Inicios del cine en Cuba

Los inicios del cine en Cuba
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El cine en Cuba.
Fecha:23 de enero de 1897
Lugar:La Habana
Descripción:
Tras el éxito obtenido por la presentación del Cinematógrafo en París, los hermanos Lumiere comenzaron a trazar estrategias de expansión de su novísimo invento. Y, aunque parezca increíble Cuba estuvo en esa lista.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Hermanos Lumiere y Gabriel Veyré

Inicios del cine en Cuba. Tras el éxito obtenido por la presentación del Cinematógrafo en París, los hermanos Lumiere comenzaron a trazar estrategias de expansión de su novísimo invento. Aunque parezca increíble Cuba estuvo en esa lista.

Historia

Hermanos Lumiere

Tras el éxito obtenido por la presentación del Cinematógrafo en París, los hermanos Lumiere comenzaron a trazar estrategias de expansión de su novísimo invento. Increíblemente Cuba estuvo incluida en esa lista.

En la Habana, antes de la llegada del concesionario de los Lumiere, se habían estado realizando presentaciones que iban desde lo más primitivo hasta lo más avanzado del naciente arte cinematográfico; un espectáculo casi idéntico al francés, nombrado Kinetoscope, inventado por Edison y que, aún con cierto éxito inicial, no pudo hacer sombras al francés, que estaba por llegar. Las puestas se llevaban a cabo en improvisados barracones que proliferaban por los alrededores del parque central y el antiguo teatro Tacón, hoy Gran Teatro de la Habana.

En enero de 1897 el francés Gabriel Veyre introdujo el cinematógrafo Lumiére en

El cinamatografo

Cuba.Gabriel Veyré, el ciudadano francés que trajo el cinematógrafo Lumiere a Cuba llegó a La Habana el 15 de enero de 1897, alquiló un local, adquirió unas cuantas docenas de sillas, realizó las obras pertinentes para lograr cierta velada oscuridad en la sala, y el día 23 dio una muestra de su espectáculo a las autoridades y a la prensa.

El 7 de febrero de ese año el propio Veyre filmó un minuto de la primera película que se realizaba en la Isla: Simulacro de incendio, y con ello daba inicio a la historia del cine en Cuba.

Funciones públicas

Las funciones para el público se llevarían a cabo en tandas de media hora desde las 6 y 30 hasta las 11 y 30 de la noche, la entrada costaba 50 centavos para los mayores y veinte para los niños y militares sin graduación.

Cortos de mayor popularidad

Los cortos de mayor popularidad resultaron las primitivas películas con las que debutó en París el cinematógrafo de los Lumiere: “El regador regado”, “La partida de Naipes”, “La salida del tren” y sobre todo “El sombrero cómico”; además de una primera película, titulada “Bañistas”, y que no duraba mucho más de dos minutos. Para agradar a las autoridades españolas, Veyré adicionó un par de cintas filmadas en España: “Infantería española en vivac” y “Artillería española en combate”.

Debut del cine

El día del debut, en sus diez tandas pasó por la sala cerca de un millar de habaneros. Se recaudaron unos 400 pesos. El 16 de marzo del propio año, cuando el negociante francés ya había logrado unos 20 mil pesos de ganancias, hubo de cerrarse el cinematógrafo Lumiere a causa de un pequeño incendio que destruyó parte del mobiliario.

Tarja en el teatro Garcia Lorca de la Habana, que recuerda la primera presentación del cine en Cuba

Trayectoria del cine

El primer filme realizado por un cubano fue un corto publicitario de una casa productora de cerveza, El brujo desaparecido (o desapareciendo) de José E. Casasús, en 1898. Más adelante, el 25 de marzo de 1906, Enrique Díaz Quesada, considerado el primer cineasta cubano, filmó El parque de Palatino, un material promocional para el parque recién fundado en La Habana, que ya esbozaba el manejo del lenguaje del cine por su vocación de veracidad y su dinamismo.

Cine documental

El cine documental tuvo una amplia realización en la primera mitad del siglo XX en Cuba. Se produjeron durante la etapa silente filmes como La salida de Palacio de Don Tomás Estrada Palma (1906), El epílogo del Maine (1912) y Toma de posesión del general Menocal (1913), que mostraban la voluntad de testimoniar los hechos de significación histórica que se producían en la Isla.

En esta etapa, la cinematografía nacional encontró entusiastas promotores. En 1905, Pablo E. Santos y Jesús Artigas se asociaron para la comercialización de películas y de artículos cinematográficos y, más adelante, para el financiamiento de películas nacionales. Fue este dueto el que propició más de una veintena de filmes dirigidos por Enrique Díaz Quesada. En esta primera etapa se realizaron películas documentales que promocionaban distintas zonas geográficas del país o su patrimonio cultural, como los distintos tipos de danzas cubanas.

Cine sonoro

Con el cine sonoro, a lo largo de la primera mitad del siglo, fueron registrados eventos artísticos, festivos y deportivos, así como sucesos históricos relacionados con la lucha sindical, la Guerra Civil Española o a las injusticias sociales; estos últimos filmados por la Cuba Sono Films, productora fundada por el Partido Socialista en el año 1938.

Noticiarios cinematográficos

Vinculada a la realización de documentales estaba la producción de noticiarios cinematográficos. Estos solían conservar el nombre de los periódicos a los que estaban asociados y comenzaron promoviendo crónicas sociales, llegadas de viajeros a Cuba y hechos históricos de interés. En 1933, Luis Ricardo Molina fundó la Compañía Royal Advertising News que incorporó el sonido en el Noticiario Royal News. Desde 1938 el Royal News regularizó semanalmente sus emisiones y en 1942 se convirtió en el órgano oficial de la Unión Nacional de Empresarios de Cuba.

A finales de la década de los años treinta, Manolo Alonso comenzó a producir La Noticia del Día, que contaba con el atractivo de ofrecer los reportajes a pocas horas de ocurridos los hechos. También Manolo Alonso inició en 1942 el Noticiario Nacional y, más adelante, el Noticiario América. Con un aguzado sentido comercial, los noticiarios de Alonso utilizaban atractivos recursos gráficos para captar la atención del público y lograron cierta hegemonía en el ámbito nacional.

En la década de los años cuarenta, la Cuba Sono Film contaba con el Noticiario Gráfico Sono Film que, además de informar sobre sucesos contemporáneos, ofrecía monografías históricas sobre el movimiento sindical. Posteriormente, en 1950, el periodista José Guerra Alemán fundó Cineperiódico, con el que inició un servicio de intercambio de noticias con dieciocho noticiarios de Europa y Estados Unidos. Este estilo de trabajo le permitió presentar en el noticiario sucesos de peso con relativa inmediatez.

La apetencia del público cubano por las noticias nacionales e internacionales se satisfacía con esta variedad de noticieros cinematográficos en las salas de proyección. Los espectadores encontraban en los cines el complemento ideal de la información que se distribuía a través de la prensa: el soporte audiovisual.

Películas de ficción

La realización de películas de ficción en la primera mitad del siglo XX estuvo signada por un interés comercial y, al mismo tiempo, de representación de lo nacional. Enrique Díaz Quesada filmó Manuel García o El Rey de los campos de Cuba (1913), La manigua o La mujer cubana (1915) y El rescate del Brigadier Sanguily (1916), películas de corte histórico que representaban figuras y hechos propios de La Isla.

La religión en el cine

Se incorporaron los motivos asociados a las religiones afrocubanas, aunque desde una perspectiva estereotipada. En 1917 Díaz Quesada dirigió La hija del policía o En poder de los ñáñigos, una especie de película policiaca que colocaba en el rol de los villanos a miembros de la sociedad secreta Abakuá, según los prejuicios de la época.

En el año 1920, Ramón Peón García y otros empresarios fundaron la Nacional Film Productions, y se filmó Realidad, un melodrama en el que una joven era obligada a casarse con un hombre mayor, adinerado, pero sostenía un romance con el chofer de la familia. Este tipo de argumento marcó la realización cinematográfica en Cuba, pues contaba con la popularidad entre los espectadores.

Pan American Pictures Corporation

En 1924 Richard Harlan, director de origen peruano, se estableció en Cuba con su empresa Pan American Pictures Corporation.

Próposito

Su propósito era producir, con la utilización de personal cubano, películas cortas de dos royos para abastecer el mercado norteamericano a través de la empresa Clandfield y Clarke. Llegó a realizar cinco películas, muy bien recibidas por su semejanza con las comedias de Hollywood. En esta década, a partir del año 1927, entró en vigor el decreto por el cual se creaba una Comisión Revisadora Cinematográfica, para velar por la moral pública en los cines cubanos. Esta medida contrastaba con la exhibición semi-clandestina de películas pornográficas que desde principios de siglo se podían encontrar en barrios habaneros.

Película Sonora

El 13 de enero de 1929 se proyectó por vez primera una película sonora en La Habana, The patriot, de Ernst Lubitsch. La primera preocupación expresada en la revista Bohemia era de naturaleza lingüística e identitaria, pues surgía la interrogante sobre la realización, a partir de entonces, de filmes en español para el público hispanohablante.

La serpiente roja

En el año 1930, Ramón Peón García filmó La virgen de la Caridad, película que cerraba el período silente en el cine de ficción en Cuba, y en 1937 se produjo la primera película sonora cubana La serpiente roja, dirigida por Ernesto Caparrós, basada en el folletín radiofónico Chan Li Po de Félix B. Caignet.

En febrero de 1938, un grupo de inversionistas fundó la compañía Películas Cubanas S.A. (PECUSA). La productora estrenó El Romance del palmar ese mismo año, una película musical de Ramón Peón, que tenía como protagonista a la popular cantante y actriz cubana Rita Montaner.

Otros temas eran promovidos por la Cuba Sono Film. En 1940 se filmó El desahucio, filme de una marcada intencionalidad militante, dirigido por Luis Álvarez Tabío, quien era cardiólogo de profesión. Representaba la historia de un obrero que perdía el trabajo y era desalojado, situación que llegaba a enfrentar cuando un dirigente de la Central de Trabajadores lo estimulaba a luchar dentro del sindicato. La narración fue escrita por Juan Marinello y contó con la música de Alejo Carpentier. Fue un primer ensayo de neorrealismo, pues los actores no eran profesionales sino obreros sindicalistas de la ruta 20 de Ómnibus Aliados.

En este período se produjeron películas singulares como Hitler soy yo (1944) de Manolo Alonso, un filme fracasado sobre la figura de Adolf Hitler, que trataba de integrar a la ficción un tema universal de inmediatez histórica; o Ecce Homo, cortometraje dirigido por Aurelio Lagunas sobre la vida, pasión y muerte de Jesucristo.

En 1949 se realizó Cecilia Valdés,de Jaime Sant-Andrews (Jaime Gallardo), la primera adaptación cinematográfica de un clásico de la literatura cubana: la novela homónima de

Cirilo Villaverde

Cirilo Villaverde.

La película no logró un argumento coherente, de manera que el público que no hubiera leído la novela no podía entender del todo la historia narrada; sin embargo, representó una búsqueda en el bagaje literario de la Isla, para integrar sus argumentos a la cinematografía cubana. Un año después Manolo Alonso realizó Siete muertes a plazo fijo, de corte policiaco, que se considera hoy uno de los filmes de mayor valor en el período. Los inicios del cine en la Isla están marcados por el interés de los cubanos republicanos de reconstruir una memoria nacional y recoger los acontecimientos más importantes de la Nación, así como de promover un cine comercializable de amplia aceptación popular. En la primera década del siglo XX el público habanero había accedido a unos cuarenta cines con una capacidad promedio de seiscientas cincuenta lunetas. Hacia la década del cincuenta se habían extendido considerablemente las salas con los llamados «cines de barrio» y el público de La Habana asistía al cine con asiduidad. Este furor por las películas que se desarrolló en la Cuba republicana ha quedado descrito en la novela de Guillermo Cabrera Infante, La Habana para un infante difunto.

Nueva era del cine cubano

Los precursores de esa voluntad fueron Tomás Gutiérrez Alea, Julio García Espinosa, Alfredo Guevara y otros jóvenes intelectuales,vinculados a la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. Algunos de ellos marcharon a Italia para adiestrarse en el Centro Sperimentale de Roma, donde tuvieron como amigo de aprendizaje al colombiano Gabriel García Márquez . El cine en Cuba no encontró un camino propio, con respaldo estatal y buenos augurios hasta marzo de 1959, cuando, en medio del estremecimiento político y social que dominaba al país caribeño, se anunció como primera ley en el terreno cultural la creación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), presidido por Alfredo Guevara. Esta decisión marcó la consolidación de una cinematografía nacional.

La nueva realidad de un país en transformación, sus contradicciones, la materialización de la justicia y las virtudes y vivencias del pueblo cubano, fueron llevados al celuloide. Tomás Gutiérrez Alea, Humberto Solás , Pastor Vega y Santiago Álvarez, entre otros, abrieron su talento y sentaron las bases del cine cubano, que pronto conquistó un lugar de preferencia en la arena internacional.

Producciones como Lucía, Memorias del subdesarrollo, Retrato de Teresa,

La bella del Alhambra

La bella del Alhambra y Fresa y Chocolate

Fresa y Chocolate

han alcanzado importantes premios en festivales internacionales de cine, sobre todo esta última que, codirigida por Tomás Gutiérrez Alea y

Juan Carlos Tabío, estuvo nominada al Oscar en Hollywood. La documentalística cubana se afianzó con la obra de Santiago Álvarez en piezas como Now, Hanoi martes 13 y 79 primaveras, lo que marcó el nacimiento del verdadero documental revolucionario. Asimismo, el dibujo infantil encontró con las películas de

Elpidio Valdés

Elpidio Valdés

un cauce en la formación de valores y principios en los pequeños cubanos, y diseñó un verdadero y enriquecedor cine para ellos, que ha contrarrestado en gran medida, los disímiles filmes norteamericanos que tradicionalmente han invadido el universo audiovisual del niño cubano.

Nuevo Cine Latinoamericano

La realización en Cuba del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, a partir de 1979, creó un espacio decisivo para la promoción y exhibición de cinematografías del Tercer Mundo y fundamentalmente de América Latina,y abrió un punto de encuentro vital para los cineastas de estas latitudes. Cada diciembre, las pantallas de la capital cubana y de otras subsedes del país, muestran la avalancha de filmes que hablan por sí solos del afianzamiento de un cine que traduce verdades y realidades de los pueblos de Latinoamérica.

Las Profecías de Amanda

El séptimo arte no escapó al impacto de la crisis económica del país, no obstante, se desarrollaron varios proyectos nacionales y otros en alianza con importantes cinematografías. Así se rodaron filmes como Las profecías de Amanda, La vida es silbar, Un paraíso bajo las estrellas y Hacerse el sueco.

Este cine ha seguido cosechando éxitos a nivel internacional, sobre todo en América Latina, tanto en premios para sus actores como para los realizadores.

En los últimos años, el país se ha convertido en una importante plaza en Latinoamérica para asumir la producción de filmes, por los servicios que brinda en este sentido la Casa Productora del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos. Personal altamente calificado, directores con experiencia, excelentes actores y precios competitivos, hacen que cada día aumente el interés por acceder a este servicio.

Fuentes