Historia del municipio Cruces (provincia de Cienfuegos)


Historia del municipio Cruces (Provincia de Cienfuegos)
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Escudo Cruces.jpg
Cronología
Etapa colonial
Antecedentes y proceso fundacional
Impacto de la Guerra de los Diez Años
Guerra Necesaria
Primera Ocupación Norteamericana
República Neocolonial
Movimiento Obrero
Situación económica, política y social (1939–1952)
Lucha contra el gobierno de Fulgencio Batista
Revolución en el poder
Quinquenio del 2000–2005

Historia del municipio Cruces (Provincia de Cienfuegos). Su fundación está ligada al inicio del ferrocarril en la zona, en 1853. Al concluir la Guerra de los Diez Años, el gobierno colonial español introdujo en Cuba una serie de reformas territoriales, entre ellas, una nueva división político administrativa, el nuevo municipio perteneció a la provincia Las Villas, pero el poblado cabecera continuo llamándose Las Cruces.

El combate de Mal Tiempo, —durante la Guerra Necesaria— el 15 de diciembre de 1895, clasifica como una de las más importantes acciones llevadas a cabo por las fuerzas insurrectas en la invasión hacia occidente.

Con el Período Revolucionario, Cruces, como toda la nación cubana, alcanzó una existencia plenamente soberana.

Dada su estratégica posición geográfica, este territorio está atravesado por la carretera de Cienfuegos a Santa Clara que, unida a otras vías le permiten mantener comunicación con otros municipios, tanto de la provincia como de otra. Además, otra vía de comunicación lo constituyen los ramales ferroviarios de Cienfuegos a Santa Clara y de Cruces a Santo Domingo.

Este municipio posee un área de 198,2 km2 con una población de 32,744 habitantes, de ellos 22 704 urbanos y 9 448 rurales. Cuenta como características geográficas con la existencia de llanuras onduladas o premontañosas. Posee una elevación predominante que alcanza 137,6 metros llamada Loma de la Rioja, predominando los suelos húmedos y una temperatura media anual de 23,7 grados.

Colonia

Antecedentes y proceso fundacional

La necesidad de unir relativamente los dispersos núcleos poblacionales de la región central del país, conocido entonces como Las Cinco Villas, permitió el surgimiento de proyectos de ferrocarriles en diversos puntos. En Cienfuegos se concibe esta idea a inicios de 1840 con la finalidad de unir el puerto de Cienfuegos con Villa Clara. Animaban este proyecto los hacendados, fundamentalmente de Las Cruces, lo que se manifiesta en el número de acciones que adquirieron éstos en la compañía del Ferrocarril CienfuegosVilla Clara. El resultado de esta influyó de forma determinante en la producción de sus ingenios al constituir un medio rápido y seguro para conducir sus producciones al comercio internacional, dado que la vía férrea estaría muy próxima a sus propiedades.

El año 1847 fue el punto de partida para la verdadera materialización de la idea del camino de hierro entre Cienfuegos y Villa Clara, desde el punto de vista legal, pero los trabajos en la vía se iniciaron el 4 de febrero de 1848 respondiendo al trazado del proyecto elaborado en 1846, en el cual quedaba bien definido que no se eligió la línea recta, pues los terrenos de la zona son quebrados y cruzados en todos los sentidos por ríos y arroyos. El proyecto fue concebido por el agrimensor Alejo Helvesio Lanier y el Ingeniero francés Julio Sagebien; el capital fue aportado por accionistas, contando además, con el apoyo del gobierno superior civil.

Hacia 1859, se mantenían en Las Cruces seis ingenios, los cuales diferían en el nivel tecnológico, así como en la cantidad de caballerías de tierra dedicadas al cultivo de la caña, esto se reflejaba claramente en la diferencia del volumen de azúcar producido en cada uno de ellos. Los ingenios Angelita, Santa Catalina y Dos Hermanas eran los de resultados más altos, siendo a su vez los tres que habían introducido el vapor

En la mayor parte de los ingenios de esta zona se aprecia el proceso que Moreno Fraginal denominó desindustrialización a desmanufacturación, eliminando etapas finales de la producción de azúcar, lo cual explica el incremento en la producción de azúcar mascabado, de gran demanda en el mercado norteamericano a donde se dirigía la mayor parte de la producción cienfueguera.

«Al concebirse el proyecto del ferrocarril CienfuegosVilla Clara, se le concedió especial importancia al Paradero Las Cruces por encontrarse cercano a las mejores tierras de la Jurisdicción de Cienfuegos, y a un gran número de ingenios, no es hasta 1860 que se concluye el proyecto ferroviario hasta Villa Clara, período que permitió alcanzar un rápido desarrollo con el movimiento de mercancías de la vecina Jurisdicción, permitiendo que desde el propio año de su creación 1853, se transportaron productos por este punto con un valor de $ 49 096,05 llegando en el año 1859 al valor de $ 68 753,66, sólo superado por el paradero de Cienfuegos que alcanzó la cifra de $ 71 091,41.» [1]

El paradero ferroviario Las Cruces se consolidó como el segundo en importancia, tanto de la compañía Cienfuegos–Villa Clara, como de Sagua, y en 1860 se convirtió en el centro ferroviario más importante del país con el enlace de las líneas de estas empresas, alcanzando no sólo valor económico, sino también estratégico, pues unió con transporte, rápido para la época, el puerto de Sagua (costa norte), con el puerto de Cienfuegos (costa sur) y con Villa Clara centro del país.

Con el gran desarrollo alcanzado por este paradero, la Compañía del Ferrocarril de Cienfuegos–Villa Clara se propuso no dilatar más la creación del pueblo y contrata al agrimensor Luis García y Romero la confección del plano que repartiese las 30 caballerías de la Hacienda Las Cruces. Concluidos los trámites de planos se obtuvo la autorización del Ayuntamiento de Cienfuegos para iniciar la repartición de los terrenos a censo redimibles a partir de 1860 lo mismo que el resto de los lotes por caballerías; se debía esta medida a fin de tener un rédito anual hasta que se logrará la redención de los mismos.

Los terrenos fueron divididos en 33 lotes, siendo seleccionados los lotes 1 y 2 para ubicar el pueblo, en el área urbana se desarrolló un rápido movimiento comercial, estableciéndose en ella muchos hombres ansiosos de enriquecimiento, siendo posible este auge debido a la existencia de una clientela segura propiciada por el tráfico ferroviario.

Con la construcción de los ingenios Andreita, Mercedes, Rioja y Teresa entre 1860 y 1878 llegaron a existir en la zona diez ingenios, no excediendo su extensión a cien caballerías, en ninguno de los casos el cultivo de la caña de azúcar sobrepasa el 50 % de sus tierras ocupadas. Se aprecia el monto de los capitales invertidos en los ingenios de esta zona y la diferencia de estos en productividad y posibilidades de ganancia, la mano de obra fundamental lo constituía el esclavo propio o alquilado.

Impacto de la Guerra de los Diez Años

Al iniciarse las luchas independentistas del pueblo cubano el 10 de octubre de 1868, se hacen sentir en la región cienfueguera las ansias de lucha contra el colonialismo español, a pesar de las medidas tomadas por la reacción; el día 7 de febrero de 1869, se dio el grito insurreccional en la región, las primeras acciones de los insurrectos fueron: incendio de algunos puentes de la vía férrea, lo que interrumpió la comunicación entre Santa Clara y Sagua, y en días siguientes entre Camarones y Ranchuelo, donde se unió un gran número de independentistas con el fin de llegar a la Siguanea, provocando tanta alarma en la zona que muchos vecinos de Lajas vinieron a refugiarse a Las Cruces. Atendiendo a la posición central del país ocupado por la entonces denominada región de Las Villas, está se convirtió en un objetivo de gran importancia para el Gobierno Español, pues le era indispensable detener el movimiento independentista en este punto, para evitar el peligro que constituiría ésta para la rica zona azucarera de Matanzas.

A pesar de todas las medidas adoptadas por el mando español, no se había logrado la total pacificación de la zona a inicios de 1875; Máximo Gómez designa a Henry Reeve, como jefe de la segunda división de Cienfuegos y le ordena dirigirse hacia esta zona en auxilio de Cecilio González, quien después de haber obtenido continuados triunfos en la zona de Colón debe asistir a una cita con el Jefe de la División, para lo cual marchó rumbo a la Siguanea con más de 600 hombres y 300 caballos con las provisiones necesarias. Cercano a Las Cruces, no tomó las medidas necesarias algo lejos ya de los montes de La Calera, punto estratégico que ofrecía seguridad insustituible; decide pasar la noche a solo una milla de Las Cruces, donde sabe que Valmaseda tiene su cuartel general; al amanecer continúo la marcha atravesando la vía férrea a la vista del campamento español de Palma Sola, era el 22 de mayo de 1875. Los españoles comprenden que la columna estaba formada principalmente por negros y asiáticos, deciden atacarla y envían una fuerte columna en su persecución que ataca sorpresivamente al Teniente Coronel González.

Para los insurrectos la situación era muy desventajosa; atacada sorpresivamente en medio de aquel descampado muy cercano al cuartel general español, se entabló un encarnizado y reñido combate en el que las tropas mambisas lucharon denodadamente e hicieron todo lo posible por causar la mayor cantidad de bajas al enemigo. El resultado de esta acción fue totalmente adverso para la revolución. Los españoles destruyeron y se apoderaron de todo cuanto llevaban los mambises, Cecilio González logró retirarse dejando el campo cubierto de cadáveres. La reacción española se hace sentir desde el Cuartel General de Las Cruces, al día siguiente de la Batalla de Palma Sola, el 23 de mayo de 1875, Valmaseda dictó una proclama en la cual incitaba a los insurrectos a que depusieran las armas y perdonaba también a los desertores del ejército independentista.

Esta zona continúo siendo centro de acción del ejército español, Valmaseda dicta dos nuevas proclamas: una, el 27 de julio de 1875, en la que ofrece indulto a los independentistas que se presentaran, y otra en noviembre sobre la cual se debe resaltar cómo se ve claramente que el dominio de la zona Las Cruces estaba en manos de los españoles, que además Valmaseda imponía medidas de terror con vista a impedir que la población apoyara a los independentistas desde esta posición:

«[…] prohibiendo en el distrito y en los demás y hasta la trocha de Júcaro a Morón que viajase nadie de un punto a otro, pues se le haría fuego por la patrulla al que lo efectuase no siendo en ferrocarril, y que los dueños de potreros aprovechasen cuanto fuese posible la presencia de las columnas españolas para atraer los ganados vacunos y caballar para hacer más imposible la vida de los insurrectos.» [2]

En el mes de diciembre de ese año Valmaseda desde Las Cruces dicta otra disposición, la última antes de abandonar el país, al ser aceptada su dimisión. En ella se expresa con claridad la gran equivocación de los españoles respecto a la firmeza de los ideales cubanos que confundían las divergencias de enfoque, de táctica, de nuestros independentistas con un posible resquebrajamiento de sus ideas separatistas y de rechazo al colonialismo. La respuesta insurrecta fue la irrupción en la región por los barrios de Maltiempo y Potrerillo y días más tarde la aplicación de la tea incendiaria a los cañaverales de los ingenios Divertido y Rioja.

En el año 1876 aún se hacían sentir acciones de los independentistas de la región en sus incursiones a Las Cruces cuando en el propio año fue tiroteado el fuerte de este poblado, quemadas 18 casas y asaltaron conjuntamente el fuerte de Potrerillo con lo que le causó 8 muertos a los españoles, ocupándole 4 armas, 300 tiros y 2 caballos.

Las Cruces, se puede apreciar que este poblado se convirtió en el centro de la recesión española, lo que determinó la no existencia de un movimiento independentista fuerte, Las Cruces con sólo diez años de fundada estaba conformada por una población heterogénea, ávida de enriquecimiento; aquí se hicieron sentir con mayor rigor los célebres bandos de Valmaseda que tanto hostigaban a la población civil, fundamentalmente campesina, lo que contribuyó a una superioridad de la fuerza española en la zona.

Guerra Necesaria (1895–1899)

El 24 de febrero de 1895 el Partido Revolucionario Cubano (PRC) dio la orden de levantamiento, al producirse este hecho, en Las Cruces rápidamente se hizo sentir la acción de las guerrillas de Mestre y de Alba, quienes eran apoyados desde la zona urbana por Julio González Capote, los Montenegro, ubicada a la salida del pueblo por el camino que iba hacia Potrerillo, convirtiéndose prácticamente en un hospital para el Ejército Libertador.

La invasión de Oriente a Occidente tuvo su inicio en el propio año 1895, el 22 de octubre, entre los principales objetivos estuvo: incorporar las provincias occidentales a la insurrección, llevándose la guerra así a todo el país. Esta invasión llegó a la región villaclareña en el mes de diciembre.

La rica zona azucarera de Cruces, debido a su situación estratégica constituyó un punto importante de operaciones del ejército colonial, por lo que en 1895 se calculaba la existencia de 8 000 a 10 000 efectivos militares entre los cuarteles generales de Las Cruces y Mal Tiempo, otro factor determinante para este acantonamiento de tropas en el lugar a que:

«El mando Hispano – aunque – había perdido el contacto directo con los cubanos a partir de la acción de Siguanea [...] no por ello descuidó las principales vías de acceso a la Jurisdicción cienfueguera, sino que ordenó bloquearla por ello que en la mañana del 15 de diciembre salieron del Cuartel General de Las Cruces, las tropas dirigidas por el Coronel Salvador Arizón; éstas con una hora de diferencia entre sí, separándose en dirección: por el camino al Ingenio Andreita, la unidad bajo el mando del Teniente Coronel Manuel Saínz, compuesta por cerca de 500 hombres de Babastro y San Marcial; por el camino a Mal Tiempo la Columna del Teniente Coronel Narciso Rich, integrada por dos compañías de Bailén y dos de Canarias, y una sección de caballería de Montesa en total unos 550 efectivos; mientras el jefe de toda la agrupación, teniendo a su mando de 800 a 1000 jinetes de Treviño, marchaba a distancia táctica de las unidades antes mencionadas” [3]

El 14 de diciembre, mientras las tropas mambisas descansaban en el campamento Las Lomitas, el General en Jefe recibió como refuerzo un escuadrón comandado por el Teniente Coronel José Loreto Cepero, quien solicitó ser incorporado a la extrema vanguardia del ejército invasor; Máximo Gómez accedió a ello y le ordenó cargar al machete sin consulta ni dilación a cualquier fuerza enemiga que se presentara por la ruta de la columna cubana. Esto respondía tanto a la necesidad constante de aniquilar obstáculos que se opusieran al desplazamiento invasor, como a las pocas comunicaciones con que contaban.

Batalla de Mal Tiempo

La columna cubana tomó rumbo noroeste formada casi en un solo cuerpo, siendo mínima la distancia entre la vanguardia, centro y retaguardia. Alrededor de las 10:00 A.M del día 15 de diciembre de 1895, las tropas invasoras pasaron frente al Central Teresa, que se preparaba para comenzar la zafra, y prendieron fuego a los cañaverales. A pesar de que este lugar contaba con una guarnición española, los soldados desde ella contemplan el incendio, pero no hicieron fuego contra las tropas invasoras, las que continúan camino, un campesino los alerta que en Mal Tiempo hay fuerzas españolas y que es posible que se produzca un encuentro en el camino, lo cual originó la orden de éste de redoblar el fondo de la columna y agregó esta frase:

«Entro la nave en alta mar. En su camino hacia la zona de Mal Tiempo, las fuerzas del Teniente Coronel Rich que llevaban como práctico al Capitán Mestre, conocido en la zona como el asesino de Cruces, cuando cruzaban el centro de la fuerza, frente a donde está hoy levantado el Monumento de Mal Tiempo, que en aquellos momentos vivía allí Benito Yera y en el patio de su casa este señor miraba cruzar la columna, fue llamado por el Capitán Mestre a la puerta de la finca y allí el Teniente Coronel Rich le preguntó si había visto mambises por el lugar, y en ese momento se oye una detonación de un disparo de arma de fuego y dijeron ¿un tiro?. Entonces dice Mestre: tiren otro que ya ese no me coge[4]

Ese disparo provenía de un grupo de patriotas locales, entre ellos Lucio Suárez, Pablo Rodríguez, Faustino Aguila, Los Sarduy y Silvestre Meneses, quienes en aquella madrugada celebraban un velorio frente a la casa de Timoteo Rivero, en la misma bifurcación del Callejón de Palenque con el camino de Mal Tiempo a [Paéz]]; el centinela Silvestre Meneses, que divisa la vanguardia enemiga compuesta por el escuadrón de caballería que protegía la columna de Rich, a 500 metros, da la voz de alarma de:

«aquí están los soldados y dispara su tercerola y ese es el primer tiro que oyeron Mestre y Rich» [5]

Pero lo que no sabían los independentistas locales era que, a 500 metros, venían las tropas del Coronel José Loreto Cepero, que conformaban la extrema vanguardia cubana, quien se da cuenta de la situación y desobedeciendo las orientaciones, se desplegó en guerrilla. Esto permitió que los españoles, repuestos de la sorpresa, se organizaran apresuradamente en cuadro de defensa contra la caballería e hicieran fuego con descargas cerradas. Antonio Maceo oye estos disparos y manda imperiosamente ¡A la carga! Pues él con sus ayudantes y escolta ocupa la vanguardia, siendo los primeros en lanzarse a galope hacia esa dirección; al llegar a la zanja no encontraron un sitio propicio por donde cruzar, teniendo que continuar por el borde varios cientos de metros, dando el flanco derecho al enemigo, pero al terminar de ladearlo los detuvo una cerca de alambre, de la cual al otro lado se encontraban los españoles formados en cuadro, en esos momentos se le reunió el regimiento de Carlos Manuel de Céspedes para ayudar a echar al suelo la alambrada. Casi al mismo tiempo el General Máximo Gómez, viviendo desde el centro con su estado mayor, escolta y algunos escuadrones villareños, con el General Serafín Sánchez al frente, entraban como una tromba del lado de allá de la cerca, donde se encontraba el otro cuadrilátero enemigo, permitiéndole avanzar sin dicho obstáculo y entra fácilmente dentro de las líneas españolas.

La infantería enemiga no lograba rehacerse, presa del pánico a la vista del terrible machete empuñado con furia por los escuadrones que siguieron al valiente Gómez. Sólo un cuadro de Bailén ofreció resistencia, mientras que otros grupos sucumbían bajo el acero de los mambises. Es significativo destacar lo expresado por José Miró Argenter respecto al ejército español en este combate cuando señalaba:

«Al tratar de acudir los soldados de Canarias y algunas caballerías de Treviño, el socorro ha servido para aumentar el espanto y la mortandad, pues novicios los peones completamente bisoños y aterrorizados por la carnicería de Bailén han huido en gran desorden […]» [6]

Otro testigo del combate, Manuel Piedra Martel, ayudante del General Antonio Maceo expresó:

«Qué ni antes ni después de la campaña vio en el ejército español a sus soldados perder la moral y desorganizarse […] pero en Mal Tiempo se mostraron colectivamente inconsistentes y faltos de valor individual. De otra manera no hubiésemos podido producirle aquel desastre.» [7]

Estos resultados demuestran que influyeron en la aplastante derrota española los antecedentes contradictorios del reclutamiento forzoso y la falta de ideal común, puestos de manifiesto fundamentalmente en el Batallón de Canarias número 42; esta descripción de José Miró Argenter en su libro:

«Todos los sólidos han sido deshechos a machetazos, la mitad por lo menos del Batallón de Canarias, huyendo de la tremolina ha soltado armas y cartucheras para escapar con mayor ligereza, o rendirse a discreción los que no aciertan a buscar refugio en la espesura de los cañaverales. Un Comandante de caballería que ha tratado de rehacer el núcleo descuadernado de Canarias tiene que huir a uña de caballo porque los soldados no lo obedecen, tiran los fusiles flamantes, las cananas repletas de municiones, y los más de ellos se aplanan contra el suelo, bajo la terrible impresión del pánico como palomas a la vista del azor. Pero la imagen más cabal del espanto se retrata en un grupo que se ha escondido a su manera detrás de un palmar, nuestra gente lo descubre y le va arriba; sus componentes parecen figuras de cera con uniforme de rayadillo azul, se les habla y no responden, lo más que hacen es cruzar los brazos por encima de la cabeza, esperando el golpe del machete.» [8]

Al respecto Máximo Gómez, General en Jefe, expresó:

«Yo sabía que eran quintos y que no podían resistir nuestra carga al machete.» [9]

Él mismo pudo llegar a esta conclusión antes del combate, dada las informaciones que respecto a la composición del ejército español le había hecho llegar Rita Suárez del Villar, quien en aquella etapa utilizaba el seudónimo de La Cubanita, constituyendo éste un factor importante para la estrategia de Máximo Gómez y Antonio Maceo en el combate, lo que dejó como resultado que las tropas independentistas cubanas sólo tuvieron 4 bajas y menos de 50 heridos; estas cifras no son exactas, pues en la bibliografía consultada aparecen varias versiones al respecto no coincidentes, pero demuestran cómo la unidad del ejército independentista cubano en esta gesta de 1895 había logrado superar las contradicciones internas del 68 que tanto daño hicieron a la Revolución.

El recrudecimiento de la represión española en ese propio año con las medidas de Valeriano Weyler, hizo la vida de la población, tanto urbana como rural, más difícil en este municipio que en el resto del país, debido a la estancia de Valmaseda en el Cuartel General de Las Cruces, constituyendo una muestra de ello la disposición que regulaba las zonas de cultivo hacia los alrededores de la población. A pesar de la política represiva del Ejército Español contra la población civil, muchos hombres y mujeres se incorporaron al Ejército Libertador.

Primera Ocupación Norteamericana

El 1 de enero de 1899 se inició oficialmente la intervención militar de Estados Unidos a Cuba, siendo el Puerto de Cienfuegos el punto de salida de las últimas fuerzas españolas el 5 de febrero de dicho año las fuentes consultadas de esta etapa permiten interpretar que en el Cuartel de Caballería del Ejército Español del municipio de Cruces se mantuvieron tropas días cercanos a esta fecha, pues el 9 de febrero se hizo la limpieza del pueblo, debido a que las tropas españolas al abandonar el cuartel dejaron los alrededores como un muladar entre las principales medidas adoptadas en esta etapa estuvieron: la regulación de la marcha del Ayuntamiento, la realización del censo orientado por el Gobierno interventor, el que dio como resultado en la localidad una población de 7 953 habitantes, de ellos 4 173 en el poblado cabecera, también se estableció a partir de este censo el cambio de nombre del Pueblo y del Municipio, Las Cruces por Cruces solamente.

La política de la Tea Incendiaria aplicada a partir de diciembre de 1895 en la zona y la reconcentración atentaron contra la supervivencia y rendimiento de los cañaverales, por lo que la producción azucarera fue pobre y no todos los centrales tuvieron la posibilidad de moler. Un municipio con una producción alta consolidada con gran peso respecto al total regional en otras etapas, en la zafra de 1901 a 1902 alcanza resultados poco significativos, un aspecto que merece una valoración especial lo constituye los cambios que se fueron ejecutando en los ferrocarriles de la región central del país, los cuales se ven invadidos por el monopolio ferroviario inglés pujante; y Cruces, no constituye una excepción. El 22 de abril de 1899 los accionistas de la compañía del ferrocarril CienfuegosVilla Clara autorizan su fusión a la recién fundada Cuban Central Railway. En esta etapa, continuó siendo la estación de Cruces uno de los puntos más importantes del movimiento de productos y pasajeros, así como de reparación del ferrocarril en la región central del país.

El pueblo de Cruces, como el resto del país, se ve sometido a la ocupación de una potencia extranjera, pero en la conciencia local están aún presente los ideales libertarios y la población no olvida a aquellos que durante treinta años habían dado lo mejor de sí por alcanzar una verdadera independencia. Constituye una muestra de ello cómo los nombres de muchas de las calles fueron sustituidos por nombres de hombres y hechos que rememoraban esta etapa de lucha.

Esta tendencia también se refleja en las instituciones de cultura y recreo la que agrupaba a los españoles, que de Casino Español transita en febrero de ese mismo año a Colonia Española, para en pocos meses disolverla y constituir en su lugar la denominada Unión Española. Esto también se vio, como es el caso de la disolución, en 1899 del Club Obrero de Cruces, y la formación del Círculo Martí.

Este proceso de fundación de sociedades de instrucción y recreo culmina con la aparición del Club Moncada, el cual se nutrió de los medios materiales del disuelto Club Obrero de Cruces. En esta etapa la prensa tuvo diferentes matices, como fueron La Justicia de carácter independiente, dirigido por José de la Rosa, El Demócrata, de Francisco Cobas Lastre de igual tendencia que el anterior, pero en el año 1900 La Justicia, en su segunda etapa de carácter moralista, en 1990, La Opinión, con carácter republicano dirigido por Andrés Callejas en este mismo año, y El Tiempo de carácter democrático de Juan Camero e iniciado en el año 1902 con el periódico, Literario Escuela Nocturna de Horacio Bonachea.

República Neocolonial

Al instaurarse la nueva estructura republicana, Cruces mantiene su condición de municipio con los límites territoriales de la antigua división político administrativa de 1879. Si para el contexto más general de Cuba, las dos primeras décadas del siglo XX constituyeron el momento propicio para la penetración y consolidación del capital norteamericano, Cruces no es coincidente con ello, pues de las 117 fincas existentes en esta etapa, 99 eran propiedad de cubanos, 13 de españoles y 5 de ingleses. Cruces era uno de los principales productores de azúcar del país, al extremo que en estos primeros años del siglo XX alcanzó el 8 % de la producción del azúcar cubano, representando unas quince veces el volumen físico aportado por la zona un cuarto de siglo antes. La producción provenía de cuatro centrales, los que por capacidad de molida eran: Santa Catalina, propiedad de Donato Artime, Andreita perteneciente a Los Montalvo, San Francisco de Pedro Estévez Abreu y Dos Hermanas, propiedad de la Sugar Company.

En 1903 se organizó el Gremio de trabajadores del pueblo de Cruces. En 1906 se creó en Cruces el Gremio de los carpinteros, la celebración del Congreso Nacional Obrero, de 1914, influyó positivamente en la localidad, donde se creó una organización nombrada Gremio Nacional Obrero de Cruces; aunque esta no fue una orientación emanada del Congreso.

Un acontecimiento de gran importancia para la cultura de la localidad lo constituyó la construcción del Teatro Aparicio, el cual sirvió de escenario a figuras de la cultura tanto nacional como internacional.

En el período de 1912 a 1935 continuó la producción azucarera siendo el renglón fundamental de la economía local. La zafra se 1929 a 1930 resultó ser la más grande que hasta el momento había hecho Cuba (5 165 000 toneladas), pero si grande fue la zafra, aún mayor resultó ser el desastre que provocó el precio de su cotización.

Respecto a la Educación en estos años, no se registran cambios sustanciales en la composición de aulas, maestros y matrículas. En el ámbito cultural constituye el hecho más significativo que en 1931 comenzó sus primeras transmisiones la Emisora CMHK, conocidas como Casa Virgilio.

La industria azucarera crucense entre 1935 y 1952 estuvo influenciada por los cambios ocurridos en el ámbito internacional y su dependencia del mercado norteamericano. Si la industria azucarera local en esta etapa no llegó a sobrepasar el 2 %. Tanto en el central Andreita como en Santa Catalina a pesar de observarse una disminución en el volumen de azúcar producida, el empleo de nuevas técnicas les permitiría una superproducción respecto a parámetros de productividad de zafras precedentes, contribuyendo ello a la obtención de mayores ganancias a sus propietarios. Pero a los obreros se les intensificaba el trabajo en la jornada laboral, no se le pagaban salarios acordes al esfuerzo realizado.

El desarrollo de otras ramas tampoco se vio beneficiado, se mantenía la fábrica de hielo, la destilería Teyra y la Fundación Cruces S.A, una fábrica de jabón llamada Marta y la dulcería La Única.

Movimiento Obrero

En 1925 el Movimiento Obrero crucense se encontraba en una total dispersión demostrada por la no asistencia de delegados de esta zona al Segundo Congreso Nacional Obrero celebrado en Cienfuegos en febrero de ese propio año. Las actividades de lucha contra Machado en este año estuvieron dirigidas a la labor divulgativa de la existencia del Partido Comunista en la localidad, mediante letreros con consignas, la labor de los comunistas prosigue en 1932 con la creación de sindicatos en los centrales, siendo los obreros del central Andreita de mayor receptividad a la organización. Al movimiento en el sector obrero se le unía la población, que hacía cuanto pudiese para derrocar a Machado; llegó a ser tan amplia la movilización popular, que el día 7 de agosto de 1933 salió el ejército a la calle, siendo asesinado Rafael Borroto. La huelga de marzo de 1935 se hizo sentir en Cruces en la Zona Fiscal, donde sus empleados paralizaron las actividades.

Para el movimiento revolucionario local, como para todo el país, constituyó un duro golpe el aplastamiento de la huelga general de marzo de 1935, haciéndose sentir desde esos momentos aún con mayor crudeza la represión a los comunistas, a los dirigentes sindicales azucareros y a otros sindicatos adheridos a la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC).

Momentos en que el Partido Comunista desarrollaba una amplia labor política entre las masas en apoyo a la lucha del pueblo español, creándose Comités Pro–República española que contaba con la participación de amplias capas de la sociedad crucense las que se enfrentaban al grupo falangista local representado por ricos comerciantes, haciendo que cada día se desarrollará más activamente la campaña de recolección de dinero y otros objetos de utilidad destinados al pueblo español; también se realizaron grandes actos políticos en muchos de los cuales participaron destacadas personalidades del movimiento obrero y comunista nacional.

Situación económica, política y social (1939–1952)

En el proceso de reorganización de los partidos en 1939, tanto el Partido Comunista como el Unión Revolucionaria hacían una amplia labor movilizativa del pueblo en torno a su actividad, formando conciencia de la necesidad de llevar a la constituyente los candidatos progresistas, rechazando los elementos reaccionarios. En agosto de dicho año ambos partidos se fusionan, pues no era procedente ir a las elecciones de delegados para la Asamblea Constituyente con dos candidaturas si ambos eran marxistas. Al ocurrir ese proceso en Cruces, se emprendió una amplia labor divulgativa para las elecciones de candidatos a delegados para la Asamblea Constituyente. Realizándose muchas actividades del Partido Unión Revolucionaria Comunista (PURC) entre las que sobresale la efectuada en el barrio Mal Tiempo.

En Cruces el PURC acordó apoyar la candidatura de Francisco García González, el objetivo era que si resultaba efectivo su triunfo en la Alcaldía; ello propiciaría un mayor apoyo a la actividad que desde la cámara municipal desplegaría a favor del pueblo el concejal del PURC que se llevaba a estos comicios. Esta posición del PURC en la localidad no contó con el apoyo de toda la militancia, pues se originó en el seno de la dirección del Partido un fraccionalismo de gran envergadura, fundamentalmente por la actitud de Antonio Lorenzo Santamaría, quien durante muchos años había participado en la organización y unidad del movimiento obrero desde las posiciones marxistas. La solución dada a este conflicto contribuyó a la decisión de Jesús Menéndez de llevar a Antonio Lorenzo para la FNOC de Las Villas. A partir de este hecho continúo la labor del Partido encaminado en la campaña electoral.

A pesar de estas diferencias, se puede evaluar de activa y fuerte la actividad del Partido en su proyección en las masas, teniendo en cuenta que en esta etapa el PURC de Cruces se encontraba entre los 28 términos municipales de mayor afiliación en la provincia de Las Villas.

El Comité Unificador de la zona de Cruces luchaba a fines de 1948 contra la rebaja de los salarios por el ingreso a este de todos los trabajadores sin distinción de partido e ideología, y se preparaba para participar con una representación de los sindicatos y comités de lucha a la Conferencia Nacional Azucarera que se efectuaría los días 23 y 24 de noviembre.

Las instituciones sociales de recreo también estaban sustentadas sobre la base de esta discriminación, existiendo para blancos burgueses la Colonia Española y el Liceo Martí para la mediana y pequeña burguesía, y el Club Moncada y la Calle Esquerra, sociedad para negros y mulatos, donde también los desposeídos eran discriminados. Esta última constituyó, hacia finales de la década del treinta un centro de la intelectualidad revolucionaria, destacándose entre los visitantes a la misma Nicolás Guillen y Salvador García Agüero.

El central Andreita mantuvo en toda la década del cincuenta una capacidad de molida de 230 000 arrobas de caña cada 24 horas, y la capacidad de tierras propias y arrendadas mantenían igual equilibrio al período de 1948 a 1952. Por su parte el Central San Francisco aún a finales de la década de los años cincuenta no había logrado pasar las 120 000 arrobas de caña molida cada 24 horas. En 1956 el Central contaba con 164 caballerías de tierra de las cuales 124 eran propias y 40 arrendadas; en su totalidad estaban cedidas a colonos por lo que no tenía caña de administración.

Los Ferrocarriles, que como parte de los Ferrocarriles Unidos de La Habana se encontraban en tal decadencia, que llevó al gobierno a ponerlo en subasta, pues el estado de las líneas y máquinas amenazaba con afectar las actividades de la zafra azucarera. Al no presentarse comprador, Luís M. Chappy, el interventor del gobierno en esta rama elaboró un plan para resolver la situación en Cruces en moción del Concejal Eulogio Valencia se solicitaba el apoyo del Gobierno Municipal a ese plan el cual ayudaría a garantizar el empleo a los trabajadores de ese sector.

La industria del calzado en los primeros años de la década del cincuenta estaba afectada por la competencia del calzado extranjero, los fabricantes se quejaban de la Comisión Reguladora de la Industria de Calzado (CRIC) que no había cumplido sus objetivos, los productores crucenses al igual a los del resto del país no habían logrado la propaganda acordada para la industria nacional del calzado, no se había hecho nada en contra de los talleres clandestinos que hacían la competencia desleal y que en cuanto al calzado extranjero no se había tratado de detener su entrada al país. En 1952, Cuba importa 405 170 pares de zapatos y en 1954, 581 865 pares.

Esta era la situación de los productores que se manifestó con la reducción de las denominadas temporadas, lo que empeoraba la situación económica de los trabajadores de este sector.

Cuando ocurrió el golpe militar del 10 de marzo de 1952, en Cruces la reacción de inconformidad ante el hecho fue rápida, un grupo de la Juventud Ortodoxa que supo que el Coronel Bilbatua iba a resistir el golpe desde el Campamento Militar de Santa Clara, se presentaron en el Ayuntamiento de esa ciudad donde les informaron que el campamento ya se había plegado al golpe.

Lucha contra el gobierno de Fulgencio Batista

Próximo a cumplirse el primer aniversario del asalto al Cuartel Moncada se editó en la clandestinidad la primera tirada de La Historia me Absolverá; que fue enviada a Cruces por la Heroína del Moncada Melba Hernández Rodríguez del Rey, en Cruces fueron recibidos varios paquetes con ejemplares de esta edición en el Liceo Martí donde se hacía menos sospechoso su distribución. En los primeros meses del año 1956 fueron organizadas las Brigadas Juveniles del Movimiento 26 de Julio.

En Cruces, un grupo de trabajadores del transporte de la Empresa Especiales Cubanos que ofrecía viajes de Cienfuegos a Santa Clara, se inician en la lucha contra la tiranía de Batista en el Directorio Revolucionario a través de su vinculación con Ramón Pando Ferrer, que, en aquellos momentos, era viajante de medicina y realizaba sus viajes en los ómnibus de dicha empresa.

Desde finales de 1957 y todo el año 1958 fue profunda la actividad revolucionaria desplegada por el pueblo crucense en la lucha contra Batista; fueron muchos los que decidieron tomar las armas y encaminarse hacia el Escambray para incorporarse a la guerrilla.

Los días comprendidos entre el 25 y el 31 de diciembre de 1958 resultaron significativos para el pueblo crucense, de los cuales se pueden relatar aspectos con fecha exacta y otros como proceso de este período. Al atardecer hace su entrada una avanzada del Ejército Rebelde, la que estableció su cuartel general en la Colonia Española. Es en horas de la noche en que entran miembros del Ejército Rebelde de las tropas comandadas por Víctor Bordón, encabezadas por el Capitán Julio Martínez, momento en que se reconoce a Cruces Territorio libre de Cuba, siendo el día 25 cuando entra el grupo central de las tropas rebeldes de Víctor Bordón; rápidamente se organizaron milicias populares con el objetivo de custodiar el pueblo y evitar el regreso de las tropas batistianas.

El Ejército Batistiano entre sus últimas tentativas de aplastamiento al Ejército Rebelde estuvo reconquistar las plazas abandonadas aplicando medidas de terror contra la población, tal es el caso del ametrallamiento al pueblo de Cruces el 28 de diciembre de 1958, mediante el cual quisieron amedrentar a la población, que, en las calles, apoyaba al nuevo Gobierno Revolucionario Municipal.

Revolución en el poder

Mapa del municipio Cruces
Municipio de Cruces en la actualidad

El gobierno instaurado en la localidad estuvo integrado en su esencia por miembros del Movimiento. En Cruces como en el resto del país quedaban disueltos los partidos políticos; el viejo ejército y la policía fueron desarmados quedando en su lugar el Ejército Rebelde. Como resultado de la aplicación de la justicia a los crímenes cometidos fueron creados los Tribunales Revolucionarios, ante los cuales comparecieron aquellos que en este pueblo habían cometido atropellos contra la población. El Gobierno Revolucionario en el poder comienza a adoptar una serie de medidas encaminadas a mejorar el nivel de vida de la población, entre ellas la rebaja de entre el 30 y el 50 % de los alquileres y el precio de los medicamentos.

El 17 de mayo de 1959 fue promulgada la Primera Ley de Reforma Agraria Cubana, la que por su contenido y alcance propiciaría los profundos cambios que necesitaba el agro cubano, por lo que en Cruces la misma contó con el apoyo popular. La elección de cuadros para la aplicación de esta ley se gestó en el movimiento obrero, mediante la selección de los integrantes de las comisiones de trabajo, quedando conformada la Comisión Municipal de Cruces por Juan González y Fico Lloveras, entre otros.

El 26 de octubre de 1959 se crean las Milicias Nacionales Revolucionarias. En Cruces, estas fueron fundadas en el Teatro Aparicio. El 25 de agosto de 1960 se fundó la Federación de Mujeres Cubanas (FMC); crear los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), el 28 de septiembre de 1960 por el Comandante en Jefe Fidel Castro, encontró en la población crucense un rápido catalizador de la idea, la cual se materializó rápidamente estructurándose la localidad en 4 zonas, siendo estas: Zona 1 (Barrio La Trocha), Zona 2 (barrio del Rincón Caliente), Zona 3 (Barrio Isla de Pinos) y la Zona 4 (La Curva), contando cada uno con una dirección independiente.

A la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR) se integraron jóvenes provenientes del M–26–7, de la Juventud Socialista y Jóvenes de tendencias religiosas, siendo la tendencia predominante la del M–26–7, constituyendo el único requisito de incorporación ser revolucionarios. Reunión Nacional del 21 de noviembre de 1960 se acordó la constitución de la AJR en esta reunión el Municipio de Cruces estuvo representado por José Menas Niebla, se constituyó el 4 de abril de 1961 la Unión de Pioneros de Cuba (UPC), sus primeros dirigentes en Cruces fueron: Blas López, Sixto Fernández, Zenia Barrera y Kenia Quintana entre otros.

Un total de 650 jóvenes crucenses se incorporaron a la Campaña; esta actividad se desarrolló en 11 escuelas, 30 casas de familias en el pueblo, 20 casas en el campo, 42 aulas rurales y otros 8 locales en el campo. La culminación de este trascendental acontecimiento en Cruces tuvo como fecha el 15 de diciembre de 1961, al ser declarado Territorio Libre de Analfabetismo, constituyendo el punto de partida para objetivos más abarcadores que tendrían como primer peldaño los cursos de Seguimiento, para los cuales se crearon 9 aulas para adultos con 159 alumnos matriculados y 13 escuelas de Superación Obrera con 176 adultos.

Otro aspecto importante lo fue la repercusión que tuvo la rebaja de los alquileres dictada el 6 de marzo de 1960 y la del 14 de octubre, Ley de Reforma Urbana; a esta etapa corresponde la construcción en esta localidad del Reparto Juan Neiro Santos, que se caracteriza por el confort y ahorro de áreas, en el se acogió a las personas que presentaban los problemas de vivienda más acuciantes del municipio.

El proceso de intervenciones no se hizo sentir en Cruces, hasta octubre de 1960 con la promulgación de la Ley No. 980, cuyo contenido permitía el traspaso al Estado prácticamente de todas las empresas industriales con más de 25 trabajadores. Es a tenor de esta Ley que fueron nacionalizadas en Cruces los Centrales San Francisco, Andreita y Santa Catalina. La producción azucarera de la zafra de 1960 a 1961 si se compara con la de 1959 a 1960 es inferior en días zafra, pero superior en caña molida y rendimiento al haber alcanzado una mayor producción.

También como resultado de la Ley No. 980, pasó definitivamente a manos del Estado cubano la Fábrica de Tableros de Bagazzo Cuban Company, la cual pasó a ser dirigida por el Instituto Nacional de Desarrollo Forestal (INDAF), recibiendo el nombre de Mártires de Girón.

Las empresas intervenidas se mantuvieron por algún tiempo bajo el control del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), pasando posteriormente a ser subordinadas de otras empresas de carácter nacional tal es el caso de los centrales, los cuales pasaron a la Empresa Consolidada del Azúcar (ECA) y a partir de ese momento tomaron nuevos nombres como fueron: San Francisco se llamaría ahora Marta Abreu, Santa Catalina el de Carlos Caraballo, Andreita el de Maltiempo y anexándole a este municipio el central denominado San Agustín el cual llevaría a partir de ese momento el nombre de Ramón Balboa.

«Durante el ataque a Girón los milicianos se enfrentaron resueltamente a los invasores; hijos y vecinos de Cruces, como parte del pueblo cubano, se unieron a los batallones para defender las conquistas de la Revolución ofrendando sus vidas valerosamente dos hijos de este pueblo: Enrique Cantero Ibañes y Julio Luis Rodríguez González[10]

Como resultado de la Segunda Ley de Reforma Agraria que limitó la propiedad de la tierra hasta 5 caballerías, se eliminó la producción privada de los burgueses rurales que aún existían. La Ley de Reforma Agraria fue aplicada a un número mayor de propietarios en esta zona, pero estas tierras sirvieron para acrecentar la propiedad estatal, o sea, la ampliación de las granjas del pueblo. Para emprender el trabajo con los pequeños y medianos campesinos y encaminarlos hacia nuevas formas de producción se creó la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) el 17 de mayo de 1962.

Entre las primeras tareas a desarrollar por esta organización estuvo la promoción de las ventajas y posibilidades que abriría al campesino la creación de Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) o la de la Sociedad Agropecuaria, pero dadas las características del territorio crucense, la CCS constituyó la vía utilizada. En el proceso de industrialización del municipio para facilitar la producción de calzado se realizó la consolidación de los antiguos talleres privados creándose la fábrica que llevó el nombre del mártir Toribio Lima dando empleo a 167 trabajadores en 1962 una producción de 111 940 pares de zapatos.

Entre las organizaciones surgidas al calor de la Revolución la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). A mediados del primer quinquenio de los años sesenta, la FMC Crucense contaba con 25 delegaciones y un total de 1 215 federadas. Los CDR, organización de las amplias masas por excelencia, fiel vigilante de los intereses de la Revolución, en esta etapa estaba conformado por 14 secciónales (8 urbanas y 6 rurales); la zona urbana contaba con 249 CDR, con luna membresía de 2 181 cederistas, y la rural con 21 CDR compuestos por 887 cederistas.

En 1962 se da lugar el proceso de integración del movimiento juvenil cubano; los jóvenes que integraban la AJR tras un proceso de restructuración y constitución pasaron a las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Cuando se celebró el VIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, el municipio contó con una representación en esta importante fiesta de la juventud mundial.

En 1962 se creó la Junta Central de Ejecución e Inspección (JUCEI) en la localidad, quedando integrada por: Antonio Monaga (Presidente), Armando Muñoz (Vice-Presidente), Germán Rivalta (Representante de la ORI), Eusebia Hernández (Secretaria), Carlos Teyra (Responsable de Ingresos), Adelaida Martínez (Control Fiscal) y Luz Marina Garmendía (Responsable de Asesoría). Eusebia Hernández. En esta etapa, cuando ocurre el surgimiento del Poder Local de una forma paulatina al que se incorporaron algunas unidades de Comercio, Gastronomía y Transporte al control del municipio.

Aunque el imperialismo había recibido un duro golpe con la derrota de Girón en sus intentos de frustrar la revolución cubana, no desistió en su empeño, lo que arribó a su clímax en octubre de 1962 al ocurrir la crisis del Caribe. En este marco se reestructura la Lucha contra bandidos (LCB) mientras que la articulación del trabajo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior creó una difícil situación a las bandas contrarrevolucionarias y sus colaboradores.

Después de la crisis de octubre se agudizaron las bandas que tenían dificultades en los llanos cienfuegueros. En Cruces fueron detenidos elementos del MRR y del Segundo Frente que facilitaban recursos a los alzados. Con la captura de todas las bandas contrarrevolucionarias en la zona Sur de Cienfuegos presentaba un cuadro de desesperación, la acertada acción combinada en las operaciones a partir del segundo semestre de 1962, permitió la liquidación definitiva del bandidismo en todo el territorio nacional en 1965, teniendo como saldo la captura de 2005 bandidos.

La industria azucarera continúa siendo básica para Cruces, donde es fuente de trabajo y por tanto de desarrollo económico, pero sus producciones a partir del año 1966 inician un descenso; solo el Central Ramón Balboa mantuvo una producción casi estable, ya que otros dos no aumentaron su producción en la zafra 19661970.

En Cruces se organiza la nueva estructura del Partido el que entre 1965 y 1970 desarrolló un amplio trabajo para incrementar la economía local, pero asumía con demasiada intensidad las tareas administrativas propias de los organismos del Estado, aspecto que limita su papel dirigente en la sociedad.

El Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba celebrado en diciembre de 1975, aprobó importantes resoluciones relacionadas con la institucionalización del país como fueron: la nueva división política administrativa y el establecimiento de los Órganos del Poder Popular, así como el cronograma para la aplicación de estos. El 12 de marzo a desarrollar los trabajos para la implantación de la DPA (División Política Administrativa) y en el cumplimiento de las tareas que estructuraría el municipio de Cruces, tanto desde el punto de vista funcional como territorial. Cruces, que había pertenecido a la antigua provincia de Las Villas, pasó a formar parte de la nueva provincia de Cienfuegos.

Constituyó para el pueblo de Cruces un gran honor que en el Parque Nacional Mal Tiempo se desarrollara la proclamación de la constitución de las Asambleas Provinciales del Poder Popular en las tres nuevas provincias: Villa Clara, Sancti Spiritus y Cienfuegos. Este significativo acontecimiento tuvo lugar el día 17 de diciembre de 1976, el acto estuvo presidido por Osvaldo Dorticós Torrado, Presidente de la República en esos momentos y Arnaldo Milián Castro, Primer Secretario del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba en Las Villas.

Al instaurarse los Poderes Populares en Cruces, tuvieron un peso fundamental en la base económica las empresas nacionales y en los sectores industriales y agropecuarios.

El 22 de abril de 1982, Cruces fue declarado Módulo Cultural, con el mérito de haber sido el primer municipio en la provincia de Cienfuegos en recibir esta condición otorgada por el Ministerio de Cultura. A partir de esa fecha se mantuvo un trabajo sistemático en la cultura y cada una de las instituciones culturales desarrolló el trabajo acorde a su perfil. En este mes fue fundada La Casa de Cultura y se consolidó el Movimiento de Artistas Aficionados (MAA) y el número de instructores se estabilizó en cada una de las especialidades del arte, incluyendo la literatura, se continuaba estimulando la formación de unidades artísticas por parte de los promotores culturales que surgían gracias a la Revolución.

En 1985 se crean las zonas de defensa, dando cumplimiento a las orientaciones del Partido y Gobierno, quedando estructurado el municipio en siete zonas clasificadas: 4 urbanas, 1 sub-urbana y 2 rurales.

El desplome del campo socialista y la desintegración de la URSS en la década de 1990, tuvieron un profundo impacto en la economía de Cruces, en la producción azucarera en sus complejos agroindustriales Marta Abreu y Maltiempo, otros operados en el sector agrario con la masificación del empleo de la tracción animal, para las labores agrícolas que hasta el momento se habían logrado mecanizar. También fue necesario un reordenamiento en la tenencia de la tierra por lo que en 1993 se inicia el proceso de creación de Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC).

Quinquenio del 2000–2005

El quinquenio del 2005 constituyó para Cruces la etapa crucial de las transformaciones en la estructura económica. En el territorio el CAI Marta Abreu fue el primero en dejar de moler y quedar desactivado el 31 de junio del 2002, pero el CAI Mal Tiempo continúo, con cierta inestabilidad, moliendo, hasta la zafra del 2004, a pesar de los grandes esfuerzos en la zafra del 2005, este CAI constituyó, solo fuente de materia prima para el CAI Ciudad Caracas y parte de su personal pasó a laborar en este último.

Cada uno de estos complejos agroindustriales en el reordenamiento, sus tierras comienzan a ser explotadas, al ser liberadas las áreas de caña estas pasan a ser destinadas a cultivos varios, ganadería, forestales, frutales. Como ejemplo el antiguo CAI Marta Abreu, actual granja agropecuaria, que desde el 2003 realiza 3 programas principales: cultivos varios, pecuarios y frutales–forestales.

Los años comprendidos entre el 20002005 han constituido en Cruces, no solo la consolidación sino también el desarrollo de las principales conquistas del pueblo cubano a través de su Revolución, en educacional su personal docente no solo ha brindado su esmerada atención a la educación del personal del territorio, sino que muchos han ido a prestar su cooperación a países que han necesitado de sus servicios a: Haití, Guatemala, Nicaragua, Venezuela entre otros.

Referencias

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  2. Registro de bautizos y defunciones de negros: Libros años 1774 – 1889 Archivo de la Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, San Fernando de Camarones. Palmira.
  3. Colectivo de autores del centro de Estudio Juveniles de la FAR Mayor General Máximo Gómez Baez. Sus campañas militares. Tomo II. Editor Pública. La Habana p. 54.
  4. Ibídem, p 54 (tomados solos los datos numéricos).
  5. Rubén Alpizar Osés. Volantes de la Alcaldía Municipal algunos datos de cómo fue la Batalla de Mal Tiempo 1945.
  6. Rubén Alpizar Osés. Volantes de la Alcaldía Municipal algunos datos de cómo fue la Batalla de Mal Tiempo 1945.
  7. José Miro Argenter Ob. Cit. p. 210.
  8. Manuel Piedra Martel. Mis primeros 30 años. P. 234.
  9. José Miro Argenter. Ob. Cit. p. 21.
  10. Colectivo de autores del centro de Estudios Militares de las FAR Ob.Cit p. 53.

Fuentes

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