Historia del municipio Bolivia (provincia de Ciego de Ávila)


Historia del municipio Bolivia (provincia de Ciego de Ávila)
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Escudo Bolivia.JPG
Historia del Municipio Bolivia
Cronología
Etapa aborigen
Etapa colonial
Establecimiento del colonizador español en el territorio
Participación en las guerras de independencia
El territorio de Cunagua durante la Guerra del 95
Efectos de la reconcentración de Weyler
República Neocolonial
La república neocolonial (1899-1952)
Luchas obreras
Oposición al golpe del 10 de marzo y participación en la lucha
Apuntes sobre la cultura neocolonial
Período revolucionario
Desarrollo socio político y económico de Cunagua (1959-1965)
Proceso de rectificación de errores
Impacto del período especial
El batey del Cunagua Monumento Nacional
Apuntes sobre la cultura revolucionaria

Historia del municipio Bolivia (provincia de Ciego de Ávila). La historia del municipio Bolivia comienza con los asentamientos aborígenes (correspondiente con las culturas agroalfareras y pre–agroalfareras) y se extiende hasta la revolución en el poder.

El siglo XIX estuvo marcado por profundas transformaciones agrarias en el territorio, basadas en el ansia de expansionismo de terreno por parte de los propietarios. Varios combates tuvieron lugar en su geografía, en territorio se establecieron prefecturas y subprefecturas que dieron un importante aporte a la lucha insurreccional.

Con el triunfo de la Revolución comienzan fructíferos cambios en todos los aspectos: políticos, económicos y sociales de Cuba y por consiguiente en este territorio. Se le da comienzo a una serie de programas en distintos sectores como la agricultura, la educación y la salud.

Enmarcado en una extensa llanura, sólo interrumpida al oeste por la Sierra de Judas de La Cunagua, el municipio Bolivia reviste gran importancia por su potencial económico y por ostentar su poblado cabecera la condición de Monumento Nacional. Las más antiguas referencias documentales acerca del territorio datan de inicios del 1703 y están relacionadas con litigios sobre propiedades de terrenos, lo que permite afirmar que importantes haciendas como las de Manga Larga, Yayabacoa y Judas ya se encontraban ocupadas y dedicadas a la cría de ganado de todas clases.

Se encuentra situado al nordeste de la provincia Ciego de Ávila, limitando al norte con la bahía de Jigüey, al sur con el Primero de Enero (Ciego de Ávila) municipio Primero de Enero, separados por una amplia llanura dedicada a la agricultura sin que existan accidentes geográficos que sirvan de referencias. El límite occidental la constituye el municipio Morón, separado por la Cañada de La Yana y la ciénaga interior de Morón. El río Caonao separa al territorio del municipio camagüeyano de Esmeralda, siendo este su límite oriental. Con una extensión superficial de 917,2 kilómetros cuadrados, es el mayor municipio de la provincia, contrastando con su baja densidad de población.

Toponimia

De las primitivas culturas que se establecieron en la región, han llegado hasta nuestros días nombres de lugares geográficos como Yayabacoa, Macuríges y Cunagua, este último se corresponde con el nombre del poblado cabecera del municipio.

Ubicación

Sierra de Judas de la Cunagua

Se encuentra situado al nordeste de la provincia Ciego de Ávila, limitando al norte con la bahía de Jigüey al sur con el municipio Primero de Enero. El límite occidental lo constituye el municipio Morón, separado por la Cañada de La Yana y la ciénaga interior de Morón, su límite oriental, río Caonao, constituye la frontera natural oriental con el municipio camagüeyano de Esmeralda. Con una extensión superficial de 917,2 kilómetros cuadrados, es el mayor municipio de la provincia, lo cual contrasta con su baja densidad poblacional.

Etapa aborigen

Espátula vómica del sitio Roza de los Chinos

En 17 sitios que pertenecen al municipio de Bolivia, se han descubierto residuarios y evidencias arqueológicas de habitad aborigen, que se corresponden con grupos de las culturas agroalfareras y pre - agroalfareras, con primacía en número de las primeras; en estos sitios se han recolecto gran cantidad de restos, que permiten determinar sus actividades fundamentales, nivel de desarrollo y antigüedad. De las primitivas culturas han llegado hasta nuestros días nombres de lugares geográficos como Yayabacoa, Macuríges y Cunagua.

En algunos casos el patrón de asentamiento de estas comunidades difiere de sus similares del resto del país, el ejemplo más importante de esta diferencia lo constituye el sitio “La Roza de los Chinos”, localizado al este de la Loma de Cunagua, perteneciente a la cultura agro alfarera, porque se ubica en una zona llana, relativamente baja y pantanosa, lacuno – palustre, alejada de las aguas superficiales, características que no tipifican el hábitat de estos grupos.

Período colonial

Establecimiento del colonizador español en el territorio

Central Cunagua S.A

La llegada del colonizador español a estas tierras, no trajo aparejado importantes transformaciones, a pesar de las condiciones físico-geográficas de la localidad, como son: suelos fértiles, amplias sabanas, abundantes pastos y aguadas, la zona era poco atractiva para fomentar en ella asentamientos poblacionales.

En ello intervinieron diversos factores como eran la lejanía del principal centro económico de la región en esos momentos Puerto Príncipe la inexistencia de vías de comunicación que posibilitaran el traslado de la producción local, por esa razón, casi todo el comercio que se realizaba era a través de rústicos embarcaderos pertenecientes a las haciendas con límites costeros.

Por otra parte, una barrera natural se interponía al tráfico hacia el oeste: la ciénaga interior de Morón, que impedía el comercio por tierra con las poblaciones más cercanas, por estos motivos el traslado de las producciones y el ganado por tierra no se efectuaba sin antes invertir grandes esfuerzos y tiempo.

Las más antiguas referencias documentales acerca del territorio datan de inicios del 1703 y están relacionadas con litigios sobre propiedades de terrenos, lo que permite afirmar que importantes haciendas como las de Manga Larga, Yayabacoa y Judas por aquellos años se encontraban ocupadas y dedicadas a la cría de ganado de todas clases. Hatos que prevalecieron prácticamente indivisos durante siglos, por estar conformados por haciendas comuneras. Durante el siglo XVIII y hasta 1870, la localidad perteneció al Partido de Magarabomba, jurisdicción de Puerto Príncipe y al constituirse el ayuntamiento de Morón en enero de 1879, se convirtió en uno de sus barrios: El Santa Gertrudis[1].

En estos años el territorio se dividió en hatos, potreros y sitios de labor, dedicados a la ganadería extensiva y a la agricultura, mayormente de subsistencia, situación que condicionó el escaso poblamiento de la región y exigua utilización de la mano de obra esclava. Fue significativo el hecho de que los dueños de los hatos ganaderos de la comarca hipotecaran sus posesiones, con lo cual obtenían créditos, quedando así gravados como forma de garantizar su pago. Caso demostrativo de lo señalado puede ser el hecho de que el hato de Yayabacoa, fue hipotecado en siete ocasiones en el período comprendido de 1735 a febrero de 1754, y en algunos años se realizó la operación en más de una oportunidad[2].

La agricultura garantizaba productos para su comercialización, como plátanos, hortalizas, frijoles y otros. La apicultura llegó a representar un importante recurso económico que se expandió por toda la comarca. Hatos, como el de Miraflores, llegaron a poseer mil colmenas con una producción estimada de 80 arrobas de cera y 160 de miel al año y los partidos de Yayabacoa y Judas Grandes en su conjunto llegaron a contar en 1855 con 5 634 colmenas que producían 479 barriles de miel y 334 arrobas de cera[3].

Sitios como el de Los Colmenares de la Soledad toman sin dudas ese toponímico en correspondencia con el auge de esa actividad. Los partidos de Yayabacoa y Judas Grandes, en su conjunto llegaron a contar en 1855 con 5 634 colmenas, que producían 479 barriles de miel y 334 arrobas de cera. El comercio de estas producciones se efectuaba, con Morón y Caibarién por vía marítima, motivado por la barrera natural, que impedían el paso a medios de transporte terrestre.

También, la explotación de los recursos forestales constituyó una actividad económica importante. Las maderas preciosas, que abundaban en el territorio, eran adquiridas por la A. Leak y Compañía de Londres. Cuadrillas de hombres empleados por contratistas, realizaban los trabajos de tala y extracción de la madera, que era conducida por tierra o en su defecto utilizando la arteria fluvial que proporcionaba el río Caonao, desde cuya desembocadura era trasladada al embarcadero de Santa Gertrudis, de ahí hacia Caibarién[4].

Participación en las guerras de independencia

La Guerra de los Diez Años tuvo repercusión en la localidad, varios combates tuvieron lugar en su geografía, en el territorio se establecieron prefecturas y subprefecturas que dieron un importante aporte a la lucha insurreccional, también fueron creados talleres de tenería y zapaterías en Yayabacoa, San Bernardo y en las montañas de Judas Grandes, allí se elaboraban cintos, correas, monturas, cartucheras, carteras para documentos, cabestros para la caballería y calzado. La materia prima era obtenida de las reses que en aquella época eran abundantes en esos parajes, de igual forma se establecieron salinas en Los Martínez y en María del Socorro[5].

El 11 de marzo de 1869 se produjo un combate entre las fuerzas al mando del coronel Manuel Sánchez Lamela que perseguían al comandante moronense Salomé Machado Marín; la acción tuvo por escenario La Garita, y pesar de la tenaz resistencia con que enfrentaron al enemigo, los cubanos tuvieron que retirarse. Fueron sin dudas las acciones más importantes del año 1869 las realizadas por el general espirituano Honorato del Castillo, quien se batió exitosamente contra fuertes columnas españolas mandadas por el coronel José Chinchilla. Los combates, que ocurrieron entre 10 y el 20 de mayo, tuvieron por escenario: La Garita, Juditas, Judas Grandes, Santa Gertrudis, Sabana la Mar y El Jobo. En estas acciones se distinguió, Serafín Sánchez Valdivia, que en la Guerra del 95 ostentara el grado de Mayor General[6].

En septiembre de ese año se efectúa en la zona del estero de La Larga y La Ciénaga el asalto, por tropas comandadas por Salomé Machado Marín, a cinco embarcaciones que venían a comerciar con las fuerzas españolas en Morón. Las embarcaciones, una vez despojadas de su carga, fueron incendiadas. Acciones como esta eran algo común durante la guerra, pues resultaba un medio que permitía obtener abastecimientos necesarios para el sostenimiento de la lucha.

El 23 de abril de 1871, en Manga Larga se entablan combates entre las fuerzas del general venezolano Salomé Hernández y el batallón de Los Catalanes, quienes al siguiente día chocan con los hombres al mando de José Boitel, en La Caridad. En ambas acciones las fuerzas insurrectas salieron airosas. En junio, esas mismas tropas volverían a enfrentarse en la finca La Nigua. Figuras de la historia de Cuba como Francisco Villamil, Honorato del Castillo, Bernabé de Varona, “Bembeta”, entre otros, operaron contra el ejército español en las llanuras y montes de Cunagua. Acciones memorables como La Garita, o las operaciones que durante diez días sostuvieron las fuerzas de Honorato del Castillo en varios lugares de la comarca, son sólo muestra de la pujanza del Ejército Libertador en la localidad y la violencia que caracterizó la contienda.

El Batallón de Voluntario Barcelona o Los Catalanes como también se les conoció, desarrolló una amplia acción represiva en la zona y lugares aledaños pues perseguían sin tregua a la población de los campos y a las partidas insurrectas que operaban por la comarca; fusilaban a todo sospechoso, quemaron bohíos de personas indefensas, destruían sembrados y todo lo que pudiera eventualmente servir a los cubanos para hacer la guerra o prestar algún servicio a la revolución, todo ello hacía muy difícil la vida.

Lo expuesto se corrobora en una comunicación enviada el 17 de enero de 1876 por el teniente gobernador de Morón haciendo referencia al estado de destrucción en que se encuentran las haciendas del territorio, lo que imposibilita la estabilidad de los cultivos, la crianza de ganado y aprovechamientos de las tierras (se refiere a Macurijes, Miraflores, Hungría y Alejandría) propiedad de Eduardo Barreal que tampoco podían ser arrendada, pues nadie se atrevería a cultivarlas, y para obtener alguna producción en ellas, era necesario utilizar la protección militar[7].

El territorio de Cunagua durante la Guerra del 95

Simultáneamente a la creación de las primeras unidades, se procedió a la organización de la administración civil y militar quedando establecidos los diferentes talleres de tenería y zapatería, los de forja, salinas, predios de cultivos, entre otros elementos como las casa de postas. En esta actividad se destacó el coronel del Ejército Libertador Nicolás Hernández Moreno quien junto con la organización del Regimiento de Caballería Castillo, también dedicó sus esfuerzos a organizar el gobierno civil en la localidad[8].

La Guerra del 95 en esta zona estuvo caracterizada por la exigua presencia de las tropas españolas, situación que facilitó el dominio del territorio por las tropas cubanas en operaciones, por esas razones la zona se convirtió en lugar de constante movimiento y punto de concentración de tropas desde y hacia la Trocha de Júcaro a Morón. La importancia de esta región para la guerra, no solamente radicó en lo que aportó a la misma la organización civil con su sistema de prefecturas, sino que, además, dadas sus características topográficas, sus suelos cenagosos, la insalubridad y una fauna donde abundaban los mosquitos, jejenes y otras plagas insoportables, convertían a la zona noroccidental en un lugar de enfermedad y muerte segura para los soldados españoles, razón por la cual, de forma general fue escasamente guarnecida, facilitando el cruce de la línea militar, por las huestes mambisas, no sin grandes y heroicos esfuerzos; dentro de estos cruces se destacan:

El cruce de la Trocha de Júcaro a Morón, utilizando la vía de la Isla de Turiguanó por una columna al mando del general Quintín Banderas, que provenía de La Reforma y se dirigía a Oriente, entre el 15 y el 17 de marzo de 1896, durante la marcha fue acompañado por las tropas del Regimiento Castillo al mando del coronel Nicolás Hernández Moreno, conocedor de la región que le brindó protección.

En la mañana del 31 de julio de 1896 llega nuevamente el general Banderas y los 750 hombres de caballería que conducía a la prefectura de Macurijes. Allí acampó durante los días 31 y 1ero de agosto cuando emprendió la marcha con destino a Santa Gertrudis, donde se mantuvo cinco días. De este punto salió, con rumbo a la Isla de Turiguanó, en la madrugada del 7, marchando solo la infantería porque habían dejado las cabalgaduras en Santa Gertrudis, un día después llega al otro lado de la Trocha, burlando al enemigo español[9].

El 7 de julio de 1897 salen por San Alberto el coronel Nicolás Hernández y su sobrino, el teniente coronel Simón Reyes Hernández, junto al comandante Casimiro López con el propósito de cruzar la Trocha por la vía de Santa Gertrudis-Los Martínez - Isla de Turiguanó. Conduciendo 200 hombres, llegaron a la finca Sao de Palmas y allí pernoctaron, continuaron la travesía el teniente coronel Reyes y los demás hombres, mientras que el coronel Hernández regresaba a su zona de operaciones. En Los Martínez quedó el comandante López con 80 hombres, que conducían en sus hombros los sacos de guano en que transportaban, cada uno de ellos, 300 tiros. La travesía fue en extremo penosa entre el fango y el agua, por esteros y manglares, pero la operación fue un éxito, el 25 de ese mes concluyó al entregarle el cargamento al general en jefe en la finca La Feliciana[10].

El 31 de diciembre de 1897 el teniente coronel Simón Reyes parte en comisión de servicio del embarcadero de Santa Gertrudis, acompañado por trece soldados. Conducía 15 500 tiros, seis sacos de sal y dos barriles de miel. El traslado se realizó en dos lanchas esponjeras provenientes de playa La Guanaja. El cargamento era enviado como apoyo al general Máximo Gómez que operaba en Las Villas, el desembarco se produjo en el punto conocido por San Vicente, en el norte de Morón el 5 de enero de 1898. En la operación de descargue sostienen un encuentro con el enemigo, resultando herido un soldado cubano, a pesar de ello la misión fue cumplida.

Durante la campaña invasora de Oriente a Occidente, aunque el territorio no fue escenario de grandes operaciones militares, el mismo desempeñó un rol importante, al ser utilizado para mantener las comunicaciones y para trasladarse las comisiones mambisas que iban y venían de la Trocha y no pocas veces trasladaban importantes cantidades de material bélico para dar continuidad a las operaciones de Gómez en Las Villas. Las prefecturas y subprefecturas brindaron su apoyo material al desarrollo de la campaña. Puntos como Judas Grandes sirvieron de reservorios de caballos, utilizados como recambio por los cubanos, mientras que la ganadería local, además de brindar la carne y la piel, aportó animales de monta, indispensables para las fuerzas de caballería.

Efectos de la reconcentración de Weyler

El 21 de octubre del año 1896 el general Valeriano Weyler, dictó el lúgubre Bando de la reconcentración, que causó grandes penurias a los humildes campesinos del país. También los habitantes de esta región sufrieron las consecuencias de esta terrible política. En abril de 1897 comenzó la reconcentración de la población en Morón y sus alrededores, en su diario de campaña Fermín Valdés Domínguez, con fecha 11 de abril anota:

“... se ha dado la orden de que todos los pacíficos que viven en los alrededores y dentro de las trincheras de los parapetos, fuertes, escuchas de la línea militar se trasladen dentro de ocho días a los pueblos de Ciego, Júcaro y Morón”


Las nefastas consecuencias de esta política, constituyen una de las causas del escaso poblamiento de la comarca, una vez concluida la guerra y a inicios del siglo XX[11].

Al concluir la guerra, toda la riqueza de los campos había desaparecido, la población había sido diezmada, víctima de la feroz represión desatada por el ejército colonial. Durante la contienda muchos de sus mejores hijos se incorporaron al Ejército Libertador, y los que no lo hicieron cooperaron con los mambises desde sus puestos en las prefecturas, subprefecturas y hospitales de sangre, enclavados en la comarca. Otros, los más desafortunados, fueron víctimas de la reconcentración, dictada por el general Valeriano Weyler y Nicolau.

Período neocolonial

La república neocolonial (1899-1952)

Con el advenimiento de la paz y el inicio del siglo XX, comienza a producirse un incremento poblacional gradual de los campos del territorio, sobre todo, en parajes alejados de las pueblos más importantes de la región, la mayoría de estos nuevos asentamientos estaban separados por una barrera natural difícilmente franqueable, que hacía prácticamente imposible las comunicaciones, y condenaba sus habitantes a carecer de los más elementales servicios como son: la salud pública y la educación.

Por estas razones, en la primera década del siglo XX no se produjeron cambios importantes en la estructura socio económico del territorio, basada en la producción agropecuaria y ganadera. El inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914 generó una alta demanda de azúcar en Europa, y un alza de los precios de la gramínea, por estas razones, se produce un rápido crecimiento de la producción azucarera, y con ello la construcción de centrales; con ese incentivo desde el propio 1914, un grupo de acaudalados habaneros se propone emprender el fomento cañero e invertir en este territorio.

En 1916 comienza la construcción, por la Compañía Víctor González Mendoza, del Central Cunagua, que el 9 de diciembre de 1917 inició su primera zafra, la misma tuvo una duración de 162 días, período en el que se produjeron un total de 67 661 toneladas de azúcar, con un rendimiento base 96 de 10.98. Al concluir la molienda en 1918, los dueños de la Cunagua S.A no pueden pagar la deuda contraída para el montaje de la fábrica y deciden vender, a un consorcio yanqui; La American Sugar Refinin Company, que cuatro años después adquiere las tierras y financia la construcción del central Jaronú (Hoy Brasil). En menos de un quinquenio, el capital extranjero al noroeste de la entonces provincia de Camagüey poseía dos grandes fábricas de azúcar y más de 13420000 hectáreas de fértiles tierras[12].

Paralelamente a la construcción del Central, fue edificado el batey, con una arquitectura e identidad propia (En la actualidad declarado Monumento Nacional), además se construyó la vía férrea, que enlazaba al Cunagua con el Ferrocarril Norte de Cuba y con el desaparecido Central Velazco, la misma tenía el propósito de mejorar las comunicaciones, que hasta ese momento eran en extremo difícil, trasladar las maquinarias y materiales necesarios para el montaje de la naciente industria, transportar el azúcar y sus derivados hasta el Puerto de Tarafa, en Nuevitas.

La construcción y puesta en marcha del central, demandó fuerza laboral de todo tipo, por esta razón, los inversionistas incentivaron a muchas familias de la provincia de Matanzas para que se trasladaran hacia acá, sobre todo, personal calificado que ya habían laborado en su ingenio Santa Gertrudis, en la occidental provincia. Muchas familias se establecieron en Cunagua, la mayoría como obreros industriales, porque para las labores agrícolas fueron empleados fundamentalmente braceros haitianos, jamaicanos y canarios, por esas razones, en unos dos años, se levantaron más de una decena de bateyes en las colonias cañeras, con predominio en ellas del clásico barracón, donde se alojaban hacinados los trabajadores.

Luchas obreras

La existencia de grandes latifundios, donde eran esquilmados cientos de trabajadores, las difíciles condiciones de vida y trabajo de los obreros industriales, fueron el detonante de las primeras acciones obreras. Desde la zafra inicial, comenzaron a formarse asociaciones gremiales, que carecían de organización, pero fueron ganando solidez, sobre todo, en la década de los años 20 al 30, influenciados por los vínculos y orientaciones que recibieron del líder obrero ferroviario de Morón Enrique Varona González. En pocas cuartillas sería imposible mencionar cada uno de estos paros, manifestaciones, huelgas, y otras formas de enfrentamiento a la patronal, por esa razón, a modo de ejemplo, citaremos solo algunos de los más importantes.

En 1924 los obreros del Cunagua secundaron una poderosa huelga, que implicó a 20 centrales de toda Cuba, en demanda del cumplimiento de los convenios colectivos de trabajo, establecimiento de la jornada laboral de 8 horas y el mejoramiento de las condiciones de vida y trabajo. La huelga en el territorio estuvo bien organizada, y desde las colonias llegaron grupos de trabajadores a apoyar a los industriales. Con la intención de impedir el desarrollo de la misma, la patronal utilizó rompehuelgas, y reprimió con violencia a los huelguistas, como resultado de la represión, hubo que lamentar el asesinato de un machetero haitiano, en la colonia Buena Vista.

Exponente de la oposición obrera antimachadista, fue el alzamiento que tuvo lugar el 11 de agosto de 1931, encabezado por Juan González Muñoz y un grupo de 60 hombres en la finca La Garita, González Muñoz, era un mambí que participó en la guerra de 1895, integrando el Regimiento Castillo. El objetivo del levantamiento era secundar la lucha que en esta región lideraba Juan Blas Hernández, el grupo durante un corto tiempo operó en el barrio Santa Gertrudis, La Serrana y la finca La Garita y al final se dispersaron, sin lograr dichos propósitos.

Alzamiento contra Machado, comandado por el sargento Juan González Muñoz, patriota insigne del municipio (primero a la derecha)

La crisis económica de 1929 a 1933, tuvo marcada significación económico- social en la localidad, como consecuencia de esta las zafras se redujeron considerablemente, basta citar que la campaña de 1927 tuvo una duración de tres meses, donde se produjeron 82782 toneladas métricas de azúcar, y la de 1933 fue de dos meses y la producción solo alcanzó las 33566 tds, por esta razón, se agravaron aún más las penurias de los trabajadores agro industriales y del campesinado en general.

En agosto de 1933, los obreros del Cunagua secundan una potente huelga; los huelguistas tomaron la industria por espacio de dos meses, destituyeron de sus cargos a la dirección administrativa, y se creó una "Comisión de la Estaca", para evitar cualquier acción de la patronal, los dueños de la comercial fueron obligados a abrir un crédito de 2 mil pesos, para satisfacer las necesidades de los huelguistas y sus familias. La magnitud de este movimiento fue reconocida en un informe de los comunistas, que uno de sus párrafos planteó:

“... Tenemos las más formidables huelgas en la provincia de Camagüey y quizás de la República en los centrales Jaronú y Cunagua...”

Con el propósito de reprimir el movimiento, arribaron desde la Habana rompehuelgas, que apoyados por Tercio Táctico de Camagüey irrumpieron en el poblado, sembrando el terror en la población; destruyeron toda la documentación del Sindicato, y detuvieron a sus dirigentes, solo así pudieron sofocar esta insurrección obrera[13].

En 1939 los obreros del central reciben al líder de los azucareros cubanos Jesús Menéndez Larrondo, que se reunió con los azucareros en el cine del poblado, su visita estuvo relacionada con la lucha, que en el país, se llevaba a cabo por el pago del diferencial azucarero, realizar un llamamiento a la unidad y combatir a la patronal, e informarles sobre las últimas orientaciones emanadas del organismo central. Con el propósito de impedir la reunión, rápidamente se personaran en el lugar los cuerpos represivos, acompañados de representantes de la administración, y le advirtieron que esos problemas no se podían tratar en ese lugar, por esa razón los asambleístas se trasladaron a la salida de Manga Larga, donde concluyó con éxito la misma.

Los trabajadores no estuvieron de espalda de las calamidades que padecían y luchas de pueblos hermanos, y expresaron la solidaridad de diferentes formas, por ejemplo, en reunión efectuada el 16 de junio de 1942, se acordó enviar 466 pesos al pueblo español que se reponía de los efectos de la Guerra Civil. El 16 de abril de 1946 recibieron a un grupo de trabajadores españoles que recabaron la unidad contra el fascismo, en respuesta solidaria los obreros aportaron a la causa un total de $ 25.00 y un fusil. Pocos meses después el 22 de septiembre de 1946 delegados de varias colonias, patentizan el apoyo incondicional al gobierno mejicano de Lázaro Cárdenas, por las medidas que en beneficio popular estaba tomando, fundamentalmente la nacionalización del petróleo[14].

El incumplimiento reiterado de los acuerdos laborales por la Compañía, generó en la localidad nuevos paros y actos de protestas, por ejemplo; al concluir la zafra de 1946 se produce una huelga de los trabajadores agrícolas, en reclamo del pago del 10 % por concepto de cultivo, así como la higienización de bateyes y barracones, y el cumplimiento de los convenios colectivos de trabajo, la acción concluye con una victoria, porque la patronal accede cumplir algunas de las demandas.

Los días 3 y 4 de junio de 1947, los obreros del central reciben por segunda vez la visita del secretario general de la FNTA Jesús Menéndez, que sostuvo dos reuniones en el local del sindicato, con el Ejecutivo Sindical y con delegados de las colonias respectivamente, donde hizo un llamado a la unidad en el reclamo del diferencial azucarero, patentizó la necesidad de luchar contra los elementos divisionista y sectarios, y continuar firmes en la defensa de sus derechos. Se refirió a la terrible discriminación de que fue objeto en su reciente visita a los Estados Unidos, y destacó el gran peso que tienen para el movimiento obrero los centrales Cunagua y Jaronú, por el número de trabajadores y las acciones que con frecuencia desarrollan.

Una vez concluida la guerra mundial, los obreros del central son víctimas de la oleada represiva, característica de la Guerra Fría, por ejemplo el 16 de septiembre de 1947 es asaltado el local del Sindicato de Cunagua, incinerada la documentación y amenazados sus dirigentes, y el15 de agosto de 1948 es reprimida una asamblea de trabajadores en el central, por elementos mujalista.

El “caballaje, fue una típica forma de explotación inter-obrero, que se practicó en el central con sistematicidad, con los obreros más empobrecidos o desempleados, consistía en alquilar las plazas de estibador al 50 % de interés, entre el dueño de la misma y el desempleado. Esta práctica fue objeto de críticas y de acciones sindicales en contra de la misma.

Oposición al golpe del 10 de marzo y participación en la lucha

El golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, encontró la decidida oposición del pueblo en el territorio, en algunos lugares, como en el barrio Llega y Pon (hoy Sierra Maestra) se organizaron grupos de repulsa al golpe, y a partir de esos años comenzó a vertebrarse un movimiento contra la dictadura de Fulgencio Batista. El día 16 de marzo de 1956, los compañeros del Movimiento 26 de Julio en Morón, contactaron en Cunagua con el dirigente de la Juventud Ortodoxa Luis Flores Fleites, y le proponen la nueva tarea de nuclear a la juventud revolucionaria del territorio, sin embargo, no se logró estructurar totalmente la organización. Aquí solo existieron grupos afines, y en otros casos acciones individuales, como fueron: riego de grampas en caminos, colocación propaganda y letreros contrarios al régimen, lanzamiento de cócteles molotov, etc.

Por la realización de estas y otras acciones de enfrentamiento al gobierno, la tiranía reprimió a varios trabajadores en la localidad, disponiendo su arresto o propinándoles golpizas, a modo de ejemplo, pueden citarse entre otros, los casos de Luis Flores Fleites, golpeado en el camino a La Playa, y posteriormente expulsado del pueblo, sin garantías para su vida, José Manuel Suárez del Villar, conducido y golpeado salvajemente en el patio del cuartel, otros compañeros tuvieron que coger el camino del exilio y desde allí continuar aportando a la revolución.

En homenaje al Presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), José Antonio Echeverría, asesinado el 13 de marzo de 1957, los alumnos de la escuela pública de Cunagua, decretaron un "paro de clases", por un día y efectuaron una misa en la Iglesia Católica, la misa constituyó además, un acto de repudio contra su prepotente maestro Segundo González, conocido batistiano y racista.

Respondiendo a las orientaciones del movimiento, los revolucionarios del Cunagua y zonas aledañas, crearon las condiciones para secundar la huelga general y detener las máquinas del Central el 9 de abril de 1958, sin embargo, una delación frustró el plan y puso en guardia a los soldados de la tiranía, que se apostaron desde horas de la madrugada en los árboles aledaños a la industria e impidieron de esta forma que se materializara la acción.

El mes de diciembre de 1958 fue de intenso accionar revolucionario en la clandestinidad, dirigido a preparar las condiciones, para efectuar un alzamiento en la zona. El primer levantamiento armado en el municipio, se produjo a inicios de diciembre de 1958, en la colonia Potosí, región de Manga Larga, cuando 18 hombres al mando de Jesús María Mederos Alonso, con escasas armas, se atrincheraron en los montes vecinos.

Mederos Alonso, al comprender que sin vínculos con el mando rebelde serían derrotados, contactó en Cunagua con su hermano Luis, para que contactara con los rebeldes que operaban en Sierra de Cubitas. El 25 de diciembre ocurrió el alzamiento; dos grupos compuestos por veinte hombres, se concentraron en el lugar conocido por Vaquería, en las afueras del poblado, y se dirigieron hacia la zona donde operaba un pelotón de la Columna 11 Cándido González, al mando del teniente Oscar Gómez Ramos, con el propósito de incorporarse a esta fuerza. En su recorrido llegaron hasta un punto cercano a La 5 de Manga Larga, donde hicieron contacto ambos grupos.

El jefe del Ismael Hidalgo Rodríguez, explicó los objetivos de la lucha y los peligros que implicaba. La mayor parte de los que allí se reunieron eran jóvenes con elevado espíritu combativo y portaban los brazaletes rojo y negro del Movimiento, confeccionados por las delicadas manos de las mujeres del ingenio. Los alzados procedían de distintas zonas del territorio: quince de ellos eran de Muñiz, cuatro de Manga Larga y diecinueve de Cunagua.

En la mañana del día 26, en el punto conocido por Mameyal, cerca de las márgenes del río Caonao, se instaló el campamento rebelde, donde deberían aguardar por órdenes superiores. El 30 de diciembre, recibieron la orden de atacar el cuartel de la Guardia Rural de Cunagua, acción que pretendía distraer la atención, y obligar a la guarnición a pedir refuerzos de Morón, y con ello desconcentrar sus tropas, y disminuir el número de soldados que se enfrentaban a los rebeldes en las lomas de Tamarindo y Florencia. Para llevar a cabo la acción, los revolucionarios poseían escasas armas –en lo fundamental, de caza–, a diferencia de los fusiles de guerra de los soldados y la ametralladora emplazada en el cuartel.

Ese día, cerca de la media noche y hasta las primeras horas del 31 de diciembre, se realizó el ataque al cuartel, los revolucionarios se parapetaron detrás de algunos carros del ferrocarril empleados para el tiro de caña, que se encontraban estacionados frente al cuartel. Tres horas duró el tiroteo, y los rebeldes no pudiendo tomar el cuartel; al agotarse el parque, emprendieron una retirada organizada hacia Monte Malo, en la zona de Mameyal, donde permanecieron hasta el día 2 de enero, cuando tomaron definitivamente esta guarnición y su armamento. En estas acciones participaron también miembros del Directorio Revolucionario, organización constituida en el territorio el 10 de octubre de 1955.

Apuntes sobre la cultura neocolonial

Iglesia

La vida cultural del batey Cunagua fue limitada y el juego de pelota constituyó la recreación preferida. Las fiestas, amenizadas por orquestas contratadas, se realizaban en las sociedades, principalmente la “San Bernardo”, exclusiva para blancos y socios. Una parte importante de las manifestaciones culturales –sobre todo después de la llegada de braceros antillanos en la década de 1920– constituyeron las fiestas tradicionales de origen haitiano, así como las dedicadas a los santos yorubas; todas de carácter religioso. En este tipo de eventos se consumían bebidas y variados platos de carne y dulces. También se hacían representaciones teatrales, y el cine devino entretenimiento de gran arraigo.

En algunos asentamientos aparecieron músicos autodidactos que se encargaron de amenizar cualquier actividad festiva: serenatas e improvisados bailes. Destacándose el mulato José Inés, radicado en Santa Isabel y Miraflores, a quien el azar no le permitió convertirse en uno de los más afamados treseros del territorio; así como la familia Ávila, de la zona de Laguna Larga, que tocaban el tres, el laúd, la guitarra y otros instrumentos de percusión menor.

Las actividades de este tipo en el poblado de Cunagua estaban promovidas por las Sociedades “San Bernardo” y “Santa Gertrudis”. Fue una década donde se hizo popular un personaje que, a través de la música, trascendería las fronteras del tiempo y alcanzó renombre internacional: “El guajiro de Cunagua”. Tenía por nombre Oscar Iglesias Betancourt y era oriundo del central Cunagua, de ahí su nombre.

Cunagua contó con valiosos intérpretes musicales. En la década del cincuenta se efectuaron presentaciones en fiestas particulares y en actuaciones en la Sociedad de blancos, con músicos como los hermanos Pérez Mena de la ciudad de Morón. Otra figura relevante es Nelson Mora Ramos, uno de los más experimentados vocalistas de la provincia de Ciego de Ávila.

Período revolucionario

Desarrollo socio político y económico de Cunagua (1959-1965)

Ante el llamado de Fidel a la huelga general revolucionaria, el pueblo de Cunagua se lanzó a las calles respaldando la acción del Ejército Rebelde. Los obreros del central destituyeron de sus puestos al ejecutivo sindical mujalista y establecieron en su lugar una dirección sindical revolucionaria. Para ese entonces existía una población de 11042 habitantes, que representaba menos de un 5% de la población que en aquel momento tenía el territorio de la actual provincia de Ciego de Ávila[15].

Al triunfar la Revolución los índices de educación eran muy bajos, existían 3500 analfabetos representando el 39,3% de la población, sólo funcionaban 14 escuelas primarias en este extenso territorio y no existían el resto de las enseñanzas, además el nivel primario no era vencido por la mayoría de los matriculados, que debían abandonar las aulas para trabajar y ayudar al sustento familiar, por estas razones, al triunfo de la Revolución, se aperturan varias de escuelas primarias en todo el territorio, sobre todo en la zona de Manga Larga y se procedió a desarrollar la campaña de alfabetización, durante la misma los brigadistas fueron ubicados en 62 zonas con un total de 433 alfabetizadores que alfabetizaron a 3127 compañeros.

La primera zafra después del triunfo tuvo una duración de 117 días, alcanzando una producción de 76416 TM. Al terminar la misma, comenzaron a implementarse las primeras medidas revolucionarias, en beneficio de los obreros agrícolas, relacionadas con la implementación de la Ley de Reforma Agraria, además el 6 de agosto de 1960, mediante la Ley # 851 es nacionalizado el Central Cunagua SA, propiedad del consorcio norteamericano American Sugar Refinin Company, que extrajo durante muchos años grandes riquezas a cambio de una cruel e inhumana explotación de los trabajadores. A propuesta de sus trabajadores, fue bautizado con el nombre de Bolivia.

En esos momentos, el ingenio contaba con una capacidad de molida de 600000 arrobas de caña. Después de la nacionalización de la fábrica, correspondió a la Milicia Nacional Revolucionaria y el Ejército Rebelde la preservación y custodio de la industria, establecimientos estatales, escuelas, etc[16].

El 14 de octubre de 1960, se dicta la Ley de Reforma Urbana, que estipulaba que toda la familia debía tener una vivienda. De esta forma en Cunagua más de 100 familias pasan a ser propietarios de sus viviendas, que pertenecían a los dueños del central. El 4 de noviembre de 1960 se crea la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que permitió la incorporación a la organización de más de 800 compañeras, que acometieron importantes tareas que como: la elevación del nivel cultural de las trabajadoras, la incorporación de las amas de casa al trabajo, la lucha y erradicación de la prostitución en el territorio, y el apoyo a las campañas de vacunación.

Unido al surgimiento de las organizaciones políticas y de masas a partir del año 1959, la estructura del poder estatal se modifica, se crea en julio de 1960 la Junta de Coordinaciones, Ejecución e Inspección. (JUCEI). Esta organización administrativa del Estado en Cunagua, con el apoyo de las organizaciones políticas y de masas, realizó importantes tareas en la construcción de viviendas y obras de beneficio social, dentro de ella se construyen los poblados de la 9 y la 30 de Manga Larga. A partir de 1963, se crean las regiones, como eslabón intermedia entre las provincias y las secciones o municipios; de ahí que Bolivia se convierte en un municipio más de la región Morón con 9172 Km².

El trabajo de las Organizaciones Revolucionarias Integradas, (ORI) en el municipio Bolivia no cumplió las expectativas, porque dentro de su membresía se produjeron manifestaciones de fraccionalismo; la incorporación a la organización fue masiva, y muchos de sus integrantes no reunieron las condiciones para pertenecer a las mismas. El informe para la constitución del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) en julio de 1963, hace un análisis crítico y valorativo del trabajo de las ORI, donde se señala que la mayoría de los núcleos eran inoperantes; no se reunían, ni realizaban tareas que les correspondía, en ello influyó además, el mal trabajo que realizaba el Comité Seccional, el cual no cumplía con sus funciones como orientador, ni resolvía ningún problema concreto.

Por esas razones solo el 50% de los núcleos revolucionarios activos ingresaron en las filas del PURSC, que fue constituido definitivamente el 7 de julio de 1963, e integrado por un secretariado, 15 núcleos, 193 militantes y 12 aspirantes. La transformación del PURSC en Partido Comunista de Cuba (PCC) hecho que ocurrió el 24 de octubre del 1965 fue un paso importante en el fortalecimiento de la unidad ideológica y organizativa. Ese día la asamblea general, presidida por un miembro del PCC de la región, dejó constituida la dirección del PCC municipal Bolivia, el cónclave contó con la asistencia de 105 militantes del PURSC y un aspirante[17].

EL proceso de creación de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) se inició en 1962, a partir de esos momentos, los jóvenes comunistas desplegaron una ardua labor en la creación de 18 comités de base, con 253 militantes en las granjas cañeras, fincas administradas, zonas campesinas y la urbana. Del total de militantes 128 se encontraban directamente en la producción, junto a la industria como la agricultura; el resto en otras actividades como salud, educación, comercio y superación.

Las organizaciones revolucionarias, y el pueblo trabajador enfrentaron decididamente la acción de los elementos desafectos, conocidos popularmente por “la gusanera” que varios lugares del poblado se reunían para conspirar, por ejemplo en: El Bar Central, bautizado por el pueblo como Gusambar, la valla de gallo en Vallina, tienda La Loma y Bar La Playa. En todos esos lugares se realizaban campañas anticomunistas, tergiversaban la política de la Revolución sobre la patria potestad, las prohibiciones de la libertad de la religión, además se planificaban sabotajes y otros atentados a la economía del territorio y del país, por ejemplo:

  • Intento frustrado, de depositar polvo de esmeril en 13 motores del central, en 1961. En esta intentona reaccionaria se involucró el cura que ejercía en la iglesia católica, que guardaba un arsenal de propagandas anti fidelistas y contra la revolución.
  • Candelas en los campos de caña, de fincas particulares; granjas y fincas administradas.
  • En febrero de 1961 se frustra un plan de alzamiento en La Loma de Cunagua, donde un grupo contrarrevolucionario del denominado Movimiento Democrático Cristiano recibirían las armas de los Estados Unidos.
  • Quema de casas de obreros agrícolas, en la granja Cándido González.
  • Provocan epidemia en el ganado vacuno.
  • En marzo 1963 Floirán Carballo administrador de una finca en Cunagua, guía una banda contrarrevolucionaria, desde los límites de las Villas y Camagüey hasta la cercanía del poblado de Tabor.
  • El 15 de agosto de 1963 una avioneta, procedente de Estados Unidos, arrojó dos bombas contra el central.
  • La Seguridad del Estado incautó armas enterradas en lugar llamado Cayo Róbalo.

En los años siguientes se desplegó un arduo trabajo en todos los frentes de la economía y la sociedad, sobre todo, constantemente se chequeaba el cumplimiento de las acciones y tareas dirigidas a garantizar la zafra del 70, con ese objetivo se desmontaron y sembraron de caña cientos de caballerías, aumentó la capacidad de molida del central, se elevó el nivel de la mecanización de los campos con el incremento del números de tractores, alzadoras, cortadoras y la construcción de 13 centros de acopios.

El esfuerzo de los trabajadores de la industria, la agricultura y el pueblo en general fue muy grande para cumplir con el país, todo ello posibilitó producir en 1970, 115 958 T.M de azúcar, con 94 722 163 arrobas de caña molidas. Esta fue la mayor zafra de la historia del central Bolivia desde su fundación; antes de la revolución la mayor producción fue en 1952 con 113 698,5 T.M de azúcar.

Proceso de rectificación de errores

Como ocurrió en el país, entre los años 1967 y 1970, el partido trasladó el centro de atención a la administración y en reiteradas oportunidades llegó a sustituirla; los sindicatos dejan de desempeñar su papel, y con frecuencia se plegaba a las administraciones. Ante esta situación el 26 de julio de 1970 nuestro Comandante en Jefe, le plantea al pueblo los errores cometidos y las líneas a seguir para rectificarlos. A partir de ese momento en el municipio, como en toda Cuba, se inició un proceso interrumpido de rectificación de errores, en todos los frentes de trabajo de la revolución.

Entre los años 70 y 90 se trabajó por mejorar la calificación de los obreros, del personal de dirección y técnico y por lograr mayores niveles de producción. Bolivia se convirtió en Complejo Agro-Industrial (CAI) el 1ro de enero de 1984, posibilitando la integración de la industria azucarera y la agricultura. El CAI Bolivia tenía entre sus tareas principales garantizar al abastecimiento de alimentos a la población, asegurar el desarrollo de nuevos rubros de explotación, y garantizar la implementación de medidas de beneficio popular, por ejemplo; el establecimiento del descanso semanal y el pago de nocturnidad en la industria, incremento de un 15% del salario de todos los trabajadores, el pago por antigüedad a los trabajadores de la industria y a los operadores combinadas, mejorar la distribución a trabajadores agrícolas, se estimuló la permanencia en las labores de la zafra y el cumplimiento de las normas de calidad.

Como resultado de la nueva división política-administrativa el 31 de octubre de 1976 quedó constituida la Asamblea Municipal del Poder Popular y su 1er Comité Ejecutivo en Bolivia, territorio de una extensión de 917.2 Km2 con un 97% de llanura, una población de 12454 habitantes y un panorama en que los bolivianos tendrían que trabajar duro para salir adelante para ello debían:

  • Sincronizar el municipio con la red nacional eléctrica.
  • Lograr la electrificación del territorio al 100%, incluyendo la playa.
  • Concluir la carretera de Bolivia a Morón.
  • Crecer en el número de médicos, enfermeras y estomatólogos.
  • Inaugurar un moderno politécnico, con capacidad para 500 alumnos, una secundaria básica de nuevo tipo con toda la dotación y capacidad para 500 alumnos.
  • Levantar nuevos poblados, con edificaciones modernas en Miraflores Nuevos y Yarual.
  • Incrementar el transporte por ómnibus y Taxis.
  • Inaugurar el Hospital, hecho que se consumó el 11 de abril de 1987

Pasarían a la historia las jornadas de la marcha del pueblo combatiente, y la participación de las masas, en apoyo a la revolución y Fidel. Al igual que en el resto del país el pueblo se volcó a las calles, en digno apoyo al gobierno revolucionario y en contra de las provocaciones Yanquis. La marcha del pueblo combatiente demostró la actitud de madres, padres, abuelos, estudiantes que se volcaron a todo lo ancho y largo del municipio demostrando que el apoyo a la revolución es total.

Impacto del período especial

En el territorio de Bolivia, como en todo el país, el impacto del período especial sobre la economía provocó la caída brusca de los indicadores económicos y sociales. Se deprimen los sectores productivos, sobre todo, el vinculado a la industria azucarera y la agricultura no cañera. Como parte del proceso de adopción de medidas encaminadas a contrarrestar la crisis, se incrementó el sector de los trabajadores por cuenta propia, con incidencia mayor, en la esfera de los servicios. Por otra parte, crece el sector no productivo, en instituciones educacionales, culturales, de deporte y en la asistencia social.

Durante este difícil período de la Revolución, se trazó un programa económico de emergencia, con el objetivo esencial de resistir y superar los efectos de la crisis siempre con el menor de los costos económicos y sociales posibles. Como resultado de la imposibilidad de continuar el programa de construcción de viviendas, en correspondencia con los planes establecidos, se incrementó la edificación de las mismas con la variante del esfuerzo propio.

Una decisión trascendental fue la implementación de la tarea Álvaro Reinoso, iniciada en toda Cuba por el Ministerio del Azúcar (MINAZ). Corría el año 2003 y ante el escaso valor del azúcar en el mercado mundial, acrecentado por la ineficiencia en la producción agroindustrial y las limitaciones materiales, impuestas por el recio bloqueo económico imperialista, la dirección del Estado decidió paralizar y desmontar posteriormente el Central Bolivia, y que el grueso de los trabajadores pasaran a realizar otras actividades, fundamentalmente en cultivos varios y la ganadería, por eso en el territorio se incorporaron a esta tarea un total de 917 trabajadores.

Durante los años 90 del siglo pasado, en la provincia se desarrolló el polo turístico Jardines del Rey, en la cayería norte que ofrecía posibilidades laborales a miles de trabajadores, sin embargo la lejanía del municipio, motivó un proceso migratorio hacia la ciudad de Morón para vincularse a la actividad turística, y obtener mejoras laborales y salariales, este movimiento, sin dudas, influyó en el crecimiento económico y socio-cultural del municipio, que se ha deprimido, desde que dejó de escucharse el pito inconfundible del central.

En el orden político e ideológico, no puede soslayarse la realización de la Tribuna Abierta de la Revolución, que tuvo por escenario el municipio Bolivia el día 21 de febrero de 2004 contando con la participación de cinco mil compatriotas. En este importante y masivo acto participaron figuras relevantes de la Revolución como el comandante Juan Almeida Bosque, los generales Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías. En el referido acto usaron de la palabra ocho oradores y hubo seis momentos culturales.

Todo lo anterior refirma la decisión del pueblo cubano a defender la Revolución y a pesar de las dificultades continuar desarrollarse, pese al brutal bloqueo económico a que está sometido el país por Estados Unidos de América. El pueblo defiende su independencia nacional y su identidad.

El batey del Cunagua Monumento Nacional

Antigua Manzana de establecimientos comerciales.

Por otra parte, la arquitectura del lugar es un símbolo en el que se manifiestan los grandes contrastes sociales de la época de su edificación, entre ellos, la división de la sociedad en clases y la discriminación racial que imperó en el lugar. La conservación del patrimonio de la nación reviste hoy más que nunca una importancia capital como forma de preservar nuestra cultura, en momentos en que proliferan corrientes anexionistas y globalizadoras. De ahí la importancia de preservar, el valioso Centro Histórico Urbano del Central Cunagua.

Se considera que el Batey, desde el punto de vista histórico, arquitectónico, urbanístico, redes técnicas, mobiliario urbano y grado de integridad, posee características excepcionales e irrepetibles en el país. Basados en ellas, se formuló la propuesta de declarar al Centro Histórico Urbano Monumento Nacional en febrero de 1989. Diez años después, se elevó nuevamente la propuesta, y en julio del año 2000 fue declarado Monumento Nacional por ser un batey excepcional por su típica arquitectura en madera de estilo norteamericano.

Apuntes sobre la cultura revolucionaria

Con la constitución de los órganos locales del Poder Popular, se abrió una nueva etapa en la cultura local llamada a registrar resultados cuantitativos y cualitativos superiores en su desarrollo integral. Para lograr los ambiciosos objetivos que ello implica en un territorio cuya población refleja hábitos y tradiciones culturales arraigados fue necesario en ampliar el universo de sus instituciones para promover el arte y la cultura y crear las bases para el desarrollo de los colectivos artísticos aficionados. Se crearon las denominadas instituciones básicas del trabajo cultural:

Casa de la Cultura, Museo Municipal, Sala Teatro en el antiguo cine del batey, biblioteca, cine Higuera con capacidad para 200 espectadores, una librería y una sala de video creada en 1990. En estos años existían 6 cines móviles de 16 mm distribuidos en las comunidades más apartadas.

Por su parte, el Movimiento de Artistas Aficionados contaba con una fuerza técnica de 10 instructores de arte que atendían 5 manifestaciones artísticas: danza, teatro, artes plásticas, música y literatura.

Cine Higuera

Se fomentó un fuerte potencial de aficionados entre los que se destacaron un taller literario con 11 integrantes, 6 grupos musicales con 50 integrantes, tres solistas, 5 grupos de teatro con 53 integrantes, 6 plásticos con 36 integrantes y 6 artesanos. Entre los eventos culturales más significativos que se desarrollaron se encuentra la Semana de la Cultura.

Dentro de la cultura popular tradicional ocupa un lugar significativo la artesanía, en especial la textil y tejidos. Dentro de esta técnica los artesanos producen artículos como cuellos de vestidos, pullóver, sobrecamas, manteles, y otras manufacturas.

Patriota insigne

Juan González Muñoz, combatiente del Ejército Libertador, ingresó en el mismo el 18 de noviembre de 1895 donde prestó servicios en el tercer cuerpo de brigada de la Trocha hasta el 24 de agosto que 1898 que se licenció en Ciego de Ávila. Falleció el 17 de diciembre de 1970, cinco días antes de cumplir 95 años. Por su trayectoria y servicios a la patria y al terruño donde vivió, se le considera como el patriota insigne del territorio.

Referencias

Fuentes

  • Fondos del Museo Provincial Ignacio Agramonte. Camagüey
  • Colectivo de Autores. Obra Científica de la Provincia Ciego de Ávila.
  • Colectivo de Autores. Obra Científica del Municipio Bolivia
  • Cunagua y su historia. (Primera parte). Periódico Invasor. Ciego de Ávila. 6 de junio de 2015. Año: 36. No: 46. ISSN: 0064 – 1110.
  • Cunagua y su historia. (Segunda parte). Periódico Invasor. Ciego de Ávila. 13 de junio de 2015. Año: 36. No: 47. ISSN: 0064 – 1110.
  • Cunagua y su historia. (Tercera parte). Periódico Invasor. Ciego de Ávila. 20 de junio de 2015. Año: 36. No: 48. ISSN: 0064 – 1110.
  • Cunagua y su historia. (Cuarta parte). Periódico Invasor. Ciego de Ávila. 27 de junio de 2015. Año: 36. No: 49. ISSN: 0064 – 1110.
  • Cunagua y su historia. (Quinta parte). Periódico Invasor. Ciego de Ávila. 4 de julio de 2015. Año: 36. No: 50. ISSN: 0064 – 1110.
  • Izquierdo Acuña, Héctor. Historia del municipio Bolivia. Período Colonial. Ediciones Ávila, Ciego de Ávila, 2008, ISBN: 978 – 959 – 272 – 141 – 8.
  • Izquierdo Acuña, Héctor. Historia del municipio Bolivia. Período republicano. Ediciones Ávila, Ciego de Ávila, 2010. ISBN: 978-959-272-186-9.
  • Izquierdo Acuña, Héctor. Síntesis Histórica del municipio Bolivia. Inédito. Bolivia. 2013.
  • Valdés Domínguez Fermín. Diario del Soldado. Colección de documentos. La Habana. 1974. Tomo: III. Pág. 286.