Historia del municipio Cienfuegos (provincia de Cienfuegos)


Historia del municipio Cienfuegos (provincia de Cienfuegos)
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Escudo de Cienfuegos
Cronología
Etapa precolombina
Colonia
Antecedentes de la fundación
Fundación
Actividades económicas, políticas y sociales
Guerra de los Diez Años (1868-1878)
Tregua Fecunda (1878-1895)
Guerra Necesaria (1895-1898)
Ocupación norteamericana
Etapa republicana
Luchas políticas y sociales
Auge de las luchas revolucionarias
Revolución en el poder
Consolidación del triunfo revolucionario
Defensa ante las agresiones
Transformaciones sociales, económicas y culturales

Historia del municipio Cienfuegos (provincia de Cienfuegos). El municipio Cienfuegos posee una gran historia y tradiciones de luchas que comienza con su fundación, el periodo colonial español, las luchas por la independencia, la etapa republicana hasta llegar a la etapa revolucionaria con las transformaciones en la vida socio-económica-política del territorio.

Capital de la provincia de igual nombre, posee enclavada en su entorno histórico-geográfico la ciudad, la cual comparte el mismo patronímico con las expansiones municipal y provincial.

Conocido también como La Perla del Sur, tiene una extensión territorial de 355,60 km2. Ubicado a la orilla de la bahía de Jagua, que está abierta al Mar Caribe por un estrecho canal que sirve de acceso a las embarcaciones que usan el puerto, el segundo más importante del país.

Cienfuegos nació planificado desde el momento de su fundación. Un árbol de Majagua ubicado en el hoy Parque Martí, fue el punto central de las diagonales trazadas para que todas sus calles fueran rectas, quedando orientadas de acuerdo con los puntos cardinales y con una longitud de un poco más de 86 metros cada una.

Poseen en el municipio la condición de monumento nacional el Museo Naval Cayo Loco, el Cementerio Tomás Acea, el Cementerio de Reina, la Zona de La Punta en el barrio Punta Gorda, el Centro Histórico rbano, el Jardín Botánico, el Parque Martí y su entorno y la Fortaleza de Jagua. En julio de 2005 el Centro Histórico urbano tambián fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

Ha sido protagonista de hechos vitales para la historia de Cuba, como el levantamiento popular armado del 5 de septiembre de 1957 donde cayeron en combate o fueron asesinados por la represión militar batistiana varios de sus hijos.

Cuna también de hombres como Federico y Adolfo Fernández Cavada, Germán Barrio y Howard y José González Guerra, patriotas destacados en las Guerras de Independencia y Carlos Rafael Rodríguez, Osvaldo Dorticós Torrado y Serafín Ruiz de Zárate, vinculados a la lucha política antes y después del Triunfo de la Revolución Cubana.

Etapa precolombina

El municipio ocupa un área costera donde en su interior circulan algunos ríos y arroyos que favorecieron el asentamiento de comunidades aborígenes. Los hallazgos arqueológicos hallados demuestran su presencia.

Colonia

Antecedentes de la fundación

En su segundo viaje a la Isla, alrededor del año 1495, Cristóbal Colón incursionó durante varios días por el interior de la bahía. Alrededor de 1514 Diego Velázquez se estableció en uno los islotes del interior de la bahía llamado Cayo Campo. Desde aquel espacio Velázquez dirigió una misiva a su majestad el rey de España sobre las incidencias del inicio de la conquista y colonización del archipiélago. A su vez, dictó leyes e incluso desde Cayo Campo pudo haber ordenado el proceso fundacional de la villa de Trinidad.

«En el puerto de Jagua a una legua hay un muy buen asiento, ribera del río Arimao casi en medio de las provincias 5, 6, 10 leguas de las minas, muy sano al parecer y de muchas crianzas de todo ganado: hice en él el nombre de Santísima Trinidad.»[1]

En 1682 aparecieron los primeros intentos de fortificar la bahía de Jagua. España trataba de alejar la presencia de buques extranjeros que ejercieran con los pobladores el contrabando como actividad económica ilícita. En 1745 se concluyó la fortificación de la bahía. La fortaleza militar en forma de Castillo fue obra del ingeniero militar José Tantete. Aquella fue bautizada como Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua.

Hacia el siglo XVI la minería decayó debido al agotamiento de la extracción de oro de aluvión. No obstante, aunque otros lavaderos seguían en producción, el uso de la tierra y la ganadería pasaron a ocupar un papel económico preponderante. Sobre todo, en las tierras aledañas a la bahía, las cuales eran reconocidas por su fertilidad.

Así desde finales del siglo XVI y hasta concluido el XVIII en el territorio sureño predominó el cultivo de tabaco y la producción ganadera. Ambas prácticas propiciaron la aparición de haciendas ganaderas, vegas, estancias y conucos.

La ganadería se desarrolló en las tierras aledañas a las costas. En aquellos potreros abundaba el pasto fresco. La cercanía al mar dotaba a los suelos de sales, minerales, oligopolios, vitaminas, entre otras sustancias nutritivas que adquiría de forma natural el ganado en su alimentación. Unido a lo anterior, la costa favorecía un resguardo seguro para entablar con corsarios, piratas, bucaneros y filibusteros el comercio de rescate y contrabando.

Los litorales de los ríos que cursan por el territorio fueron centro de su producción tabacalera. El cultivo del tabaco fue fruto de la política económica española promovida para su desarrollo en la Isla desde el siglo XVI hasta finales del XVIII.

Tras la minería del oro apareció la explotación de maderas preciosas. Los bosques cerca del litoral costero de la bahía poseían ejemplares madereros de excelente calidad. Cienfuegos no fue una excepción en dicha actividad económica no siempre declarada del todo por la historiografía nacional.

Durante el siglo XVIII tuvo su apertura en el territorio la industria azucarera, a la cual iba a parar parte de la madera talada. La primera fábrica de azúcar llamada Nuestra Señora de la Candelaria fue propiedad de Juan Castillo Cabeza de Vaca. Su ubicación estuvo en las tierras de la hacienda Caonao. Aquella empresa más tarde sería heredada por su sobrino Agustín de Santa Cruz. Otras dos industrias azucareras existieron en el territorio antes de la fundación de la colonia en 1819, Nuestra Señora de Regla pertenencia de Honorato de Bouyón y Nuestra Señora de la Concepción de José Comas. No obstante, se considera que la industria azucarera en Cienfuegos fue irregular y débil hasta su colonización en 1819.

En el siglo XVIII le fue encomendado al conde Santa Cruz de Mopox el estudio de las bahías de la Isla, su flora y fauna. La conocida comisión de Mopox no solo ofreció planos sobre los estuarios existentes, sino de las ciudades que podían fomentarse en sus litorales. Surgió así la primera idea de establecer una urbe en la entonces península de Majagua. El proyecto fue elaborado por los hermanos Lemaur quienes iniciaron los primeros trazos en 1798.

Lo planeado en 1798 fue utilizado por Honorato de Bouyón para proponer la construcción de un astillero. Bouyón, marino militar de profesión conocía bien las costas de Jagua, era propietario junto a Santa Cruz del hato Caonao y vendió a Luis De Clouet cincuenta caballerías de tierras de su propiedad. Es posible entonces que las primeras informaciones sobre estas tierras les llegaran a Luis De Clouet por medio de Bouyón. Aquellos tres hombres conformarían piezas claves en el andamiaje de la empresa colonizadora liderada más tarde por De Clouet.

Las condiciones naturales del litoral sur propiciaban el desarrollo agrícola, industrial, azucarero y ganadero. A ello se unía la prioridad política de promover la colonización blanca, después de los sucesos acaecidos tras la revolución haitiana de 1792. Fueron esos intereses, entre otros, los que llevaron a España a invertir medio millón de pesos en el proyecto colonizador presentado por el teniente coronel Luis Lorenzo De Clouet.

Fundación

El fundador De Clouet propuso iniciar el proceso colonizador con la inclusión de cuarenta y seis colonos procedentes de Burdeos. El gobernador de Cuba José Cienfuegos aprobó la propuesta, la cual pasó al intendente de hacienda Alejandro Ramírez.

Fundación de Fernandina de Jagua

Las autoridades de la Isla apoyaron a De Clouet en su viaje a través de la Real Hacienda. Se habían dado entonces las condiciones para establecer una colonia en lo que hoy es Cienfuegos, según consta en acta oficial fundacional el 22 de abril de 1819.

«Hoy a veinte y dos de abril de mil ochocientos diez y nueve, Yo don Luis de Clouet, Tente. Coronel de los Rs. Extos. Caballeros de las Rs. ordenes, Militares de Sn. Hermenegildo y de Isabel la Católica, con comisión especial del Superior Gbno., acuerdo de 8 de marzo po. po y ordens. Subsequentes pa. dar principio al establecimiento de la Colonia Fernandida de Xagua...»[2]

En un inicio la tenencia de la tierra se convirtió en un conflicto. De Clouet había repartido parte de las existentes en el hato Caonao. Santa Cruz lo acusaba de haberle usurpado su propiedad. Los litigios por la entrega y ventas de tierras van a caracterizar por algún tiempo el contexto existente en la incipiente colonia.

Unido a la situación de la tierra, los colonos eran víctimas de vejaciones físicas y verbales, así como de acciones violentas. Además, el fundador ejerció su preferencia hacia algunos colonos por encima del resto. Lo anterior provocó la evasión de algunos, lo cual traería a De Clouet problemas con las autoridades al no poder mostrar una colonia estable. No obstante, el arribo de nuevos colonos prosiguió.

Actividades económicas, políticas y sociales

Durante aquellos años la explotación maderera, la agricultura, el cultivo del tabaco, café, la ganadería, la actividad minera y la cría de abejas van a subsistir al ascenso de la industria azucarera.

Las ideas reformistas de aquellos años llegaron a la colonia. Elementos de las clases media y pequeña debatían sus posicionamientos políticos-sociales respecto al problema del negro y la esclavitud.

Años más tarde del establecimiento de la colonia la prensa manuscrita ganó seguidores y detractores. Se cultivaron excelentes músicos locales y se inició un proceso de apertura de escuelas que caracterizaría la vida educacional sureña durante toda la centuria decimonónica.

La intelectualidad también fue en crecimiento. Entre sus pobladores emergieron abogados, escribanos, historiadores, periodistas, arquitectos, entre otros. A su vez, prosiguió su alza comercial azucarera. El número de ingenios y esclavos se elevó en la entonces villa. Cienfuegos iniciaba así la consolidación, formación y despegue de una sociedad esclavista. Lo anterior, unido al “boom azucarero” de la década del treinta, la aparición de nuevos ingenios, la llegada del ferrocarril y las condiciones existentes propiciaron el acelerado desarrollo económico del cual gozó el centro sur durante todo el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX.

A la par de aquella prosperidad económica el puerto de Jagua realizaba operaciones comerciales acordes con las exigencias del mercado azucarero internacional. Entre los interesados en sus bondades se encontraban varias firmas estadounidenses que desplegaron sus vapores por la bahía. La instalación del cable trasatlántico submarino como último ingenio de la ciencia y la tecnología de la época para las comunicaciones, permitió a los propietarios de negocios la visibilidad de sus productos en los mercados de Londres, New York, Jamaica, entre otros.

En el gremio de hacendados y comerciantes se comenzaron a propiciar ideas abolicionistas no radicales. Defendían una abolición gradual de la esclavitud que no afectara sus intereses económicos. En ello incidió su relación económica-comercial con productores de países industrializados de pensamiento abolicionista. Dicha corriente ideológica marcó pautas en el pensamiento sureño desde las décadas del cuarenta hasta el inicio de la Guerra Grande en 1868.

Guerra de los Diez Años (1868-1878)

El reformismo también llegó con su influjo a la colonia. En aquel grupo reformista sureño emergió un ala radical. El ideal de aquellos cienfuegueros se basaba en que España era un elemento entorpecedor para el desarrollo de la Isla. Dentro de aquel círculo de avanzada devinieron independentistas consagrados a la causa iniciada en 1868. Entre ellos se encontraban Antonio José Hurtado del Valle, el Hijo del Damují, Federico Fernández Cavada y Howard, su hermano Adolfo Fernández Cavada y Howard, su primo Germán Barrio y Howard, Rafael Fernández del Cueto, Félix Bouyón, los habaneros de nacimiento pero sureños por adopción Juan Guillermo Díaz de Villegas Rodríguez y Luis de la Maza Arredondo, entre otros.

Aquellos citadinos iniciaron sus actividades conspirativas unidos a los santaclareños. Lograron vincular en su movimiento a burgueses descontentos con la política española, negros libres y semilibres e insulares con ideas separatistas. Sin embargo, fue el campesinado cienfueguero la principal fuerza motriz independentistas en la revolución de 1868.

La labor de aquellos anticolonialistas devino en Cienfuegos en la creación de su Junta Revolucionaria. En aquella célula antiespañola se concentraron además de los mencionados patriotas Rafael Fernández del Cueto y José González Guerra (el héroe de Manaquita). La Junta Revolucionaria sureña estaba unida a la de La Habana por mediación de la existente en Santa Clara. El conocimiento por parte del gobierno de la existencia de las juntas llevó a una fuerte persecución y represión de sus líderes.

A los sureños les llegó la orden de concentrarse hacia Manicaragua. Algunos de ellos bajo las órdenes de Federico Fernández Cavada habían recibido entrenamiento militar en una de sus fincas cerca de Trinidad. Los Cavada tenían experiencia bélica tras su participación en la Guerra de Secesión Norteamericana. El 7 de febrero de 1869 liderados por Juan Díaz de Villegas los cienfuegueros se dirigieron a un punto entre Camarones y Ranchuelo según lo acordado con los villaclareños.

Las tropas cienfuegueras fueron comandadas con éxito por sus jefes. Los patriotas crearon la jefatura de la guerra en Las Villas comandada por Federico Fernández Cavada. Los mambises sureños instauraron la tea incendiaria como método de lucha, marchas, contramarchas e hicieron permanecer a sus tropas en lugares de difícil acceso para los españoles.

Los voluntarios hicieron más violenta su represión en la villa contra todo lo que oliera a independentismo. Aquella actitud causó pánico en la población, la cual emigró hacia el occidente o al campo insurrecto. Otros cienfuegueros se refugiaron en los Estados Unidos donde existía un grupo de nacionales con la misión de apoyar el alzamiento.

La primera etapa de la guerra en Cienfuegos entre los años 1868-1871 se sustenta en la preparación, intensidad, acciones, estrategias y tácticas desplegadas por la guerrilla sureña. El otro lapso 1872-1875 estuvo signado por la inactividad, lo cual llevó a que en 1872 se celebraran fiestas para declarar a Cienfuegos zona pacificada.

No obstante, los cienfuegueros prosiguieron combate en las tropas de Camagüey y Oriente. Entre ellos se encontraba José González Guerra quien junto a Cecilio González estaban a las órdenes de Máximo Gómez. También continuaron en la batalla Federico Fernández Cavada, Juan Díaz de Villegas, Antonio Machado, entre otros.

Cienfuegos no escapó a la estrategia de pacificación de Arsenio Martínez Campos. Para tal encomienda se estableció en la ciudad Luis Armiñán quien dispuso el indulto a los insurrectos, la organización económica y administrativa del territorio, así como el tratamiento que se le daría al bandidaje y la delincuencia.

Tregua Fecunda (1878-1895)

Con la conclusión de la Guerra Grande el territorio cienfueguero inició un alza económica sustentada en la producción azucarera. La implantación de nuevas tecnologías en sus industrias cañeras y la inversión de aquellos mismos propietarios junto a sus socios en fábricas que radicaron en la ciudad. Por el puerto durante toda la década de los ochenta llegaron diferentes maquinarias para los centrales y demás negocios.

Los cambios políticos posibilitaron como en el resto del país la aparición de los partidos políticos Unión Constitucional, Liberal Autonomista y Reformista. Durante toda lo que quedaría de la etapa colonial Cienfuegos fue en sí un territorio constitucionalista. Los enfrentamientos entre constitucionalistas y autonomistas se hicieron habituales, incluso llegaron a efectuarse atentados mutuos.

A lo anterior se sumó la penetración del capital financiero yanqui en la Isla. En Cienfuegos invirtió el grupo dirigido por Edwin F. Atkin en la industria azucarera local. La inversión les permitió la adquisición del ingenio Soledad.

Las indicaciones del Partido Revolucionario Cubano arribaban directo a Cienfuegos desde New York. Estibadores del puerto las hacían llegar a Agapito Losa quien coordinaba en Cienfuegos las orientaciones revolucionarias.

Guerra Necesaria (1895-1898)

Con el fracaso del Plan de La Fernandina los revolucionarios cienfuegueros se quedaron sin orientaciones directas del Partido Revolucionario Cubano. Lo anterior significó la desarticulación de los sureños con el plan de alzamiento.

Los primeros cienfuegueros en lanzarse a la Guerra Necesaria fueron los peloteros del club Jabacoa Juan José López del Campillo y de Wolf, Alejo Casimajov Hernández y Martín Gallar Odery. Aquellos osados sureños abordaron el vapor de cabotaje de la costa sur de la compañía de Antinógenes Menéndez. Desembarcaron en Manzanillo y luego de burlar la vigilancia española se sumaron a las tropas de Amador Guerra. Luego se enrrolaron en la columna invasora de Antonio Maceo para venir a pelear a Las Villas.

Otros citadinos se incorporaron a la Guerra Necesaria procedentes del exterior. Entre ellos se encontraban los hermanos Nilo Alomá y Ciarlos y Ubaldo Alomá Ciarlos, así como Orfilio Lombard Leonar quien desembarcó por Camagüey.

Las mujeres apoyaron la causa revolucionaria como en 1868. La cienfueguera Rita Suárez del Villar fundó el 3 de mayo de 1896 el Club La Cubanita. El 4 de junio de aquel mismo año Edelmira Guerra Valladares creó el Club Esperanza del Valle. Ambos clubes enviaron ropa, medicamentos, municiones, dinero y armas a la manigua. El club revolucionario número 40 creado un año antes también le brindaba apoyo a la brigada de Cienfuegos. Además, servía de enlace con la delagación del Partido Revolucionario Cubano en New York.

Ocupación norteamericana

El 19 de abril de 1898 fue lanzada la Resolución Conjunta por el gobierno americano. En ella se plasmaba la supuesta independencia y la libertad para Cuba sin reconocer al ejército en armas. Aquella vil resolución junto a la autoexplosión del acorazado Maine posibilitó a Estados Unidos entrar en el conflicto Hispano-Cubano.

Aquellos acontecimientos le dieron un viraje al carácter de la Guerra Necesaria. Estados Unidos limitaba así la independencia de Cuba y la victoria del ejército libertador. La Isla sería testigo de la primera guerra imperialista de la historia. Una acción bélica rapiña donde dos potencias, una en decadencia y otra en pleno desarrollo imperialista peleaban por poseer a un país en su propio suelo.

Cienfuegos era objetivo económico para ambos rivales. Varias familias norteamericanas poseían intereses en tierra sureña. En abril de 1898 el territorio fue bloqueado por fuerzas estadounidenses. El objetivo era controlar su puerto, uno de los más desarrollados en la zona sur.

En aquella conflagración los norteamericanos salieron vencedores. El ejército libertador utilizado acorde a sus intereses. Las tropas de intervención yanqui tomaron varios puntos del territorio dentro de ellos uno estratégico frente a la entrada de la bahía próximo a Pasacaballos. Las embarcaciones españolas ancladas en las aguas de la comunidad costera del Castillo de Jagua fueron bombardeadas, el cable trasatlántico cortado, mientras el mencionado caserío era dañado por los proyectiles yanquis.

Como sucedió en Santiago de Cuba a la Brigada de Cienfuegos se le negó la entrada a la ciudad hasta después de enero de 1899. El pretexto fue el mismo, impedir posibles enfrentamientos con los españoles. Manipulación que respondía a evitar por todos los medios el reconocimiento social de nuestros patriotas.

Por el puerto de Jagua partió el último contingente de españoles. Las fuerzas mambisas fueron desarmadas. Máximo Gómez destituido de su cargo por la Asamblea del Cerro. Aquella decisión apátrida llevó a manifestaciones en la ciudad en contra de tal maniobra. La desintegración de la asamblea por su pérdida de prestigio, el desarme de nuestras tropas, la desunión, la carencia de visión política, entre otros factores, aperturaron aún más la penetración norteamericana.

Quedaron así abiertas las puertas para la entrada total del imperialismo en la Isla. La Enmienda Platt impuso en 1901 la política económica del imperio como apéndice de la constitución aprobada aquel año. El terreno legal estaba listo para levantar los pilares de la dominación yanqui antes de la propia instauración de la República Neocolonial. La Enmienda junto al primer Tratado de Reciprocidad Comercial aprobado en 1903 conformaron aquel aparato inicial.

Etapa republicana

El 20 de mayo de 1902 quedó instaurada una República mediatizada donde vivó en su esencia la colonia. La nueva División Política Administrativa llevó al municipio de Cienfuegos a asumir algunos barrios de Palmira y Abreus. La ciudad mostraba una aparente prosperidad económica que la situaba entre las primeras del país. La bahía fue solicitada como carbonera a favor del gobierno yanqui.

Luchas políticas y sociales

Las luchas obreras no se hicieron esperar durante todo el período. Reclamos sobre mejoras salariales, la jornada laboral de ocho horas, entre otras, fueron constantes. Los obreros cienfuegueros perpetuaron su memoria al nacimiento de la nueva República en un arco de triunfo erigido en el ala oeste del actual parque Martí. Aquella construcción atesora aun su significado de lucha ante la dominación extranjera yanqui bajo el precepto martiano de edificar una Cuba con todos y para el bien de todos. Esa era la República soñada, esperada y anhelada después de tantos años de luchas a la cual iba en realidad dedicado el emblemático arco en 1902.

Arco de Triunfo en la ciudad de Cienfuegos

La comercialización de azúcar prosiguió a través del puerto. El ferrocarril continuó su crecimiento. Aquellos dos rasgos económicos fueron esenciales para acentuar a Cienfuegos como una ciudad burguesa moderna. Aunque en realidad primaba era la pequeña industria artesanal junto al comercio interior dotado de locales, almacenes y casas comerciales.

La República Neocolonial acompañó la vida política sureña caracterizada por fraudes, intervenciones, acusaciones, arbitrariedades, persecuciones, atentados, terrorismo, asesinatos polítios, entre otras. Era el escenario perfecto donde en una supuesta democracia descansaba la violencia política. Contexto en el que Cienfuegos era escenario de las confrontaciones electorales entre liberales y conservadores. Como un flagelo populaban la corrupción, el vicio, el juego, la prostitución, el pandillerismo gansteril, el desempleo, el analfabetismo, la mortalidad por enfermedades curables y el desalojo.

En Cienfuegos tuvieron repercusión los hechos de la Guerrita de Agosto tras el intento de reelección de Tomás Estrada Palma, quien visitó la ciudad durante su mandato. De igual manera, el fracasado Movimiento de los Independientes de Color en 1912 hizo presencia en el territorio.

La ciudad acogió el Segundo Congreso Nacional Obrero. En Cienfuegos vio sus primeras luces la Confederación Nacional Obrera de Cuba, asentada en los anales de nuestra historia patria como la (CNOC). Los nombres de los dirigentes obreros sureños José Castilla y Luis F. Trujeda aparecen en su acta de fundación.

En territorio sureño radicó su Universidad Popular José Martí, en la cual se desempeñó como profesor el destacado militante comunista Gustavo Aldereguía Lima. La presencia de aquella institución habla hoy por sí sola de la unidad presente en la ciudad entre estudiantes y obreros.

El Partido Comunista quedó organizado en Cienfuegos en 1930. Arturo Iser González, Pedro Pérez, Pedro Selga, Alipio Rodríguez, José Sanjurjo Gómez, Ezequiel Díaz y Luis Savall Blasón estuvieron en su constitución. Su Secretario General fue Ezequiel Díaz.

Dentro de una organización llamada Decreto Estudiantil despertó el accionar de Carlos Rafael Rodríguez uno de los más notables cienfuegueros. Su combatividad la demostró en la huelga de 1933, al enfrentar la represión del tercio táctico llegado a la ciudad desde Santa Clara. Era entonces Carlos Rafael Rodríguez el presidente en Cienfuegos del Directorio Estudiantil.

La caída de la dictadura sanguinaria de Gerardo Machado provocó una apoteosis en Cienfuegos. El pueblo salió a las calles desbordado de alegría hacia su arteria principal de Prado y San Fernando.

Para 1935 los desempleados crecían en Cienfuegos. Se respiraba un clima de inseguridad. Ello llevó como en todo el país al estallido de la huelga de marzo de 1935. En ella participaron maestros, empleados de salud, aduaneros y obreros. La huelga fracasó y tras su fracaso se desató una brutal represión representativa de un gobierno militarista. Los obreros bajo la dirección del Partido Comunista lograron en 1937 la libertad de los presos políticos que participaron en aquellos hechos.

La década del cuarenta del siglo XX mostró la imposibilidad agrícola de abastecer las necesidades de la población. Cienfuegos municipio mostraba en la región un próspero desarrollo ganadero. Lo anterior permitió durante y después de la II Guerra Mundial la importación al territorio de ganado de raza, sobre todo la cebú. Los productos derivados de la ganadería no alcanzaron en la etapa niveles notables. Mantequilla, jamón, queso, leche condensada, leche evaporada, manteca, aceite y carnes saladas tuvieron que ser importadas para el consumo de la población. Lo antes mencionado no es más que el resultado del subdesarrollo propio de un capitalismo sostenido sobre pilares alcaicos del feudalismo.

El viraje político de Batista en la década del cuarenta hacia una supuesta democracia llevó a la legalización del Partido Comunista cienfueguero. La nueva dirigencia comunista sureña plasmó en su programa de lucha las mejoras obreras, la mujer y los campesinos. Entre sus líderes se encontraba Osvaldo Dorticós Torrado. Uno de los actos celebrado en el teatro Luisa por la Hermandad de Jóvenes Cubanos fue presidido por Osvaldo Dorticós Torrado, muestra de la unidad entre la dirigencia juvenil y el Partido Comunista en Cienfuegos.

Auge de las luchas revolucionarias

El 12 de noviembre de 1950 fue convocado un mitin en el Instituto de Cienfuegos para el cual invitaron a la FEU nacional. Asistieron Fidel Castro Ruz Presidente de la Escuela de Ciencias Sociales de la universidad de La Habana y Enrique Benavides Delgado de la Escuela de Derecho. El objetivo era protestar por las arbitrariedades de los Ministros de Gobernación y de Educación que habían prohibido la celebración de actividades pública. La celebración de aquel acto no autorizado produjo un enfrentamiento entre los agentes militares, los estudiantes y el público. Fidel y Benavides fueron conducidos a Santa Clara acusados de incitar a los estudiantes de Cienfuegueros.

La participación de los estudiantes junto al pueblo de Santa Clara logró que fueran puestos en libertad. En el juicio celebrado en diciembre de 1950 Fidel asumió por primera vez su autodefensa. En su alegato criticaba y condenaba al régimen imperante por sus arbitrariedades e inmoralidades.

La aparición en el país a finales de los años cuarenta del Partido del Pueblo Cubano Ortodoxo junto a su líder Eduardo Chivás tuvo en Cienfuegos total acogida. Chivás visitó la Perla del Sur el 12 de mayo de 1951. El pueblo se lanzó a la Calzada de Dolores a recibirlo. Se congregó en el Parque Villuendas para el mitin político donde Chivás reafirmó su línea independiente y ratificó su decisión de llegar a la presidencia solo con el apoyo del pueblo.

El 10 de marzo de 1952 Fulgencio Batista Zaldivar propinaba un golpe de estado anticonstitucional. A partir de entonces se gestó en el país y Cienfuegos la organización de un movimiento revolucionario. Su origen estuvo en un grupo de hombres que mantenían un ideal de realizar cambios radicales donde predominaba la juventud procedente de los partidos burgueses (ortodoxos y auténticos), movimiento estudiantil y otros sin partido.

Fueron los integrantes de aquel movimiento los que asaltaron en 1953 los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo. Ya para entonces se conocían como la Generación del Centenario. Posterior a la represión, juicio y prisión de los asaltantes junto a su líder Fidel Castro en el Presidio Modelo de Isla de Pinos inició la divulgación de La Historia me Absolverá. Luego de liberados aquellos revolucionarios llamaron a su organización Movimiento 26 de Julio.

En Cienfuegos la circulación del documento se inició alrededor del mes de agosto de 1954. No obstante, no fue hasta la segunda mitad del año 1955, que se iniciara las actividades organizativas alrededor de la integración del Movimiento 26 de Julio. El 7 de febrero de 1956, en la casa de Jorge Liriano se realizó la primera reunión de trabajo de los sectores juveniles ya bajo la dirección de Ricardo Llaguno que comenzó a desarrollar desde entonces sus actividades en Cienfuegos.

El Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario actuó en todas las zonas y barrios de la localidad (el Junco, San Lázaro, Pueblo Nuevo, Calzada de Dolores, Parque Villuendas, Prado). Lugares céntricos de la ciudad amanecieron invadidos de carteles como anuncio inquebrantable de decisión y rebeldía. Letreros como Recuerden Moncada, Vencer o Morir, 1956 Seremos Libres o Mártires, Huelga General, entre otros.

El pueblo de Cienfuegos armado, en las inmediaciones del Parque Martí

Bajo la dirección del Movimiento 26 de Julio se organizó el plan que abarcaría el ataque a los puntos militares claves de La Habana, apoyado por acciones en Cienfuegos y Santiago de Cuba. Se desarrollaría el 5 de septiembre, según acuerdo tomado en reunión realizada el 30 de agosto de 1957. El día 3 de septiembre de 1957 se realizó otra reunión y decidieron posponer el alzamiento 24 o 48 horas, por lo que el plan no pudo realizarse de forma conjunta. Ello provocó que la acción popular de Cienfuegos quedara aislada.

Julio Camacho Aguilera era el Jefe del Movimiento 26 de Julio en la provincia. Juntó a Miguel Merino recibió instrucciones de Faustino Pérez de la dirección nacional. Luego realizaron los contactos con Dionisio San Román designado para la dirección del movimiento insurreccional en la ciudad.

Entre las principales acciones del levantamiento estuvieron el ataque a la Estación de Policía, la toma de la escuela San Lorenzo, el Ayuntamiento, así como la estación de radio, comunicaciones entre otros lugares. Varias horas la ciudad estuvo en poder de los revolucionarios hasta la llegada del tercio táctico de Santa Clara.

En la lucha contra el tercio táctico ocurrieron numerosas bajas de ambas partes. Los combatientes de San Lorenzo fueron masacrados. Los revolucionarios y el pueblo en general no pudieron resistir la represión que el tirano Batista organizó como castigo ante el hecho aislado de Cienfuegos. El alzamiento del 5 de septiembre de 1957 encierra la unidad y la acción conjunta del Movimiento 26 de Julio, la Marina de Guerra y la participación del pueblo de Cienfuegos. Demostró, además, la validez y el prestigio de la tesis insurreccional en la conciencia revolucionaria de los cubanos.

El Movimiento 26 de Julio logró la vinculación con el Partido Socialista Popular en Cienfuegos reorganizado el 18 de noviembre de 1957. El contacto entre ambas organizaciones se realizaba en visitas al bufete de Osvaldo Dorticós Torrado. En aquel local se coordinaban e intercambiaban propagandas y directrices. Dorticós Torrado se distinguió en la dirección del Movimiento de Resistencia Cívica creado desde 1957 y del Movimiento 26 de Julio. Otros revolucionarios como Serafín Ruiz de Zárate y Humberto Miguel Fernández también se destacaron.

La Huelga del 9 de abril de 1958 no fue un hecho relevante en Cienfuegos. El plan de acción consistía en la movilización de la milicia, asaltar la planta eléctrica y desarrollar la huelga. Aunque se regaron tachuelas y explotaron petardos los establecimientos comerciales no cerraron. Al conocerse la noticia del fracaso de la huelga a nivel nacional se ordenó la desmovilización.

La ofensiva del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra unida al accionar en el llano de las columnas invasoras del Che y Camilo cercaron a Batista. El descarrilamiento del tren blindado en Santa Clara en diciembre de 1958 le asestaba al tirano un duro golpe. Era la última esperanza militar que le quedaba al dictador quien al asumir su derrota abandonó el país.

Revolución en el poder

El primero de enero de 1959 las derrotadas huestes del dictador Fulgencio Batista Zaldivar le entregaron la ciudad al II Frente del Escambray. Sus dirigentes Eloy Gutiérrez Menoyo y Willian Morgan tomaron el control. Ambos junto a la derecha del Movimiento 26 de Julio radicada en el territorio crearon una junta municipal de gobierno.

La llegada de la caravana de la libertad a Cienfuegos el 6 de enero de 1959 cambió aquella realidad política. El pueblo convocado, se reunió en la Calzada de Dolores y el Parque Martí para recibir a los barbudos. Fidel Castro conversó aquella noche con los miembros de la marina del Distrito Naval del Sur. Pasada la media noche en una improvisada tribuna le habló al pueblo en el Parque Martí. Fracasó así el plan de Gutierrez Menoyo y los derechistas para ocupar un lugar en el gobierno revolucionario.

Consolidación del triunfo revolucionario

Las Milicias Nacionales Revolucionarias se crearon en el mismo año 1959. A ese llamado se unieron mujeres, campesinos, obreros y estudiantes. El primer batallón de aquel cuerpo militar llamado Jorge Luis Estrada se organizó en el barrio La Gloria. Otros batallones se crearon en las barriadas de Pueblo Nuevo, Paradero, Punta Gorda, Mercado, Aduana y Aroche.

Varios cuarteles se convirtieron en escuela. Trascendencia político moral tuvo la transformación del cuartel del barrio de Pueblo Griffo en la escuela primaria Dionisio San Román.

En la ciudad se demolió el antiguo Hospital Civil. En los primeros meses de 1959 se terminó de construir un nuevo hospital. El Hospital de Emergencias se convirtió en Hospital Materno Infantil. El edificio del Hotel Bahía acogió labores de higiene y epidemiología.

Las nacionalizaciones permitieron que en 1960 quedara en manos del pueblo la empresa de ómnibus Cienfuegos-Punta Gorda. Otros consorcios como las norteamericanas Texaco, Esso, y la Compañía Azucarera Soledad S.A, fueron nacionalizadas aquel año. Del área comercial se expropiaron los bienes de adineradas familias burguesas del municipio, entre ellas, Cacicedo, Castaño, Torriente, Gutierrez, por solo mencionar algunas.

El Colegio Monserrat convertido desde 1942 en Escuela de Artes y Oficios, junto al Colegio Químico Azucarero fueron nacionalizados. En ese último existía una surtida biblioteca, laboratorios bien equipados y una buena despensa de alimentos, los cuales fueron entregados a los alfabetizadores.

También se nacionalizó en Cienfuegos las clínicas y hospitales privados. Tres años después se procedió a la nacionalización de las farmacias y laboratorios intervenidos. A sus propietarios se les abonó el valor de los mismos.

Con la Reforma Integral de la Enseñanza surgió la Escuela de Maestros Primarios con cursos de dos años. Dicho cambio llevó el 23 de octubre de 1960 al entonces Ministro de Educación Armando Hart Dávalos hasta Cienfuegos. En su visita se reunió con un grupo de maestros primarios.

La Federación de Mujeres Cubanas valoró la necesidad de crear Círculos Infantiles. Además de educar e instruir a los niños desde edades tempranas se posibilitaba la incorporación de la mujer al trabajo. En Cienfuegos se destacaron en ese empeño Juana Ramírez y Digna Cires Avello.

Como en el resto del país los preparativos para la Campaña de Alfabetización se iniciaron en el año 1960. El prestigioso pedagogo Juan Olayz Guevara de reconocida militancia comunista fue nombrado Presidente del Consejo Municipal.

La economía no estuvo exenta de sabotajes. Bajo orientaciones de la CIA el enemigo golpeó la producción azucarera. Quince mil arrobas de caña fueron incendiadas en una finca del barrio El Junco en Cienfuegos.

En los primeros días del año 1961, ante el peligro de una posible invasión imperialista las federadas sureñas se movilizaron. Ellas llevaron adelante el peso de la labor divulgativa en los órganos de prensa, así como de manera directa. A ello se unió la realización de donaciones de sangre, la recaudación de abastecimientos y el aumento de su preparación combativa. En ese mismo año quedaron conformados los Comités de Defensa de la Revolución cubana, bajo la iniciativa del Comandante en Jefe. El primer coordinador municipal de aquella organización fue Andrés García Suárez.

La creación de las Organizaciones Revolucionarias Integradas tuvo en Cienfuegos un equilibrio entre los representantes del Partido Socialista Popular y el Movimiento 26 de Julio. Sin embargo, quedó a la saga el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, el cual estuvo representado en el municipio solo por Carlos Margolles Dueñas. Como Secretario General de aquella organización partidista fue nombrado en Cienfuegos el crucense Manuel Chao Trujillo.

La Campaña de Alfabetización tuvo su mayor alcance en 1961. Su desarrollo contó con el apoyo necesario en cada uno de los barrios cienfuegueros. En sus preparativos se destacó el escultor cienfueguero Mateo Torriente, encargado de elaborar el proyecto de la histórica cartilla y el manual de alfabetizar.

Las zonas rurales de San Antón, Belmonte y Hondaros fueron las primeras en declararse territorios libres de analfabetismo. El 15 de diciembre de 1961 se proclamó el municipio de Cienfuegos junto a sus zonas del Escambray.

Defensa ante las agresiones

Contrarrevolucionarios unidos al gobierno norteamericano planificaron una invasión mercenaria por Playa Girón. La Agencia Central de Inteligencia tenía como objetivo establecer una cabeza de playa e iniciar una guerra de desgaste contra el país. Pero el pueblo revolucionario a las órdenes del Comandante en Jefe Fidel Castro les infligió una aplastante derrota.

Los milicianos de Cienfuegos protagonistas en la Limpia del Escambray volvieron a destacarse en el combate. El 10 de abril de 1961, en el aeropuerto Jaime González el Teniente Venancio Rivas Pérez comenzó a organizar el batallón 339 integrado milicianos de la ciudad y otros municipios. Aquella fuerza fue de las primeras en llegar al escenario combativo. Su ubicación estuvo en la costa, en la mediación del trayecto entre Playa Girón y Playa Larga.

Otro batallón cienfueguero que también jugó un importante papel fue el 326. Aquella fuerza salió rumbo a Abreus para continuar hacia el sur por Charcas, Juraguá y los trillos de diente perro vía Caleta Buena. Se le asignó la misión de proteger la costa desde el este de Playa Girón hasta la bahía de Cienfuegos. Se impedía así por esa dirección el avance de los mercenarios por ese punto de resistencia.

Al batallón 336 de residentes en Cienfuegos se le asignó la misión de defender la ciudad en caso de un ataque enemigo. Para lograr tal fin, se instalaron baterías de cañones y antiaéreas en El Junco, Punta Gorda, Cuatro Caminos y Obourque, otros ocuparon posiciones cercanas a la costa para proteger el tramo Cienfuegos-Trinidad y la Playa Rancho Luna.

Catorce hijos del municipio Cienfuegos murieron en combate frente a los mercenarios por la libertad de la patria. Entre ellos Eduardo García Delgado, quien escribiera con sangre el nombre de Fidel en la Base Aérea de San Antonio de los Baños.

En 1963 se detectó en Cienfuegos una red de la CIA dirigida por el vicecónsul de Bélgica. Los detenidos vinculados a la organización poseían plantas transmisoras y receptoras. Para ello fue de vital importancia en la ciudad la labor de los CDR.

Transformaciones sociales, económicas y culturales

En el propio año 1962 aperturaron en la ciudad la biblioteca provincial Roberto García Valdés y el conservatorio de música Manuel Saumell. La galería provincial de arte abrió sus puertas con exposiciones de artistas cienfuegueros, nacionales y extranjeros. La música vibró con la fundación del coro profesional Cantores de Cienfuegos. El arte hizo presencia también en el primer carnaval socialista sureño.

La Revolución concibió un plan para convertir a Cienfuegos en un territorio agroindustrial. Enclavada al sur poseía infraestructura, abastecimiento de agua, vías de comunicaciones, un puerto reconocido por su extensión y condiciones naturales, entre otras condiciones. Además, contaba con cuadros administrativos con conocimientos y experiencia en la producción azucarera. En 1962 por iniciativa del Che se inició la construcción de la fábrica de motores diesel y compresores José Gregorio Martínez.

El arte revolucionario prosiguió su ascenso en el territorio sureño. Para 1963 nacía la casa de cultura donde los artistas aficionados tenían su espacio. La vinculación entre aquella institución, los organismos y las organizaciones de masas a favor de la cultura fue significativa.

La sociedad cienfueguera avanzó de manera notable en la década del sesenta. Un impulso económico para el territorio y el país tuvo lugar en 1967 con el establecimiento de la terminal de azúcar a granel Tricontinental. Ubicada entonces entre las primeras del mundo.

El central Pepito Tey, antiguo Soledad, se enroló en la zafra de los diez millones. Para ello aumentó sus áreas de siembra y programó reparaciones que le posibilitaron una constante molida.

Por el puerto se importaba víveres, cemento, equipos para montar plantas completas de fábricas, entre otros. Desde Checoslovaquia llegó la primera unidad de la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes. Dicha planta inició su generación en 1968.

El desarrollo agrícola territorial unido a los altos precios de los fertilizantes impulsó la industria química. En 1968 comenzó a construirse la fábrica de fertilizantes de Cienfuegos. No obstante, por múltiples factores su concreción no tuvo lugar hasta 1973 gracias al apoyo de la URSS.

La industria alimentaria en Cienfuegos contaba en esos años con fábricas de refrescos, pan, dulces, pastas y fideos. Aquellas entidades destinaban sus producciones al consumo local. No obstante, en el ECIL no se logró montar el equipo para la producción de leche pasteurizada. Al molino arrocero le faltó su materia prima el arroz. La fábrica de refrescos Perla del Sur presentó problemas por rotura unido a la ausencia de gas carbónico y envases. A la Cocinera le faltó entre sus materias primas comino, laurel, entre otras especias.

Entre 1972 y 1976 se acometieron los trabajos de dragado para el puerto pesquero de Cienfuegos. Se inició la construcción de embarcaciones con tecnología ferrocemento. A la par comenzaron las edificaciones de barcos de acero.

En enero de 1976 se creó la comisión nacional de constitución de los Órganos del Poder Popular. Por la comisión municipal de Cienfuegos estuvo Rigoberto Fonseca González. El 10 de octubre de 1976 se efectuaron las elecciones de dirigentes a las Asambleas Municipales del Poder Popular. El 2 de diciembre de 1976 en el Teatro Carlos Marx quedó constituida la Asamblea Nacional del Poder Popular. En su seno representaban al pueblo cienfueguero Carlos Rafael Rodríguez, Osvaldo Dorticós Torrado, Humberto Miguel Fernández y José Ramón García Gil, entre otros.

El 6 de diciembre de 1979 se creó el Instituto Superior Técnico de Cienfuegos hoy Universidad Carlos Rafael Rodríguez. En lo adelante se caracterizaría por su trabajo científico-metodológico con sus aportes al desarrollo territorial y nacional.

El 23 de marzo de 1979 el Comandante en Jefe inauguró el Hospital Clínico Quirúrgico Docente Dr. Gustavo Aldereguía Lima donde expresara:

«Podemos afirmar que en este momento este hospital es el que tiene la mejor base material de Cuba, la mejor edificación del país, la más funcional, la más práctica, la más racional. Es el hospital mejor equipado del país este hospital que inauguramos.»[3]

En Cienfuegos se abrieron otras ramas industriales. A aquella diversificación industrial respondió la apertura en 1981 de la fábrica de glucosa. En funcionamiento inició además, al siguiente año la empresa productora de pienso.

La obra revolucionaria iniciada la década de los ochenta concentraba en el municipio más del 50% del desarrollo industrial y constructivo de la provincia. La zafra efectuada en el período 1983-1984 fue superior incluso a la planificada en el territorio para 1970.

En el primer trimestre de los ochenta Fidel inauguró la primera línea de producción de la fábrica de cemento Carlos Marx. En 1984 ya se producía cemento Portland 350 para la exportación con marca estatal de calidad superior. El desarrollo industrial y agrícola caracterizaría al territorio desde el triunfo revolucionario hasta hoy. Sin embargo, la desaparición de la URSS y los países de Europa del Este a inicios de la década de los noventa detendría el programa de desarrollo industrial.

Referencias

  1. Edo y Llop, Enrique y Oliver y Bravo, Pedro. «Memoria histórica de Cienfuegos y su jurisdicción» Imprenta Úcar, García y cía., 1943
  2. Piqueras Arenas, José Antonio «Las Antillas en la era de las luces y la revolución» Siglo XXI de España Editores, 2005. ISBN 8432311987
  3. Discurso pronunciado por Fidel en la inauguración del Hospital Clínico Quirúrgico Docente Dr. Gustavo Aldereguía Lima en Cienfuegos, el 23 de marzo de 1979. Disponible en: Discursos de Fidel Consultado el 14 de enero del 2021

Fuentes

  • Cabrera Pérez AC. “El Movimiento sindical en la región de Cienfuegos, 1959-1961”. Inédito. Informe de investigación 2000.
  • Duarte B. “El Castillo de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua”. Comisión de Historia de Cienfuegos. PCC Regional. Documentos en archivo PCC Prov. Cienfuegos. 1972-1973.
  • Colectivo de autores. Historia del municipio Cienfuegos. Versión digital. Inédito.
  • Edo y Llop E. “Memoria Histórica de Cienfuegos”. Ucar García. La Habana. 1943.
  • Morales Hernández F. “La bahía de Cienfuegos”. Trabajo inédito. Sección de Historia PCC Prov. Cienfuegos. 1986.
  • Pichardo H. “Documento para la Historia de Cuba”. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 1978.
  • Le Reverend J. “La República: Dependencia y Revolución”. Editorial Pueblo y Educación. ICL. La Habana. 1969.
  • Bustamante L. “La Comarca de Jagua hasta la fundación de la Colonia Fernandina de Jagua”. La Habana. 1948.
  • García Martínez O. “Estudio de la economía cienfueguera desde la fundación de la colonia Fernandina de Jagua hasta mediante del siglo XIX”. Isla No 55-56 Universidad Central de Las Villas. Septiembre 1976-1977.
  • García Martínez O y otros. “La lucha contra bandidos en Cienfuegos”. Trabajo mecanografiado. Inédito
  • García Martínez O y otros. “El enfrentamiento popular Cienfuegos a la resistencia armada entre 1959 y 1965. Monografía. Inédito. 1992.
  • Pino Santos O. El Imperialismo norteamericano en la economía de Cuba. La Habana. Imprenta Nacional de Cuba. 1961.
  • Rousseau P, Díaz de Villegas P. “Memoria descriptiva, histórico y geográfica de Cienfuegos”. La Habana. Establecimiento tipográfico El Siglo XX. 1920.
  • Periódicos cienfuegueros La Correspondencia y El Comercio 1912-1962.
  • Rovira González V. “Apuntes sobre la organización de la Economía Cienfueguera”. Revista Isla No 52-53. Editada por la Universidad Central de Las Villas.