Isaak Bábel

Isaak Bábel
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Escritor soviético
NombreBábel, Isaak Emanuílovich
Nacimiento13 de julio de 1894
ciudad de Odesa, Ucrania, Imperio ruso Bandera del Imperio Ruso
Fallecimiento27 de enero de 1940
ciudad de Moscú, República Socialista de Rusia, Bandera de la Unión Soviética Unión Soviética
Causa de la muertefusilamiento
ResidenciaMoscú
Nacionalidadrusa
Ciudadaníasoviética
Ocupaciónperiodista, escritor y dramaturgo

Isaak Bábel (Odesa, 13 de julio de 1894 - Moscú, 27 de enero de 1940) fue un escritor soviético de origen judío, pertenecía a la generación de escritores surgidos de la Revolución de Octubre. Sus relatos, de gran maestría literaria, beben de la literatura francesa, en especial del naturalismo, y los primeros fueron publicados bajo la supervisión de Máximo Gorki, aunque pronto se dejaron de publicar en su periódico debido a su tono erótico y agresivo.

Síntesis biográfica

Nació en Moldavanka, el barrio judío de Odesa (en Ucrania, provincia del Imperio ruso), en una familia de comerciantes con rabinos entre sus antepasados.

Historia de mi palomar (1926) y otros relatos breves que se suelen incluir hoy día entre los Cuentos de Odessa (por ejemplo en la versión castellana de Alianza editorial de 1972; traducción de José Fernández Sánchez) proporcionan valiosa información sobre sus primeros años.

Nos habla allí de la muerte de su abuelo Shoil, asesinado durante el pogromo de 1905 que conmovió la ciudad después del intento revolucionario de ese mismo año, y también de la indeleble impresión que le produce ese día la imagen de su padre implorando de rodillas a un oficial cosaco que intervenga contra la turba que asalta su tienda. Conocemos además las dificultades de los muchachos judíos para acceder a la instrucción, y cómo al fin pudo matricularse en la Escuela Comercial Nicolás I de su ciudad.

Sus estudios de francés le llevan a una honda admiración por Flaubert y Maupassant, y con quince años comienza a escribir relatos en ese idioma, aunque después reconoce que “los paysans y las digresiones me salían sin gracia; sólo los diálogos se me daban”. Es la época en que hace novillos huyendo de las lecciones de música que la familia le impone y vaga por el puerto, donde “las olas macizas del espolón le alejaban más y más de la casa con olor a cebolla y a suerte judía”. Los textos hebraicos le habían apartado de las diversiones de los chicos de su edad y empieza entonces a hacer travesuras. No obstante:

El arte de nadar resultó inadmisible. Me arrastraba al fondo la hidrofobia de todos mis antepasados: rabís españoles y cambistas francfortianos.

Años más tarde

En 1911, ante la imposibilidad de acceder a la Universidad de Odessa por los problemas por los que atravesaba, viaja a Kiev para estudiar en su Instituto de Comercio, pero en 1915 se encuentra ya en San Petersburgo tratando de sobrevivir como escritor. Sus creaciones son rechazadas hasta que se decide a acudir a Máximo Gorki (seudónimo de Alekséi Maksimovich Péshkov).

Años después Bábel reconoce:

Lo debo todo a aquel encuentro y hoy pronuncio el nombre de Alekséi Maksímovich con cariño y veneración. (...) El me enseñó cosas de extraordinaria importancia, y después, cuando se aclaró que mis dos o tres tolerables experimentos de adolescente habían sido una casualidad y que escribía asombrosamente mal, Alexéi Maxímovich me envió a que me mezclara entre el pueblo.

Esto es exactamente lo que hace Bábel entre 1917 y 1924, tiempo en que recorre Rusia como soldado, funcionario y periodista, viviendo en el frente y en la retaguardia toda la violencia de aquellos años.

Después habría de admitir:

Sólo en 1923 aprendí a expresar mis pensamientos de forma clara y sin explayarme mucho.

La mayor parte de los relatos por los que es conocido y que le valieron prestigio universal aparecen a partir de entonces en el plazo de unos años.

Trayectoria

Tras un sinfín de correcciones, los cuentos que constituyen Caballería roja se publican en forma de libro en 1926. Se trata de treinta y seis fragmentos no muy extensos en los que con aliento poético se narran experiencias del autor en el año 1920 en los campos de batalla de la guerra polaco-soviética, conflicto que a veces se considera un episodio de la Guerra Civil Rusa. Allí, Bábel, con el nombre de Kíril Vasílievich Liútov, que velaba su origen judío, participó como reportero en numerosos combates, englobado en unidades cosacas del I Ejército de Caballería de Semión Budionni.

Caballería roja contiene descripciones de extrema dureza en las que aflora todo el horror de la guerra y que recuerdan el Tarás Bulba de Gógol, pero lo que marca la obra sobre todo es cómo su autor consigue, haciendo uso de sus soberanas virtudes artísticas, transmutar estas vivencias en una aproximación literaria al problema universal de la violencia y la fascinación que ésta produce en las personas.

En el narrador de los sangrientos episodios que se desgranan en Caballería roja se reconoce al propio Bábel, el que en cierta ocasión se presentaba a sí mismo como un hombre con “lentes en la nariz y otoño en el alma”. Es un erudito poco dotado para el ejercicio físico, un joven versado en antiguas escrituras el que antes de enfrentarse al enemigo ha de hacer frente a los cosacos que ven en él más que nada un blanco risible para sus puyas. La integración del intelectual en el “grupo salvaje” exige una violencia ritual y esta es la que se nos muestra en el relato titulado Mi primer ganso.

Liútov, despreciado por los cosacos a cuya sección ha sido asignado, da muerte brutalmente a un ganso, que era el animal preferido de la patrona que los albergaba, y obliga a esta a que se lo ase. El efecto en los soldados que comen a lo lejos es milagroso: “Hermano ―se dirigió a mí de pronto Surovkov, el mayor de los cosacos―, siéntate con nosotros a catar esto, mientras se te dora el ganso”. Sin embargo, en las palabras que cierran el fragmento, reconoce que de noche, “mi corazón, en carne viva por el asesinato, crujía y sangraba”. La violencia que surge como un requisito para la admisión en un grupo deja paso después a la que enseñorea el campo de batalla, al atroz espectáculo de la muerte triunfante por la mano del hombre.

Los cuentos de Odessa

Suelen publicarse hoy día incluyendo los fragmentos autobiográficos, pero en su redacción original de 1931 presentaban sobre todo retratos de los hampones judíos que reinaban en la ciudad en los años anteriores a la revolución, hombres de una pieza como Benia Krik y Froim Grach, envueltos en un aura de leyenda, crueles y generosos. Bábel nos narra sus hazañas, sus amores y guerras, y cómo su dominio se eclipsa con la llegada del poder soviético.

El relato titulado Carlos-Yánkel describe en clave de humor las peripecias que rodean los primeros días de Yánkel, un niño judío al que su padre, un comunista ausente de la ciudad, había ordenado que se pusiera el nombre de Carlos “en honor al maestro Carlos Marx”. Cuando el padre llegó de improvisó, “desempañó al niño y comprobó su desdicha”. Todo se resuelve en descacharrantes escenas cuando se enjuicia al anciano Naftulá Guérchik, responsable de haber circuncidado al bebé.

Este se defiende argumentando que hace treinta años hizo lo propio con el fiscal y señalándole acusador, añade:

Hoy vemos que usted se hizo un hombre muy importante con el poder soviético, y que Naftulá no cortó, además de esa pequeñez, nada que después le habría hecho falta...

Se encuentra en este libro toda la ironía y la prosa excelsa del mejor Bábel, y conocemos en él un periodo decisivo de la historia de Odesa, la hermosa metrópoli del mar Negro, rusa y meridional, cosmopolita y judía.

Los años 30

Bábel publica menos y viaja con frecuencia, en varias ocasiones a París donde su esposa se había instalado en 1925. Las críticas arrecian sobre él mientras tanto, acusado de formalista y de baja productividad, y en su intervención en el congreso de escritores soviéticos de 1934 reconoce que se está convirtiendo en maestro de un género literario nuevo, el género del silencio. Tras la sospechosa muerte de Gorki en 1936, Bábel no ocultaba su preocupación, y sin tardar mucho, en 1939 desaparece en el caserón de la Lubianka, imputándosele complicidad con el “terrorismo trotskista” y espionaje para Estados Unidos.

Ejecución

En enero de 1940 fue fusilado en la prisión de Butirka (en Moscú). En esos años, Estados Unidos hizo circular la noticia de que había muerto en 1941 en un campo de trabajo en Siberia.

Todos sus archivos y manuscritos fueron confiscados sin que se haya vuelto a saber de ellos. Su obra completa, de la que existe una traducción inglesa reciente (Norton, 2006; trad. de Peter Constantine), incluye, aparte de esos libros, algunos relatos más, un diario, crónicas periodísticas, fragmentos incompletos, su correspondencia, guiones cinematográficos y un par de piezas teatrales.

En enero de 1954, poco después del fallecimiento de Stalin, fue exonerado de todos los cargos.

Fuentes