un mando único a los grupos de alzados en las Llanuras del Cauto, apoyar la huelga y reorganizar el MR-26-7 en Holguín, Bayamo, Manzanillo y Victoria de Las Tunas. Mientras tanto Carlos Borjas y su guerrilla, al sur de la ciudad de Holguín, y otros grupos insurgente, actuaron sobre las comunicaciones y la economía, para apoyar la huelga de abril en la zona.

En la ciudad de Holguín, los trabajadores del comercio y empleados públicos, realizaron sabotajes y cierre de tiendas, incendiaron las oficinas de la Inalámbrica, entre otras acciones para apoyar el llamado a la huelga. La policía y los mujalistas hicieron abrir las fábricas y comercios. Muchos fueron detenidos y torturados, provocando la dispersión de las células del Movimiento. A finales de mayo, Camilo llegó a territorio holguinero, para reestructurar la guerrilla de Borjas, y crear nuevas. Con ello, se amplió y fortaleció el movimiento armado en el llano.

Derrota de la ofensiva de la tiranía

La puesta en práctica por la tiranía, del plan FF Fase Final o Fin de Fidel, después del fracaso de la huelga, interrumpió la labor de Camilo en Holguín, al ser requerido en la Sierra Maestra. Antes de partir, escogió a Osvaldo Herrera, su capitán auditor, para que reorganizara el movimiento clandestino en la ciudad de Holguín. Pocos días después, Herrera fue apresado en Las Tunas, suicidándose en la cárcel de Bayamo.

La ofensiva de la tiranía incluyó acciones a gran escala sobre el II Frente, por el sur y el oeste, con las tropas del regimiento de Santiago de Cuba y por el norte y oeste con las del regimiento de Holguín. La respuesta de los rebeldes evitó que el ejército se hiciera del territorio bajo el control del II Frente. A finales del año, el Ejercito Rebelde (ER), controlaba casi todo el territorio rural de la provincia, solo se mantenía en manos del régimen las principales poblaciones.

Con el fracaso del Plan FF de la tiranía se preparó la ofensiva final del Ejército Rebelde. Así en agosto, partieron hacia el occidente del país las columnas al mando de Camilo y Ché. A su paso por la llanura del Cauto, Camilo sustituyó a Carlos Borjas por Cristino Naranjo y ratificó a Jesús Díz Fernández como coordinador del MR-26-7 en Holguín. No obstante, el movimiento clandestino en la zona no tuvo una dirección centralizada, más bien respondió a las órdenes de los jefes de guerrilla que operaban alrededor de Holguín.

Las acciones previas del teniente Oscar Orozco Viltres, en los llanos holguinero y gibareños, junto a las acciones de los otros grupos guerrilleros, crearon las condiciones para la creación del IV Frente. Este tuvo como jefe al comandante Delio Gómez Ochoa. El mismo se extendió por todo el norte de Oriente hasta la frontera con Camagüey. A pesar de la corta duración, desde octubre, este contó con una estructura para su gobernabilidad que iba desde el cobro de impuestos, hospital con servicios médicos hasta la organización de escuelas para niños. Entre las principales acciones militares estuvo la toma del Acueducto de Holguín (combate de la Presa) el 21 de octubre, donde se destacaron cuatro mujeres, integrantes de las Marianas, al mando de la doctora Isabel Rielo.

Mientras en el II Frente, se ejecutaba la Operación Gancho, para evitar la farsa electoral, a celebrarse el 3 de noviembre, donde las principales acciones se dirigieron hacia el sur, hostigando a las guarniciones de Sagua de Tánamo, Cayo Mambí, Mayarí, Cueto y Marcané. Fue atacado de nuevo Las Minas de Ocujal entre el 10 y 11 de noviembre, llevando a su abandono por la dictadura. Las comunicaciones en diferentes tramos de la carretera a Holguín, Guaro a Cueto fueron incomunicados. Por su parte, las milicias de Marcané, Orozco y Dumois, realizaron acciones similares sobre el ramal ferroviario Alto Cedro-Antilla, quemándose el día 31 el apeadero de Gendis. El cuartel de Marcane cayó en poder del Ejército Rebelde como el poblado de Cueto el 9 de diciembre, manteniéndose hasta el 16, cuando lo abandonaron ante la llegada de refuerzos enemigos.

En el territorio del IV Frente, es interrumpido el fluido eléctrico en Gibara, Auras, Bocas, Velasco y Holguín, entre la noche del 30 de octubre y el primero de noviembre, el cual no se restituyó hasta después del triunfo revolucionario. Se combatió, a un kilometro de Uñas y Los Güiros, donde fue herido Eddy Suñol, con un balance de 20 soldados del régimen muertos, 3 heridos y seis prisioneros y capturaron gran número de armamentos y parque. Además se produjeron enfrentamientos entre el ejército y el ER, cerca de Gibara, y un grupo rebelde, llegó hasta el reparto Pueblo Nuevo de la ciudad de Holguín, con el fin de destruir el almacén de la estación de ferrocarril, solo se pudo incendiar un tanque de gasolina de la Esso Estándar Oil antes de retirarse.

Ofensiva final del Ejército Rebelde

El 13 de noviembre de 1958, Fidel llamó a todos los jefes de columnas a tomar Oriente, como preámbulo de la Ofensiva Final del Ejército Rebelde. En cumplimiento de esta orden, fuerzas del IV Frente comenzaron a interrumpir el tránsito en la carretera central. Con el fin de tomar la iniciativa el ejército del régimen, formó una columna compuesta por un tanque de guerra, dos blindados ligeros de exploración y unos doscientos hombres, capitaneados por Jesús Sosa Blanco, para operar contra el IV Frente. Salieron del Regimiento el 28 de noviembre rumbo a San Andrés, fueron atacados en la Entrada, donde sufrieron una derrota[43].

En el Martillo, asesinaron al niño Rafael Pérez García, debido al fuego indiscriminado de la soldadesca para evitar las emboscadas de los rebeldes. Saquearon e incendiaron poblados y caseríos a su paso. Al retornar la columna de Delicias, se establecieron en Velasco, entre el 11 al 15 de diciembre, sufriendo este pueblo los desmanes de la soldadesca. Al tomar el camino de Blanquizal a Bocas, utilizaron a dos campesinos como carne de cañón al ir al frente de la tropa y evitar el ataque de los revolucionarios. En las cercanías de Bocas, pudieron sortear una emboscada al contar con el apoyo de la aviación y por el fuego del blindado; antes de abandonar el lugar asesinaron a uno de los campesinos que traían como prisionero y le prendieron fuego a 53 bohíos cercanos al camino, quemándose en uno de ellos un lugareño demente. Esta fue la última acción importante de las fuerzas de la tiranía contra este Frente.

En la zona del II Frente fue concebida la Operación Sagua de Tánamo – Cayo Mambí, que se extendería hasta el 24 de diciembre, con el objetivo de ocupar ambos lugares. Sagua fue víctima del bombardeo y el ametrallamiento enemigo, antes de capitular, pasando a la historia como la Ciudad Mártir; también fueron liberados Cayo Mambí y Moa. Comenzó el bloqueo por las fuerzas rebeldes a Mayarí y Cueto; hacia esta última población el comandante de la tiranía Jesús Sosa Blanco, se dirigió con una columna reforzada, con el fin de evacuar la guarnición allí establecida.

Sosa Blanco sorteó las emboscadas que se les hicieron en su ida hacia Cueto. El 26 de diciembre, irrumpió en la población y al siguiente día, salió para Holguín, en su retirada fue intensamente hostigado en Barajagua y Mejías, de donde sólo pudo salir con ayuda de la aviación. En Los Palacios, el 28, el Ejército Rebelde le hizo una nueva emboscada, donde tuvo más de 100 bajas entre muertos y heridos, él mismo fue herido, logró refugiarse en San Germán, de donde lo trasladaron en avión hasta Holguín, dejando a su suerte a la tropa.

En la parte norte, rendir a Mayarí y Holguín constituía las dos acciones decisivas para ganar la batalla final de Oriente. Cumpliendo esa estrategia, en la noche del 28 de diciembre fue atacada Gibara, llegando a dominarla casi en su totalidad, solo no pudieron ocupar los dos balnearios y la batería Fernando VII, donde se atrincheraron las fuerzas del ejército y la marina. El Ejército Rebelde abandono el territorio y levantaron campamento en Aguas Claras para poner sitio a Holguín. El 31 de diciembre fuerzas del IV Frente lograron penetrar hasta La Holguinera, en el Reparto Vista Alegre, donde cayó el guerrillero René Ávila.

Ese mismo día la Columna 19, comandada por Belarmino Castilla, libró el combate de Guanina, con la que se logró la rendición de Mayarí. Así como las fuerzas que se encontraban Nicaro y Preston. Banes lo hizo el 2 de enero.

La noticia de la huída de Batista, el 1 de enero, movilizó a las denominadas Fuerzas Vivas de la ciudad de Holguín que constituyeron una comisión[44] para gestionar la rendición de la Plaza Militar con el fin de evitar derramamientos de sangre, ante el anuncio del Ejército Rebelde que sería atacada la ciudad, sobre las 6 de la tarde de ese día. La comisión se entrevistó con las fuerzas rebeldes al mando del capitán Eddy Suñol, acampadas en Aguas Claras, y con el mando del Regimiento, acordando realizar la rendición de las fuerzas del régimen derrotado, en el local de la Logia Masónica de Holguín. El hecho aconteció el primero de enero a las 11 de la noche, entrando las primeras tropas rebeldes, capitaneadas por el doctor Carlos Dominicis Manduley y Eddy Suñol, alrededor de la 1 y 15 am, del siguiente día. A las tres de la madrugada tomaron el mando del Regimiento en medio del júbilo de la ciudadanía. A partir de ese instante los miembros del MR-26-7, patrullaron las calles, custodiaron las dependencias del Estado, entidades bancarias, comercios, etcétera, para evitar desórdenes y saqueos. La multitud iluminándose con quinqués y candiles colmaba las calles y lugares públicos celebrando el triunfo.

Revolución en el Poder

Toma del poder político en Holguín

Las alcaldías fueron sustituidas por el Comisionado, forma de poder estatal en las localidades, posteriormente el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) devendría como una institución sui géneris del Estado y los jefes de las zonas de desarrollo, designados por este, serían la máxima autoridad dentro de ellas. Con la toma del poder político se constituyeron los tribunales revolucionarios, que juzgaron y castigaron a los detenidos por delitos contra el pueblo. En Holguín la población cooperó para que se hiciera justicia. Los culpables de los asesinatos de los revolucionarios holguineros, sintieron el peso de la ley revolucionaria, cual carga plomiza sobre sus cabezas.

La puesta en práctica del programa del Moncada dio un vuelco a la situación del Holguín de 1959, mostrada en el aumento del nivel de vida y el rescate de la dignidad ciudadana. En el orden económico la Ley de Reforma Agraria vino a ser la que desbrozó el camino hacia la transformación de la estructura económica deformada por cuatro siglos y medios de explotación. El INRA dirigió una ingente labor económica y social en las zonas de desarrollo. La creación de cooperativas y granjas del pueblo, hicieron que el problema del empleo comenzara a tener una solución objetiva. Se resolvió el conflicto más antiguo sobre la tierra, al entregar a los campesinos de San Felipe de Uñas los primeros títulos de propiedad. La expropiación de las tierras de la United Fruit Company en Banes, redujo sensiblemente el poderío yanqui en este territorio. La aplicación de esta ley llevó al enfrentamiento directo con el imperialismo; junto a ello, se produjeron las nacionalizaciones de las empresas extranjeras y nacionales en 1960.

Estas medidas permitieron que se ampliara considerablemente el sector estatal lo cual garantizó, el poder económico en manos de la clase obrera. El 15 de octubre Fidel anunciaba que en lo fundamental se había cumplido el programa del Moncada. Transitábamos así hacia el socialismo. En estos años la penuria de pueblos como Gibara se hizo cosa del pasado, a ello contribuyó, la construcción del primer centro hilandero de Cuba por iniciativa del Ché, de caminos vecinales, acueductos, la flota pesquera, un Hospital con 96 camas, escuelas urbanas y rurales, etcétera, en esa demarcación.

La construcción de aulas y escuelas, sobre todo en la zona rural y barrios marginales fue tarea de primer orden. La inauguración del Centro Escolar Oscar Lucero Moya, cuarto cuartel que se convertía en escuela en el país, albergó a más de 4 000 niños pobres. La mujer dejó el espacio doméstico para asumir nuevas responsabilidades en la sociedad. Se inició en febrero de 1961 la construcción del primer círculo infantil, para apoyar a las madres trabajadoras.

Etapa socialista. Defensa de la Revolución

Con la proclamación del carácter socialista de la Revolución y el llamado a defender la patria contra la agresión imperialista por Playa Girón, el pueblo holguinero consolidó la fuerza movilizativa de sus organizaciones políticas, sociales y de masas bajo la consigna:

" Producción, Alfabetización, Defensa y Unidad "
En la defensa de la Patria Socialista se hizo patente la valentía y la sangre derramada por hijos de este pueblo, en las arenas de Playa Girón. El Bon. 108, se destacó también en la limpia del Escambray. En los días de la Crisis de Octubre, frente a la amenaza de intervención directa, se crearon en Holguín los Batallones Venceremos que sustituyeron a los movilizados en los Batallones de Combate, se mantuvo la guardia en alto y se elevó la producción. 

Las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) llamaron a iniciar los Domingos de Trabajo Socialista, las mujeres ocuparon los puestos de los hombres en la producción. La acción de los órganos de la seguridad del Estado, el Ejército Rebelde, las organizaciones sociales y políticas del pueblo hicieron de la defensa de la Revolución y el socialismo un estandarte, contra el cual se ha estrellado toda acción contrarrevolucionaria y agresión del imperialismo, como se reveló en la anulación del bandidaje en Sagua de Tánamo, Mayarí, Gibara, Buenaventura, Camazán y la desarticulación de las organizaciones contrarrevolucionarias, así como la defensa del poblado de Boca de Samá del ataque mercenario.

Principales transformaciones institucionales y avances económicos – sociales hasta 1975

En 1961 se inició el proceso de construcción del Partido, un momento trascendental en el mismo fue la adopción del nombre de Partido Comunista de Cuba (PCC), así como la creación de su Comité Central, en 1965. Los pioneros, los jóvenes y los campesinos culminaron en esa etapa el proceso constitutivo de sus organizaciones. Se fortaleció la unidad del pueblo en torno a sus líderes y la Revolución. En las localidades se crearon la Junta de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI), que sustituyeron el comisionado en 1961.

Se estableció la región como eslabón intermedio entre la provincia y los municipios en 1963. En Holguín se constituyeron, cuatro: Holguín- Gibara, Banes- Antillas, Mayarí- Sagua- Moa y luego, La región Minera. En 1965, se instauró el Poder Local que sustituye a la JUCEI, con el fin de buscar una mejor relación gobierno pueblo. Su estructura fue superior, pero en la práctica se desgastó en tareas puramente administrativas y las asambleas de confrontación con el pueblo se dejaron de realizar. Luego, se experimentó con los Distritos Urbanos, el llamado Gobierno de los Doce en Gibara fue uno de ellos, paralelo al Poder Local, desapareciendo a finales de 1973, con el objetivo de hacer más efectiva la participación popular.

A partir de 1963 con el cambio de la estrategia de desarrollo económico y la Segunda Ley de Reforma Agraria, la economía se puso en el centro de atención de las masas. En su mayoría las tierras intervenidas pasaron a la agricultura cañera, lo que aseguró las zafras del pueblo, la de 1965, superó con creces la del 63. Este éxito unido a los convenios con la antigua Unión Soviética hicieron pensar en la posibilidad de alcanzar una zafra de 10 000 000 de toneladas de azúcar en 1970, y los mayores esfuerzos en el plano económico estuvieron encaminados a ello.

Punto crucial en la Revolución Cultural que se venía gestando fue la Campaña de Alfabetización iniciada bajo el lema “¡Cultos Sí, Analfabetos No!”. Gibara fue nuestro primer municipio en liberarse del analfabetismo, y el segundo de la antigua provincia de Oriente. La incorporación masiva a esta tarea y las 90 000 personas alfabetizadas fue nuestro aporte. Las organizaciones sociales libraron luego la batalla por el sexto grado. Fue un suceso cultural en la década del 60 la fundación del Teatro Lírico Rodrigo Prats, bajo la dirección de Raúl Camayd, y la del Museo de Ciencias Naturales en Holguín. Las bibliotecas comenzaron a jugar un papel fundamental en la cultura del pueblo.

En la salud se emprendieron las campañas de vacunación, privilegiando la población infantil. Se abrieron nuevos centros médicos, como en el barrio de Yamanigüey en Moa. Comenzaron a disminuir los nacimientos en las residencias, así como la tasa de mortalidad infantil. El Hospital Lenin, inaugurado en Holguín en 1965, fue considerado uno de los mejores de América Latina.

El deporte se convirtió en derecho de todo el pueblo y se trabajó por la masividad introduciéndose la Educación Física desde la primaria. Se eliminó el profesionalismo y se conformaron los Consejos Deportivos Voluntarios. El Ateneo Deportivo Fernando de Dios abrió sus puertas, de allí saldrían figuras de la talla de Margarita Skeet. Hubo participación de atletas holguineros en los Juegos Olímpicos de México y una masividad en los juegos escolares.

La enseñanza politécnica laboral alcanzó un alto grado de desarrollo, se inició la construcción de las escuelas en el campo. La enseñanza universitaria duplicó su matrícula y diversificó las carreras, con filiales en Holguín, Banes, Mayarí y Moa. La creación del Contingente Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, dio respuesta a la explosión de matrícula de la enseñanza media en esos años.

Ante los daños ocasionados por el ciclón Flora se construyeron los acueductos de Banes, Antilla y Gibara, la presa de Tacajó, la fábrica de acueductos de Nicaro, etcétera. Impulsándose además la construcción de viviendas.

Avances en el decenio 1976-1986

En cumplimiento de los acuerdos del Congreso del Partido (1975) se produjo el perfeccionamiento del proceso de Institucionalización de la Revolución Cubana. El pueblo dijo sí a la Constitución Socialista, se realizó la nueva división política- administrativa, con la que nació nuestra provincia. Luego de un proceso eleccionario se instauraron a todos los niveles los Órganos del Poder Popular y se estableció paulatinamente el Nuevo Sistema de Dirección y Planificación de la Economía. Se consolidaba la construcción del Socialismo.

Como parte de la estrategia de industrialización del país el monto de las inversiones en el período, hizo que Holguín alcanzara un desarrollo económico acelerado. El 83.7% fue invertido en la esfera productiva, fundamentalmente en el desarrollo minero metalúrgico de Moa. Se rehabilitó y modernizó la industria azucarera, se construyó la Fábrica de Combinadas Cañeras KTP 1, la Fábrica de Implementos Agrícolas 26 de Julio y la Planta de Remolques cañeros, con ayuda y asesoría de países del antiguo campo socialista, en especial de la URSS. El sistema de electrificación benefició a 250 000 personas más.

Para 1986 el número de maestros creció, surgió el Contingente de maestros de Montañas, se amplió el plan de escuelas en el campo y politécnicos, y se inauguró la Escuela Vocacional de Ciencias Exactas José Martí Pérez. La cultura experimentó un avance particular, al construirse la escuela Vocacional de Arte, la de Ballet, Música y Artes Plásticas, y dotar a los municipios y bateyes de centrales azucareros con diversas instituciones culturales. Radio Angulo se convirtió en emisora provincial, y se crearon otras municipales. Fueron construidos en este decenio, el Estadio Calixto García, la Escuela Superior de Preparación de Atletas y la Escuela de Iniciación Deportiva. Por primera vez se ubicaron atletas holguineros entre los mejores del país, Ángel Espinosa, Pedro Roque, Walter Arencibia y Mariano Rodríguez merecieron este honor. En el área de la salud la mortalidad infantil bajó a 13.9 por cada mil nacidos vivos.

La ciencia y la técnica, elevaron el papel que les corresponde como fuerza productiva, a lo que contribuyó el surgimiento de varios centros de investigación científica. La población de la montaña se vio beneficiada con un amplio programa económico social, tendente a lograr la recuperación cafetalera y elevar sus niveles de vida. En menos de cuatro años de desarrollo acelerado, Holguín ganó la sede del acto nacional por el 26 de Julio en 1979.

El funcionamiento de los Órganos del Poder Popular en la provincia fue positivo. La participación entusiasta de las masas en la solución de los problemas sociales de la comunidad caracterizó esta etapa.

Asediados por la agresividad del imperialismo, que no escatimó métodos en su afán de liquidar la Revolución, el pueblo respondió integrándose a las Milicias de Tropas territoriales, protagonizando las Marchas del Pueblo Combatiente. De igual modo, el pueblo holguinero escribió páginas gloriosas de internacionalismo proletario.

Período Especial

Inmersos en la rectificación de errores y tendencias negativas con en el propósito de desarrollar el país, se produjo el desplome del campo socialista y la desintegración la URSS, por lo que se cernió sobre nosotros un doble bloqueo económico. La euforia yanqui no tenía límites, se entronizaba un mundo unipolar, y pensaron que los días de la Revolución estaban contados.

En 1990 entramos en el Período Especial en Tiempo de Paz, en el que vimos el desarrollo alcanzado virtualmente paralizado. La dirección del país llamó a Defender la Patria, la Revolución y el Socialismo, al tiempo que proyectaba una acertada estrategia de supervivencia y resistencia, poniéndose en vigor un conjunto de medidas dirigidas a este fin. La reforma constitucional de 1992, emprendió alternativas para perfeccionar el sistema político, incluido el mecanismo electoral, con el objetivo de hacerlo aún más participativo y popular. Estas reformas ratificaron el rumbo de nuestra Revolución Democrática y Socialista, el Partido Comunista devino partido del pueblo cubano, las presiones desde el mundo unipolar no lograron dividirnos.

Los tres primeros años de ese decenio fueron los más críticos, pero las medidas adoptadas por el gobierno, la creatividad de las masas y su capacidad de resistencia junto a la voluntad del pueblo de defender el proyecto escogido, hizo posible no sólo resistir sino continuar desarrollándonos. Muy a pesar de todas las patrañas desplegadas por el Gobierno de Estados Unidos, en unión de la derecha anticubana de Miami, para aislar la Revolución y provocar su derrumbe.

A partir de 1994 comenzó a vislumbrarse discretamente la recuperación y aunque no hemos llegado a los niveles deseados, se empezaron a mostrar avances económicos sociales. En Holguín la batalla ganada por su pueblo fue reconocida, al otorgársele en 1996 la sede del acto nacional por el 26 de Julio, en medio de tan difíciles circunstancias.

Entre los avances obtenidos podemos significar el resultado de las inversiones realizadas en el último decenio del siglo XX. Importantes obras se han ejecutado en todos los sectores, privilegiándose el sector productivo, y dentro de él a la industria. En la esfera no productiva se han priorizado los servicios comunales, educación, deporte y turismo, sin descuidar los demás sectores. Todo este proceso inversionista ha generado miles de fuentes de empleo. En estos años las empresas no eléctricas superaron la generación de electricidad de antes del período especial, significativo es la culminación de la segunda planta Termoeléctrica de Felton. Comenzó la construcción de nuevos hoteles e instalaciones extrahoteleras en las playas Guardalavaca, Esmeralda y Pesquero.

En medio de condiciones difíciles se logró ampliar y consolidar los servicios de salud, dotando los más importantes centros de salud con equipos de alta tecnología que permiten un diagnóstico temprano y eficaz. Como resultado de este esfuerzo se ha mejorado el comportamiento de los indicadores principales de la salud, entre ellos, la mortalidad infantil que fue en el año 2000 de 7.3 por cada mil nacidos vivos.

La educación se ha venido revolucionando para garantizar una cultura general e integral, priorizando la labor educativa. La Educación Superior ha elevado su calidad, y ha crecido el número de carreras, contando con un potencial científico en función de nuestro desarrollo. Significativo es el impacto de la ciencia y la innovación tecnológica en la actividad socioeconómica de la provincia, haciendo énfasis en los sectores turísticos, niquelíferos, azucareros y agrícolas de forma sostenible.

Existe en la provincia un fuerte movimiento cultural de reconocida calidad, en el que ha desempeñado un importante papel la UNEAC y la Asociación Hermanos Saíz. Se fundaron en esta etapa importantes instituciones culturales como son la Casa de Iberoamérica y la Oficina de Historia, la Orquesta Sinfónica de Holguín, se ejecutó el proyecto Plaza de La Marqueta, entre otras. La Semana de la Cultura en todos los municipios, las Romerías de Mayo y la Fiesta Iberoamericana, entre otros eventos importantes, han hecho de nuestro territorio un lugar de encuentro y tradición. Se trabajó en el rescate de la memoria histórica como medio para reafirmar nuestros valores identitarios.

En el deporte se mantienen abiertas las instalaciones deportivas al servicio del pueblo, hemos tenido una de las mayores representaciones de holguineros en competiciones internacionales, relevante resultó la actuación de nuestros atletas en las Olimpiadas, obtuvieron preseas de oro Mario Kindelán en boxeo, Legna Verdecía en judo, Martha Sánchez en voleibol, y de plata Niurvia Meléndez en Taewandoo.

En la batalla de ideas el pueblo de Holguín siguió fiel a su tradición combativa, fueron verdaderos actos históricos las Tribunas Abiertas realizadas en nuestro territorio. La tierra del general Calixto García se siente orgullosa de sus hijos.

Referencias bibliográficas

Fuentes

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Periódicos

  • Colección el periódico Norte (Holguín) 1952- 1959.

Archivos

  • Archivo Nacional de Cuba (ANC). Fondo Donativos y Remisiones.
  • Archivo Histórico Provincial de Holguín (AHPH). Fondo Ayuntamiento.