Historia del municipio Guanajay (provincia Artemisa)


Historia del municipio Guanajay (provincia Artemisa)
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Escudo municipio Guanajay, Artemisa
Cronología
Período aborigen
Período colonial
Surgimiento y desarrollo de la Villa de Guanajay
Actividades económicas y conspiraciones durante la primera mitad del siglo XIX
Participación en la Guerra de los Diez Años (1868-1878)
Participación en la Guerra de 1895
Período neocolonial
Ocupación norteamericana
Luchas sociales en el período de 1925 a 1952
Lucha insurreccional (1952-1958)
Revolución en el poder
Triunfo de la Revolución en 1959
Primeras transformaciones sociales
Transformaciones políticas
Tareas en defensa de la Revolución
Actividad económica

Historia del municipio Guanajay (provincia Artemisa). Guanajay fue fundado en 1650, constituyendo una de las primeras poblaciones del occidente cubano y considerado entre las villas más prósperas de la región de Vuelta Abajo. Su historia abarca desde el período aborigen y llega hasta la actualidad. El nombre de Guanajay es un toponímico de origen indio, cuyo significado no ha podido conocerse hasta hoy, aunque la leyenda popular lo identifica como ¨lugar donde hay agua¨.

Los estudios realizados, confirman la existencia de aborígenes en Guanajay de un asentamiento poblacional estable, durante un período de tiempo significativo.

El territorio, conocido después como Guanajay, formaba parte del cacicazgo de Marien, que se extendía de la costa norte a la sur, entre los cacicazgos de La Habana y Guaniguanico.

En el período colonial tuvo lugar el surgimiento y desarrollo de la Villa, título concedido con fecha 5 de noviembre de 1862, por la Reina de España. En la etapa se desarrolló la actividad económica y se produjeron varias conspiraciones y acciones, antes y durante la Guerra de los Diez Años y luego en la Guerra de 1895.

El período neocolonial se inició para Guanajay, el 1ro.de enero de 1899, con la ocupación norteamericana, que sentaría las bases de la dominación neocolonial. En su territorio se asentaron las tropas yanquis durante la Primera y Segunda Intervención Norteamericana. En el período hasta 1958, se incrementaron las luchas sociales, lo que contribuyó al triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.

El Comandante en Jefe Fidel Castro entró a La Habana el día 8 de enero de 1959, después de haber recorrido el país en la Caravana de la Libertad. El día 17 de enero, reinicia la marcha de la Caravana y al pasar por Guanajay, se detuvo en el Centro Progresista y se dirigió al pueblo, que acudió desde diversos lugares.

Su cabecera municipal se denomina Guanajay y cuenta con los siguientes asentamientos poblacionales: Cayao, Jabaco, San Francisco, La Sierra, Cuatro Caminos, La Patricia, La Encarnita, La Paloma, Chacón, La Eficacia, Taberna Nueva y La Clarita.


Ubicación geográfica

Ubicación del municipio Guanajay, Artemisa

Guanajay es el más pequeño de los 11 municipios de la provincia Artemisa; está ubicado a 15 km al nordeste de la capital provincial. Posee una extensión territorial de 110,28 Km2. Limita al norte con el municipio Mariel, al suroeste con el municipio Artemisa y al este, con Caimito.

Período aborigen

El territorio que ocupó originalmente la jurisdicción de Guanajay, así como su propio nombre indudablemente aborigen, dieron lugar durante mucho tiempo al surgimiento de hipótesis acerca de la existencia de comunidades indocubanas en esta zona.

Luis Manuel Núñez planteó:

“Los escasos datos que hasta nosotros han llegado respecto a los primitivos habitantes de esta región, nos aseguran que pertenecían a la llamada raza roja, y se les conocía con el nombre de siboneyes o cibuneyes.”

Las evidencias arqueológicas localizadas en diferentes puntos de la geografía guanajayense, permitieron corroborar la existencia de tres (3) sitios arqueológicos aborígenes en su territorio, denominados: Guanajay 1, Guanajay 2 y Jobo.

En el Sitio Guanajay 1, clasificado como un campamento de caza, se hallaron 18 piezas de sílex, cuatro pequeñas piedras tintóreas, dos fragmentos dentales y pequeños huesos calcinados por el fuego, que presumiblemente formaron parte de la dieta de los aborígenes.

El Sitio Guanajay 2, a diferencia del Sitio Guanajay 1, está a cielo abierto, y fue explorado en sucesivos momentos hasta reunir 12 piezas de sílex y la mitad de un mortero elaborado en basalto rojo o bauxita litificada.

Los análisis realizados a las piezas de sílex dieron como resultado la presencia de un núcleo, tres preformas en lasca y siete herramientas: un raspador denticulado, una lámina con retoque denticulado en un borde, un perforador microlítico de izquierda tipo playitas, una lasca con muesca en un borde, una lasca con retoque inverso en un borde, una lasca con retoque abrupto fino en un borde y una pieza esquirlada con extremo aplanado.

Posteriormente fue descubierto en este sitio un gran taller de sílex en un sembrado de caña, en lo que constituyó sin dudas el centro del asentamiento aborigen. Hasta el 2001 se habían extraído cerca de 120 piezas de sílex, algunos percutores, una vasija de caracol hecha en Casis sp y la mitad de un mortero.

Los sitios Guanajay 1 y 2 se incluyen dentro de las comunidades clasificadas como Preagroalfareras, que corresponden a un estadío histórico cultural perteneciente al Mesolítico Medio. Para estas comunidades las actividades de subsistencia estuvieron relacionadas fundamentalmente con la economía de apropiación, la caza y la pesca.

Algunos instrumentos utilizados por estos grupos humanos para sus actividades económicas han llegado a nuestros días porque fueron construidos con piedras y conchas, que constituyen materiales imperecederos. Con sílex elaboraron dardos y otras piezas que aumentaron la eficacia de sus actividades de subsistencia tales como la caza.

Por su parte el Sitio Jobo, también se encuentra a cielo abierto. Este asentamiento aportó como evidencias varios tipos de gubias, vasijas, colgantes y microcuentas de concha, abundantes piezas de sílex donde aparecen puntas de proyectiles, material de piedra en volumen como dagas líticas, esferolitas, vasijas de piedra, percutores, majadores, etc.

En este sitio igualmente se hallaron restos de abundante dieta producto de la caza y la pesca, esta última con una significativa representatividad de productos marinos, lo que evidencia el intercambio desarrollado con otros grupos humanos asentados en el litoral norte, próximo a la desembocadura del río Bongo (posible vía de comunicación entre ellos) en la bahía de Mariel.

La nutrida presencia de fragmentos de vasijas de barro, anuncia una cerámica bastante desarrollada que presenta incipientes elementos decorativos.

Los elementos señalados conducen a la afirmación de que este sitio es el más importante de los encontrados hasta el 2001 y está enmarcado en un estadío superior de desarrollo histórico cultural: el Mesolítico tardío o Protoagroalfarero con tradición mesolítica. Todo indica hacia la existencia en sus predios de un asentamiento poblacional estable durante un período de tiempo significativo.

Lo anterior confirma la existencia de aborígenes en Guanajay.

Período colonial

Surgimiento y desarrollo de la Villa de Guanajay

La generalidad de los historiadores cubanos asegura que el territorio conocido después como Guanajay, formaba parte del cacicazgo de Marien, que se extendía de la costa norte a la sur, entre los cacicazgos de La Habana y Guaniguanico.

Se afirma que: “El corral de Guanajay, antiguamente Guamuhaya, es indudablemente de los más antiguos de la Isla. [1]

Alrededor de 1639 comenzaron a fabricarse junto al camino real de Vuelta Abajo, algunas casas que andando el tiempo vinieron a ser el núcleo poblacional de Guanajay. De igual modo, las posadas o tahonas, que servían de lugar de descanso a los viajeros que se dirigían a La Habana o iban desde esta hacia las haciendas de Vuelta Abajo, así como las casas de vivienda de los dueños del corral y sus empleados y los barracones de los esclavos, fomentaron el vecindario.

La fertilidad de la tierra y la presencia abundante de agua, determinó que el asentamiento poblacional creciera y que el lugar fuera tomando importancia, además de ser la puerta de entrada a Vuelta Abajo.

Aunque no existe acta de fundación de la Villa, su reconocimiento oficial ocurrió en la tardía fecha de 1862, pero en realidad la fecha escogida para conmemorar la fundación fue 1650, considerando el auge que ya existía desde entonces.

Con fecha 5 de noviembre de 1862, la Reina de España le concede al título de Villa a Guanajay.

En síntesis, el surgimiento y desarrollo de la Villa constituye un proceso largo en el que se impone el análisis del crecimiento del territorio, a partir del nacimiento a su sombra de numerosos pequeños poblados, que conformaron una vasta jurisdicción, cuyos límites eran: al norte, el mar; al este, la jurisdicción de los municipios de Santiago de las Vegas y de San Antonio de los Baños, con el que también limitaba por el sureste; por el sur, la región de San Cristóbal; y al oeste, la de Bahía Honda.

Actividades económicas y conspiraciones durante la primera mitad del siglo XIX

Las primeras actividades económicas de los vecinos de esta región fueron la agricultura y la cría de ganado que desarrollaron los que vivían en el interior, mientras que los habitantes de las costas, se dedicaron al comercio de contrabando y la construcción de naves.

La agricultura inició un lento proceso de desarrollo. Se sembraba añil, caña y tabaco en pequeñas cantidades, así como también algunos frutos menores. Era notable la falta de brazos; aunque se introdujeron clandestinamente esclavos por los puertos de Bahía Honda, Cabañas y Mariel.

Desde los primeros tiempos de la colonización existieron en esta zona grandes cortes de madera, destinada a la construcciones navales o eran enviadas a España, donde se emplearon en la construcción de distintas edificaciones de importancia que allí se hacían, entre ella el palacio de El Escorial.

La fuerza de trabajo fundamental y prácticamente única de la jurisdicción durante esa época fue la del trabajo esclavo. Fue también notoria la falta de esos esclavos y los constantes reclamos de los hacendados para que se les permitiese introducir mayores cantidades de ellos. [2]

A partir de 1790 se produjo el despliegue económico de la jurisdicción, asociado al cultivo de la caña y el café, lo que se vio favorecido en 1804 por el establecimiento del régimen de libertad absoluta para el tráfico de negros esclavos, que garantizó la entrada de mano de obra necesaria para el desarrollo de grandes plantaciones cañeras y cafetaleras. Se fomentaron ingenios, cafetales, colmenares, añilerías, sitios de labor y potreros de crianza.

Como resulta lógico suponer, en una zona tan poblada de haciendas dedicadas a diferentes cultivos y existiendo tantos esclavos maltratados, viviendo en pésimas condiciones, no podían dejar de existir estallidos de rebeldía. En 1798 se registró el primer alzamiento de esclavos en la jurisdicción. Ocurrió en un ingenio del Mariel. Fue sofocado rápidamente sometiéndose a los alzados y castigándose a los jefes.

A principios de 1812, Guanajay contaba ya con más 340 casas y una población de 3700 habitantes. Poseía panaderías, pulperías, boticas, tabaquerías, carpintería, talabartería, tabernas, ferreterías, etc. En la zona rural existían 64 ingenios azucareros, 62 cafetales y 40 colmenares.

Era tal la preponderancia industrial y comercial de la jurisdicción, que en el año 1817 los ricos hacendados de Guanajay solicitaron a las autoridades superiores, que se habilitase el puerto del Mariel para el comercio. [3]

Otro elemento que influyó en el desarrollo económico fue la llegada del ferrocarril el 1 de agosto de 1849. Guanajay fue la décima ciudad de la isla en contar con ese moderno medio de transporte, que significó una vía más rápida y segura que el puerto del Mariel, para el traslado de productos hacia La Habana, así como un salto cualitativo en el proceso económico.

Fue necesaria la introducción de la maquinaria en la industria azucarera ante la crisis del sistema esclavista. Los ricos hacendados fueron partidarios de un abolicionismo gradual y con indemnización, para no afectar sus inversiones.

El trabajo de los negros esclavos fue sustituido por mano de obra asiática. Desde 1847, comenzaron a entrar a Cuba colonos chinos, supuestamente en sistema de contratación, pero en realidad, al igual que los negros, debían realizar duras jornadas laborales por salarios irrisorios.

Tampoco escapó Guanajay a las conspiraciones que durante la primera mitad del siglo XIX se sucedieron en Cuba. Más bien pudiera afirmarse que estuvo en el centro de esos movimientos.

A principios del año 1822 se iniciaron en el pueblo los preparativos de la famosa conspiración de Soles y Rayos de Bolívar. [4] .El entusiasmo con el que actuaron los conspiradores de Guanajay fue tal que, olvidando toda prudencia hicieron iniciaciones en la conspiración a la vista de todos. El objetivo trazado era independizar a Cuba de España y establecer una república que habría de llamarse Cubanacán. El gobierno central de esta conspiración radicó en La Habana y su jefe máximo fue José Francisco Lemus.

En 1830 fue descubierta una conspiración de una organización llamada La Gran Legión del Águila Negra, en la que también figuraban guanajayenses, aunque no tuvo ni la extensión ni la envergadura de la anterior. [5]

En noviembre de 1829 se insurreccionaron las dotaciones de los cafetales Tentativa, Cupido y La Reunión, situados en Puerta de la Güira.

El 13 de agosto de 1833, estalló una sublevación en el cafetal El Salvador, cuya dotación era de 375 esclavos, y se extendió por otros cafetales e ingenios. El Salvador era la segunda finca cafetalera de la isla, solo superada por Angerona, también perteneciente a la jurisdicción.

Para aplastar esta enorme sublevación se precisó de la participación de la fuerza militar y resultaron muertos durante los combates muchos de los esclavos insubordinados.

Guanajayenses, en su mayoría negros y pardos, en 1844 participaron en la conspiración Armada de la Escalera, los cuales fueron enviados a los tribunales.

En agosto de 1851, el Capitán General Don José de la Concha, recibió urgentes noticias de que una expedición de Narciso López, líder del Anexionismo, se encontraba desembarcando en la costa norte de la jurisdicción de Guanajay. Se movilizó hacia la zona del desembarco una gran fuerza militar y López fue hecho prisionero en el lugar conocido como Pinos de Rangel y trasladado el 30 de agosto de 1851 a Guanajay. De allí se le trasladó a Mariel y luego a La Habana, donde se le formó Consejo de Guerra y se le condenó a muerte. La sentencia fue cumplida el 1ro. de septiembre del propio año 1851.

A mediados de 1852 se descubrió en La Habana la llamada conspiración de Vuelta Abajo, donde estaban implicadas varias personas de la jurisdicción de Guanajay.

Entre las personalidades ilustres, que contribuyeron al desarrollo social de Guanajay en esta etapa, se encuentran: María Ascensión Juana Josefa de la Barrera y Espinosa de Contreras (1772-1836) y Tranquilino Sandalio de Noda (1808-1866).

La primera, fue la llamada Condesa de Jibacoa, heredera de las tierras del corral de Guanajay, recordada por su buena voluntad hacia el desarrollo social de la jurisdicción: cedió terrenos, regaló casas, hizo aportes a la iglesia y al hospital, y practicó con generosidad la caridad hacia los pobres.

Por su parte, Tranquilino Sandalio de Noda, natural del territorio donde se localiza hoy Puerta de la Güira, por entonces aún perteneciente a la jurisdicción de Guanajay, es una figura cumbre de la ciencia en el siglo XIX. Agrimensor, poeta y escritor. Insigne sabio que dedicó su existencia al servicio de la ciencia y la literatura.

A las puertas del estallido independentista, Guanajay tenía no solo riquezas económicas, sino también culturales y patrióticas, pues los elementos conformadores de la nacionalidad cubana no han dejado de aglutinarse. Han estado presentes en las conspiraciones, en las sublevaciones de esclavos y en el ansia de desarrollo sin el asfixiante yugo español.

Participación en la Guerra de los Diez Años (1868-1878)

El panorama económico de la jurisdicción al estallar la Guerra de los Diez Años no difería del que venía presentando desde décadas atrás. Bonanza económica, sustentada fundamentalmente a partir del desarrollo de la industria azucarera y el comercio en función de ese desarrollo. Vías de comunicación con La Habana que otorgaban situación de privilegio y un desarrollo social acelerado en el que coexistían al unísono el esclavo y el obrero asalariado.

Al estallar la Guerra de independencia en La Demajagua, los reflejos de ese incendio llegaron a la jurisdicción de Guanajay.

Al conocer del inicio de la guerra, los guanajayenses realizaron varios intentos de hacer estallar la Revolución en esta parte del país. Todos, sin embargo fueron descubiertos y aplastados por el gobierno. La proximidad con la capital, el fácil acceso desde la misma, y la estrecha vigilancia impuesta sobre los sospechosos de infidencia y simpatizantes con la independencia, fueron factores determinantes en el fracaso de los movimientos insurreccionales.

Al comenzar 1869 el estado de ánimo a favor de la insurrección era evidente. Surgió un proyecto de alzamiento que tuvo su nacimiento en San Antonio de los Baños y abarcó distintos lugares de la región. Los conspiradores lograron introducir armas en la jurisdicción de Guanajay, valiéndose de los empleados del ferrocarril.

El 24 de junio de 1875, desembarcaron en Baracoa, al norte de la jurisdicción, 17 jóvenes, en su mayoría estudiantes procedentes de La Habana, cuyo propósito era el de insurreccionar a Vuelta Abajo. En cuanto tuvo noticias de los insurrectos, el Teniente Gobernador de Guanajay dispuso la salida de la Guardia Civil de Mariel, Cabañas, y los voluntarios de Chacón y el Jobo, para junto a otras fuerzas, contribuir al pronto exterminio de la partida insurrecta.

A principios de 1877, en los alrededores de las Mangas, apareció un grupo de insurrectos que durante algún tiempo tuvieron en jaque a las fuerzas españolas de Cayajabos, Artemisa y Puerta de la Güira, hasta que acosados, se dispersaron y escondieron sus armas.

Por todo lo anteriormente explicado y demostrado, puede afirmarse que la jurisdicción de Guanajay no fue indiferente a la lucha por la independencia de Cuba. Sus autoridades no tuvieron sosiego durante los diez años que duró la contienda, pues no dejaron los patriotas de la zona de intentar levantamientos armados, a pesar de la vigilancia, los vejámenes, las detenciones, las deportaciones y hasta los fusilamientos.

Con posterioridad a la paz del Zanjón, el General Martínez Campos decidió hacer una nueva distribución administrativa, quizás en la creencia de que la guerra había sido solo una manifestación de los egoísmos de los cubanos. Dispuso la creación de seis (6) provincias y la división de las antiguas jurisdicciones en multitud de ayuntamientos que, en su inmensa mayoría, carecían de fuentes de riqueza para su sostenimiento.

Tal fue el caso de la jurisdicción de Guanajay, que desde agosto de 1878 pasó a pertenecer a la provincia de Pinar del Río, al mismo tiempo que fue desmembrada, y se crearon en su antiguo territorio los ayuntamientos de Artemisa, Cabañas, Cayajabos y Guayabal, disponiéndose además, que en el mes de diciembre se celebraran elecciones para designar los alcaldes y concejales de los nuevos organismos creados.

Esta nueva división político-administrativa marcó el inicio de la decadencia económica de Guanajay, cuyo inmenso territorio poblado de ingenios, cafetales y haciendas, dejó de pertenecerle con el consiguiente resquebrajamiento de su riqueza y poderío. La vida económica comenzó a caracterizarse por el desempleo y la indiferencia de las autoridades locales ante los males que se acrecentaban cada vez más.

Participación en la Guerra de 1895

La vida económica de Guanajay había sufrido hacia 1886 un rudo quebranto. Al desmembramiento territorial, que la había privado de su inmenso territorio poblado de ingenios, se veía ahora un acelerado proceso de concentración de la producción azucarera. Ello produjo una drástica disminución en los ya pocos ingenios que le quedaban. La mayoría fueron demolidos o abandonados y los más pequeños fueron absorbidos por los más grandes.

El inicio de la guerra del 95 fue recibido en Guanajay con inmenso regocijo. El 24 de febrero se celebraba un baile en el Centro Progresista, lugar de reunión de los cubanos de la Villa. La noticia del estallido revolucionario circuló inmediatamente entre los bailadores que la comentaron con alegría, y puede afirmarse que al final del baile, la fiesta fue en honor de la revolución.

Al iniciarse 1896 el Gobierno declaró en estado de guerra a la provincia de Pinar del Río e inmediatamente se dictaron disposiciones para la defensa de las poblaciones.

El día 5 de enero, mientras eran conducidas hacia Guanajay 80 000 balas destinadas a los voluntarios, el teniente de infantería, a cuyo cargo venía el material bélico, supo a su paso por San Antonio de los Baños, la noticia de que las tropas invasoras de Gómez y Maceo, habían penetrado en Ceiba del Agua.

El día 7 de enero, al mediodía, en el límite de los términos de Ceiba del Agua y Guanajay, las tropas de Máximo Gómez y las del General García Navarro y el Coronel Arizón, sostuvieron un furioso combate hasta que los cubanos decidieron retirarse hacia las lomas de Armenteros. [6]

Los días 8 y 9 de enero de 1896, la Columna comandada por el Lugarteniente General Antonio Maceo, cruzó por primera vez las cercanías de Guanajay en su recorrido hacia Vuelta Abajo. [7] La peligrosa proximidad de las fuerzas libertadoras obligó al gobierno a acumular grandes cantidades de tropas en Guanajay, convirtiéndolo de hecho, en centro de operaciones. Fueron convertidas en cuarteles varias edificaciones, además de que existía en la Villa el cuartel San Carlos, de aclimatación para tropas españolas. Se construyeron además, varias trincheras de piedra y cinco fortines.

A finales de abril había terminado de construirse la trocha de Mariel a Majana, que pretendía cerrar el paso de Maceo. Las medidas tomadas fracasaron, pues el Lugarteniente General logró efectuar una exitosa campaña en Pinar del Río después de burlar reiteradamente a las numerosas tropas españolas que le perseguían.

Las operaciones militares en Pinar del Río fueron encarnizadas, en ellas murieron gran número de soldados de ambos bandos, pero fundamentalmente españoles. Los hospitales de Guanajay eran insuficientes y varias casas fueron convertidas en centros militares para atender heridos y enfermos.

A mediados de 1896,Valeriano Weyler había llegado a Cuba como Capitán General español, en sustitución de Martínez Campos, quien había fracasado en el intento de sofocar la lucha independentista. Weyler, reconocido por sus métodos represivos, en octubre dictó su famoso bando disponiendo la política de reconcentración, consistente en la concentración de toda la población rural en las zonas urbanas, con el objetivo de eliminar el apoyo de los campesinos a las fuerzas mambisas.

Los efectos de tal medida fueron desastrosos. Ocurrió un genocidio masivo: los sembrados fueron abandonados y destruidos, los campesinos, apartados de sus fuentes de sustento, morían masivamente en las ciudades, en donde proliferaron el hambre y enfermedades como la viruela, debido al hacinamiento de la población.

En Guanajay esta lastimosa situación se vio agravada por la furia de la represión que desataron las autoridades locales. Cualquier sospecha infundada de colaboración con los insurrectos era suficiente para apresar a ciudadanos inocentes y asesinarlos cruelmente a machetazos, a culatazos o simplemente a tiros. El lugar donde se cometían los asesinatos era una colina llamada Justiniani, situada a unos 500 metros al oeste de la población. El número exacto de crímenes nunca pudo conocerse, pero en investigaciones posteriores fueron halladas fosas comunes con restos de 90 personas. Las víctimas morían a machetazos, a culatazos y a tiros. Hubo ocasiones en que una sola noche el número de víctimas llegó a 14 y todas fueron enterradas en una misma fosa. [8]

El 27 de noviembre de 1896, el propio Valeriano Weyler llegó a Guanajay en compañía de otros generales. Iba hacia Vuelta Abajo para tratar de capturar al Lugarteniente General Antonio Maceo. Sin embargo, quedó ridiculizado pues cuando anunció oficialmente que lo tenía encerrado en las lomas de San Cristóbal, este apareció al frente de numerosas tropas en los alrededores de Punta Brava, donde cayó en combate el 7 de diciembre.

Entre los mambises que formaron la pequeña tropa que rescató del campo de batalla el cadáver de Maceo, estuvo el coronel guanajayense Emilio Laurent y García, quien había combatido junto al Titán en su campaña de Pinar del Río. En esa campaña, el propio Lugarteniente General le otorgó, por sus méritos en combate, los grados de coronel. Fue Laurent, sin dudas, nuestro más destacado mambí.

El año 1897 se inició en condiciones terribles para Guanajay, debido a la política de reconcentración implantada por Weyler. La epidemia de viruelas tomaba cada vez más fuerza, mientras todas las fuentes de riquezas se iban agotando.

Al finalizar la guerra, tras la intervención yanqui, se frustró la independencia por la que había luchado el pueblo cubano contra el coloniaje español. En la zona de Guanajay, también le tocó al Ejército Libertador vivir la humillante experiencia de no poder entrar en el pueblo, con el pretexto de evitar posibles choques con las tropas españolas que aún no habían salido del mismo. A los mambises solo se les permitió llegar hasta El Pontón, barriada de las afueras del pueblo, pero su presencia motivó un espontáneo movimiento de la población hacia ese lugar.

Se crearon comités de auxilio para dotar a aquel ejército golpeado por privaciones y miserias de lo más necesario, aunque los patriotas tenían órdenes terminantes de no pedir nada. Finalmente, las fuerzas del general Pedro Díaz pudieron entrar y llegaron hasta el parque guanajayense, seguidas por el jubiloso pueblo. Siguieron luego largos días en los que la población festejó el fin del dominio español.

Se habría para la historia de Cuba y de Guanajay, un nuevo período, donde la presencia imperialista sería la nueva rémora para la concreción de la verdadera independencia nacional.

Período neocolonial

Ocupación norteamericana

El 1ro.de enero de 1899, con todos los honores protocolares, fue arriada del mástil del ayuntamiento guanajayense la bandera española y sustituida por la de los Estados Unidos de Norteamérica. Se inició así para Guanajay la etapa de la Primera Intervención Norteamericana , que sentaría las bases de la dominación neocolonial.

Por el mismo camino de hierro que llevó fuera del pueblo a los soldados coloniales, llegaron las fuerzas de ocupación, pertenecientes al Regimiento 202 de voluntarios, que habían formado parte de las legiones que combatieron en Santiago de Cuba, bajo las órdenes de Teodoro Roosevelt .

Esas fuerzas se establecieron primeramente en terrenos cercanos al barrio del Pontón, más tarde en la finca San José, y finalmente, construyeron sus barracas en una colina próxima al pueblo.

Los interventores comenzaron a aplicar sus mecanismos de dominación en Guanajay, que desde el punto de vista social, produjeron cambios en la vida de la población. Los alcaldes autonomistas fueron sustituidos por integrantes del Ejército Libertador. Se decretó la vacunación obligatoria y el saneamiento de las viviendas, medidas que, aunque no eran animadas por el interés de preservar la salud de los cubanos, sino la de los interventores, resultaron beneficiosas para la población, más si se tiene en cuenta la precaria situación higiénica y de salud que la reconcentración y la viruela habían dejado.

El gobierno interventor yanqui convocó, mediante la orden militar 164, a elecciones municipales el 16 de junio de 1900, bajo el principio de que solo tendrían derechos electorales los cubanos de 21 años, en los que concurriera una de estas tres condiciones: haber pertenecido al Ejército Libertador, saber leer o escribir, o tener un capital no menor de 200 pesos.

En agosto de 1906, se produjo la llamada Guerrita de Agosto o el Alzamiento de los liberales. Guanajay fue sitiado por las fuerzas del coronel Francisco Carrillo y Vergel. Ante esta situación, los policías municipales se atrincheraron en el Precinto, provistos de escopetas. Carrillo operó en el Jobo y las cercanías de Cayajabos y Mariel. A él se unieron numerosos vecinos residentes en los barrios rurales.

Esta revuelta concluyó sin derramamiento de sangre, pero sirvió de justificación para la Segunda Intervención Norteamericana, alegando el gobierno de los Estados Unidos la incapacidad de los dirigentes políticos de la nación. La población de Guanajay volvió a vivir con indignación la presencia de tropas yanquis acampadas en el mismo sitio que ocuparon durante la Primera Intervención.

En 1906, mediante la Orden Militar No. 90, el Gobierno Interventor creó la Guardia Rural, cuerpo armado de triste recordación por su incondicional servicio al lado de los explotadores y los tiranos, que durante la pseudorepública asolaron el país. Esa guardia fue la encargada de desalojar, golpear y hasta asesinar, a los campesinos y a todo aquel que no cumpliera las órdenes de los poderosos. En ella encontró siempre el capitalista el brazo armado dispuesto a perpetuar, mediante la violencia, un sistema de injusticia social.

Durante la etapa también ocurrieron significativos pasos en el desarrollo social de la Villa. Por ejemplo, durante la Segunda Intervención Norteamericana (1906-1909), encabezada por Charles Magoon, en interés de lograr cierta estabilidad política, se hicieron concesiones que llevaron mejoras hasta los municipios. Así, en el propio año1906, llegaron a Guanajay dos evidencias de progreso social que fueron recibidas con beneplácito por la población: el alumbrado eléctrico y el tren eléctrico cubriendo la ruta hasta La Habana.

En septiembre de 1907, el Gobierno Provisional ordenó la realización de un nuevo censo, que recogió únicamente datos con respecto a la población. Ese censo arrojó que en Guanajay había 9 808 habitantes. [9]

Construcción de la carretera central en 1928, en el tramo frente al restaurante El Niágara.

En 1916, ascendió a la alcaldía de Guanajay Martín Mora, quien se había desempeñado anteriormente como concejal y era famoso por sus críticas a los males que aquejaban a la localidad. A pesar de sus métodos típicamente politiqueros, durante su gobierno hubo beneficios económicos y sociales: la creación de cientos de plazas de trabajo, ampliación del alumbrado público, pavimentación de las principales calles del pueblo. Todo ello aseguró su reelección en las elecciones municipales de 1920. En 1924 renunció a la alcaldía para convertirse en Representante a la Cámara, pero desde allí continuó dominando la vida política local. Precisamente, gracias a su influencia, logró que Guanajay se incluyera en el trazado de la Carretera Central, para asegurar así, según sus propias palabras, nuevos horizontes de prosperidad.

Otra muestra de su poder fue la construcción de un imponente teatro en el municipio, que en honor a su padre lo nombró Vicente Mora.

A pesar de tal despliegue, no puede olvidarse que Martín Mora fue un aliado incondicional del gobierno de Gerardo Machado, y desató una dura represión contra los opositores a ese tiránico régimen.

Entre las personalidades ilustres que contribuyeron al desarrollo político y social de Guanajay en este periodo, se destacan Carlos Benigno Baliño López (1848-1926), Francisco Anacleto Valdés Ramos (1842-1919) y Joaquín Nicolás Aramburu (1855-1923).

Mella y Baliño

Carlos Baliño, patriota insigne de Guanajay, recibió la influencia de las ideas revolucionarias de su padre, Carlos José Baliño Piloto, quien fue un activo conspirador contra el colonialismo. Fundó con el Apóstol y otros revolucionarios el Partido Revolucionario Cubano, en 1892. En 1903, fundó el club de Propaganda Socialista. Con Julio Antonio Mella y otros revolucionarios, fundó el primer Partido Comunista de Cuba, en 1925.

En tanto Francisco Anacleto Valdés Ramos, pedagogo, se le considera maestro insigne de Guanajay, aplicó reformas al sistema educativo que significaron una revolución: creó programas pedagógicos con textos de su propia autoría para estimular la enseñanza, fundó el primer colegio para hembras y varones, e introdujo la enseñanza secundaria. Llegó a ocupar el cargo de Superintendente de Educación Primaria en la provincia de Pinar del Río.

Por su parte Aramburu fue un ilustre patriota, periodista y escritor prolífico, que colaboró en múltiples publicaciones de su época y fundó varios periódicos.

Luchas sociales en el período de 1925 a 1952

Durante el gobierno de Gerardo Machado (1925-1933), la economía guanajayense no superó su estancamiento. La situación de la clase obrera empeoró, pero su conciencia de clase experimentó un evidente desarrollo. Dejó para Guanajay, igual que para el resto del país, una secuela de hambre, desempleo y subdesarrollo.

Durante la lucha contra Machado sobresalieron en Guanajay las figuras de varios dirigentes obreros, como Francisco Hernández Guijarro (Panchito Guitarra) y Luis Martínez, quienes sin dudas resultaron elementos decisivos en el salto que experimentó ese movimiento en el municipio a finales de la década de los años 30.

Monumento a José Martí

Como parte de la actividad patriótica, de respeto y admiración hacia el Apóstol, el 28 de enero de 1937, fue inaugurado el parque Martí, donde participaron importantes personalidades como el Brigadier José Francisco Martí Zayas-Bazán, el ingeniero Antonio Maceo Marriat y el Dr. Bernardo Gómez Toro, hijos de José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez, respectivamente. También estuvo presente el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring, historiador de La Habana, quien tuvo a su cargo las palabras centrales del acto; así como los autores del memorial Juan José Sicre y Aquiles Maza.

Tras la caída del machadato, los comunistas guanajayenses se unen y crean oficialmente la Unión Revolucionaria Comunista en 1937, con el que continuaron la batalla en aras de las reivindicaciones obreras y campesinas. [10]

También se creó, ese mismo año, un núcleo pequeño del Partido Comunista encabezado por Joaquín y Miguel Aramburu. Este núcleo buscaba la cantidad de compañeros necesarios para poder inscribirse como Partido en la Junta Electoral.

Conociendo que existía una disposición sobre la posibilidad de fusionar los partidos políticos, y teniendo en cuenta que los intereses del Partido Comunista y de la Unión Revolucionaria eran comunes y su ideología la misma, decidieron fusionar ambas organizaciones.

El movimiento obrero inició un despegue definitivo hacia su organización y consolidación. Los gremios, que hasta el momento habían sido la principal forma de agrupación obrera, y que no salían del contexto puramente económico, desaparecieron. Esos gremios respondían casi enteramente a los intereses patronales, pues eran comunes los acuerdos y arreglos entre los patrones y los dirigentes gremiales en detrimento de los obreros y sus intereses colectivos.

A lo largo de 1938 se fueron creando, bajo la dirección de los comunistas, los más importantes sindicatos en Guanajay. El sindicato de los barberos, el de los zapateros, el de los tabaqueros y el de los trabajadores del transporte, entre otros.

Mientras la vida económica de Guanajay se desarrollaba entre la miseria y falsas promesas de la politiquería local, la conciencia de clases y las luchas políticas seguían ganando terreno.

En mayo de 1951, Eduardo Chibás, líder de la ortodoxia, visitó Guanajay, lo que provocó una de las mayores concentraciones populares que se recuerdan en la población. Miles de simpatizantes lo vitorearon con entusiasmo. Poco tiempo después, al producirse su deceso el 16 de agosto del propio 1951, el pueblo guanajayense lloró su muerte. La actividad ortodoxa no decayó con la desaparición física de su líder y en Guanajay el Partido ganó en organización.

La política tradicional, por su parte, comenzó sus rejuegos desde finales de 1951 con vistas a las elecciones que debían realizarse en junio de 1952. Como se conoce esas elecciones no llegaron a efectuarse, porque el 10 de marzo de 1952 se produjo, auspiciado por el imperialismo yanqui y protagonizado por Fulgencio Batista, un golpe militar que sumió al país en la más cruenta de las tiranías.

Lucha insurreccional (1952-1958)

La participación de Guanajay en la etapa entre 1952 y 1958 fue significativa. A partir de ese fatídico 10 de marzo, se inició un estado de rebeldía que no habría de cesar, y que llevó a los guanajayenses a una participación activa en la lucha contra la tiranía.

La respuesta del movimiento revolucionario juvenil guanajayense no se hizo esperar y se crearon o fortalecieron las organizaciones opositoras: Juventud Ortodoxa, presidida por Ángel Eros; Juventud Socialista, Juventud Auténtica y Juventud Católica. Participaron en manifestaciones contra el régimen, en la quema de cañaverales, desfiles, mítines, etc.

Cuando el joven abogado Fidel Castro]] inició los preparativos para la lucha contra Batista, estrechó los vínculos con los militantes ortodoxos de Guanajay, fundamentalmente con Pedro Julio Esperón]], líder del Partido Ortodoxo en el territorio. De ese grupo de jóvenes surgirían los que meses más tarde se convirtieron en asaltantes al cuartel Moncada.

El grupo de Guanajay asistió a las primeras prácticas de tiro efectuadas en la Universidad de La Habana. Fidel les orientó que buscaran en el municipio lugares idóneos donde efectuar las prácticas.

El primer lugar seleccionado por el grupo de Guanajay fue la finca de Leopoldo Brito. Luego las prácticas se efectuaron en una finca propiedad de un tío de José Francisco Costa Velázquez, futuro asaltante y mártir del Moncada, ubicada en Jabaco; y finalmente se trasladaron para la finca Martín Mesa. Este sitio resultó en definitiva el más adecuado y seguro, y en consecuencia se desarrollaron allí las últimas prácticas hasta mediados de julio de 1953.

Durante el tiempo que duró esa preparación, Fidel visitó a Guanajay más de una vez por semana para supervisar las labores preparativas y conversar con los revolucionarios. El primer fusil con que se iniciaron las prácticas, fue traído por el propio Fidel, amarrado debajo de su automóvil.

Los lugares de reunión más frecuentes, durante las visitas de Fidel, fueron la casa de Abelardo García]] y el café Capitolio, ubicado en la esquina de las calles Aramburu y Máximo Gómez.

En una reunión efectuada en la casa de Costa Velázquez, se determinó que participarían en la acción que se preparaba, los siguientes compañeros: Abelardo García (Lalo, Jefe de la célula), José Francisco Costa Velásquez, Alfredo Corcho Cinta, José Ramón Martínez Álvarez, Ángel Sánchez Pérez y Jaime Costa.

El día 24 de julio de 1953, partieron de Guanajay en dos grupos hacia La Habana, y de allí viajaron a Santiago de Cuba, en ómnibus.

El 26 de julio se produjo el asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo. Durante la acción, José Francisco Costa Velázquez integró el grupo que dirigido por Abel Santamaría, atacó el hospital Saturnino Lora; y Alfredo Corcho Cinta, participó en el grupo comandado por Fidel, que atacó la posta número tres. Ambos sobrevivieron al combate, pero fueron cobardemente asesinados posteriormente. [11]

En tanto, Abelardo García, José Ramón Martínez y Ángel Sánchez, participaron junto a Léster Rodríguez y Raúl Castro, en el ataque al Palacio de Justicia. Los tres lograron sobrevivir a la acción, al igual que Jaime Costa.

Melba y Haydeé en su salida de la cárcel.

Las dos heroínas de la acción del 26 de julio, Melba Hernández y Haydée Santamaría, fueron trasladadas después del juicio seguido contra los asaltantes, hacia el Reclusorio Nacional para mujeres ubicado en Guanajay, donde cumplieron seis meses de condena. El movimiento revolucionario local creó un mecanismo de colaboración para brindarles ayuda. El 20 de febrero de 1954, al ser puestas en libertad, fueron esperadas por un numeroso grupo de revolucionarios encabezados por Esperón y Eros, entre otros.

Al producirse la salida de Fidel y el resto de los asaltantes al Moncada del presidio, debido a la presión popular, se inició de inmediato, bajo su dirección, la reorganización del Movimiento que se nombraría a partir de ese momento Movimiento 26 de Julio (M-26-7).

A finales de 1955 la dirección del movimiento revolucionario en Guanajay fue encabezada por José Ramón González, como Coordinador y otros compañeros.

También a finales de 1956, se constituyó en Guanajay el Frente Obrero Nacional (FON) dirigido por el M-26-7, organizado y dirigido por Mariano Pérez Ravelo. El objetivo fundamental de este frente era el de organizar a los obreros y orientarlos en la lucha contra Batista.

Cuando la Dirección Nacional del M-26-7 tuvo conocimiento de que para el 30 de noviembre, llegaría a Cuba una expedición comandada por Fidel para iniciar la lucha armada, orientó acuartelamientos para apoyar el desembarco. Ese día en la casa de José Ramón González, se acuartelaron alrededor de 30 compañeros.

Al ser creado el Frente Cívico de Mujeres Martianas, la antigua provincia de Pinar del Río organizó y puso en funcionamiento su frente propio, dirigido por la combatiente guanajayense Rosa Mier. El frente participó en la distribución de propagandas, venta de bonos y recogida de medicinas.

En 1956, asumió la dirección del M-26-7 en Guanajay el compañero Juan Manuel Rodríguez López (Guango) y la responsabilidad de las acciones y los sabotajes Augusto Tejeda (Perico).

La llegada a costas cubanas del yate Granma el 2 de diciembre de 1956, está indisolublemente ligada a la historia de Guanajay, pues entre sus 82 expedicionarios venían cuatro hijos de este pueblo: José Ramón Martínez Álvarez, asaltante del Moncada y se había unido en el exilio a Fidel. Este combatiente fue asesinado, junto a otros expedicionarios, después de la batalla de Alegría de Pío. Los demás guanajayenses participantes fueron: Mario Fuentes, José Fuentes y Jaime Costa, estos 2 últimos abandonaron luego el país.

El 13 de marzo de 1957, los cimientos del régimen batistiano fueron nuevamente sacudidos por la acción del ataque al Palacio Presidencial y la toma a Radio Reloj, para ajusticiar al tirano en su propia madriguera, realizado por el Directorio Revolucionario bajo la dirección del líder estudiantil José Antonio Echevarría.

Entre los que participaron en el ataque a Palacio estuvieron cinco jóvenes guanajayenses: Evelio Prieto Guillama, Pedro Julio Esperón Álvarez, Adolfo Delgado Rodríguez, Eduardo Panizo Bustos y Ángel Eros Sánchez.

En el ataque al Palacio, Pedro Julio Esperón, Adolfo Delgado y Eduardo Panizo, combatieron hasta morir. Evelio Prieto resultó herido, logró salir con vida y poco después fue delatado, hecho prisionero, salvajemente torturado y asesinado ese mismo día. Ángel Eros, aunque herido, sobrevivió a esa acción y partió hacia el exilio revolucionario en Miami.

La llegada al municipio de los cadáveres y sus sepelios, constituyeron masivas demostraciones contra el régimen, en las que el pueblo guanajayense demostró su intransigencia revolucionaria.

El 8 de septiembre de 1957, en los portales del hotel Niágara, mientras los combatientes del M-26-7, Antonio Armas Deloso y Antonio Rodríguez Conde (Pancho), preparaban un petardo que debía ser colocado, ese mismo día, en que se celebraban las fiestas religiosas por el día de la Caridad del Cobre, el artefacto hizo explosión, hiriendo al primero de ellos y provocando quemaduras leves al segundo, quien fue inmediatamente hecho prisionero y salvajemente golpeado.

El 5 de enero de 1958, en vísperas del Día de Reyes, fueron colocados varios petardos. A raíz de esas acciones fueron detenidos al día siguiente un numeroso grupo de combatientes pertenecientes a diferentes vertientes revolucionarias. Entre ellos se encontraban Narciso Sánchez y Rafael Ramírez, militantes comunistas y los miembros del M-26-7: Antonio y René Armas Deloso, Rita Amat, José Carballo, Rosa Mier y Luis Enrique Álvarez, entre otros.

El movimiento revolucionario en Guanajay se fortalecía cada vez más. Orlando Nodarse Verde, se convirtió en el Jefe de acción y sabotaje de la región, y viajaba constantemente a los diferentes municipios organizando las acciones y realizó varios intentos de alzamientos.

El día 28 de enero de 1958, el M-26-7, el pueblo de Guanajay y el pueblo de Cuba, sufrieron la irreparable pérdida del dirigente clandestino Orlando Nodarse Verde. Aunque al morir solo tenía 21 años, Nodarse era ya el Jefe del Movimiento en la provincia de Pinar del Río.

La llegada de su cadáver al municipio, vestido con el honroso traje verde olivo y los grados de Comandante, y su entierro, se convirtieron en un nuevo acto multitudinario de repudio al régimen. El pueblo esperó los restos en el lugar conocido por La Punta, a la entrada del pueblo, y los acompañó hasta el cementerio, entonando las notas del Himno Nacional.

Convocada por la Dirección Nacional del M-26-7, se realizó la huelga del 9 de abril, y a pesar de haber fracasado, demostró la organización y la fortaleza del Movimiento Revolucionario en Guanajay.

A mediados de 1958, es designado Pastor Valente Hernández Rojas jefe de Operaciones o de Acción y sabotaje del M-26-7 en la zona de Guanajay, Mariel, Bahía Honda, Cabañas, Artemisa y San Cristóbal.

El 26 de julio de 1958, fue fundado en San Andrés de Caiguanabo, municipio de La Palma, el Frente Guerrillero de Pinar del Río, bajo el mando del comandante Dermidio Escalona. Como parte del Frente, se fundó el 5 de agosto de 1958 la columna No. 2 Ciro Redondo, comandada por el capitán Rogelio Payret Silvera (Claudio). Su campamento principal se encontraba en la Loma del Rubí, en Cabañas.

Para ampliar el radio de acción de la Columna, el día 25 de diciembre, el capitán Claudio organizó tres nuevas guerrillas. Una de ellas, con el teniente Pastor Valente Hernández Rojas (Bartolo), como Jefe de Guerrilla e integrada fundamentalmente por guanajayenses: Jesús Guía Ferrer Garrido, Catalino Armandito Nodarse Novo, Rolando Capote Pérez, Julio Julito César Pérez Ravelo, Arcadio Lombillo Clavijo, Basilio el Habanero Gutiérrez Blanco, Rafael Fello Cordero, Domingo Coco Chávez de Armas, Félix Felo Díaz Torres, Eleuterio Walí Pedro González y Claro Veitía Castanedo; tenía la misión de actuar en un territorio que comprendía la zona del Jobo, la loma Gobernadora, Zayas, Guanajay, el Esperón, hasta los límites con La Habana. Era la guerrilla que más cerca actuó de la capital del país.

Este grupo de combatientes mantuvo siempre una vinculación estrecha con la Dirección del M-26-7 en Guanajay. Eran abastecidos de alimentos, medicinas, armas y ropas. En este contacto directo jugaron un papel fundamental los compañeros Mariano Pérez Ravelo, Mario Pacheco y Juan Rodríguez López (Guango).

Revolución en el poder

Triunfo de la Revolución en 1959

Al conocerse el día 1 de enero de 1959 el triunfo revolucionario, el júbilo popular fue abrumador. Inmediatamente se estableció en el Centro Progresista el cuartel general de los revolucionarios. El día 2 de enero, al llamado de Fidel de: ¡Revolución sí, golpe de estado no!, el pueblo se sumó a la huelga general.

El Comandante en Jefe Fidel Castro había entrado a La Habana el día 8 de enero de 1959, después de haber recorrido el país en la Caravana de la Libertad.

El día 17 de enero, Fidel reinicia la marcha de la Caravana. Al pasar por Guanajay, se detuvo en el Centro Progresista y el pueblo que lo estaba esperando en el parque, donde tenían preparada una tribuna, corrió para allá. Desde ese lugar, Fidel se dirigió al pueblo que acudió desde diversos lugares de Guanajay, Mariel, Cabañas y otros territorios.

Fidel Castro dirigiéndose al pueblo frente al Centro Progresista, el 17 de enero de 1959

Del pueblo le dijeron a Fidel, que los esbirros de la tiranía, en los primeros meses de 1958, habían asesinado al revolucionario Luis Enrique Álvarez, conocido por Billiken, y que su cadáver estaba desaparecido. Fidel les prometió que eso y otros crímenes cometidos serían aclarados y que nada quedaría impune. No habían pasado cuatro meses y ya los criminales estaban pagando por lo que hicieron y el pueblo dio sepultura a unos de sus hijos que no llegó ver el triunfo de la Revolución.

La Revolución triunfante encontró en Guanajay un sombrío panorama económico y social. Problemas como el desempleo, la corrupción administrativa, el latifundio y la precaria salud pública, se presentaban como el saldo final de un sistema capitalista que no había resuelto las más acuciantes necesidades de la población.

Como en otras localidades, respondiendo al llamado de la Dirección Nacional del M-26-7, se organizó un gobierno provisional compuesto por representantes de las organizaciones del 26 de Julio, Comisión Obrera y Resistencia Cívica.

Una de las primeras medidas tomadas fue la detención de los individuos que colaboraron con los cuerpos represivos de la tiranía y cometieron actos de violencias contra la población, los que fueron puestos de inmediato a disposición de la justicia revolucionaria.

Por orientación de Juan Rodríguez (Guango), Coordinador Regional del M-26-7, se determinó que el Gobierno Municipal debía ser dirigido por tres comisionados, nombrándose a los compañeros [[Orlando Díaz Pío, Gertrudis Hernández Guijarro y Américo Navarro, bajo cuyas firmas saldrían los documentos oficiales que fuera emitiendo el Gobierno Municipal.

Esta disposición fue revocada en los primeros días del mes de marzo de 1959 por otra, que nombraba como único Comisionado Municipal al compañero Orlando Díaz Pío. Gertrudis Hernández Guijarro pasó entonces a ocupar la secretaría de la administración local.

Primeras transformaciones sociales

Las principales transformaciones, teniendo en cuenta las prioridades sociales pueden, resumirse en las siguientes acciones revolucionarias:

El día 8 de septiembre del propio 1959, se dictó la Resolución No. 90, mediante la cual fueron cerradas las casas prostíbulos que existían en Guanajay.

En relación con la vivienda, el 14 de octubre de 1960, se promulgó la Ley de Reforma Urbana y para que se encargara de las cuestiones legales y financieras concernientes a la vivienda, se creó la Oficina Municipal de Reforma Urbana en 1962; se procedió a la distribución entre los más necesitados, de las casas abandonadas por las familias que se iban del país; se dispuso la construcción de siete edificios de apartamentos en el reparto San Francisco y la construcción de 86 casas, a través del Instituto Nacional de Vivienda.

Para darle solución a los problemas relacionados con la salud pública, al frente del hospital municipal se situó al revolucionario Dr. José Virgilio Moreno González, que dio un vuelco total en la administración del centro; se intervinieron y eliminaron las consultas particulares; se iniciaron obras de ampliación y perfeccionamiento de los servicios; y se instaló un policlínico en el antiguo Juzgado Municipal, con un número creciente de servicios.

Entre las acciones encaminadas a mejorar la educación se cuentan: el antiguo cuartel de la guardia rural, fue convertido en escuela secundaria y se crearon escuelas primarias en todos los barrios; en la antigua Cámara Municipal del Ayuntamiento, se creó una biblioteca infantil; se organizó la Campaña de alfabetización con la participación de las organizaciones de masas y el apoyo popular. El día 9 de diciembre de 1961, Guanajay fue declarado Territorio Libre de Analfabetismo, con un 71% de alfabetizados. Fue el segundo municipio de la provincia Pinar del Río en declararse, solo antecedido por el de San Juan y Martínez.

María Teresa Vera

Como parte de las medidas tomadas en el sector de la cultura, en marzo de 1959, María Teresa Vera, nacida en este territorio en febrero de 1895, es declarada por la resolución No. 138, de febrero de 1960, Hija Predilecta del municipio, atendiendo a la relevante labor artística de esta trovadora. Fue una de las primeras mujeres trovadoras de Cuba, a la cual se le dedica un homenaje especial cada año durante las fiestas populares, cuando trovadores y el pueblo en general, se reúnen frente a la puerta de su casa natal, para cantar una de sus más célebres compasiones: Veinte años.

Transformaciones políticas

A partir del mismo año 1959, la dirección de la Revolución y de manera especial el propio Fidel, iniciaron un proceso de constitución de organismos políticos y de masas, que ejecutaran y apoyaran el conjunto de medidas y leyes revolucionarias que se iban adoptando.

Las organizaciones revolucionarias que existían en Guanajay desde la lucha contra Batista, encabezadas por el M-26-7, respondiendo al llamado de unidad hecho por Fidel, se integraron en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI). De este modo, el Partido Socialista Popular (PSP), el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el M-26-7, aunaron sus fuerzas para llevar adelante la obra de la Revolución por la que habían combatido.

A pesar de las dificultades que existieron, sin dudas, la creación de las ORI fortaleció nuestro frente de lucha. Significó el primer paso en la constitución de un partido único, firme y revolucionario, capaz de llevar adelante la construcción de la nueva sociedad y se dieron pasos firmes en la construcción del Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS).

En junio de 1962, se llevó a cabo la primera asamblea de ejemplares en Guanajay. Se efectuó en la fábrica de Calzado y allí se eligieron, entre las masas, los primeros miembros del PURS. Ese proceso de constitución tuvo su culminación el 13 de julio de 1963, cuando fue presentado en Asamblea General el Buró Municipal del PURS en Guanajay. Fue presidida por el compañero Mario Pacheco y el capitán Eliseo Reyes en representación del PURS provincial. Se presentó el Buró electo encabezado por Orlando Díaz Pío, como Secretario General.

En el año 1965, fue la constitución del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Guanajay. La asamblea se efectuó el 24 de octubre en la Casa de la Cultura, y el Comité Municipal del Partido, eligió a Santiago Marrero como máximo dirigente partidista en el territorio.

De igual forma que las principales organizaciones revolucionarias se fusionaron en las ORI; las agrupaciones juveniles de esas organizaciones y otros jóvenes que estaban agrupados bajo otros nombres, procedieron en el año 1959, a crear la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR). Se nuclearon a los jóvenes del M-26-7, del Directorio Revolucionario y los de la Juventud Socialista y se constituyó la AJR en Guanajay.

A partir del 4 de abril de 1962, como resultado del proceso de unidad del movimiento juvenil cubano, de la victoria definitiva del socialismo tras los combates de Playa Girón y el desarrollo hacia formas superiores de organización de la AJR, surge la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

El 29 de septiembre de 1960 fueron creados los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) en Guanajay. A partir de ese momento jugaron un papel importante en la vida de la localidad, y devinieron en apoyo del proceso revolucionario. La primera Dirección Municipal de los CDR en Guanajay, estuvo encabezada por Pedro A. Rodríguez Esperón, como Coordinador.

En 1960, existían en Guanajay cuatro organizaciones femeninas, cuya fusión se produjo el 17 de septiembre para dejar constituida la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). La primera directiva contaba como Presidenta con Leila Vázquez.

La FMC desplegó un importante trabajo social encaminado a la incorporación de la mujer a la Revolución.

Al ser firmada la Primera Ley de Reforma Agraria, el 17 de mayo de 1959, los tres grandes latifundios que existían en Guanajay fueron severamente perjudicados.

El compañero Ovidio Rodríguez, militante del P.S.P. y colono de la finca San Gabriel, por designación de las ORI, fue el encargado de organizar los listados de los campesinos que se convertirían en propietarios de las tierras, que durante años habían cultivado para el lucro de los explotadores.

El primer grupo de campesinos recibieron sus títulos en un acto efectuado en el estadio de Punta Brava, en el que hizo uso de la palabra el compañero José Ramírez Cruz, dirigente durante varios años del campesinado cubano.

El 17 de mayo de 1961, encabezados por Ovidio, los campesinos Aurelio González, Miguel Fernández y Juan Alberto Brito, participaron en el 1er. Congreso Campesino en el Palacio de los Deportes. Allí surgió oficialmente la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). A partir del surgimiento de esta Asociación se crearon las bases campesinas en todo el territorio guanajayense.

Desde antes de 1959, existían en Guanajay cinco sindicatos fuertes, que libraron luchas contra las patronales en aras de la obtención de mejoras salariales y de derechos para sus trabajadores. Funcionaban también numerosas secciones sindicales que pertenecían a sindicatos territoriales.

Al producirse el triunfo revolucionario, la mayoría de estos sindicatos fueron reestructurados, eliminándose de sus directivas a algunos elementos divisionistas que se habían plegado a los patronos.

A partir 1962, se realizó el proceso que llevó a la formación de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en el municipio. Los primeros cuadros profesionales que ostentaron su dirección, fueron los compañeros Raúl Palenzuela y Joaquín Cruz.

Aún antes de su instauración oficial, los primeros cuadros encargados de orientar las labores sindicales iniciaron un trabajo arduo en la creación de secciones sindicales y en la atención de los problemas obreros.

Tareas en defensa de la Revolución

Los Estados Unidos, enemigos históricos de nuestra independencia, iniciaron una etapa caracterizada por las acciones agresivas contra nuestro país. En virtud de ello, suministraron armas y pertrechos a aquellos individuos que en Cuba estuvieran descontentos con la política de la Revolución y pudieran convertirse en instrumentos al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), principal gestora de esas agresiones y de la creación de bandas contrarrevolucionarias en nuestro territorio.

En Guanajay pudo palparse con claridad, desde 1960, esta política agresiva. Utilizando a antiguos miembros del ejército de la tiranía, así como a elementos pequeño burgueses y a personas afectadas por las leyes revolucionarias, la CIA logró organizar y preparar a varios grupos compuestos además, por algunos obreros y campesinos ideológicamente confundidos.

Como respuesta a estas acciones del enemigo, se procedió a la creación de las milicias obreras primero, y luego, de las Milicias Nacionales Revolucionarias, garantizando la presencia de los obreros milicianos en los distintos acuartelamientos y movilizaciones de los primeros años de Revolución, el enfrentamiento a la invasión por Playa Girón y durante la Crisis de Octubre en 1962.

De igual forma los campesinos constituyeron sus milicias en los barrios de Noroña, Chacón, Jobo, San Francisco y Jabaco.

Entre las compañeras fueron escogidas un grupo de 39 para formar parte del Batallón Especial Lidia Doce. [12]

Los combatientes guanajayenses participaron en la lucha contra bandidos (LCB), enfrentando a las bandas contrarrevolucionarias. Algunos formaron parte de los batallones de milicias que participaron en la limpia del Escambray

En la batalla de Playa Girón, participaron 238 guanajayenses, formando parte de los Batallones 120, 122 y 144.

Hijos de este municipio han cumplido misión internacionalista en Angola, Etiopía, Guinea, Nicaragua y otros países. También han participado en varios países, como colaboradores, trabajadores de la salud, educación, deporte, construcción.

El incremento del carácter agresivo del gobierno de los Estado Unidos a principios de la década de los 80 del pasado siglo, creó una situación muy compleja.

Con la llegada al poder de la Administración Reagan, se incrementó notablemente el peligro de una invasión a nuestro país, por tales razones, la dirección de la Revolución, tomando como guía el pensamiento militar y político del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, realizó cambios en nuestra concepción defensiva y se conformó la concepción estratégica Guerra de Todo el Pueblo y se comenzó a instrumentar su aplicación en la práctica.

En correspondencia con nuestra concepción defensiva, a partir de 1985, se crearon en el municipio las zonas de defensa, dirigidas por el Consejo de Defensa Municipal.

Las zonas de defensa, una vez organizadas, continuaron su preparación durante los días de la defensa y otras actividades, como su participación en los Ejercicios Estratégicos “Bastión”.

Actividad económica

Las actividades económicas tradicionales de Guanajay, desde su fundación, fueron la agricultura y la cría de ganado.

En el año 1963, las principales industrias de Guanajay eran: la tenería José Ramón Martínez, la fábrica de vinos y licores José Francisco Costa Velázquez, la fábrica de calzado José Ramón Martínez, el establecimiento Carlos Marx de la Empresa de Canteras, Asfalto y sus anexos, y la fábrica de conservas de frutas y vegetales Antonio Maceo.

El día 5 de octubre de 1965 se constituyó la Regional Artemisa de la cual pasó a formar parte el municipio de Guanajay.

En octubre de 1966 fue nombrado Presidente del Poder Local Municipal Ortelio Socarrás Costa.

El Primer Congreso del Partido, celebrado entre los días 17 al 22 de diciembre de1975, aprobó la División Político-Administrativa, donde desapareció el nivel regional como instancia de dirección intermedia y dio lugar a la aparición de 14 nuevas provincias, incluyendo La Habana, a la cual pertenecería Guanajay.

En el municipio de Guanajay se instrumentaron el cumplimiento de las resoluciones aprobadas en el Primer Congreso del Partido, así como el Segundo, celebrado entre los días 17 y 20 de diciembre de 1980, y el Tercer Congreso, celebrado entre el 4 y 7 de febrero de 1986, obteniéndose buenos resultados.

A principios de los años 90 del siglo pasado, con el derrumbe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la desaparición del campo socialista europeo y el paso al período especial en tiempo de paz, se conformó un nuevo escenario.

En estas condiciones, se hizo necesario el reordenamiento de la agroindustria cañera, en pos de lograr la autosuficiencia y sostenibilidad del proceso productivo. En la estrategia actual, esos suelos constituyen el potencial para el programa agroalimentario local.

El sector industrial de Guanajay entró en un proceso de perfeccionamiento. Los cambios ocurridos llevaron a la concentración y centralización de las principales empresas en los llamados Grupos Empresariales de referencia provincial o nacional.

Ómnibus Diana

La Empresa Productora de Ómnibus Evelio Prieto Guillama, en el año 2016, fabricó 350 ómnibus Diana en tiempo récord, por lo que el colectivo recibió la Bandera de Proeza Laboral. Dichos ómnibus circulan hoy por todas las provincias y municipios del país.

Desde marzo del año 2020, el municipio inició el enfrentamiento a la COVID-19, contando con la experiencia de los profesionales de la salud y también con el aporte de la comunidad científica y el trabajo mancomunado de las organizaciones de masas y políticas y del pueblo en sentido general.

Para diciembre del 2020, el territorio prepara las condiciones para la aplicación del Decreto-Ley 17 “De la implementación del Proceso de Ordenamiento Monetario”, del 24 de noviembre de 2020, que dispone la unificación monetaria y cambiaria, así como la transformación en la distribución de los ingresos de la población en lo referido a los salarios, pensiones y prestaciones de la asistencia social.

Referencias

Fuentes

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