Huerto escolar

Huerto escolar
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Concepto:Parcelas establecidas en las escuelas para fomentar el principio estudio trabajo

Huerto escolar. En las escuelas cubanas el trabajo de los escolares en los huertos es una de las modalidades más frecuentes para dar cumplimiento al principio del estudio trabajo; a este se presta gran atención dada la importancia que se le concede en la formación laboral de los estudiantes.

El propósito más importante es fomentar valores en los educandos, para que sientan apego por la naturaleza y puedan entender que es posible con el esfuerzo y con el trabajo lograr un beneficio, el enriquecimiento espiritual y el crecimiento de todos.

Si se logra que los niños desde edades tempranas, sean solidarios, respetuosos con el esfuerzo de todos, capaces de estimar las bondades del trabajo y de amar su entorno, se habrá dado un paso importante en la formación de un buen ciudadano.

Requisitos

El área del huerto debe estar ubicada cerca de la escuela, ya que facilita la participación de los alumnos y un mayor aprovechamiento del tiempo. Para el cultivo de hortalizas resulta necesario que esté asegurada una fuente de abasto de agua próxima o ubicada en el área del huerto para viabilizar el acarreo y distribución del líquido que se utilizará en el regadío de las plantas.

No siempre se dispone de un terreno que cumpla todos los requisitos para establecer el huerto escolar, entonces se debe trabajar para crear las condiciones indispensables que permitan el establecimiento de los cultivos.

Sugerencias para su construcción

Los huertos escolares presentan características especiales, ya que no son solamente un espacio para sembrar y cosechar alimentos sin dañar el entorno. En los huertos escolares se manifiestan las siguientes particularidades:

  • Se realiza en un proceso participativo voluntario donde los escolares se organizan en grupos, todas las ideas y opiniones se toman en cuenta, y las decisiones se hacen colectivas.
  • Se asumen las tareas en conjunto con integración de maestros, familiares y la comunidad.
  • Se socializa el trabajo, las responsabilidades y se planifican las acciones.
  • Se difunden herramientas pedagógicas que apoyan la docencia de la escuela.
  • Se desarrollan capacidades y se crean valores éticos de convivencia y protección al medio ambiente.
  • Se aprende a conocer y apreciar el valor de los alimentos y la alimentación saludable.
  • Se trabaja al aire libre con una mayor aproximación a la naturaleza y se contribuye a eliminar el sedentarismo.

Planificación de las acciones

Las acciones a realizar se planifican y priorizan para coordinar mejor las actividades a realizar. Los huertos escolares tienen sus características propias, ya que se requieren resultados rápidos para mantener el impacto en los escolares. Por otra parte, los escolares no están permanentemente en las escuelas y los periodos de vacaciones pueden ser prolongados. A su vez, se producen cambios rápidos en los cursos y las edades que pueden afectar la permanencia del huerto y los cultivos en diferentes épocas del año.

En esta etapa de planificación y socialización de las tareas, se realizan acciones de motivación para lograr la socialización con el apoyo entusiasta de la escuela y la participación de padres, familiares y de la comunidad.

En la planificación de los huertos escolares se recomienda tener presente utilizar escasos recursos, bajos insumos y aplicar métodos naturales, biológicos y orgánicos que no impliquen la introducción de productos tóxicos.

La localización del lugar o el espacio disponible donde se puede asentar el huerto es conveniente que tenga un carácter permanente, pero no siempre presenta las condiciones óptimas y es importante estar dispuestos a movilizarnos para efectuar limpiezas y otros trabajos previos.

Diseño del huerto

El diseño del huerto es un momento especialmente importante para el grupo del Huerto escolar. Se requiere analizar bien y discutir amplia y profundamente qué se quiere hacer, cómo se quiere hacer, cuáles son las condiciones naturales y los recursos que se tienen para comenzar el huerto.

Se recomienda hacer un mapa o un croquis de cómo se concibió el huerto en sus diferentes etapas de desarrollo con localizaciones concretas de los cultivos de acuerdo con las características de los cultivos y la parcela, la fuente de suministro de agua, localización del compost, etc.

Preparación del terreno

Durante los trabajos que se acometen en la preparación del área y el suelo, para hacerlos aptos y sembrar, se utilizan diferentes instrumentos o medios de trabajo.

Las plantas se fijan al suelo por medio de sus raíces y por estas toman de la tierra, el agua que lleva disuelta los alimentos que ella requiere. Mientras más se desarrollan las raíces, mayor será la cantidad de alimentos que toman, porque es más grande la zona de alimentación que abarcan en el suelo; además, mientras más rico o fértil sea el suelo, esos elementos estarán en mejor disposición para ser asimilados.

De todo lo anterior se deduce la conveniencia de utilizar terrenos que, en lo posible, tengan gran capa vegetal y que estén sueltos; el suelo rico en materia vegetal y mullido garantiza la correcta aireación, circulación del agua y, por tanto, un buen enraizamiento de las plantas.

La primera labor que se hace en el terreno, para ararlo, romperlo y promoverlo, se llama roturación. Esta se puede hacer con el tridente, con el pico o con medios mecánicos. El tridente es de fácil manejo, el peso de la persona que lo opera ayuda en la operación más difícil, que es la de introducirlo en el terreno; para ello hay que colocarlo en forma vertical, apoyar un pie sobre la base de los dientes y hacer presión hacia abajo. Para que el tridente penetre en el suelo, no es necesario moverlo de atrás hacia delante y de un lado a otro. Después que el tridente está bien enterrado, se baja el cabo hacia el cuerpo en forma de palanca, lo que permite levantar la tierra con lo que permite levantar la tierra con los dientes del implemento. Esta operación se repite hasta lograr la profundidad requerida que debe ser de 20 a 30 cm.

La tierra se encuentra en buenas condiciones para trabajarla cuando tomando un puñado, la apretamos entre los dedos y contra la palma de la mano, y al soltarla se desmorona; por el contrario, si las partículas se adhieren firmemente formando pelotas, es seguro que está demasiado húmeda para roturarla. Cuando esto ocurre será imposible dejar la tierra fina, pulverizada porque al secarse formará terrones muy difíciles de romper.

Terminada esta labor, deben dejarse pasar varios días para que le de sol y aire al terreno; si cae algún aguacero o lo regamos enseguida comenzará la germinación y crecimiento de plantas indeseables. A los 30 ó 35 días aproximadamente, se vuelve a trabajar la tierra con el mismo implemento. No debe darse labor cuando la tierra esté muy mojada. Al realizar esta segunda labor, se aprovechará para limpiar bien el terreno de pedazos de raíces y piedras. Al término de esta segunda labor y tras dejar pasar nuevamente 15 ó 20 días, si el terreno lo requiere se dará una tercera labor, siempre en sentido perpendicular a la anterior, para dejar el terreno bien suelto y libre de malas hierbas.

Es recomendable, entre la segunda y tercera labor, realizar un pase de guataca a la superficie del terreno arado anteriormente, con el fin de eliminar las malas hierbas o plantas indeseables que han germinado e ir alisando y uniformando la superficie del terreno.

Replanteo y construcción de canteros

Esta operación se llevará a cabo cuando se deba dar una mejor distribución, organización y orientación del área agrícola, con sus canteros, pasillos o caminos, de manera que se puedan efectuar las actividades de campo de forma más ágil y económica.

El pasillo central se construirá con un recorrido en línea recta. Por ser el camino de mayor tránsito, debe ser más ancho que los demás pasillos o caminos; en dependencia de la dimensión que tenga el huerto escolar o la parcela productiva, este se orientará de forma tal que enlace en todos los canteros en forma perpendicular y con el resto del área o instalaciones, como son las construcciones agrícolas, de servicio a la agricultura: aboneras, cuarto de herramientas o de implementos agrícolas y otras.

Los canteros se construirán paralelos entre sí, con una dimensión de un metro de ancho a todo lo largo del terreno y perpendiculares a las calles; llevará un pasillo de 60 cm entre canteros y otro pasillo más estrecho, que cortará el largo del cantero cada 10 cm para permitir cruzar sin estropear la plantación.

Una vez trazados los canteros, se procederá a remover nuevamente el terreno y añadirle estiércol o materia orgánica que servirá de abono; con la azada se recogerá la tierra de los pasillos y se echará sobre los canteros. Con el rastrillo y la azada se emparejará la tierra y se perfilarán los canteros, cuidando de que los bordes queden debajo del cordel y de que la superficie del cantero nunca resulte deprimida. La altura de los canteros dependerá del tipo de suelo; en tierras bajas, propensas al exceso de humedad, se les dará una altura de 15cm; y en los terrenos secantes, la altura más baja podrá ser entre 10 y 15cm.

Una vez terminada la construcción del cantero, se debe desinfectar. Esta operación resulta imprescindible en aquellos canteros donde se van a echar semilleros, ya que debido a la aglomeración de plantas pequeñas, después de la germinación habrá más posibilidades de ataques de enfermedades, principalmente las provocadas por hongos. Terminada esta tarea, el cantero quedará listo para hacer la siembra.

Abonos y fertilizantes usados

Las plantas se alimentan de los nutrientes minerales que hay en el suelo y que extraen mediante las raíces. Los nutrientes que necesita en mayor cantidad son el nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio. Pero hay otros nutrientes que también son necesarios para la planta pero en menor cantidad.

Pasados unos meses de cultivo, los nutrientes se agotan, no sólo porqué las plantas los consumen. Algunos, como el nitrógeno, son arrastrados por el exceso de agua de riego o lluvia. Es el momento de añadir más nutrientes.Los abonos son aquellas sustancias que tienen nutrientes que las raíces de las plantas pueden absorber.

Hay muchos tipos de abonos: químicos, orgánicos, ecológicos, líquidos, sólidos. Se recomienda utilizar abonos orgánicos por las siguientes razones:

  • Son ecológicos.
  • Tienen todos los nutrientes.
  • Liberan los nutrientes progresivamente lo que disminuye las pérdidas por lavado.

Las hortalizas, por su rápido crecimiento, son cultivos que consumen rápidamente los abonos, por lo que desde el inicio de su siembra, aún en el semillero, y durante el crecimiento inicial de las plantas, deben mantenerse con buena reserva o suministro de estos elementos, para su correcto crecimiento y producción.

Fuente

  • Colectivo de autores. Los huertos escolares y las parcelas productivas. Manual práctico para el maestro. Editorial de libros para la educación. 1981. Cuba.