Inocencio XI

Inocencio XI
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Papa de la Iglesia católica
1676 - 1689
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PredecesorClemente X
SucesorAlejandro VIII
Información personal
Nombre secularBenedetto Giulio Odescalchi
Nombre religiosoInocencio XI
Nacimiento16 de mayo de 1611
Como, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento12 de agosto de 1689
Roma, Bandera de Italia Italia

Inocencio XI. Fue un Papa de la Iglesia Católica en el período 1676 a 1689, cuyo nombre verdadero era Benedetto Odescalchi. Siempre tuvo inclinación a la carrera eclesiástica, y así marchó a Roma, donde el Papa Urbano VIII le otorgó funciones en la administración pontificia.

Síntesis biográfica

Fue educado por los jesuítas en Como, y estudió jurisprudencia en Roma y Nápoles. Urbano VIII lo nombró sucesivamente Protonotario, Presidente de la Cámara Apostólica, Comisario en Ancona, Administrador de Macerata y Gobernador de Picena.

Inocenio X lo hizo Cardenal-Diácono de Santi Cosma e Damiano el 6 de marzo de 1645, y un poco más tarde, Cardenal-Sacerdote de Cardinal-Priest Sant' Onofrio. Como Cardenal fue amado por todos a causa de su profunda piedad, caridad y generosa devoción al deber. Cuando fue enviado como delegado a Ferrara para auxiliar a la gente afectada por una severa hambruna, el papa lo presentó a la gente de Ferrara como el "padre de los pobres", "Mittimus patrem pauperum".

Ordenacion Sarcedotal

El 20 de noviembre de 1650, recibió la ordenación sacerdotal y la consagración episcopal, el 19 de enero de 1651. Después de retirarse durante algún tiempo en su ciudad natal, tomó posesión efectiva de su sede, en febrero de 1652. Con permiso del Papa en 1656 renunció como Obispo de Novara en favor de su hermano Giulio y fue a Roma, donde participó prominentemente en las consultas de las varias congregaciones de la que era miembro.

Cuando tomaba una decisión para bien de la Iglesia, no había nada que lo hiciera retroceder. Se considera que antes de llegar a ser Papa era más un administrador que un pensador. Esto no fue determinante. Si los actos más sobresalientes de su pontificado fueron provocados por el anhelo de administrar la Iglesia, de defenderla y de reformarla, su actuación apologética, aunque menos brillante, fue también de importancia profunda y duradera.

Papado

Elección

Fue un fuerte candidato para el papado después de la muerte de Clemente IX acaecida el 9 de diciembre de 1669, pero el Gobierno Francés lo rechazó. Después de la muerte de Clemente X, el Rey Luis XIV de Francia intentó nuevamente usar su influencia contra la elección de Odescalchi, pero viendo que los cardenales así como la gente de Roma estaban de acuerdo en su deseo de tener a Odescalchi como su papa, reticentemente instruyó a los cardenales del grupo francés a aceptar su candidatura. Después de un interinato de dos meses, Odescalchi fue unánimamente elegido papa el 21 de septiembre de 1676 y tomó el nombre de Inocencio XI.

Disputas con el Rey Luis XIV de Francia Todo el pontificado de Inocencio XI está marcado por una constante lucha contra el absolutismo del Rey Luis XIV de Francia. Ya en el año 1673, por su propio poder extendió el derecho del régale sobre las provincias de Languedoc, Guyenne, Provence, y Dauphiné, donde no había sido ejercido anteriormente, aunque el Concilio de Lyons en 1274 había prohibido, bajo pena de excomunión, extender el régale más allá de los distritos en que entonces se ejercía. Los obispos Pavillon de Alet y Caulet de Pamiers protestaron contra esta invasión real y en consecuencia fueron perseguidos por el rey. Fueron inútiles todos los esfuerzos de Inocencio XI para inducir al rey Luis a respetar los derechos de la Iglesia. En 1682, Luis XIV convocó a una Asamblea del Clero Francés en la que el 19 de marzo adoptó los cuatro famosos artículos conocidos como "Déclaration du clergé français". Inocencio XI anuló los cuatro artículos en su respuesta del 11 de abril de 1682 y rehusó su aprobación a todos los futuros candidatos episcopales que habían participado en la asamblea. Para apaciguar al papa, Luis XIV empezó a hacerse pasar por un fanático del Catolicismo. En 1685 revocó el Edicto de Nantes e inauguró una persecución de los protestantes.

Inocencio XI expresó su disgusto por estas drásticas medidas y continuó reteniendo su aprobación para los candidatos episcopales como lo había hecho hasta entonces. Irritó al rey aún más al abolir el muy abusado "derecho de asilo" en un decreto fechado 7 de mayo de 1685. Ejerciendo este derecho los embajadores extranjeros ante Roma habían podido alojar en sus palacios e inmediata vecindad a cualquier criminal que era buscado por la corte papal de justicia.

Inocencio XI notificó al nuevo embajador francés, Marquis de Lavardin, que no sería reconocido como embajador ante Roma a menos que renunciara a este derecho. Pero Luis XIV no se rindió. Encabezando una fuerza armada de aproximadamente 800 hombres Lavardin entró en Roma en noviembre de 1687, y tomó posesión de su palacio por la fuerza. Inocencio XI lo trató como excomulgado y puso en entredicho la iglesia de San Luis en Roma donde había asistido a los servicios el 24 de diciembre de 1687.

La tensión entre el Papa y el Rey fue aumentada aún más por el procedimiento seguido por el papa para llenar la sede arzobispal vacante de Colonia. Los dos candidatos para la sede eran el cardenal Guillermo Fürstenberg, entonces obispo de Estrasburgo y José Clement, un hermano de Max Emanuel, Elector de Baviera. El primero estaba a disposición de Luis XIV, y su nombramiento como Arzobispo y Elector de Colonia habría implicado preponderancia francesa en el noroeste de Alemania. José Clement no solo era el candidato del emperador Leopoldo I de Austria sino de todos los soberanos europeos, excepto el rey de Francia y su servil seguidor el rey Jacobo II de Inglaterra.

En la elección que tuvo lugar en Julio 19 de 1688, ninguno de los candidatos recibió el número de votos requerido. Por tanto, la decisión recaía en el papa, quien designó a José Clement como Arzobispo y Elector de Colonia. Luis XIV tomó revancha posesionándose del territorio papal de Aviñón, apresando al nuncio papal y apelando a un concilio general. Tampoco ocultó su intención de separar enteramente la Iglesia Francesa de Roma. Pero el papa permaneció firme. La subsecuente caída de Jacobo II de Inglaterra destruyó la preponderancia francesa en Europa y poco después de la muerte de Inocencio la lucha entre Luis XIV y el papado fue decidido a favor de la Iglesia. Inocencio XI no aprobó la imprudente manera en que Jacobo II intentó restaurar el catolicismo en Inglaterra. Repetidas veces, también, expresó su desacuerdo por el apoyo que Jacobo II dio al autocrático rey Luis XIV en sus hostiles medidas hacia la Iglesia. Después que se levantó el sitio, nuevamente Inocencio no escatimó esfuerzos para inducir a los príncipes Cristianos a auxiliar en la expulsión de los turcos de Hungría. Contribuyó millones de scudi al fondo de guerra turco en Austria y Hungría y tuvo la satisfacción de sobrevivir la captura de Belgrado el 6 de septiembre de 1688.

Leyes y decretos

Inocencio XI no estaba menos resuelto en preservar la fe y moral entre los clérigos y los fieles. Insistió en una completa educación y una vida ejemplar para los clérigos y los monasterios reformados de Roma, aprobó estrictas reglas concernientes a la modestia en el vestido entre las damas romanas, puso fin a la siempre creciente pasión por el juego suprimiendo las casas de juego en Roma y por un decreto del 12 de febrero de 1679, promovió la comunión frecuente y hasta diaria.

En su bula "Sanctissimnus Dominus", emitida el 2 de marzo de 1679, condenó sesenta y cinco propuestas que favorecían el laxismo en moral teológica, y en un decreto fechado el 26 de junio de 1680, defendió la Probabiliorism de Tirso González, S.J. Este decreto dió lugar a la controversia de si Inocencio XI tuvo la intención de que fuera una condenación del Probabilismo.


El redentorista Francis Ter Haar, en su obra: "Ben. Innocentii PP. XI de probabilismo decreti historia" (Tournai, 1904), sostiene que el decreto es opuesto al Probabilismo, mientras que August Lehmkuhl, S.J., en su tratado: "Probabilismus vindicatus" (Freiburg, 1906, 78-111), defiende la opinión opuesta. En un decreto del 28 de agosto de 1687, y en la Constitución "Cœlestis Pastor" del 19 de noviembre de 1687, Inocencio XI condenó sesenta y ocho propuestas Quietísticas de Miguel de Molinos. Inocencio XI fue tolerante hacia los jansenistas, aunque de ninguna manera compartió sus doctrinas.

Tumba de Inocencio XI

El proceso de su beatificación fue introducido por Benedicto XIV y continuado por Clemente XI y Clemente XII, pero influencias francesas y la acusación de Jansenismo hicieron que se abandonara. Su "Epistolæ ad Principes" fue publicada por Berthier (2 vols., Rome, 1891-5), y sus "Epistolæ ad Pontifices", por Bonamico (Roma, 1891).

Principales logros de su papado

Inocencio XI fue enemigo del nepotismo. Su atención se enfocó hacia la moralidad de la enseñanza religiosa. Se ocupó de la reforma de los dominicos de Toscana y Lombardía, y de las cistercienses de Polonia. Aprobó dos nuevas congregaciones y, en 1686, la regla de la Tercera Orden Franciscana.


Luchó, aplicando las leyes canónicas, contra la declaración del 10 de febrero de 1673, en la que Luis XIV extendió los privilegios temporales que concedían la rey la potestad de nombrar a los obispos para las sedes vacantes en las diócesis del mediodía que habían sido exceptuadas hasta entonces. Además, se adjudicó el derecho de nombrar a las abadesas de los monasterios y a los titulares cuando estaban vacantes las sedes episcopales. El último acontecimiento notable del pontificado de Inocencio XI fue la condenación de la escuela ascética llamada quietismo, promovida en el seno de la Iglesia por el hereje dogmatizante Miguel Molinos; el papa acabó por condenar sus doctrinas en la Bula Coelestis Pastor.


Muerte

En junio de 1689 el papa cayó gravemente enfermo y, después de haber recibido cristianamente los Últimos Sacramentos, murió después de haber gobernado la Iglesia durante casi trece años. Fue sepultado en San Pedro. Gozó de una reputación de santidad tal, que su causa fue introducida el 23 de junio de 1714, todavía en vida de Luis XIV. Finalmente, fue beatificado por el Papa Pío XII, el 7 de octubre de 1956.

Fuente