Ingenio San Manuel

Ingenio San Manuel
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Ubicación Geográfica:Puerto Padre en la provincia de Las Tunas.

Ingenio San Manuel. Primer ingenio azucarero de Puerto Padre, Las Tunas establecido en la décacada de 1860.

San Manuel, primer Ingenio Azucarero en Puerto Padre

En terrenos de la hacienda Santa Bárbara de Biriviví, a unos siete kilómetros del Puerto Padre actual, comenzó la industria azucarera en nuestra región. La hacienda Santa Bárbara se fundó en la primera mitad del siglo XVIII cuando fue mercedada al regidor perpétuo de la villa de San Salvador y primer teniente gobernador de Holguín, doctor José Antonio de Silva y Ramírez de Arellano. La hacienda pasó por distintos dueños hasta que los condueños Francisco Rondán e Isidro Vidal la vendieron a Antonio Ferrer Feliz y Agustín Franganillo. Seis meses después Ferrer Feliz vendió su parte al ferrolano José Plá y Monje y a Justo de San Miguel. Los nuevos tres socios emprenderían entonces las tareas para el desarrollo de la industria. Comenzó el desmonte que estuvo bajo la responsabilidad del mayoral Feliciano Escalona y una dotación de esclavos. Taló montes, hizo trochas, para comenzar el fomento de la hacienda. Era mediados de 1859.

En los primeros meses de 1860 ya tenían levantado un trapiche de tres masas movidos a vapor con máquinas de la firma Fewcet, Preston Company. El central se llamaría San Manuel en honor a la señora Doña Manuela Martínez Picavia, esposa de José Plá. Para facilitar la salida del azúcar y la entrada de recursos para el central se construyó en el antiguo embarcadero de Maniabón, hoy Puerto Padre, una nave o almacén, carpintería y casas para los encargados y el patrón de la goleta que servía a los intereses del ingenio. Ese es el origen de Puerto Padre ciudad.

La goleta Tres Hermanas, propiedad de los dueños del ingenio, transportaba 200 vocoyes en cada viaje. Al mismo tiempo, se practicó una trocha entre el puerto y el ingenio y se empastó de millo el área aledaña.

El 8 de septiembre de 1860 los dueños del ingenio y de Santa Bárbara presentaron al ayuntamiento de Holguín una declaración jurada donde afirmaban que dicha hacienda sólo tenía cultivadas 18 caballerías. El 27 de octubre del mismo año lograron que el cabildo holguinero, en sesión extraordinaria, exonerara de impuestos a Santa Bárbara durante un año. Sin embargo, el 8 de septiembre declararon también la posesión de 378 esclavos para los trabajos de fomento.

El 10 de febrero de 1864 José Plá y Monje se convirtió en accionista principal al comprar su parte a Justo de San Miguel. Para esa época era mayoral Antonio Plá, hermano de José, el cual procedió a delimitar la ampliación del batey. El poblado creció alrededor de la industria con la llegada de campesinos de la comarca y empleados del ingenio, fundamentalmente españoles.

La producción de azúcar moscabado (planes melosos) era trasladada en carretas hacia Puerto Padre y de allí embarcada en vocoyes de madera hacia los puntos de venta.

Las goletas entraban al puerto y anclaban a media milla, desde allí un lanchón llevaba el azúcar y traía las mercancías hasta un pequeño muelle en el almacén del puerto. Para resolver esta dificultad, en 1889 los dueños del central decidieron construir el muelle nuevo de manera que las operaciones pudieran realizarse directamente.

La fuerza de trabajo era esclava fundamentalmente por lo que la guerra del 68 trajo algunas dificultades. En enero de 1869 el general Julio Grave de Peralta, jefe de la División de Holguín ordenó el reclutamiento de las dotaciones de esclavos de los ingenios de la comarca. José Plá y José Aldana, propietario del ingenio de Yarey de la Cana, solicitaron a Peralta que les dejasen las dotaciones a cambio de entregar todos los frutos de sus fincas a la República en Armas. El 17 de enero de ese mismo año, el general Julio Grave de Peralta ordenó al comandante de Armas de Maniabón, Armelio del Monte, que suspendiera hasta nueva orden el reclutamiento, y el 30 de marzo solicitó a Carlos Manuel de Céspedes en este sentido. Al parecer Céspedes accedió pues en abril del mismo año los hacendados Plá y Aldana ofrecieron un empréstito a la República.

En 1879 se construyó el ferrocarril desde San Manuel a Puerto Padre. Medía unos siete kilómetros y llegaba hasta el muelle. Era de vía estrecha y 36 pulgadas de separación entre las paralelas. Constituyó un importante paso pues así se eliminaron las carretas de cuchillas con las que anteriormente se hacía el traslado.

El 27 de mayo de este mismo año se constituye la Sociedad Plá e Hijo, por cinco años ante el notario Carlos Amores. Ya la dirección de los negocios queda en manos de Francisco Plá y Martínez Picabia, don Panche, el heredero, que remodelará la industria gracias a empréstitos de casas bancarias de Estados Unidos. Comenzó así la penetración sutil del capital norteamericano en nuestro municipio. El 13 de abril de 1883 se constituyó la Sociedad Mercantil Plá y Ceballos, también ante el notario Amores y Don Manuel Ceballos y Rubego, gerente de la Sociedad J. M. Ceballos y Cía, domiciliada en Nueva Cork. De esa manera Plá y Ceballos ligaban los intereses basados en anticipos y desembolsos a cuenta de remesas y consignaciones de azúcar. Don Pancho había tenido que poner en garantía para estas transacciones el central San Manuel con todas sus fábricas, maquinarias, ferrocarriles, siembras, aperos, dotaciones (hasta los esclavos entraban en el negocio) y demás pertenencias.

En el convenio se hacía saber que el ingenio lo formaba un área de 89 caballerías y 265 cordeles planos de la hacienda Santa Bárbara, más el contiguo ingenio La Trinidad con 60 caballerías y 160 cordeles, así como un potrero de 29 caballerías y 105 cordeles.

La asociación con Ceballos permitió la remodelación y modernización del central. Se instaló un tarden Fulton con dos desmenuzadoras y cinco bases de tres masas demoledoras, tres tachos, tres tanques evaporadores triples y seis centrífugas hidráulicas. De basculador había una larga estera y era necesario descargar la caña a brazos. Este procedimiento se mejoró posteriormente pues el ingeniero Ramón Ponce, habanero, inventó una manera de sacar la caña con una grúa trasbordadora. Esto permitió acelerar el procedimiento de descarga. La maquinaria vieja fue vendida a Don Antonio Maiques y Monsieur Eduardo Latourt que la utilizaron para levantar un trapiche en Chaparra.

A tenor con la mejoría económica, Don Pancho Plá hizo construir dos naves-cuarterías para familias y ayudó con materiales a los trabajadores que quisieran fabricar casas particulares. Desde la fundación existían dos cuarterías para la dotación de esclavos que utilizaban el apellido del dueño del central, Plá.

Red ferroviaria de San Manuel

Aparte del ferrocarril de Puerto Padre, de unos siete kilómetros, el ingenio contaba con ramales para el abasto de caña. Por el sur unos cuatro kilómetros de vía férrea llegaban hasta el actual barrio de Santa Bárbara y un pequeño ramal hasta La Ginebra.

Por el este y hasta la colonia La Julia se extendían 2 kilómetros de vía. Y al noroeste también dos kilómetros hasta La Horqueta. Cuatro locomotoras trasladaban la caña hacia el central. Eran la No. 1 llamada La Cucaracha, la 4 La Julia, la No. 12 La María y la No. 14 Panchito.

La esclavitud en San Manuel

La esclavitud en el central San Manuel tuvo características singulares. El propietario José Plá y Monje no permitía que sus mayorales maltrataran a los esclavos. Se les alimentaba convenientemente, y se les concedía los domingos para el descanso. Ese día se les permitía ir a la playa de Puerto Padre. También se les permitió practicar sus creencias religiosas. Durante las festividades de Semana Santa, Doña Manuela Picabia, esposa de Plá, vestía y calzaba a los esclavos que habían profesado el cristianismo. El mismo Plá atendía personalmente a los que le molestaran.

Doña Manuela bautizaba y catequizaba a los esclavos y los protegía de cualquier abuso. Al mismo tiempo construyó la capilla católica que aún existe en el poblado y terminó la iglesia parroquial de Puerto Padre. Pese a numerosas búsquedas no se encontraron objetos relacionados con castigos o represión de ningún tipo. Tampoco existen testimonios en este sentido. Actualmente en San Manuel, en sus carnavales comunales, se selecciona la Manuelita y sus damas. En síntesis, la esclavitud en San Manuel tuvo carácter patriarcal aunque, desde luego, fueron explotados y crearon la riqueza que disfrutaron José Plá y familia.

Última década del siglo XIX

Los últimos años del siglo XIX son de bonanza económica para el central San Manuel. Constituye entonces el objetivo económico fundamental de toda la región. La guerra del 95 no le afectó prácticamente y su existencia determinó, entre otras cosas, la creación del municipio. El 21 de mayo de 1898 Puerto Padre fue ocupado por el Ejército Libertador y el mayor general José Manuel Capote Sosa nombró alcalde provisional de San Manuel al capitán Pedro Gamboa. El 26 de octubre del mismo año se constituye oficialmente el municipio Puerto Padre por tener puerto, salina e ingenio azucarero, el San Manuel por supuesto. Esa dedición fue tomada por el coronel Duncan N. Hood, del ejército interventor norteamericano. En 1899 comienza la penetración económica norteamericana en el municipio.

El 17 de octubre de ese año se constituye la Chaparra Sugar Company que construirá el central Chaparra que hizo su primera zafra en 1902. Desde su fundación la Chaparra Sugar Company comenzó a extender sus dominios por diversos procedimientos. Mario García Menocal, administrador general de la empresa yanqui, compró tierras, presionó y violentó para aumentar las propiedades de la compañía. En 1905 ya la Chaparra Sugar Company poseía grandes extensiones en los barrios de Santa María, Delicias y Vázquez. Poco a poco fue rodeando los terrenos del central San Manuel. Menocal trató de convencer a Pancho Plá para que vendiera el central a la compañía norteamericana pero este se negó en reiteradas ocasiones.

La Chaparra comenzó entonces a robarle los colonos por el simple procedimiento de pagar a un mayor precio el ciento de arrobas. Menocal intensificó sus gestiones y realizó veladas amenazas. Por fin, Pancho Plá ante el temor de ser asesinado, decidió vender el central. La transación se efectuó en diciembre de 1909. La Chaparra Sugar Company pagó un millón y medio de pesos por el San Manuel con todos sus recursos. Se comprometía también en emplear a los técnicos en maquinaria y a los demás trabajadores, si les convenía, como obreros de las colonias.

Con la venta del central San Manuel a la compañía extranjera vino la decadencia del poblado. Realmente, a la empresa yanqui no le importaba el viejo central pues era obsoleto desde el punto de vista tecnológico. De inmediato creó la San Manuel Sugar Company y comenzó la construcción a orillas de río Chorrillo de un poderoso central moderno, el Delicias, entre 1910 y 1912. la última zafra del San Manuel fue en 19912 y sus azúcares fueron almacenados en las naves del Capitolio, almacén del Delicias. Ese año produjo 60 599 sacos de 325 libras, aunque la mayoría de sus cañas fueron molidas por el Chaparra.

Al terminar la zafra de 1912 comenzó el desmantelamiento realizado por una cuadrilla de catalanes de la empresa Montalvo que trasladaron la mayoría de sus máquinas para Nuevo Mundo, entre Las Villas y Matanzas. Tres locomotoras fueron enviadas al central Constancia, en Las Villas, también de la compañía yanqui. Solo quedó en Delicias Panchito, la No. 14, la más chica de las locomotoras como un símbolo nostálgico del antiguo y floreciente central San Manuel.

El poblado de San Manuel dejó de tener una fuente estable de trabajo para sus vecinos. Debieron buscar empleo en Delicias, Puerto Padre y otros lugares. La vida cotidiana se volvió aburrida y rutinaria. Del central San Manuel solo queda un inmenso hueco donde estuvieron los hornos y las calderas.

Con la desaparición del San Manuel, engullido por el capital yanqui, la producción azucarera del municipio Puerto Padre quedó completamente en manos de la Cuban América Sugar que luego sería, en transformación sucesiva de acuerdo al aumento de su poder, The Cuban American Sugar Mills Company. Al triunfo de la Revolución esa entidad contaba con más de 10 mil caballerías en el municipio y múltiples intereses en todo el país.

El 20 de julio de 1960 se nacionalizaba la Cuban American Sugar Mills Company. Por resolución 195, firmada por Fidel Castro, presidente del INRA, se decretó la intervención de los centrales Chaparra, Delicias, y todas las propiedades de la empresa. Así se hacía justicia al humillado Central San Manuel.

Anexo No. 1:

Arrobas de caña molidas por el central San Manuel desde 1901 a 1912:

1901-02: 6 000 000
1902-03: 8 500 000
1903-04: 7 000 000
1904-05: 8 700 000
1905-06: 7 000 000
1906-07: 8 000 000
1907-08: 9 130 083
1908-09: 10 276 929
1909-10: 10 276 929 (1)
1910-11: 9 408 938
1911-12: 7 554 560

91 847 439 arrobas


Arrobas de azúcar producidos por el central San Manuel:

1901-02: 60 031
1902-03: 52 292
1903-04: 50 872
1904-05: 64 034
1905-06: 48 769
1906-07: 51 900
1907-08: 59 557
1908-09: 76 961
1909-10: 81 250
1910-11: 78 916
1911-12: 60 599

685 182 sacos
Anexo No. 2:

Valor del azúcar crudo producido por el central San Manuel desde 1901 hasta 1912:


1901-02: $ 351 541 54
1902-03: $ 327 975 42
1903-04: $ 412 179 68
1904-05: $ 571 965 55
1905-06: $ 323 094 62
1906-07: $ 376 145 25
1907-08: $ 495 514 24
1908-09: $ 606 067 89
1909-10: $ 706 740 13
1910-11: $ 797 478 56
1911-12: $ 514 031 02

$ 5 482 463 88

Fuentes

  • Ministerio de la Agricultura. Revista “Acción Nacional”, año X, enero de 1958, No. 1. Ciudad de La Habana.
  • Archivo del historiador de la ciudad: Ernesto Carralero Bosch.