Homenajes de la Patria a José Martí

Homenajes de la Patria a José Martí
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Actos celebrados en honor al Héroe Nacional cubano
Fecha:Se efectúan desde 1895
Lugar:Cementerio Santa Ifigenia
Ejecutores o responsables del hecho:
Pueblo de Cuba

Homenajes de la Patria a José Martí. Conmoción y sensible golpe recibió la recién iniciada Guerra Necesaria, con la caída en combate del Mayor General José Martí Pérez, el 19 de mayo de 1895; los sucesos que tuvieron lugar a raíz de este acontecimiento, fueron transformándose en homenajes, que desde distintos lugares y con distintos matices comenzaron a rendírsele.

Inicios

La infausta noticia de la muerte de José Martí, provocó la publicación de sentidas páginas en su honor, la emigración que le acompañara en su fundadora labor en pos de la independencia patria, estimuló el surgimiento de clubes y escuelas con su nombre, fundándose también un periódico nombrado: “La Doctrina de Martí”.

Homenajes mambises

Poco conocidos e incluso, algunos desconocidos resultan los homenajes mambises a José Martí. Aquellos que en su memoria rindieron los hombres que bajo su influjo libertario, combatían desde las filas del Ejército Libertador el yugo español y que contribuyeron a reforzar el patriotismo entre sus filas. Un acto de justicia es reconocer, aquel que brindó el propio 19 de mayo su vida durante el transcurso del combate en Dos Ríos, ese ejemplo de lealtad que compulsó a los combatientes a tratar de rescatar el cuerpo del Apóstol y que condujo al propio General en Jefe a actuar como un soldado más frente a las balas enemigas; Juan Francisco Blanco(Bellito) Teniente Coronel de las filas insurrectas, quien recibe en esta intrépida acción una herida mortal de la cual no pudo recuperarse jamás, ocasionándole la muerte días después. Nueve días antes escribía en su diario Martí, de este hombre:”

[1]

… el coronel Bellito de Jiguaní (…) lo adivino leal, de ojo claro de asalto, valiente en hacer y en decir…”.

Leal hasta ofrendar su vida fue Bellito, y ese ejemplo del veterano combatiente de la Guerra Grande, fue tal vez, el primer homenaje mambí a José Martí, tras su caída en combate.

Fue Vuelta Grande -campamento insurrecto- testigo excepcional del recogimiento en esa noche, hecho que se condensa en las anotaciones del General Gómez, cuando anota en su diario:

[2]

“…ya nos falta el mejor de los compañeros y el alma podemos decir del levantamiento”

En tanto la Revolución crecía en Cuba su empuje y fuerza, grupos de expedicionarios se preparaban para incorporarse a la contienda insurrecta; en Key Pine, en la Florida, tras largos días de espera se concreta el 18 de julio de 1895 a las 06:00 horas la salida de una de las expediciones más exitosas de la guerra, la que desembarca en suelo cubano por Tunas de Zaza, Santi Spíritus el 24 de julio de 1895, trayendo consigo un gran alijo de armas, hombres y pertrechos de guerra. Poco conocido resulta el hecho de que esta expedición fue bautizada con el nombre de José Martí, por los propios expedicionarios en homenaje al mártir de Dos Ríos.

Casi desconocido resulta el hecho que en el taller “Mayarí”, enclavado en el Escambray fueron fundidos cañones de bronce, recibiendo el primero de estos el nombre de “Martí” por decisión de sus constructores, como homenaje al Apóstol. El General Gómez conoció de su existencia, en comunicación enviada por el coronel Antonio Llano y fechada el 19 de abril de 1897.

El Ejército Libertador en su composición orgánica, denominaba con nombres a los Regimientos que conformaban las brigadas, aspecto desde el cual se rindió homenaje a José Martí; dos Regimientos, uno de infantería, y otro de caballería recibieron su nombre, llevándolo con honor durante toda la guerra.

El Regimiento de Infantería Martí perteneció a la primera Brigada de la tercera División del Segundo Cuerpo del Ejército Libertador y el Regimiento de Caballería Martí perteneció a la Primera Brigada de la Primera División del Cuarto Cuerpo del Ejercito Libertador. Este Regimiento de Caballería, acumuló sobrados méritos en la campaña libertaria y bajo las órdenes del General en Jefe, participó en la Invasión a Occidente, la Campaña de la Lanzadera y la Campaña de la Reforma, poniendo en alto el nombre del héroe de la Independencia cubana.

Homenajes de la prensa independentista

Desde la prensa mambisa, vehículo indispensable en la labor ideológica, también se le rindió sentido tributo al mártir de Dos Ríos, de la pluma de Fermín Valdés Domínguez, hermano del alma de Martí, salió el articulo Con el Corazón, publicado en el número del 10 de mayo de 1896, según refiere el propio Fermín en su diario:

[3]

El Cubano Libre dedica su número del 19 del presente (Mayo) a José Martí. Aparecen en dicho número más de dos artículos, de Corona el uno y otro de Tirado que se firma Demajagua, el que escribió Loynaz y mis notas”

El mencionado Corona, es el destacado periodista santiaguero Mario Corona Ferrer, quien dirigió El Cubano Libre durante toda la guerra. El artículo de Loynaz del Castillo a que hace referencia, es el titulado “En Dos Ríos”, donde el autor refiere su visita a este lugar, el 19 de Mayo de 1896, por lo que se infiere que el número del Cubano Libre, aunque esta fechado el 19 de Mayo, se emitió días después. Las notas a las que se refiere Valdez Domínguez, aparecieron con el titulo “Martí Notas de Diario”.

El 30 de noviembre de 1896 aparece otro artículo titulado ”Martí” de la autoría de Serafín Sánchez Valdivia quien fungía como Inspector General del Ejército Libertador y encontrándose en Oriente, visita Dos Ríos, en el final del artículo reza:

[4]

“Al desplomarse en Dos Ríos aquel hombre inmaculado, atleta del patriotismo, acaso llego hasta él, como el último adolorido eco de su patria, el juramento, sin ira de una hermosa venganza por la que llegue a Cuba a ser “por su heroísmo y sus dolores, una República”, como Martí nos prometía en que funden su hogar seguro el honor y el bienestar de los hombres”

Emotivo y hermoso artículo publica El Cubano Libre, el 20 de julio de 1896, bajo la firma del Mayor General Máximo Gómez, Titulado “El General Gómez y sus recuerdos” donde rinde homenaje a José Martí y a José Maceo, ambos caídos en combate.

Con “Monumento y Altar”, Valdés Domínguez, rinde nuevamente tributo al Maestro desde las páginas de El Cubano Libre y reseña uno de los momentos más simbólicos del homenaje mambí a la figura del “Maestro” en todo el desarrollo de la guerra, la construcción en Dos Ríos, en el exacto lugar de su caída, de un monumento de piedra que perpetuara su memoria y señalizara para la posteridad el lugar de su caída en combate. De la mano de este artículo asistimos al descubrimiento de otros actos de veneración mambisa al Apóstol, en los esfuerzos por conservar para el futuro el lugar exacto de su caída.

Durante la campaña libertadora este lugar se convirtió, en punto de obligada peregrinación para muchos combatientes del mambisado heroico, su ubicación exacta se debió en primer lugar al capitán José Rosalío Pacheco, prefecto de Dos Ríos , el mismo del que Martí había escrito en su diario:

[5]

",,, El hombre fornido, y viril, de trabajo rudo, y bello mozo, con el rostro blanco ya rugoso, y barba negra corrida…”

[6]

(…)Rosalío va y viene, trayendo recados, leche, cubiertos, platos ya es perfecto de Dos Ríos…”

En confesión a Loynaz del Castillo, Rosalío Pacheco le describe como tras el combate fue al campo de batalla y ubicó el sitio exacto donde cayera el cuerpo de Martí, lo que definió por el rastro de sangre que había quedado tras el combate. En su memoria Loynaz escribe

[7]

“,,, no había posibilidad de duda, en todo el campo de combate, no había otro charco de sangre, ni podía haberlo porque fue solo Martí el único muerto; ningún herido dejó ni podía dejar, ningún rastro de sangre. El coronel Bello- Bellito- apasionado de Martí herido y retirado inmediatamente, y de resultas se pasmó y murió, Aquí permaneció Martí, tendido en tierra desangrándose, hasta que terminado el combate fue recogido por los españoles.”

En ese momento el capitán Rosalío Pacheco, con su cuchillo, recoge la sangre ya coagulada de Martí mezclada con la tierra amada, guardándola en un pomo. Las huellas dejadas por el cuchillo del perfecto marcaron de manera indeleble el lugar exacto donde cayera el Apóstol y fueron mostradas por este a Loynaz el 10 de octubre de 1895, cuando este último visitara el lugar. La visita al sagrado lugar no tenía tan solo una decisión personal, motivada por la admiración que sentía por éste, era portador en esta visita de un encargo de Cisneros Betancourt – Presidente de la República en Armas - de determinar exactamente -con información local- el lugar donde había caído Martí y enterrar allí, dentro de una botella, un acta que hiciera constar oficialmente, para asegurar a la posteridad, el lugar exacto donde levantar el merecido monumento a su memoria.

Homenajes de los jefes mambises

A la altura del mes de Agosto de 1896, en el segundo encuentro producido entre Máximo Gómez y Calixto García tiene lugar uno de los más sentidos homenajes a Martí, en el todas las fuerzas que participan son de caballería, siendo encabezada por los más descollantes jefes mambises que se encontraban en el territorio, entre los que podemos mencionar al Mayor General Máximo Gómez, General en Jefe del Ejército Libertador, el Mayor General Calixto García, Jefe del departamento Oriental y los generales Agustín Cebreco, Periquito Pérez, Rogelio Castillo y Enrique Collazo, además el Coronel Valdés Domínguez y otro importante grupo de jefes, oficiales y combatientes, hasta 300 jinetes aproximadamente.

De este homenaje refiere Gómez en su diario:

[8]

“… Por la tarde visitó a Boca de Dos Ríos, al punto donde cayó José Martí. Allí mismo levantamos un mausoleo a piedra viva, El acto fue solemnísimo.”

Aníbal Escalante testimonia que desde la salida del campamento de Vuelta Grande en dirección a Dos Ríos la columna estaba organizada como sigue:

[9]

“… A la escolta de la comitiva iba el General García, con su Jefe el Teniente Coronel Cutiño Zamora, y a continuación, el Escuadrón de Caballería que integraba la del General en Jefe; luego marchaban en grupos informales los Estados Mayores de ambos jefes, y cerrando la marcha de la columna, un Escuadrón de caballería al mando del comandante Francisco Dieguez…”

Según el mismo testimonio la mayoría de los participantes desconocían el objetivo de aquella marcha, por lo que le sorprendió la orden de tomar una piedra en la rivera del rió Contramaestre; el trayecto se efectuó en gran silencio, interrumpido solo de vez en vez por la voz del General en Jefe quien relataba los sucesos relativos al 19 de Mayo del 95. Una vez en el lugar todas las fuerzas desfilaron frente al sitio que marcaba la caída del Apóstol y cada hombre fue dejando su piedra, al respecto Valdez Domínguez nos refiere:

[10]

“Casi todos formaron de dos en fondo y el general y algunos más echamos pie a tierra. Las piedras que se habían depositado al ir desfilando -cerca del lugar designado de antemano- las acercamos y algunos números la colocaron formando un cuadrilongo de Oriente a Occidente, quedando al frente, en donde se aseguró la cruz de madera “de cara al sol “ como en aquel momento recordó oportunamente el General Gómez que Martí quería morir. Pronto se terminó el respetuoso trabajo de levantar el rústico monumento de piedras que simbolizaban las lágrimas y las patrióticas protestas de los cubanos congregados por el compañero y amigo del Maestro.”

Concluido el sencillo monumento habló Gómez en nombre de todo el Ejército Libertador y Valdez Domínguez en su condición de amigo entrañable del “Maestro”, retomando nuevamente la palabra, para excusarse, como si él lo necesitase, de no haber podido rescatar su cadáver:

[11]

“Quise llegar hasta el lugar en donde había caído, pero me envolvían las descargas del enemigo y he aquí de mi pena al no poder rescatar el cadáver de mi amigo, de mi hermano, de mi compañero queridísimo”

Desde entonces, durante toda la guerra y varios años después una rústica pirámide de piedras, lisas por la erosión del Contramaestre, se destacó en el paisaje de Dos Ríos, señalando el lugar de la caída en combate de José Martí, para Cuba y la historia.

Todos estos homenajes rendidos a José Martí en el transcurso de la guerra, contribuyeron a mantener vivo su ejemplo en las filas del Ejército Libertador así como su ideal independentista.

Un último homenaje rindieron sus compañeros de armas al Apóstol cuando años después, exactamente el 24 de febrero de 1907, al realizarse el tercer enterramiento de sus restos – el primero hecho por cubanos- asisten a la ceremonia un numeroso grupo de veteranos del Ejército Libertador, pronunciando el General Rafael Portuondo Tamayo un sentido discurso y rindiéndosele honores de Mayor General muerto en campaña, como le correspondía.

Homenajes de la Generación del Centenario y el Ejército Rebelde

La patria vivió sumida en la ignominia, casi 50 años después, una generación heredera del mambisado heróico, retomó las ideas martianas para devolver a Cuba toda la justicia escamoteada. La clarinada del Moncada, marcaba bajo el liderazgo de Fidel Castro una nueva y definitiva etapa de lucha del pueblo cubano, Martí, su ejemplo y guía conducen a la “Generación del Centenario”.

Con el arribo a tierras cubanas del Yate Granma, nace el Ejército Rebelde, continuador de la hombradía mambisa y las mejores tradiciones del Ejército Libertador, fuerza que mantiene y rescata la heredad del apostolado martiano, rindiendo durante toda la guerra honores al maestro en pleno compromiso con las tradiciones de sus antecesores.

El primer frente guerrillero, donde radicó la jefatura del naciente Ejército se nombró precisamente “José Martí”, en múltiples ocasiones fue el Pico Turquino escenario de actos de reafirmación y compromiso, ante el busto que desde el 19 de Mayo de 1953, fuera depositado por la ferviente martiana Celia Sánchez Manduley en este cimero lugar de la geografía cubana.

El 28 de abril de 1957 se realizó la primera visita encabezada por Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz; de este acontecimiento narra uno de sus protagonistas, el Comandante de la Revolución Juan Almeida:

[12]

“Temprano en la mañana salimos rumbo al Turquino. Al mediodía ya estamos frente al monumento al Apóstol José Martí. “Qué emoción cuando leemos su pensamiento en una placa de bronce, sobre piedra, en la base de su busto: “Escasos, como los montes, son los hombres que saben mirar desde ellos y sienten con entrañas de nación o humanidad. “Se canta el Himno Nacional, se enarbola la bandera cubana, se levantan en alto los fusiles, se grita por Cuba y se canta la Marcha del 26 de Julio. “Y para que todo fuera grande y completo, estuvo la representación de las mujeres, Celia y Yeyé. Como al decir de Martí, no hay obra grande y hermosa sin las manos de la mujer. “Aquí escuchamos de labios de Celia, llena de emoción, como subió con los que pusieron este busto aquí”

Continuadores de la tradición, las primeras pequeñas unidades que bajan al llano, subordinadas al Comandante Camilo Cienfuegos, visitan Dos Ríos para rendir homenaje al Apóstol de la independencia, así lo refiere Camilo en mensaje enviado a Fidel, donde expresa:

[13]

“Fuimos al Panteón donde cayó el Apóstol y colocamos como él quería una bandera, la del 26. Hicimos un minuto de silencio en memoria de los caídos y dos descargas de fusilería. De más está decirle que la aviación ametralló más tarde los alrededores. Aquello es una vergüenza como está de abandonado. Tenía planeado mandar a limpiarlo y arreglar el lugar. Ya nos encargaremos de hacerlo…”

Existen grandes probabilidades que al realizar esta visita, Camilo no tuviera conocimiento de que durante la guerra del 95, muchos jefes mambises habían concurrido a aquel lugar en patriótica peregrinación y que su presencia allí constituía otra muestra de que el Ejército Rebelde era el legítimo heredero del Ejército Libertador.

Es significativo encontrar en el desarrollo del Segundo Frente Oriental Frank País, la aparición de una escuela para la superación de maestros de las tropas con el nombre del Héroe Nacional, que bajo la dirección del entonces Comandante Raúl Castro Ruz desarrolla sus acciones en función de desplegar la labor política ideológica entre los hombres que combaten por la libertad de Cuba.

Homenajes de la Revolución en el poder

Con el triunfo revolucionario de Enero del 59, se hacen realidad los sueños martianos y en su cotidiano actuar el proceso asume a Martí como legado, ocupándose en el enaltecimiento de su figura, promueve la difusión de su vida, sus ideas y su obra toda, recibiendo grandes impulsos los estudios relacionados con todo el quehacer martiano.

No existe tarea o actividad que la Revolución Cubana enfrente que no revista un profundo carácter martiano, en especial las relacionadas con la defensa del proyecto social cubano.

Mas de una centuria ha transcurrido de la caída en combate del “Héroe de Dos Ríos” y con el mismo espíritu con que el Ejército Libertador primero y el Ejército Rebelde después rindieron sentidos homenajes al Héroe Nacional, hoy las gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias materializan la continuación de esas tradiciones patrióticas con la Guardia de Honor que en nombre del aguerrido pueblo cubano se realiza en el Mausoleo al Apóstol, en el Cementerio Santa Ifigenia, desde el 19 de mayo de 2002 en ocasión del Aniversario 107 de su caída en combate.

A cargo de soldados del Servicio Militar General, la guardia de honor comienza con la salida del Sol, concluye con el ocaso, e incluye como música la Elegía a José Martí, del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque. La desarrollan frente a la Llama Eterna, en homenaje a los héroes y mártires de la Patria, ubicada en la entrada del Mausoleo y que al decir del General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros,

"fue prendida por la convicción de que su fuego sería tan eterno como la Revolución cubana".

Referencias

  1. Martí, José Martí Diario de Campaña, Casa editorial Abril, Ciudad de la Habana , 1996, p,326.
  2. Gómez Báez, Máximo: Diario de Campaña, Instituto del Libro, La Habana, 1978, p. 285.
  3. Valdez Domínguez, Fermín: Ob. cit, T. II, p.25.
  4. Sánchez Valdivia, Serafín: “Martí” en Serafín Sánchez. Un carácter al servicio de Cuba, Ediciones Verde Olivo, Ciudad de la Habana .2001, p.276.
  5. Martí, José: José Martí. Diario de Campaña, Edición citada, p. 332.
  6. Martí, José: José Martí. Diario de Campaña, Edición citada, p. 332.
  7. Loynaz del Castillo, Enrique: Memorias de la Guerra, Editorial Ciencias Sociales, La Habana 1989, p. 212.
  8. Gómez Báez, Máximo: Obras Citadas, p. 309
  9. 11.Escalante Beatón, Aníbal: Calixto García. Su campaña en el 95. Ediciones Verde Olivo, Ciudad de la Habana 2001. T-I, p. 109
  10. Valdés Domínguez, Fermín: Obra Citada T-II, p.85
  11. Valdez Domínguez, Fermín: Obra Citada T-II, p. 85.
  12. Almeida Bosques; Juan: La Sierra, Ediciones Verde Olivo, Ciudad de la Habana, 2002, p.103. .
  13. Gálvez, William: Camilo, Señor de la Vanguardia, Editorial Ciencias Sociales, LA Habana 1979, p. 80.

Fuentes