Historia del municipio Santa Clara (Provincia Villa Clara)


Historia del Municipio Santa Clara
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Escudo de Santa Clara
Cronología
Período colonial
Fundación y desarrollo colonial en Santa Clara
Guerras de independencia
Período neocolonial
La república neocolonial (1899-1952)
Lucha insurreccional
Período revolucionario
Primeras décadas del Triunfo Revolucionario en Santa Clara
Período especial

Historia del municipio Santa Clara. La historia del municipio Santa Clara comienza con los asentamientos establecidos en el territorio, y llega hasta la actualidad, pasando por la ocupación española, las luchas de independencia, la etapa republicana o seudorepública hasta llegar a la etapa revolucionaria. Internacionalmente se le conoce por la batalla homónima que diera el triunfo de la Revolución Cubana, así como por acoger en su suelo los restos del comandante guerrillero argentino-cubano, Ernesto Guevara de la Serna y sus compañeros de lucha en Bolivia.

Ubicación

Municipio ubicado en la porción sur central de la provincia de Villa Clara, en los 22,40615º de latitud norte y los 79,96566º de longitud oeste. Atravesada por los ríos Bélico y Cubanicay pertenecientes a la cuenca del río Sagua la Grande, la separan por carretera 267 km de La Habana, capital del país, 172 km de Varadero, 94 km de la Cayería Noreste de Villa Clara, 42 km de Remedios, 60 km de Cienfuegos, 89 km de Trinidad, 68 km de Topes de Collantes, 78 km de Sancti Spíritus y 45 km de Sagua la Grande.

Es la capital cabecera de la Provincia de Villa Clara, que junto a Cienfuegos y Sancti Spíritus formó parte de la antigua provincia de Las Villas.

Período colonial

Fundación y desarrollo colonial en Santa Clara

Monumento dedicado a la Fundación de Santa Clara, inaugurado en 1952 en el Parque El Carmen.

En el centro de Cuba, en un lugar denominado por los aborígenes Cubanacán, quedó asentada la villa Gloriosa Santa Clara, fundada el 15 de julio de 1689 por remedianos, en su mayoría, familiares herederos de la hacienda de Antonio Díaz, que ya en esta fecha había fallecido. Su ubicación se realizó entre los ríos de la Sabana (hoy, Río Bélico) y del Monte (hoy, Cubanicay), en “cuatro leguas planas” se produjo el primer asentamiento, actual Parque Leoncio Vidal Caro, con unas veinte viviendas, la iglesia y la casa consistorial para las reuniones o cabildos del gobierno, todas de madera y techo de guano. A partir de 1692 se abrieron las calles, siguiendo un plano oficial, pasaban por los cuatro puntos cardinales de la plaza, quedando ésta como un cuadrilátero en el centro con la iglesia mayor dentro.

Plano que señala el lugar fundacional de la villa de Santa Clara. Publicado en 1858 en la “Memoria histórica de la villa de Santa Clara y su jurisdicción” del historiador Manuel Dionisio González Yanes.

Una vez instalados, los vecinos se dedicaron al desarrollo de la agricultura de subsistencia y la atención a la ganadería. En 1695 después de años de conflictos con los remedianos, por trasladar la villa de Remedios para el interior, se aprobó la conservación de las dos villas de manera independiente: San Juan de los Remedios y la Gloriosa Santa Clara. Esta última constituyó una jurisdicción que comprendía desde la costa norte, Sagua hasta la costa sur bahía de Jagua, ahora Cienfuegos, territorios que fueron perdiendo en el siglo XIX hasta quedar convertida en una zona mediterránea.

Dicha posición geográfica no le favoreció para desarrollar la industria azucarera en toda su plenitud y por tanto su población siempre fue mayoritariamente blanca, el número de esclavos era inferior y generalmente utilizados como domésticos, pues la producción ganadera no requería mano de obra de origen africano. Durante la primera mitad del siglo XIX se produjo un proceso de demolición de haciendas ganaderas que contribuyó a la expansión agrícola y se fue convirtiendo este renglón en la base fundamental de la economía villaclareña.

A inicios del siglo XVIII, llegó a Santa Clara el padre Juan de Conyedo, ordenado sacerdote, para ejercer su ministerio. Desde los primeros momentos comenzó a proyectarse en beneficio de la educación y el progreso social, promovió la construcción de nuevas iglesias y la reconstrucción de obras de mampostería y teja con las que dotaba a la villa de edificios más sólidos y bellos. También auspició la ejecución de un hospital de caridad, para estas obras donaba parte de sus ingresos personales. En 1712, creó una escuela para niños de ambos sexos, la primera en la villa, ubicada en la ermita La Candelaria donde ahora se encuentra el Teatro La Caridad.

Su discípulo Don Francisco Hurtado de Mendoza con la misma línea de pensamiento y acción que su maestro Conyedo, se ordenó sacerdote y sus funciones clericales las alternaba con el magisterio. Fundó la Escuela Pía, a la que llamó Nuestra Señora de los Dolores que hoy lleva su nombre. Los templos católicos asumieron la enseñanza de modo que puede afirmarse que la Iglesia Católica influyó notablemente en la educación durante el período colonial, aunque la participación del clero en la enseñanza fue mayor en el siglo XVIII que en el XIX en el que predominó la enseñanza en colegios privados, no obstante, creó las bases para un ulterior desarrollo en estas esferas de la vida de la ciudad de Santa Clara. La inestabilidad en la permanencia de las escuelas que se creaban y la falta de planes y programas de estudios, así como la desatención estatal, caracterizaron la enseñanza del período colonial en Santa Clara, situación enfrentada por maestros, tanto laicos como religiosos, con tesón, perseverancia y creatividad para llevar adelante su obra educativa.

Durante la Colonia, desde inicios del siglo XVIII, los vecinos de la nueva villa Gloriosa Santa Clara disfrutaron de actividades culturales, estas eran conocidas como fiestas reales porque debían su celebración a acontecimientos ocurridos en las Cortes Españolas, tales como: nacimientos, bodas, coronaciones y ascensiones a la mayoría de edad de los cortesanos más allegados al rey. Las fechas de celebración eran incidentales y la participación con carácter obligatorio regido por Real Decreto, así se reclutaban todos los vecinos que se encontraban fuera de la villa hasta que concluía el período festivo y el tiempo de duración variaba según el rango que tuviera el acontecimiento, la época o las circunstancias en que se celebraran.

Grabado de la Plaza Mayor, actual Parque Leoncio Vidal, de Santa Clara en el periodo colonial .

También se realizaban fiestas inspiradas en la fe religiosa para rendirles tributo a santos, vírgenes y otras deidades que la iglesia católica señalaba. A diferencia de las fiestas reales, las religiosas eran en fechas fijas, entre las más renombradas se encontraban: la patronal que se ofrecía a la virgen Santa Clara de Asís, patrona de la villa, el día 12 de agosto de cada año; las diversiones públicas de San Juan, el 24 de junio; San Pedro, el 29 de ese mismo mes; Santiago, el 25 de julio y Santa Ana, al día siguiente; la Santa Cruz, el 3 de mayo, también era muy festejado el día del Corpus Christy con fecha variable. Particularmente entre las festividades en la colonia se destacó la Feria Exposición efectuada por el bicentenario de la fundación de la ciudad en 1889. Esta feria fue el reflejo del desarrollo alcanzado en la ciudad, sirvió para mostrar los adelantos en la ciencia y la técnica, en la agricultura, la industria, en las bellas artes y en las letras.

El siglo XIX cubano se encontraba en franco proceso de cristalización de la conciencia nacional y de florecimiento cultural. En esta centuria, se constituyeron sociedades de instrucción y recreo; la proliferación de publicaciones; las tertulias literarias que contribuyeron al desarrollo de la literatura y la aparición de otros géneros como la narrativa que tuvo su despegue por esta época. Además, la construcción de edificios teatrales en los centros de las regiones históricas; la constitución de agrupaciones musicales como las bandas municipales de música y surgimiento de ritmos cubanos, nuevos, como el danzón.

En Santa Clara llegó en 1831 la imprenta y se editó el primer periódico “El Eco de Villaclara”, por gestiones de Don Manuel de Sed y Colón, un modesto impresor camagüeyano que la trajo desde Camagüey. Años después continuó la labor editorial, la prensa del siglo XIX fue muy prolífera, pero la mayoría de sus publicaciones tuvieron una vida muy efímera debido, unas veces a la censura del gobierno español en Cuba y otras a la falta de organicidad en esa esfera.

Imagen de la Plaza Mayor, actual Parque Leoncio Vidal, de Santa Clara en el siglo XIX.

La literatura santaclareña tiene el privilegio de aparecer en la historia de la literatura nacional con el “Grupo Villaclarareño”, en el siglo XVIII, formado por José Surí Águila (1696-1762), Lorenzo Martínez de Avileira (1722-1782), Mariano José de Alva y Monteagudo (1761-1800), poeta, cultivador de la poesía lírica de tema religioso, el primero y decimistas repentistas los demás, y en el caso de Mariano José de Alva, compuso décimas humorísticas.

Las tertulias literarias fueron frecuentes en Santa Clara, la más conocida fue la que desarrollaba Miguel Jerónimo Gutiérrez. Él se rodeaba de artistas e intelectuales de su época en la ciudad, ejerciendo su mecenazgo y donde influían sus ideales patrióticos con la presencia del debate político. La farmacia La Salud, propiedad de Juan Nicolás del Cristo, frente a la Plaza Central en la esquina de las calles Santa Clara y San Pablo, que hoy llevan el nombre de Cuba y Tristá (actualmente ese espacio lo ocupa el edifico conocido como Hotel Florida), constituyó un lugar apropiado para estas tertulias a las que concurría la juventud santaclareña de pensamiento más avanzado y donde se proyectó la Junta Revolucionaria.

De la actividad teatral, en Santa Clara, en épocas anteriores a la fundación del edificio “La Caridad”, existe poca información. Primero, se conoce la fundación de la Sociedad Dramática de Villa Clara que favoreció el progreso del arte teatral en la villa. En 1835 existió un local destinado a teatro en la calle Santa Clara subvencionado mediante las suscripciones de los vecinos para la actuación de la compañía de Don Manuel Pérez. Hubo otro llamado “Monsieur” pues su dueño era francés, situado en la calle San Juan Bautista (Luis Estévez). En 1843 hubo espectáculos de bailes de disfraz en el teatro. En 1851 el remediano Jacinto Dolz fundó el llamado Teatro Dolz en la calle Santa Clara y San José (Tristá y Villuenda) Este fue el más importante hasta la construcción de “La Caridad”, por Marta Abreu, cuya primacía aún perdura. El 12 de abril de 1860 se solicita al Cabildo, licencia para celebrar funciones cómicas y el 14 de junio de 1882 hay otra petición del director de los cómicos para continuar actuando en la villa. En cuanto a los espacios cerrados que funcionaban uno en el patio de la casa de Manuela Rodríguez donde se representaron obras clásicas y también la primera del teatro cubano “El Príncipe Jardinero y Fingido Cloridano” de Santiago Pita.

Farmacia La Salud de Santa Clara, centro conspirativo durante la preparación y desarrollo de la Guerra de los Guerra de los Diez Años.

En este siglo era muy frecuente encontrar jóvenes de sociedad interpretando piezas musicales de los clásicos europeos para animar reuniones familiares y actividades privadas. En actos solemnes, militares, festejos populares actuaban los músicos agrupados en orquestas o bandas: la Banda Militar del Regimiento, la Banda Municipal del Cuerpo de Bomberos, la Orquesta “Villaclara” formada por jóvenes aficionados, lo que demuestra cierto desarrollo alcanzado en la música en Santa Clara durante el siglo XIX. En el mismo sentido, las retretas fueron espectáculos públicos muy gustados por las generaciones de aquella época quienes acudían a la Plaza para escuchar a la orquesta tocar piezas musicales de moda. La actividad musical era promovida por la iglesia mediante coros vocales u organistas para amenizar los festejos y actividades religiosas.

En esta labor, también influyeron las Sociedades de Instrucción y Recreo, entre las más significativas estuvieron: El Liceo, (blancos) la Bella Unión (negros) y la de los mulatos el Gran Cervantes, luego se llamó el Trabajo y por último, devino El Gran Maceo ya en el siglo XX. Dichas sociedades favorecían la instrucción y la cultura, pero marcados por la discriminación racial, sexual y social porque solo podían formar parte de ellas los hombres con alta posición económica y las mujeres asistían como invitadas.

Monumento a la memoria de la patriota cubana Marta Abreu de Estévez, considerada la benefactora de Santa Clara.

Las transformaciones económicas y el afianzamiento de la burguesía criolla en su territorio contribuyeron a proyectar el encumbramiento de la villa. Así alcanzó la categoría de ciudad el 12 de mayo de 1867, precisamente por haber avanzado en el campo cultural y en el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, entre otros aspectos a considerar para elevar la propuesta. De esta manera, Santa Clara se insertó en el florecimiento cultural del país.

En el último tercio del siglo XIX, Santa Clara se vio favorecida con la presencia de las obras donadas por la benefactora Marta Abreu de Estévez, quien a partir de entrar en posesión de su fortuna como herencia familiar, pudo llevar a vías de hecho su proyecto social en beneficio de la comunidad santaclareña en el que atendió aspectos económicos y sociales, especialmente aquellos más sensibles: la educación, la cultura y la salud. Entre esas obras se encuentran: escuelas, una para varones y otra para hembras, y la dedicada a los niños negros, el asilo de pobres, el teatro La Caridad, los lavaderos públicos, el obelisco a los padres Juan de Conyedo y Francisco Hurtado de Mendoza, el laboratorio de Meteorología, el dispensario El Amparo, la Planta Eléctrica, la Estación de Ferrocarril, entre otros.

Guerras de independencia

Las principales corrientes ideológicas de la burguesía cubana del siglo XIX fueron: el reformismo, el anexionismo, el independentismo y el abolicionismo (la única de tipo social). En Santa Clara la que mayor predominio tuvo fue el reformismo que devino en independentismo, pues los reformistas de esta ciudad que se vinculaban al grupo de La Habana, después del fracaso de la Junta de Información en 1867, convencidos de que el único camino era la independencia, aglutinaron a todos los dispuestos a participar en la lucha.

En Santa Clara se daba el caso particular de que las relaciones sociales y comerciales se vinculaban con el occidente de la Isla, pero la estructura clasista y económica se avenía con la de Oriente, pues no existían en la región villaclareña, como tampoco los había en la región oriental, grandes y poderosos oligarcas azucareros como los occidentales, una de las principales causas por las cuales las condiciones eran más propicias para el inicio de la guerra por la zona oriental que por la occidental.

Monumento erigido en el parque Leoncio Vidal en recordación al primer asalto a la ciudad de Santa Clara, el 20 de julio de 1876 por el General Manuel de Jesús Calvar.

En el proceso conspirativo de preparación de la Guerra de los 10 años en la región, el primer paso fue la creación de la Junta Revolucionaria en Santa Clara donde quedó como presidente Miguel Jerónimo Gutiérrez, secretario Eduardo Machado Gómez, y como miembros Arcadio Díaz, Tranquilino Valdés, Antonio Lorda y Juan Nicolás del Cristo. El segundo paso fue enviar Comisionados a diferentes partes de la Isla, mientras Machado y M. J. Gutiérrez se trasladaron a La Habana para entrevistarse con José Morales Lemus, jefe de los reformistas de Occidente.

En el año de 1869, producto de una delación, los miembros de la Junta tuvieron que salir de la ciudad, se refugiaron en San Gil donde ocurrió el alzamiento de los villaclareños, ( Sagua, Santa Clara y Remedios) y el día 7 de febrero las fuerzas villareñas ( Villa Clara, Trinidad, Sancti Spíritus y Cienfuegos) se concentraron en la finca “El Cafetal” de José González, cerca de Manicaragua donde ocurrió el “Grito de Las Villas”, e iniciando así oficialmente la Guerra de los Diez Años en la región central de Cuba.

En los primeros combates predominó la valentía de los cubanos ante la superioridad en armas de los españoles. La situación se iba haciendo cada vez más difícil por la falta de recursos para continuar la lucha, lo que determinó que el alto mando en esta zona buscara una solución. Debatieron dos propuestas, una encabezada por Miguel Jerónimo Gutiérrez de trasladarse a Camagüey, pertrecharse de armas y regresar después al territorio villaclareño para continuar la lucha y otra la de Eduardo Machado Gómez de avanzar hacia Occidente. Se decidieron por la de Miguel Jerónimo Gutiérrez, se encaminaron hacia Oriente y en territorio camagüeyano participaron en la Asamblea de Guáimaro.

En el territorio villaclareño quedaron pequeñas partidas que mantuvieron enfrentamientos con las fuerzas españolas. Durante eta primera gesta, cabe destacar, que en 1875 Máximo Gómez operaba en esta zona camino hacia la Invasión a Occidente. Las discrepancias, las indisciplinas militares y el regionalismo característicos de las tropas mambisas villareñas, hicieron que Máximo Gómez tuviera que dejar el mando a Carlos Roloff que era el que aceptaban los villareños como jefe y regresar a Oriente, esto debilitó la posibilidad de llevar la guerra hasta Occidente. De igual forma, el general Manuel de Jesús Calvar “Titá” el 29 de julio de 1876 atacó la ciudad de Santa Clara para tomar armas, alimentos y pertrechos de guerra.

Monumento a Ramón Leocadio Bonachea en la calle Independice de Santa Clara.

Tras el Pacto del Zanjón, varios villareños hicieron tenaz resistencia a alcanzar la paz sin haber logrado los objetivos de la gesta: lograr la independencia cubana y abolir la esclavitud. Entre ellos resaltan: las tropas dirigidas por Carlos Roloff que capituló en el Mamey treinta y ocho días después de haberse firmado este Pacto y Ramón Leocadio Bonachea, insigne figura santaclareña del independentismo, quien fue el último en capitular en la Protesta de Jarao, en la jurisdicción de Sancti Spíritus, el 15 de abril de 1879.

En el inicio de la Tregua Fecunda, con la División Política Administrativa de 1878 se divide la Isla en seis provincias -Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Santa Clara, Puerto Príncipe, Santiago de Cuba (posteriormente Las Villas, Camagüey, Oriente)- y Santa Cara se nombra capital de la región histórica central, lo que provocó aumento de la demografía, de la emigración interior y de la prosperidad económica. Los sectores populares reforzaron sus posiciones cuando la esclavitud resultó definitivamente abolida en 1886. Durante el período de entreguerras, hay que mencionar, entre lo más significativo la organización del Partido Revolucionario Cubano, dirigido por José Martí y su extensión al interior de la Isla, a partir de la labor de varios comisionados, entre ellos Gerardo Castellanos y Lleonart, los cuales prepararon el apoyo de los patriotas cubanos al estallar la Guerra Necesaria.

En Las Villas se contaba con la dirección de un miembro provincial que fue el General Francisco Carrillo, veterano de la Guerra de los Diez Años. Carrillo fue detenido y esto aplazó el alzamiento villareño que no pudo ser el 24 de febrero de 1895, fecha que nacionalmente se había acordado. De abril a julio, mes en el que llegó la expedición comandada por Carlos Roloff y Calixto García se produjeron levantamientos por Juan Bruno Zayas, en Vega Alta, en Camajuaní; Leoncio Vidal Caro y en Sagua José Luis Robau. En Santa Clara tuvieron una participación muy destacada los clubes revolucionarios “Juan Bruno Zayas” y “Hermanas de Juan Bruno Zayas” que de forma clandestina apoyaron en el abastecimiento y la comunicación a la insurrección. Otra actitud que merece ser resaltada fue la de Marta Abreu, con la donación de cuantiosas sumas enviadas desde Francia, convirtiéndose entre las personas que más dinero aportó a la guerra.

Ceiba sembrada en el lugar donde el General José de Jesús Monteagudo cortó la alambrada que circundaba la ciudad y por donde entró el Ejercito Libertador a Santa Clara en 1898.

En esta etapa, la reconcentración de Weyler, dejó huellas dramáticas en Santa Clara, uno de los territorios más afectados por el cuantioso número de víctimas. Ante este hecho, resaltaron figuras benéficas que sobresalieron por la ayuda brindada a los campesinos reconcentrados. Tal es el caso del sacerdote Alberto Chao Olartúa que participó en la creación de las cocinas económicas para alimentar a los reconcentrados, con lo que contribuyó a salvar vidas humanas.

El 31 de diciembre de 1898 hacían su entrada en Santa Clara los generales José de Jesús Monteagudo y José Braulio Alemán al frente de las tropas de la Segunda División del Cuarto Cuerpo y de la Primera Brigada de Santa del Ejército Libertador, por donde picaron los 52 pelos de alambre que circundaba la ciudad para evitar la entrada y salida de personas que apoyaran a la insurrección armada en los campos- hoy señalado con el monumento conocido como “La Ceibita”- desde allí se dirigieron a la Plaza Central para efectuar el acto por el final de la guerra.

A modo de resumen conclusivo del período colonial en Santa Clara, éste se caracterizó por una economía ganadera, como principal renglón económico, desplazada por la agrícola, unido el poco desarrollo de la industria azucarera en la jurisdicción, repercutieron en la composición étnica de la población, mayoritariamente blanca, de criollos arraigados a su tierra, en lucha por una nacionalidad que los identificara, evidenciado en la participación de los santaclareños en las gestas independentistas como consecuencia de la formación de ideales, de libertad y patriotismo.

Período neocolonial

República neocolonial (1899-1952)

Parque Leoncio Vidal Caro luego de su remodelación en 1925.

A partir de 1899 el municipio de Santa Clara emprendió la recuperación tras los efectos de la Guerra de Independencia y de la campaña de Reconcentración de Pacíficos. También en ese tiempo (1899-1902) fue el período de ocupación estadounidense a Cuba y se dieron a la tarea de garantizar sus inversiones en la Isla, bajo la protección del Gobierno Interventor que imperaba en esos momentos. Contrario a lo que sucedió en otras regiones, en Santa Clara se produjo la inversión del capital inglés, el que se empleó en la construcción del ferrocarril entre esta ciudad y Santiago de Cuba.

Las luchas políticas y la formación de partidos políticos caracterizaron al municipio santaclareño durante los primeros años de gobierno de Tomás Estrada Palma (1902-1906) en medio de una difícil situación socioeconómica, que llevó al aumento de protestas obreras y a huelgas de carácter nacional como: la Huelga de los Aprendices que llevó a José Miguel Gómez, como Gobernador de la provincia de Santa Clara, a tomar medidas contra las protestas.

El 28 de enero de 1909 prestó juramento como presidente de la República José Miguel Gómez por un período de cuatro años y bajo su mandato aumentó la penetración del capital estadounidense en Cuba, aunque Santa Clara quedó exenta, porque las inversiones estuvieron dirigidas mayormente a la industria azucarera, la minería y en el desarrollo del latifundio, tres renglones que no predominaban en este municipio ya que existía la pequeña propiedad.

A finales de 1912, salió electo presidente de la República Mario García Menocal, candidato por el Partido Conservador, cuyo mandato inicia el 20 de mayo de 1913 y se caracterizó por la corrupción político-administrativa. Por consiguiente, la situación económica y social del municipio santaclareño tuvo una cierta mejoría en el contexto de la Primera Guerra Mundial, pero que decae completamente con el fin de la coyuntura bélica, a pesar de asignársele mayores sumas de dinero en los presupuestos, la que no alcanzaba para sufragar las necesidades de la población, lo que demostró la deformación estructural de la economía nacional reflejado en la ciudad de Santa Clara. Por ello, con el decrecimiento del precio del azúcar a mediados de 1920 comenzó una severa crisis económica conocida como “las vacas flacas”, la que no pasó inadvertida para dicha ciudad, donde los desposeídos sufrieron rebajas en sus salarios, mientras ascendían los precios de los alquileres y de los productos de primera necesidad.

Después de un fraudulento proceso electoral, asumió la presidencia del país Alfredo Zayas y a la vez se iniciaría en Cuba una mayor injerencia de los Estados Unidos. Con este gobierno se produjo una disminución de los presupuestos, lo que no ocurrió en Santa Clara, pues en esta ciudad hubo un aumento en el del año económico 1921-1922. Las condiciones de vida del municipio eran cada vez más críticas. Muchos niños deambulaban por las calles, la prostitución aumentó en la ciudad y en los hospitales reinaba la falta de higiene.

En 1925 se llevó a cabo la remodelación del Parque Vidal, el cual a partir de su culminación quedó dividido en tres paseos según el color de la piel de los que allí acudían, lo que representó la discriminación racial existente en la antigua capital de la provincia en la etapa neocolonial.

En 1925 Gerardo Machado tomó posesión de la presidencia de Cuba. Santa Clara contaba con algunos centros de trabajo que nucleaban a pequeños grupos de obreros que laboraban de forma permanente, con bajos salarios y niveles de vida precarios. De igual modo, existían en el territorio trabajadores eventuales que laboraban solo en un período del año y otros que carecían de empleo en momentos en que aumentaba la carestía de la vida. En el año 1927 el municipio atravesaba un período crítico en lo referente a la economía, se pagaban bajos jornales y el Presupuesto para Gastos e Ingresos de 1927-1928 disminuyó en comparación con el del año anterior, y aunque no era significativo ese descenso anunciaba la crisis de los años siguientes.

Imagen del Palacio Provincial de Gobierno de la antigua Provincia de Las Villas durante la etapa neocolonial, hoy esta edificación la ocupa la Biblioteca Provincial Martí de Villa Clara.

La fundación del Partido Comunista en Santa Clara fue en 1929, lo que marcó un ascenso en la maduración ideológica de la clase obrera en momentos en que la situación económica se recrudecía más, al punto de producirse en este territorio la primera huelga de carácter político, la Huelga General de marzo de 1930. En los años siguientes se acrecentaron las malas condiciones económico -sociales, rebajas de salarios y el personal vinculado a la educación dejó de cobrar su sueldo, incluso ya derrocado Machado mantenían las mismas condiciones. Después de fracasada la Huelga de marzo de 1935, la represión en Santa Clara alcanzó límites superiores al producirse persecuciones, registros y órdenes de arrestos.

Los sucesos ocurridos en España en 1936, al producirse el levantamiento militar de Francisco Franco contra la República, llevó al pueblo cubano a solidarizarse con la lucha del pueblo español. Como muestra de ello el Partido Comunista en la ciudad de Santa Clara, movilizó a varios de sus integrantes para dar apoyo a la causa republicana, seis de sus militantes conformaron las Brigadas Internacionales que fueron a combatir a España.

Desde 1937, se establecieron cambios en la política de Fulgencio Batista, que sufrió un vuelco en 1938 en busca de una salida democrática. A tono con ella, el 13 de septiembre de ese año se legalizó el Partido Comunista. En ese marco se creó la Federación de Trabajadores de Las Villas con sede en Santa Clara bajo la dirección de Jesús Menéndez Larrondo. También en esta ciudad, se efectuó la Tercera Asamblea Nacional del Partido Comunista, en febrero de 1939.

El gobierno de Ramón Grau San Martín (1944-1948) enfrentó en Santa Clara un fuerte movimiento popular, organizado por el Partido Socialista Popular y apoyado por el movimiento obrero. Conspiró contra su administración la situación del pueblo, la cual podía considerarse paupérrima en momentos en que algunas escuelas funcionaban a la intemperie y se había producido un aumento de la criminalidad.

El 10 de octubre de 1948 tomó posesión de la presidencia de Cuba Carlos Prío Socarrás, con él se recrudeció la corrupción y la malversación existente, a la vez que continuó la política de represión al movimiento obrero. Asimismo, aumentaron las protestas en la capital provincial, lo que evidenciaba la inconformidad con el régimen. También ese día se firmó la ley que aprobaba el inicio de la construcción de la Universidad Central de Las Villas, en una reunión efectuada en el salón de actos del Gobierno Provincial en Santa Clara.

El 14 de diciembre de 1950 tuvo lugar en el Palacio de Justicia, más conocida por los santaclareños como la Audiencia, el juicio 543 del Tribunal de Urgencia, contra Fidel Castro Ruz y Enrique Benavides Santos, acusados por delitos contra el poder político el 13 de noviembre de ese año, en la ciudad de Cienfuegos y remitidos al vivac de la capital provincial. En ese juicio, Fidel pronuncio su primera autodefensa y Benavides Santos fue defendido por Benito Besada.

El 30 de noviembre de 1952 se inauguró el primer curso académico de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. A partir de 1956, penetró en ella el aparato de espionaje estadounidense disfrazado como Plan de Ayuda Técnica para las Investigaciones, lo que contó con la autorización del gobierno de Fulgencio Batista.

En 1952 la economía santaclareña descansaba en la pequeña propiedad y de forma especial en el comercio. Era un municipio donde el área rural era mayor que la urbana, esto determinó que la labor agrícola, a pesar del profundo atraso tecnológico, fuera predominante en comparación con otras actividades económicas. El 10 de marzo de 1952 tomó el poder Fulgencio Batista Zaldívar, quien propinó un golpe de estado militar y con el dio inicio a un gobierno que sumió más al pueblo en la crisis económico social.

No permaneció pasivo el pueblo santaclareño frente al artero golpe, muchas fueron las protestas, militantes de los partidos Ortodoxo y Socialista Popular lo condenaron, trabajadores de diversas ramas abandonaron sus centros de trabajo, al igual que estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza y los de la Escuela Normal para Maestros.

Lucha insurreccional

El Comandante, Ernesto Che Guevara, durante la Batalla de Santa Clara.

Mientras, en México se preparaba la expedición armada y en Cuba se organizaban las operaciones para apoyar la lucha batistiana. Frank País en su condición de Jefe de Acción del Movimiento 26 de Julio, visitó Santa Clara para preparar las acciones en apoyo al desembarco y a la vez transmitió a este territorio central las experiencias de la organización en el Oriente y de forma especial, en Santiago de Cuba.

Después de las acciones del 26 de julio de 1953, Santa Clara vivió momentos convulsos al aumentarse la represión del régimen tiránico contra los revolucionarios. Sin lugar a dudas, en Santa Clara como en toda Cuba, se dio inicio a una nueva etapa en la lucha revolucionaria, incesante hasta el 1ro de enero de 1959.

La autodefensa pronunciada por Fidel Castro el 16 de octubre de 1953 por las acciones de julio de ese año, conocida como La Historia me absolverá, circuló en Santa Clara de varias formas; la más significativa fue en octubre de 1954, cuando Gustavo Ameijeiras Delgado junto a Santiago Ferry viajaron hasta esta ciudad con el fin de traer ejemplares del documento. Estos fueron reproducidos de forma mimeografiada para recaudar fondos.

El 15 de mayo de 1955 fueron liberados los moncadistas. A la salida de la prisión de Isla de Pinos (actual Isla de la Juventud), los revolucionarios decidieron nombrar a su organización de lucha contra la tiranía batistiana: Movimiento 26 de Julio, que se extendió por todo el país. Su principal dirigente fue Fidel Castro Ruz, quien al salir de la cárcel estableció contacto con el revolucionario villareño Guillermo Rodríguez del Pozo, para plantearle la posibilidad de unir las fuerzas del Movimiento 26 de Julio y las del Movimiento Nacional Revolucionario. Rodríguez del Pozo y Gustavo Arcos Bergnes comenzaron a organizar el Movimiento en el territorio, al que se integraron Ifraín Alfonso Liriano (Cheché), Carlos Martínez Reyes, Quintín Pino Machado y Santiago Riera.

Santa Clara, en su condición de capital de la antigua provincia de Las Villas, estaba dentro de los lugares de Cuba que serían avisados de la salida de la expedición del Yate Granma. Por ese motivo, el 28 de noviembre de 1956 llegó a esta ciudad un cable proveniente de México dirigido a Haydée Leal Díaz, que anunciaba este hecho. Al recibir la información sobre ese particular, se acuartelaron alrededor de doscientos hombres para llevar a cabo las acciones de apoyo, las que no se realizaron totalmente.

Después del desembarco del Granma, el 2 de diciembre de 1956, la situación política se recrudeció más y la represión del régimen fue en ascenso. A solo dos días de la llegada de los expedicionarios cayó asesinado en las calles de Santa Clara José Ramón León Acosta, Dinamo, quien se convirtió en el primer mártir de este territorio en la lucha contra la tiranía batistiana. En medio de esta situación, Frank País visitó nuevamente Santa Clara, esta vez acompañado del expedicionario del Granma Faustino Pérez y analizaron las dificultades que confrontaron las acciones de apoyo al desembarco del Granma.

Otra organización que combatió al régimen de Fulgencio Batista fue el Directorio Revolucionario, constituido en Santa Clara en el primer semestre de 1957, la cual contó con Ramón Pando Ferrer como coordinador provincial.

Las acciones contra la dictadura continuaron, ejemplo fue la preparación del levantamiento del 5 de septiembre de 1957 en la ciudad de Cienfuegos, al que Santa Clara le brindaría su apoyo con el fin de desviar la atención del Tercio Táctico de la Guardia Rural. Asimismo, Santa Clara se encontró inmersa en la preparación de la Huelga General para llevarla a cabo el 9 de abril de 1958 para lo cual se designaron varios grupos de acción con ese objetivo.

El fin de la dictadura se acercaba cada vez más. Ya en diciembre de 1958, momentos en que el comandante Ernesto Guevara, Che, llevara a cabo la Campaña de Las Villas, el Directorio Revolucionario llevó a cabo dos acciones en la ciudad de Santa Clara: el ajusticiamiento del piloto de la avioneta de la tiranía conocida por La Chivata, y el rescate de Joaquín Milanés El Magnífico, llevadas a cabo los días 7 y 17 de diciembre, respectivamente.

Acción de descarrilamiento y toma del Tren Blindado durante la Batalla de Santa Clara en 1958.

El 28 de diciembre de 1958 comenzó la Batalla de Santa Clara, la toma de esta ciudad significaba el control político, administrativo y militar de la entonces provincia de Las Villas, considerada la tercera fortaleza militar del país y protegida por un fuerte armamento y aproximadamente 3000 efectivos.

Por su parte, el Ejército Rebelde, integrado por el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario-que ascendía aproximadamente a 400 hombres- combatió hasta el 1ro de enero de 1959, cuando alcanzó la victoria, a pesar de los ataques de la aviación que no dejó de hostigar a las tropas rebeldes y a la población civil. Sin lugar a dudas, la Batalla de Santa Clara devino en un ejemplo de valor y demostración del grado de preparación alcanzado por el Ejército Rebelde, donde se destacó la genial conducción del comandante Guevara.

Período revolucionario

Primeras décadas del Triunfo Revolucionario

Fidel Castro a su llegada a Santa Clara el 6 de enero de 1959.

El triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, denominado “Año de la Liberación”, abrió un horizonte de esperanzas al pueblo cubano con las nuevas reformas políticas, económicas, sociales y culturales. Santa Clara quedó destrozada en cuanto a sus edificaciones, producto de los bombardeos de los últimos días del año 1958 durante la Batalla de Santa Clara. Una vez alcanzada la victoria las tropas rebeldes dirigidas por el Comandante Ernesto Guevara se trasladaron hacia La Habana. El día 6 de enero entró el Ejército Rebelde, comandado por Fidel Castro Ruz, quien habló al pueblo de Santa Clara en el acto frente al Gobierno Provincial-hoy biblioteca Martí- y Fidel.

Posterior a la organización de los Tribunales Revolucionarios, destinados a enjuiciar a los asesinos de la dictadura batistiana, en 1961 se creó un organismo de la administración local, la Junta de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI). Este organismo constituyó la vía y el primer eslabón para que las masas tuvieran la oportunidad de ejercer el poder desde la base y las funciones de administración local. Resultó electo como presidente de la JUCEI en Santa Clara, Osvaldo Fernández López y se continuó en el empeño de un proceso de unidad revolucionaria de las fuerzas políticas actuantes. Así se constituyeron las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), en las que se fusionaron el Movimiento 26 de Julio, Directorio 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular.

En estos inicios se aplicaron medidas urgentes para resolver problemas de vivienda y de empleo que aquejaban al pueblo y les confirmaban la confianza en que la Revolución estaba concebida para los humildes. Se nacionalizó la Banca, con incrementos en el sector estatal; se aplicó la Ley de Reforma Urbana que ofreció al pueblo los derechos de vivienda, se nacionalizaron empresas privadas como: las fábricas de tabaco de Santa Clara, El Jefe y Flor de Liz, así como otros establecimientos menores de la actividad tabacalera. Meses después, en junio de 1961, las fábricas se consolidaron y se creó la LV – 9, cuyos talleres ampliaron la fuerza de trabajo. La producción tabacalera se convirtió en un importante rubro económico.

Santa Clara siempre había sido un territorio no industrializado, fue a partir de los impulsos del Comandante Che Guevara, en su condición de Ministro de la Industria, cuando se tuvo en cuenta la industrialización de esta región central del país. A partir de la década de los 60 – 70, en la capital de Las Villas se inauguraron: el 1ro de julio de 1963, la fábrica de Sacos de Kenaf Luis Augusto Turcios Lima; en mayo de 1964 concluyó la construcción de Planta Mecánica Fabric Aguilar Noriega; el 24 de julio de 1964 la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (INPUD) Primero de Mayo, esta última para la producción de refrigeradores, cocinas de gas, ollas de presión y otros enseres. Para 1966 se instaló en Santa Clara una fábrica de hormigón pre – fabricado de 6 plantas y se mejoró y amplió la Planta de Hormigón Asfáltico. Con la creación de estas y otras fábricas, Santa Clara y la provincia de Las Villas, iniciaron los primeros pasos para lograr el objetivo de ser una región con un desarrollo agro – industrial diversificado. En décadas posteriores se continuó con la industrialización y se construyeron, por ejemplo: la Textilera Desembarco del Granma, inaugurada por el Comandante Fidel Castro el 2 de diciembre de 1979.

Vista actual del Parque Leoncio Vidal de Santa Clara.

En el sector agrícola, la Ley de Reforma Agraria, no solo significó la entrega de tierras a los campesinos, sino que permitió el fortalecimiento de la alianza obrero – campesina. Se constituyeron más de 200 Comités de Cooperación Agraria en Santa Clara, integrados por todos los sectores sociales, con aportes de dinero, donaciones de maquinaria agrícola y el apoyo que recibiera la Federación Agraria de Las Villas por parte del Sindicato Tabacalero de Santa Clara para la celebración de la Conferencia Constituyente Campesina que dio paso a la Federación Campesina de Las Villas hasta crearse la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). La creación de la ANAP en Santa Clara data del 26 de enero de 1961. Posteriormente, se inauguró un nuevo plan agrícola, el más importante para abastecer a la población santaclareña denominado PLAN YABU que aún perdura.

Los profundos cambios que se produjeron en los primeros años de la Revolución, implicaron transformaciones y logros nunca antes alcanzados en la educación, la salud, la cultura y el deporte; ahora en función del desarrollo de una nueva sociedad. En este sentido, un aspecto importante lo constituyó la prioridad que se le dio en el municipio a la construcción de escuelas rurales. En enero de 1961 se inauguraron nuevos centros escolares en los principales barrios de Santa Clara. De igual manera, La Ley de Nacionalización de la Enseñanza repercutió favorablemente al pasar al control del estado los centros educacionales privados en junio de 1961.

Edificio EV-1-1 construido por la Revolución para dar viviendas a los pobladores de Santa Clara en 1961. Reparto “Camilo Cienfuegos”.

En los primeros días de enero de 1959, en la Escuela Normal de Maestros y la Escuela de Comercio, los estudiantes tomaron el plantel y expulsaron a los elementos batistianos y corruptos. De allí se derivó un proceso por la separación de sus cargos de funcionarios y maestros con esas características. También fueron eliminados los “botelleros”. Esta acción se extendió hasta la Universidad Central.

Una de las tareas priorizadas por la Revolución fue la Campaña de Alfabetización que se efectuó en 1961. Para llevar a cabo la campaña, Santa Clara fue dividida en barrios y bloques, al frente de cada uno se situó a un técnico responsable, que a su vez atendía a un grupo de asesores y cada asesor atendía a varios núcleos de alfabetizadores. En Santa Clara se crearon las brigadas: “Conrado Benítez” y “Alfabetizadores Populares”.

En la Universidad Central de Las Villas se iniciaron transformaciones que permitieron cambiar un centro elitista y burgués a popular, donde el pueblo accediera a la educación superior. La Universidad comenzó a pintarse de negro, de mulato, de campesino, cumpliendo así con lo señalado por el Che Guevara en su primera intervención cuando se le entrega el Título de Doctor Honoris Causa en Pedagogía, el 28 de diciembre de 1959, justamente en el primer aniversario de la Batalla de Santa Clara. En 1960 se inauguró, con la presencia del Comandante Fidel Castro, la Biblioteca de la Universidad. Durante esta década se instalaron una imprenta, dos edificios de 4 pisos para becarios, una cocina central y se adquirieron nuevos equipos de laboratorios y talleres, como parte de la Reforma Universitaria.

En el empeño de elevar la cultura del pueblo, además del desarrollo educacional, se priorizó la divulgación de diferentes manifestaciones del arte, el rescate de las tradiciones y la dignificación del trabajo artístico y literario. En el año 1959 se rescataron como patrimonio del pueblo instalaciones culturales.

Durante estos primeros años la promoción cultural era muy precaria, sin embargo, se realizaron festivales del libro con ventas a precios módicos. El evento ha ido creciendo con los años y ya es un gran evento donde se involucran todos las instituciones, organismos y organizaciones vinculadas al sector cultural, es una fiesta de pueblo, además de la venta de libros y materiales audiovisuales y electrónicos, se realizan actividades culturales.

El 24 de julio de 1964, día de la inauguración de la INPUD, el Comandante Ernesto Che Guevara, dialogó con los obreros formados en el Instituto Tecnológico Abel Santamaría Cuadrado de Santa Clara.

Para acelerar el proceso de extensión de la cultura se creó el 4 de enero de 1961 el Consejo Nacional de Cultura y en octubre de ese año el Consejo Provincial de Cultura de Las Villas. Funcionó en el edificio que era propiedad de El Liceo, frente al parque Vidal, allí estuvieron reunidas todas las manifestaciones artísticas, incluyendo la biblioteca. Hasta la creación del Ministerio de Cultura en 1976 y al iniciarse la implementación de las diez instituciones culturales básicas, se creó la Casa de Cultura que ocupó el edificio, las demás fueron trasladadas a otras edificaciones para organizar así el sistema institucional de la Cultura orientado por su nuevo ministro Armando Hart Dávalos. Se priorizó el rescate de las tradiciones con la creación del Atla cultural, y así como al movimiento de aficionados de las manifestaciones artísticas: danza, teatro, música y artes plásticas. Se constituyeron las diez instituciones culturales básicas en todos los municipios: cine, biblioteca, librería, galería de arte, casa de cultura, grupo de teatro, grupo de danza, Coro Vocal, banda de música. En Santa Clara no se pudieron organizar todas, por la falta de talento artístico en agrupaciones danzarías, teatrales o la banda. No obstante, se prestó atención a la superación de aquellos artistas que actuaban sin formación académica, por lo que existió la escuela profesional de música filial Ignacio Cervantes hasta la creación del Centro Provincial de Superación, lo que propició elevar el nivel en los municipios villaclareños.

Para el desarrollo de la cultura fue significativo el cambio estructural operado institucionalmente, a partir de los finales de la década de los ochenta, al trazar un nuevo sistema para organizar el trabajo en las instituciones culturales por la nueva concepción de Centro y Consejo. Se crearon: el Centro de Superación, Música, Patrimonio, Cine, Cultura Comunitaria (ahora Casas de Cultura), Libro y Literatura, investigaciones, (Casa Samuel Feijóo), Consejo de Artes Plásticas -ahora Centro de Artes Visuales- y Consejo de las Artes Escénicas, la Biblioteca y el Fondo Cubano de Bienes Culturales. Posteriormente, cuando se implementó la dolarización se creó ARTEX para comercializar el producto cultural en divisas.

En relación con la atención a la salud de la población, fueron significativas las transformaciones logradas para su mejoramiento. Con la creación de diferentes instituciones hospitalarias y de columnas sanitarias que recorrían los diferentes barrios céntricos y periféricos. De esta manera, se comenzaron a realizar consultas médicas y estomatológicas, así como análisis de laboratorio y campañas masivas de vacunación -con ayuda de las organizaciones de masas- que fueron paleando en parte la precaria situación de la salud del pueblo. Se puso en funcionamiento el hospital infantil José Luis Miranda, el 25 de junio de 1960, primero de su tipo en la provincia, dotó a Santa Clara de un centro especializado para atender a los niños del territorio central. La reparación de la Casa de Socorro y el hospital San Juan de Dios, que se amplió con la integración del hospital oncológico Dolores Bonet y se cambió el nombre por el de Hospital Docente Celestino Hernández. Posteriormente se construyó un nuevo hospital de mayor capacidad y mejores condiciones con carácter regional, denominado Arnaldo Milián y lo que en sus orígenes fue la clínica Lubián, es ahora el Cardiocentro Ernesto Guevara, un hospital de referencia nacional.

En cuanto al desarrollo del deporte, al crearse el 23 de febrero de 1961 el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), se erradicaba el profesionalismo y comenzaron a promoverse las actividades deportivas. En 1966 se construyó el Estadio Augusto César Sandino, el primero de este tipo en la ciudad. También se construyeron edificios para las escuelas deportivas de gran relevancia para la preparación de atletas, la de Iniciación Deportiva (EIDE) y la Escuela de Superación y Preparación Deportiva (ESPA), esta última fue posteriormente Instituto de Educación Física y más adelante aplicó para ser la Universidad del Deporte, siempre con el mismo nombre de “Comandante Manuel Piti Fajardo”.

El 15 de julio de 1989 se celebró el 300 aniversario de la fundación de la villa de Santa Clara, por ese acontecimiento las autoridades gubernamentales en la ciudad aprobaron el rescate de importantes manifestaciones culturales como la Verbena de la calle Gloria, el restablecimiento de la estatuilla del Niño de la Bota Infortunada en el Parque Vidal y la apertura del Boulevard en la calle Independencia, la más comercial y populosa de la ciudad.

Período especial

El año 1990 marcó el inicio de una década de grandes retos para los cubanos, producto de la desintegración del campo socialista en Europa del Este, acontecimiento de carácter internacional que influyó directamente en Cuba y causó una fuerte depresión económica que incidió en todos los órdenes de la vida del pueblo cubano. Hubo un momento crucial durante los años 1992 a 1995, cuando las reservas del país se agotaron y según cifras publicadas, disminuyó el intercambio comercial en un 70 %, con respecto al año 1989. Unido a esto arreció el bloqueo impuesto por Estados Unidos hacia Cuba con nuevas leyes como la Torricelli y la Helms Burton. El Comandante Fidel Castro Ruz denominó este momento como “Período Especial”, en el que la dirección del país tuvo que maniobrar con mucha cautela e inteligencia para evitar una crisis política. Esta acertada dirección, junto a la resistencia que demostró el pueblo cubano para sobrevivir y preservar las conquistas de la Revolución, hizo que se pudiera salir adelante, pues el enemigo consideraba que este era el fin del proceso revolucionario. Entre las estrategias trazadas para resistir y vencer se encontraban: propiciar el desarrollo del turismo, activar el trabajo por cuenta propia, y despenalizar la tenencia de moneda libremente convertible, conjuntamente con la apertura de tiendas donde ésta fuera utilizada y recuperada por el Estado.

Santa Clara, como todos los municipios del país, no escapó a esta situación. La ciudad tomó un aspecto desolador cuando se cerraron casi todas las tiendas de productos industriales, si se tiene en cuenta que ésta, tradicionalmente, fue una ciudad con una rica vida comercial. En sustitución se abrieron dos tiendas comercializadoras en divisa, pero con el agravante de que era casi imposible por el pueblo trabajador acceder a los artículos que allí se vendían, porque el canje del dólar, no se correspondía con los salarios devengados.

La agricultura no producía lo suficiente para abastecer al pueblo, entre otras causas, por carencia de fertilizantes y combustibles para los regadíos. La falta de electricidad no permitía el suficiente bombeo de agua, la que escaseaba hasta para los servicios cotidianos, “los apagones” obstaculizaban todas las actividades que sistemáticamente realizaba la población, como las clases en las escuelas nocturnas, la asistencia a los cines y centros recreativos. El transporte se debilitó a tal punto que era casi imposible viajar. Tal situación influyó en que muchos de los intelectuales y profesionales citadinos abandonaran sus puestos de trabajo para buscar otras alternativas de supervivencia, como trasladarse a los campos para labrar la tierra o realizar otras labores por cuenta propia. Esta característica fue en consecuencia a una de las estrategias en la esfera del comercio, la variante de autorizar el cuentapropismo y abrir sitios de ventas de productos alimenticios a los que popularmente se les denominó “paladares”. También se autorizaron pequeños talleres particulares para servicios múltiples a la población. Otra solución fue la sustitución de cocinas de diferentes combustibles por las de leña para la elaboración de alimentos, tanto en los lugares destinados a la gastronomía como en los centros de trabajo y escuelas de becados -y las de carbón para la familia. Esta crisis, trajo como consecuencia enfermedades comunes como la neuropatía, para palear esta dolencia, el gobierno tomó medidas urgentes y los consultorios del médico de la familia atendían estas personas, a las que se les asignó una cuota especial.

Se organizaron los “mercados campesinos”, y en el caso de Santa Clara el gobierno local habilitó las áreas aledañas al Estadio Sandino, para vender las viandas y vegetales con la mayor equidad posible mediante la libreta de abastecimiento, con turnos que se entregaban previamente y de acuerdo al número de personas del núcleo familiar se distribuían los productos. Con esta medida se trataba de resolver, en parte, la escasez de alimentos.

Con sus inventivas los ingenieros y técnicos del transporte, mediante los Comités de Innovadores y Racionalizadores buscaron soluciones que atenuaron la situación, se facilitaba mayor traslado de pasajeros y se contribuía al ahorro de combustible. Con este propósito, por las carreteras y calles de Santa Clara comenzaron a circular bici-taxis, taxis colectivos, superbús intermunicipales y coches de caballo. Otra solución- aún vigente- fue la creación de los llamados “puntos de recogida”, con un personal que popularmente se le conoce como “los amarillos”- por el color del uniforme que vestían- para regular el transporte y propiciar a los viajeros este servicio.

A partir de los años 1996- 1997 puede considerarse como la segunda etapa del período especial en la que comenzó, lentamente, la recuperación y la normalización, en la situación económica y social del país, ya en el nuevo milenio se ha ido avanzando en casi todos los renglones económicos y sociales, no exentos de dificultades, propias de un país bloqueado. En Santa Clara los establecimientos comerciales, casi todos situados en la calle de Independencia o Boulevard, se reabrieron paulatinamente, la mayoría para la comercialización en moneda libremente convertible. Estas circunstancias contribuyeron en buena medida a que Santa Clara recuperara su tradicional actividad comercial.

A pesar de lo traumático que resultó el Período Especial, continuaron funcionando todas las escuelas; la Universidad con la formación de profesionales; las instituciones y dependencias provinciales enviaban sus especialistas a los municipios para que la atención metodológica continuara y evitar el traslado de mayor número de personas hacia la capital provincial como era lo establecido, lo que permitió que en ningún momento dejaran de superarse y actualizarse los profesionales. No existieron desempleados como ocurre en cualquier país capitalista cuando hay crisis como aquella; y la búsqueda de soluciones para enfrentar los casos sociales, que en la juventud generó la depresión económica, mediante las escuelas formadoras de Trabajadores Sociales, la de Santa Clara funcionó en el edificio que había sido Escuela de Educadoras de Círculos Infantiles. También se instituyó una Escuela de Instructores de Arte, situada donde había estado la Escuela Formadora de Maestros. Además, surgieron los promotores culturales como un nuevo calificador de cargo para atender por los Consejos Populares, las comunidades desde sus procesos endógenos en el aspecto cultural y recreativo con talento autóctono. Un trabajo comunitario paradigmático fue el Nuevo Condado.

Fuentes

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