Ignacio Pérez Ríos

Ignacio Pérez Ríos
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Combatiente de la Revolución
NombreIgnacio Pérez Ríos
Nacimiento24 de septiembre de 1927
Santa Clara, Villa Clara, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento24 de septiembre de 1959
Jagüey Grande, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteAccidente aéreo
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana

Ignacio Benicio Pérez Ríos. Considerado como hijo de Cartagena, municipio de Rodas en Cienfuegos. Maestro de profesión y revolucionario por condición. Obtuvo el grado de Teniente del Ejército Rebelde. Modesto, generoso e indulgente. Amó la paz sobre todas las cosas y rindió culto fervoroso al trabajo y al bien.

Biografía

Nació en la ciudad de Santa Clara, Villa Clara, el 24 de septiembre de 1927, fueron sus padres Teresa Ríos Balmisa e Israel Pérez García, comerciante de la Plaza, ambos encaminaron con verdadero amor a sus hijos por los rumbos de los estudios, Ignacio fue el hijo ideal, el hermano cariñoso.

Infancia y juventud

De pequeño asiste a la escuela del señor “Humberto Ruiz”, de ahí pasa a la escuela “Guillermo Lorda” que en aquella época dirige el Señor Urbano Jiménez Barata.

Termina sus estudios primarios en la escuela anexa con notas sobresalientes y se prepara para ingresar en la Escuela Normal para maestros en la Academia García Domínguez, ingresando en el instituto, y dos cursos más tarde comienza la carrera de magisterio para la cual tenía verdadera vocación, que hereda de la familia materna, rama vigorosa de maestros ejemplares.

En la Escuela Normal se forma su carácter, fue líder estudiantil siendo respetado y amado por sus compañeros. Perteneció a la Asociación estudiantil de dicho plantel y se graduó de maestro en el año 1951.

Su labor como maestro

Escuela primaria

Comienza a trabajar en la escuela número 120 de la finca “La Gallosa” en el barrio de Manicaragua, en la cual se destacó como organizador, compenetrándose con los campesinos llegando a obtener el preciado galardón del Premio al Mejor Maestro.

Prestó su valioso servicio en la escuela “Hayagán” en el barrio “San Gil”, de ella pasa para la escuela de Palma Sola, distrito de Rodas, de allí por sus méritos es promovido para la escuela urbana de Cartagena.

Fue un maestro querido y admirado por todos sus alumnos, con los cuales jugaba a la pelota, que era su deporte favorito, compraba con su salario regalos en el “Día de los Reyes” a los niños que sus padres no podían regalarles.

Realizaba con sus alumnos excursiones donde contemplaban la naturaleza desarrollando en ellos el amor por su patria, fue gran amigo, afable y comprensivo con los niños, los educó e instruyó. Su color preferido para vestirse era el negro.

Su postura fue gallarda y valiente al frente de un plantel en los momentos más difíciles para guiar las juventudes en el tiempo de la tiranía.

Para que su ejemplo sirva de guía orientadora a la niñez cubana, lleva su nombre la escuela primaria de Cartagena, también la calle ubicada a la derecha de la misma, como tributo y recordación, destacando sus actos más valientes como maestro, como estudiante, como valioso ejemplo y miembro del Ejército Rebelde.

Actividad revolucionaria

De este maestro que llevaba la estrella en la frente al ocurrir el fatídico golpe del 10 de marzo de 1952 se podía esperar su consagración sincera, valiente en las luchas revolucionarias y a ella se dedicó con entusiasmo fervoroso.

En esta etapa estuvo en la dirección del plantel privado González del Valle, en los días más difíciles de la huelga de abril, donde cautivaba por su elocuencia en pro de la lucha por una Cuba mejor.

Participó en huelgas y manifestaciones convocadas por los distintos movimientos, destacándose siempre con su apoyo incondicional a los más oprimidos: los obreros y campesinos.

Cuando comprendió que podía ayudar más a su patria, de lo que lo estaba haciendo como maestro, decidió cambiar los libros por un fusil por lo que salió un día de su Villa Clara querida en pos de las montañas del Escambray.

A ella llegó con la fe puesta en que llegaría el día de la victoria y con ella el final de la ola de terror y de sangre en que se veía envuelta la patria y alcanzar ver a Cuba libre de la brutal tiranía de Fulgencio Batista.

Por su valentía y decisión en los distintos combates en los que participó y se distinguió obtuvo el grado de teniente del Ejército Rebelde.

Después del Triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959 ocupó el cargo de jefe del Departamento de Investigaciones del Ejército Rebelde (D.I.E.R) en el Tercer Distrito Militar pasando más tarde a las Fuerzas Tácticas Cubanas, despeñándose en el mismo como un verdadero revolucionario, allí conquistó el afecto de todos sus compañeros.

Muerte

Fue respetado por cuantos lo conocieron por la bondad de su corazón, cariñoso para los suyos, lo amaron durante su vida y lo amarán después de muerto.

El mismo día que cumplía sus treinta y dos años de edad, el 24 de septiembre de 1959, muere en un accidente aéreo, al caer el avión Peiper en el que viajaba, en un lugar próximo a Jagüey Grande en la provincia de Matanzas, casualmente igual al de su compañero Juan Abrahantes cuyos restos mortales había ido a acompañar días antes, al cual concurrió sin saber que su destino había fijado el día 24 como fecha de comienzo y fin de su existencia.

Fuentes

  • Documentos archivados en la Escuela primaria Ignacio Pérez Ríos de Cartagena.
  • Testimonios de Zaida Marcaida, maestra cartagenera.