Horst Kohler

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Horst Köhler
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Presidente de Alemania. 1 de julio de 2004 - 31 de mayo de 2010

Presidente de la República Federal Alemana

Presidente de Alemania
1 de julio de 2004 - 31 de mayo de 2010
PredecesorJohannes Rau
SucesorJens Böhrnsen
Logo del FMI
Director Gerente del Fondo Monetario Internacional
1 de mayo de 2000 - 4 de marzo de 2004
PredecesorMichel Camdessus
SucesorRodrigo Rato
Datos Personales
Nacimiento22 de febrero de 1943
Skierbieszów, Polonia, Bandera de Alemania Alemania
OcupaciónEconomista y Político
Partido políticoUnión Demócrata Cristiana (CDU)
TítulosLicenciado y Doctor en Economía y Ciencias Políticas
Creencias religiosasIglesia Evangélica en Alemania
CónyugeEva Köhler
HijosDos hijos

Horst Köhler. Político y economista alemán, que fuera director general del FMI de mayo del 2000 a marzo del 2004 para luego ejercer como presidente de Alemania de julio de 2004 hasta mayo de 2010. En 2010 durante una visita a Afganistán realizó unas polémicas declaraciones sobre la permanencia de los soldados alemanes en dicho país, las cuales le costaron la desaprobación de la canciller federal Ángela Merkel y más adelante su renuncia como presidente.

Síntesis biográfica

Horst Köhler nació en Skierbieszów (Polonia) entonces ocupada por Alemania nazi, como el séptimo de 8 hijos de una familia de alemanes de Besarabia de Riscani, en la Besarabia rumana (cerca de Bălţi, actual Moldavia). Sus padres, alemanes de nacimiento y ciudadanos rumanos, debieron dejar su patria de Besarabia en 1940 a causa del Pacto Ribbentrop-Mólotov que cedía Besarabia a la Unión Soviética.

Es miembro de la Iglesia Evangélica en Alemania y desde 1969 está casado con Eva Luise Köhler, apellidada de soltera Bohnet, una profesora de Lengua Alemana y antigua militante del SPD. El matrimonio tiene dos hijos treintañeros, Ulrike y Jochen. La hija mayor es ciega desde la infancia, cuando perdió la visión a causa de una retinitis pigmentosa.

Estudios

Formado en la escuela de la ortodoxia monetaria. Obtuvo un doctorado en economía y ciencias políticas en la Universidad de Tübingen, donde fue asistente de investigaciones científicas en el Instituto de Investigación Económica Aplicada entre 1969 y 1976.

Trayectoria laboral

Posteriormente ocupó diversos puestos en los ministerios de economía y hacienda de Alemania entre 1976 y 1989. Antes de asumir sus funciones de Director Gerente del FMI, fue Presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, puesto para el que fue nombrado en septiembre de 1998. Fue Presidente de la Asociación Alemana de Bancos de Ahorro entre 1993 y 1998. Desde 1990 a 1993 fue Viceministro de Hacienda de Alemania y tuvo a su cargo las relaciones financieras y monetarias internacionales. Durante este período coordinó las negociaciones en nombre del Gobierno de Alemania que culminaron en el Tratado de Maastricht sobre la Unión Económica y Monetaria Europea, participó activamente en el proceso de reunificación de Alemania y fue gobernador suplente por su país en el Banco Mundial. Asimismo fue Representante Personal del Canciller Federal en los preparativos de las cumbres económicas del Grupo de los Siete celebradas en Houston 1990, Londres 1991, Munich 1992 y Tokio 1993.

Trayectoria política y económica

Köhler tenía el carné de miembro de la CDU desde diciembre de 1981 y sirvió en el gabinete de Stoltenberg, a partir de 1987 con el rango de jefe de departamento, hasta que éste, el 21 de abril de 1989, fue trasladado al frente del Ministerio de Defensa. El nuevo titular de Finanzas, Theo Waigel, líder de la Unión Social Cristiana (CSU, el partido bávaro hermanado a la CDU), no sólo le renovó la confianza del Ministerio, sino que le promovió a secretario de Estado, puesto equivalente a viceministro de Finanzas, con efecto el 1 de enero de 1990.

Mientras sus superiores libraban las grandes batallas de naturaleza política, Köhler se ciñó a sus funciones de índole tecnocrática, como coordinador y tramitador de las disposiciones elaboradas por el Consejo de Ministros y el Ministerio. Así, formuló los términos de la propuesta de Bonn al Gobierno poscomunista de la RDA sobre una rápida unión económica y monetaria –la sustitución del marco de la RDA por el de la RFA con un tipo de cambio paritario- como antesala de la unificación de los dos Estados alemanes el 3 de octubre de 1990, y formó parte del equipo negociador que arregló con la URSS la retirada de sus tropas del suelo germanooriental en un plazo de cuatro años.

Köhler encabezó la parte alemana en la Conferencia Intergubernamental que de diciembre de 1990 a diciembre de 1991, esto es, entre los Consejos Europeos de Roma y Maastricht, elaboró el esquema de una Unión Económica y Monetaria (UEM) de tres etapas a culminar en1999 ; la UEM, junto con el proyecto de Unión Política (elaborado por una Conferencia Intergubernamental específica), quedó incorporada al nuevo Tratado de la Unión Europea (TUE), el cual fue firmado en febrero de 1992 y entró en vigor en noviembre de 1993. Por otro lado, el alto funcionario germano llevó las negociaciones técnicas multilaterales, la confección de los portafolios y demás trabajo opaco previo a las participaciones de Kohl en las cumbres anuales del G-7 y de Waigel en los consejos de Ministros de Finanzas (Ecofin) de la CEE y su sucesora, la UE.

Ejecutivo bancario y director gerente del FMI

En agosto de 1993 Köhler decidió abandonar el Gobierno y pasar al sector privado, atraído, seguramente, por unas condiciones laborales menos fatigosas y mejor remuneradas. En los cinco años siguientes, fungió de presidente de la Asociación Alemana de Cajas de Ahorros (DSGV). En agosto de 1998 , a instancias de Kohl y en vísperas de las elecciones generales que iban a desalojar a la CDU, la CSU y el FDP del Gobierno federal y catapultar al mismo al SPD de Gerhard Schröder y Los Verdes de Joschka Fischer, Köhler recibió una oferta en el terreno de la alta función financiera internacional que no podía rechazar: hacerse cargo del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), entidad dedicada desde1991 a invertir en las reformas estructurales conducidas por las nuevas democracias de Europa central y oriental que deseaban desarrollar el sector privado y dotarse de una economía de mercado. El 1 de septiembre de 1998 Köhler se estrenó en Londres como el tercer presidente titular del BERD y el primero no francés, después de Jacques Attali y Jacques de Larosière.

En febrero de 2000 el Gobierno de Schröder se enzarzó en una porfía con el estadounidense de Bill Clinton sobre la persona que debía suceder al francés Michel Camdessus como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). El día 14, tal como había avisado con suficiente antelación, Camdessus puso fin a sus trece años al frente del principal organismo multilateral de crédito y el puesto quedó vacante por el momento. Berlín consensuó con los socios de la UE la candidatura del alemán Caio Koch-Weser, secretario de Estado federal de Finanzas, pero el Gobierno de Washington la vetó.

A la vez, terceros países, como Japón, protestaron porque se estuviera a punto de aplicar de nuevo una regla no escrita pero respetada a rajatabla desde que en 1946 se pusieran en marcha las decisiones adoptadas en la célebre Conferencia de Bretton Woods de julio de 1944, la cual alumbró el nuevo orden internacional de posguerra: que el director gerente del FMI había de ser europeo y el presidente del Banco Mundial (BM), el organismo mellizo, estadounidense. Los países asiáticos fueron los que con más vehemencia denunciaron el carácter "anacrónico" de este acuerdo tácito entre las dos potencias occidentales.

Candidatura

La UE postuló entonces a Köhler. Aunque el nuevo candidato alemán seguía sin gustarle, Estados Unidos prefirió ahorrarse más quebraderos de cabeza con los aliados europeos por esta cuestión y, de mala gana, dio luz verde al nombramiento. Una vez puestos de acuerdo Washington y las principales capitales comunitarias –básicamente, Berlín, París y Londres-, las opiniones del resto de países miembros resultaban de hecho irrelevantes, así que el 23 de marzo el Directorio Ejecutivo del FMI resolvió "por unanimidad" otorgar el puesto de director gerente del organismo y, de paso, el de presidente del propio Directorio, al responsable del BERD. El 18 de abril Köhler cesó al frente del banco europeo y el 1 de mayo siguiente se posesionó de su despacho de la Calle 19 de Washington , convirtiéndose en el octavo máximo responsable de la organización desde 1946: era el primero de su país, habiendo sido precedido por un belga, un holandés, dos suecos y tres franceses.

Los observadores económicos apreciaron en la trifulca que precedió la elección de Köhler la enésima representación de la creciente rivalidad estratégica que venía enfrentando a la UE y Estados Unidos, con varios contenciosos comerciales abiertos, mutuas acusaciones de proteccionismo, competición por el acceso preferencial a los mercados emergentes en los países en desarrollo y enfoques diferentes en terrenos como la preservación del medio ambiente, el tratamiento de los alimentos o la consideración librecambista de los productos culturales, y eso que bajo Clinton las divergencias resultaron ser un pálido reflejo del áspero enfrentamiento que se instaló en las relaciones entre las dos orillas del Atlántico tras la llegada de los republicanos de George W. Bush a la Casa Blanca en enero de 2001. Así que el desenlace del forcejeo bien pudo ser reclamado como una victoria por los europeos.

El caso era que Köhler se hizo cargo del FMI cuando en los medios de comunicación se hablaba de "crisis" en el llamado consenso de Washington, después de la sucesión de tormentas monetarias y financieras, ligadas al descontrol de los movimientos especulativos, en México (1994-1995), Asia oriental ([[1997]-1998),Rusia (1998), Brasil (1999) y la que ya se cernía sobre Argentina , amén de la articulación del movimiento antiglobalista, dispuesto a respirarles en la nuca a las grandes conferencias económicas intergubernamentales allá donde se celebraran.

Presidente de Alemania (2004-2010)

Elección como presidente federal de Alemania

El 4 de marzo de 2004 Köhler presentó la dimisión como director gerente del FMI tan pronto como se le comunicó desde Berlín que era el candidato conjunto de la CDU, la CSU y el FDP para el puesto de presidente federal de Alemania, en sustitución del socialdemócrata Johannes Rau. La elección del noveno jefe de estado de la RFA desde 1949 le correspondía a la Asamblea Federal o Bundesversammlung, colegio electoral formado por los 603 diputados del Bundestag o Cámara baja del Parlamento federal y otros tantos delegados seleccionados por los landtag de los estados, que enviarían a Berlín delegaciones proporcionales a la situación de fuerzas en sus hemiciclos, si bien cierto número de asambleístas regionales iban a ser personalidades públicas sin cargo representativo e incluso ajenas a la profesión política, aunque con adscripción partidista.

La elección de Köhler, bien al primer intento, bien al segundo, era prácticamente segura, ya que los partidos que le patrocinaban reunían la mayoría absoluta merced a la sucesión de derrotas encajadas por el SPD en las elecciones estatales en los últimos años. Claro que al consenso sobre su candidatura no se llegó sino después de zanjar un recio regateo los respectivos cabezas de facción, Angela Merkel por la CDU, Edmund Stoiber por la CSU y Guido Westerwelle por el FDP. Fue Merkel quién convenció de la idoneidad de Köhler al bávaro Stoiber, que había propuesto al ex presidente democristiano Wolfgang Schäuble, y a Westerwelle, que incluso había llegado a reunirse con Schröder con la aparente intención de hacer almoneda con la elección presidencial.

En la "campaña de las presidenciales", dada la inexistencia de liturgia preelectoral y de confrontación o propaganda de programas propiamente dichos, Köhler deslizó confidencialmente críticas a Estados Unidos por su "arrogancia" y su incapacidad para "ganar la paz" en Iraq. El 23 de mayo , el avezado economista y financiero, aunque poco conocido por el alemán de a pie, fue proclamado presidente en la primera votación del Bundesversammlung con 604 votos, uno por encima de la mayoría absoluta –luego no contó con la preferencia de 18 asambleístas de la tripleta opositora-, frente a los 589 recibidos por la candidata de Schröder y Fischer, Gesine Schwan, catedrática de Ciencias Políticas y rectora de la Universidad Viadrina de Frankfurt del Oder, afiliada al SPD.

El 1 de julio, en su discurso inaugural ante el Bundestag, Köhler se presentó como un patriota alemán que no veía contradicción entre "amar a Alemania" y defender la globalización, siempre que ésta contara con una "dirección política". Expresó su preocupación por las "dificultades económicas", el "dramático envejecimiento de la población" y el "riesgo de crear sociedades paralelas" en las ciudades, afirmó que el país necesitaba "cambiar de mentalidad", estableciendo un "nuevo equilibrio entre la responsabilidad individual y la solidaridad colectiva", y advirtió de la emergencia de "nuevas grietas" en la sociedad alemana. El tono de confianza en el devenir nacional dominó cuando el orador apeló a los jóvenes a desarrollar sus compromisos personales y así convertir a la Alemania del siglo XXI "en un genuino país de ideas", a la vez que en "un país de niños".

Köhler –que se instaló provisionalmente en el Palacio de Charlottenburg mientras duraron, hasta 2005, las obras de renovación en el Palacio de Bellevue, desde 1994 la residencia berlinesa del presidente federal- arrancó su mandato quinquenal al frente de una oficina de naturaleza fundamentalmente ceremonial, institucional y representativa, desprovista de poderes ejecutivos, pero que brindaba a su titular una nada desdeñable proyección en la arena internacional. Además, venía siendo frecuente en los presidentes federales la proyección de una influencia sobre los debates políticos, donde su voz contaba con autoridad moral. El tacto, la circunspección y una tendencia a formular valoraciones generalistas o abstractas conformaban la actitud que los partidos políticos esperaban del presidente federal en la democracia parlamentaria alemana.

En septiembre de 2004 Köhler, en una entrevista concedida al semanario Focus, sostuvo que en la RFA había habido y seguía habiendo "grandes diferencias en las condiciones de vida, tanto del norte al sur como del oeste al este", y que intentar allanarlas echando mano de las subvenciones públicas legaría a las futuras generaciones "una carga de deudas insoportable", se organizó un pequeño alboroto en la que terciaron las reacciones negativas de los partidos principales. Las diversas fuerzas políticas reprocharon al presidente tanto su "resignación" frente al foso socioeconómico que desde la unificación separaba a los alemanes del oeste y del este, como la inoportunidad de sus comentarios en vísperas de las elecciones estatales en Sajonia y Brandenburgo, donde el agudo descontento social hacía pronosticar importantes subidas del voto de los ex comunistas y la extrema derecha (como así fue).

Poco después, el 3 de octubre, dentro de los actos conmemorativos del 14º aniversario de la unificación, el estadista pronunció en Erfurt, capital de Turingia, un primer discurso oficial en el que volvió a referirse al pasado reciente y al presente alemanes con acentos críticos. Según él, los gobernantes del oeste y el este –entre los que se incluía él mismo, entonces secretario de Estado- habían actuado rápidamente en 1990 para aprovechar la oportunidad histórica que se les brindaba tras la caída del Muro de Berlín, pero "carecieron del tiempo o de la visión de futuro para estimular, al menos en el oeste, algunas de las reformas pendientes", se quejó. Como consecuencia, la Alemania de hoy hacía frente a serios problemas estructurales, económicos y sociales, entre los que citó el desempleo, la pérdida de calidad del sistema educativo, el exceso de regulación y burocracia, y la demasía de gastos improductivos. Su conclusión: la necesidad urgente de que "todos los alemanes nos renovemos para asegurarnos un buen futuro".

Intento de optar al segundo mandato

El 22 de mayo de 2008 Köhler expresó su intención de optar al segundo mandato. Aunque estaba lejos de ser el presidente dócil y acomodaticio deseado por todo gobierno, Köhler obtuvo el respaldo de su partido y de paso el del FDP. La opinión pública seguía considerando al presidente un aliado objetivo de Merkel, y su no reelección sería interpretada como un fuerte revés para la canciller, quien era consciente de la notoriedad y la popularidad ganadas por el estadista a golpe de declaración punzante y de gesto de independencia. El SPD del vicecanciller y ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, en una decisión que puso de manifiesto las tiranteces de la gran coalición, salió a postular de nuevo a Gesine Schwan.

El 23 de mayo de 2009 el democristiano ganó la reelección por otro quinquenio con una mayoría de 613 votos, los mínimos necesarios para evitar la segunda votación, frente a los 503 idos a Schwan y los 91 recabados por Peter Sodann, el candidato presentado por el partido La Izquierda (Die Linke). El 28 de octubre siguiente, como resultado de las elecciones federales del 27 de septiembre , Merkel instaló su segundo Gobierno, ahora de coalición con los liberales de Westerwelle. Köhler, fiel a su estilo exhortatorio, emplazó al nuevo Ejecutivo de centro-derecha a reducir la deuda pública y a enfriar las "irreales expectativas de crecimiento".

Ley del Impedimento del Acceso

A las pocas semanas, el presidente, por tercera vez en tres años, se negó a firmar una norma aprobada por el Bundestag. Esta vez se trataba de la Ley del Impedimento del Acceso (Zugangserschwerungsgesetz), que ponía más difícil el acceso por los usuarios de Internet a páginas web con contenidos de pornografía infantil. Con un razonamiento puramente jurídico, Köhler se hizo eco de las dudas de muchos expertos legales sobre la constitucionalidad de una ley que había sido impulsada por el anterior Gabinete de gran coalición. El nuevo Gobierno, por imposición del vicecanciller Westerwelle, había decidido no aplicar esta norma susceptible de alentar la censura, pero sin la ayuda presidencial no habría podido frenar la promulgación de una ley ya aprobada por el Parlamento. Sin embargo, el 17 de febrero de 2010, Köhler cambió de opinión y estampó su firma a la ley, dejando al Gobierno en una situación comprometida.

Dimisión

El 21 de mayo de 2010 Köhler se desplazó por sorpresa a Mazar-i-Sharif, Afganistán, en un viaje concebido para fortalecer la moral de las tropas alemanas destacadas en la misión internacional de seguridad comandada por la OTAN, la ISAF. En los últimos meses, el papel del Bundeswehr en Afganistán venía alimentando un fogoso debate político en Berlín a causa de los elevados riesgos de la misión, que estaban ocasionándole bajas de combate en los enfrentamientos con los rebeldes talibán, y por su implicación en una serie de muertes de paisanos civiles, los llamados daños colaterales, el más grave de los cuales había sido, en septiembre de 2009, la masacre cerca de la ciudad de Kunduz de varias decenas de personas en el bombardeo por un avión estadounidense en respuesta a una solicitud de un oficial alemán para que se destruyera un objetivo talibán. Esta matanza había provocado en noviembre la dimisión del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, el democristiano Franz Josef Jung, titular de defensa en el momento de los hechos y convertido en la cabeza política que Merkel hubo de cortar para aplacar la tormenta política. Al día siguiente de su arribada al país asiático, 22 de mayo, el presidente germano, en una entrevista a la cadena Deutschland radio, empezó explicando que Alemania se encontraba en Afganistán junto a sus aliados para asegurar su seguridad. Luego añadió: "Pero considero que, en general, vamos camino de comprender, incluso de manera amplia entre la sociedad, que un país de nuestro tamaño, con su orientación hacia el comercio exterior y por lo tanto también dependiente del comercio exterior, tiene que ser consciente de que en ciertos casos, en situaciones de emergencia, la intervención militar es necesaria para proteger nuestros intereses; por ejemplo, para asegurar la libertad de las rutas comerciales, o para prevenir la inestabilidad en toda una región, lo que podría tener un impacto negativo en nuestras oportunidades de salvaguardar puestos de trabajo e ingresos a través del comercio. Todo esto debería discutirse y creo que no lo estamos hacienda demasiado mal", añadió el entrevistado.

Al insinuar que el despliegue de 4.300 soldados alemanes en Afganistán obedecía a intereses económicos más que a razones oficiales de seguridad nacional –impedir que Afganistán cayera de nuevo en manos de los extremistas talibán y se convirtiera en base de operaciones de organizaciones terroristas islámicas que, como Al Qaeda, eran capaces de atentar contra Alemania-, Köhler desató una fenomenal polémica nacional.

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