Iglesia Saint Ginés

Iglesia de San Ginés de Arlés
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Edificio)
Iglesia de san gemis.jpg
Es uno de los edificios románicos más impresionantes del Cher
Descripción
Tipo:Edificio
Estilo:Barroco, neoclásico, neo-plateresco
Localización:Calle Arenal, 13 CP 28013 Madrid
Uso inicial:Iglesia
Uso actual:iglesia
Datos de su construcción
Inicio:1641
Término:1672
Otros datos
Arquitecto(s):Juan Ruiz, Juan de Villanueva, José María Aguilar, José Luis Marín

Iglesia de San Ginés de Arlés es un templo católico bajo la advocación de San Ginés de Arlés (303 ó 308 dC.), notario mártir, y sede de la parroquia de San Ginés de la Villa de Madrid Comunidad de Madrid, España. El edificio fue construido a mediados del siglo XVII, y junto a las pinturas y esculturas que alberga en su interior, forma un importante conjunto histórico, artístico y arquitectónico del llamado Madrid de los Austrias.

Ubicación

Sus fachadas están situadas la Calle del Arenal al norte, el 8 de la Calle de Bordadores al (oeste), la Plazuela de San Ginés (sur) y el Pasadizo de San Ginés (este), en el distrito Centro.

Historia

Las primeras referencias a un templo dedicado a San Ginés de Arlés en Madrid datan de comienzos del siglo XII, estimándose que el origen del culto al santo francés podría remontarse al momento mismo de la conquista de Madrid, cuando Raimundo de Borgoña, yerno de Alfonso VI, estableció en 1086 su campamento, con sus huestes formadas por borgoñones y francoprovenzales, en las proximidades del emplazamiento del templo actual. La primera referencia documental es un privilegio otorgado por Alfonso VII en 1156 por el que concedía a la iglesia el señorío sobre las aldeas de Salvanés, Valdearacete y Valdecetias. Sin embargo, el Fuero de Madrid de 1202 no hace mención de ella entre las parroquias madrileñas, lo que podría deberse a su ubicación en un arrabal extramuros de la población. Arrabal de San Ginés. Todavía en 1467 era, con la de San Martín, monasterio benedictino, la única situada extramuros. En 1358 una bula papal de Inocencio VI, con ocasión de un robo sacrílego, concedió indulgencia plenaria a cuantos participasen en el desagravio. Por ello en la fachada oeste del edificio (Calle de los Bordadores) figura un relieve con el escudo de este pontífice. El establecimiento de la capitalidad en Madrid significó un incremento notable de su feligresía, lo que motivó obras de reforma y ampliación y la creación, como anejo parroquial, de la iglesia de San Luis Obispo. Pero las obras hechas a finales del siglo XVI no bastaron para impedir la ruina del edificio, cimentado sobre un suelo arenoso, y en 1641 se derrumbó parcialmente. En junio de ese mismo año el gobernador de la archidiócesis de Toledo Diego de Castejón y Fonseca concedió la autorización al párroco de San Ginés para construir un nuevo edificio. Dio las trazas fray Lorenzo de San Nicolás, encargándose de su construcción el alarife Juan Ruiz. En 1645 ya estaba concluido el cuerpo de la iglesia, y en 1659 la capilla de la congregación del Santo Cristo de la Redención, costeada en parte por Felipe IV, hermano mayor de la congregación. Sin embargo, la construcción de otros elementos se prolongó hasta 1672, el mismo año en que falleció Ruiz: A pesar de ello se ejecutó finalmente la obra 1870–1872, caracterizada fundamentalmente por sus arcos carpaneles y estilo neo-plateresco. A su término, el aspecto de la mencionada fachada había cambiado radicalmente. No obstante, para no romper totalmente con la continuidad, se añadieron ciertos elementos decorativos del trabajo de Aguilar (que ahora serían comunes) a las demás caras del edificio. A fines del siglo XIX se arreglaron varios desperfectos en los tejados, canalizaciones e interiores. En 1903 se revocaron (aunque no en profundidad) los muros exteriores, que se hallaban muy deteriorados. Durante la Guerra Civil 1936–1939, San Ginés permaneció cerrada, exceptuando algunas dependencias que fueron empleadas por la República como cuartel militar. A causa de esto último, la construcción sufrió el impacto de proyectiles, y en los años 40 y 50 tuvieron que ser reparados los daños ocasionados. De 1956 a 1964 se hizo el último gran conjunto de obras en el edificio, que planificó el arquitecto José Luis Marín, a la sazón hermano del entonces párroco, José Ignacio Marín Núñez de Prado. Se pretendía, sobre todo, restaurar y consolidar los muy deteriorados cimientos, pero también intervenir en el interior y remodelar completamente el exterior. Con esto último se buscaba dar nuevamente al templo la apariencia que tuvo en el siglo XVII, típica del Madrid de los Austrias. Por ello, se levantó totalmente el revoco de todos los muros, y se reconstruyó la fábrica original, ladrillo macizo alternando con cajas de mampostería de pedernal. En la torre, en cambio, se mantuvo el ladrillo original. Además, se sustituyó la ornamentación decimonónica y neoplateresca de los vanos por otra más semejante a la del siglo XVII. La fachada de la calle del Arenal fue drásticamente reformada por Marín: las ventanas del segundo cuerpo se reemplazaron por balcones; se construyó un tercer cuerpo, en el que figuran dos ventanas a los lados y una hornacina en el centro; se remató la fachada con un frontón triangular terminado en cruz; se cambiaron las columnas de los arcos inferiores por otras toscanas; y en la pared del fondo del atrio se añadieron dos óculos decorados con vidrieras. En la galería de acceso se colocó una cartela conmemorativa de sucesos memorables ocurridos en el templo: entre ellos, el funeral de Tomás Luis de Victoria o el bautismo de Francisco de Quevedo. La estructura actual corresponde a la reconstrucción del templo tras el derrumbe del primitivo y posiblemente mudéjar en 1641. Es un edificio de ladrillo y mampostería con portada a los pies y otra en el lado del Evangelio a la que se accede desde un atrio. Tiene torre cuadrangular a los pies, de cuatro cuerpos, con cuatro campanas, las dos más primitivas de 1566. El interior es de tres naves, amplia la central, con capillas profundas en los laterales, crucero y presbiterio rectangular y coro en alto a los pies. Se cubre con bóveda de cañón con lunetos soportada por pilastras de orden toscano. Arcos torales de medio punto. Sobre el crucero se alza una cúpula sobre pechinas, sin tambor ni linterna. Las capillas laterales se cubren también con cúpulas vaídas sobre pechinas. Distinta es la del Santísimo Cristo a los pies, casi iglesia independiente y con portada propia al atrio, de planta de cruz latina, bóveda de cañón con lunetos y cúpula sobre pechinas cubriendo el crucero, con tambor y linterna, decorada toda ella con mármoles de colores y pintura en estuco fingiendo mármol en la nave.

Restauración

Un incendio provocó la destrucción de la cúpula y los cubrimientos de las tres naves que se renovaron en el siglo XVIII, y en 1824 otro incendio destruyó la cabecera. El aspecto actual del interior, en lo decorativo, corresponde a lo que Tormo llamó la limpieza castigada del siglo XVIII. Autor de esa restauración neoclásica fue Juan de Villanueva, correspondiéndole la decoración del friso que recorre la nave, con la historia del martirio de san Ginés inscrita en letras cubitales sobre fondo dorado La iglesia sufrió tres incendios 1724, 1756 y 1824, seguidos de otras tantas restauraciones. El actual aspecto neoclásico de su decoración interior se debe a la segunda de las reformas hechas en el siglo XVIII, con intervención de Juan de Villanueva por encargo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1869, el Ayuntamiento de la capital, por medio del arquitecto José María Aguilar, decidió transformar el lado norte, que daba a la Calle del Arenal, una vía que se estaba convirtiendo en una de las más importantes del Madrid decimonónico. La propuesta de Aguilar, que difería mucho del estilo del siglo XVII propio de San Ginés, no agradó al obispado, quien a través del párroco, José Moreno Montalbo, expresaba así su oposición al proyecto

Fuentes