Insuficiencia hepática

Insuficiencia hepática
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La insuficiencia hepática es la incapacidad del hígado para llevar a cabo su función sintética y metabólica, como parte de la fisiología normal.

Formas reconocidas

Son dos las formas reconocidas:

  • Insuficiencia hepática aguda: desarrollo de encefalopatía hepática (confusión, estupor y coma) y disminución de la producción de proteínas (tales como la albúmina y proteínas de coagulación) en las cuatro semanas posteriores a la aparición de los primeros síntomas (como la ictericia) de un problema hepático. Se dice que la insuficiencia hepática "hiperaguda" se presenta si este intervalo es de 7 días o menos, mientras que se trata de una insuficiencia hepática "subaguda" si el intervalo es de 5 a 12 semanas.
  • La Insuficiencia hepática crónica: por lo general ocurre en el contexto de una cirrosis hepática que, a su vez, puede ser la consecuencia de muchas causas posibles, tales como la excesiva ingesta de bebidas alcohólicas, la hepatitis B o la C, causas autoinmunes, hereditarias y metabólicas, tales como la hemocromatosis (acumulación excesiva de hierro) o la Enfermedad de Wilson (acumulación excesiva de cobre) o una esteatohepatitis no alcohólica.

Clasificación

Se han utilizado diferentes clasificaciones para definir la IHF, tales como: a) La clasificación de Trey y Davidson, de 1970: la encefalopatía se desarrolla dentro de las 8 semanas de inicio de los síntomas, en ausencia de enfermedad hepática preexistente.

b) La clasificación de Bernuau y cols, de 1986: la encefalopatía se desarrolla dentro de las 2 semanas de iniciada la ictericia. La aparición de encefalopatía entre la 2ª y 12ª semana de ictericia, se denomina insuficiencia hepática subfulminante.

c) La clasificación de Gimson y col, de 1986: la encefalopatía se desarrolla dentro de las 8 semanas de iniciada la ictericia. La presencia de encefalopatía entre la 8ª y 24ª semana de ictericia se ha denominado "insuficiencia hepática de comienzo tardío".

Síntomas y diagnóstico

Una persona con insuficiencia hepática suele presentar ictericia, tendencia a sangrar, ascitis, alteración de la función cerebral (encefalopatía hepática) y una salud precaria generalizada. Otros síntomas frecuentes son cansancio, debilidad, náuseas y falta de apetito. Las manifestaciones clínicas por sí mismas ya son muy indicativas de la existencia de una insuficiencia hepática. Los análisis de sangre muestran una grave alteración de la función hepática.

Signos clínicos.

La insuficiencia hepática, término demasiado empleado, se encuadra dentro del marco de las disquinesias biliares.

Sus síntomas son los siguientes:

  • Trastornos digestivos tipo dispepsia: náuseas, hinchazón, alternancia de diarrea y estreñimiento.
  • Dolores “hepáticos” o simple molestia.
  • Son habituales las cefaleas.
  • A veces, se produce una intolerancia alimentaria con urticaria, prurito, etc.

Tratamiento.

El tratamiento dependerá de las causas y de las manifestaciones clínicas específicas. Generalmente se aconseja una dieta estricta. El consumo de proteínas se controla cuidadosamente: el exceso puede causar una disfunción cerebral; la carencia provoca una pérdida de peso. El consumo de sodio debe ser bajo para evitar la acumulación de líquido en el abdomen (ascitis). El alcohol está completamente prohibido, ya que podría agravar el daño del hígado.

Finalmente, la insuficiencia hepática es mortal si no se trata a tiempo, o bien si la causa se agrava. Aun con el tratamiento adecuado, puede resultar irreversible. En casos terminales, el paciente puede morir a causa de una insuficiencia renal (síndrome hepatorrenal), que aparece cuando el hígado ya no funciona. Un trasplante de hígado, si se practica en el momento oportuno, puede restablecer la salud, pero este procedimiento sólo está indicado en una minoría de pacientes con insuficiencia hepática.

Tratamiento higiénico - dietético

  • Suprimir las grasas, los alimentos y bebidas excitantes: alcohol, café, especias.
  • Evitar los excesos en la alimentación: eliminar las comidas copiosas y la hiperfagia.
  • Eliminar los alimentos que originan los dolores digestivos o las reacciones de intolerancia.

Bases para el tratamiento.

El tratamiento es el mismo que en el caso de las disquinesias biliares:

  • Drenar las vías biliares mediante coleréticos o colagogos.
  • Utilizar antiespasmódicos para luchar contra los dolores digestivos.

Medicina verde

Se podrían recomendar algunas de las plantas medicinales que ya se propusieron en el tratamiento de las disquinesias biliares. Entre las plantas coleréticas, tienen particular interés Boldo y Albura de Tilo, y dentro del grupo de plantas antiespasmódicas, utilizaremos Melisa y Milenrama.

Fuentes

  • Artículo consultado en: [1] el 16 de Septiembre de 2011
  • Artículo consultado en: [2] el 16 de Septiembre de 2011
  • Artículo consultado en: [3] el 16 de Septiembre de 2011
  • Artículo consultado en: [4] el 16 de Septiembre de 2011