Iglesia de Santa Elena

Santa Elena
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Otros nombresSanta Elena de Casilda

Ubicación

El sábado 8 de diciembre de 1841 se señala como el momento de la colocación de la primera piedra para la construcción de la iglesia dedicada a Santa Elena, la emperatriz reveladora de la Santa Cruz. El naciente poblado de la zona portuaria de Casilda sería el emplazamiento escogido por su benefactor, el inmigrante de origen norteamericano don Guillermo S. Lynn. Ocho años después, en ocasión de las fiestas patronales, el 18 de agosto, tendría lugar la bendición del templo, con celebraciones durante tres días.

Características

Su sencilla arquitectura consta de una nave rectangular, antecedida por un pequeño atrio bordeado por una cancela. Dentro de la nave, a derecha e izquierda, se disponen las capillas, una de ellas acompañada por la escalera y la otra por el baptisterio. El coro se ubicaba a la entrada en un segundo nivel. Al fondo se encontraba el presbiterio, flanqueado por dos cuerpos salientes a ambos lados de la nave principal, uno desfinado a la sacristía y el otro utlízado como casa parroquial.

La fachada presenta un portón sencillo rematado por un arco de medio punto y guarnecido por dos pilastras y una cornisa moldurada.

Sobre este conjunto, completa la composición un óculo, y rematando todo el cuerpo de la fachada dos pilastras que terminan en el friso moldurado.

La espadaña se forma por tres pequeños arcos donde se colocaban las campanas; y sobre éstos, separado por un doble cornisamento, surgen tres pequeñas almenas unidas entre sí por un ático curvo. A ambos lados del campanario y surgiendo del friso aparecen dos pilastras esquineras que se enfazan a través de otro ático ondulado que oculta el caballer de la cubierta. El estado ruinoso de la edificación no permite hacer actualmente una valoración muy clara de su lenguaje arquitectónico.

No obstante, el arraigo de su feligresía ha permitido mantener una continuidad en la celebración del culto a su patrona, lo que hace de Santa Elena de Casilda una manifestación viva de nuestro patrimonio religioso y una de las más intensas festividades tradicionales, capaz de atraer cada año a toda la comunidad local.

Fuente

Guía de arquitectura de Trinidad , pág 160.