Jamaiquina (Tacajó)

Comunidad Jamaiquina en Tacajó
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Fachada de la sociedad de instrucción y recreo Juventud Renaciente..JPG
Fachada de la sociedad de instrucción y recreo Juventud Renaciente
Fecha:Década de los años 40
Lugar:Tacajó, Báguanos, Holguín
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba, Bandera de Jamaica Jamaica
Ejecutores o responsables del hecho:
Intregada por un grupo de personas de la raza negra que se establecieron en el batey.

Comunidad Jamaiquina en Tacajó. En la década de los años 40 se estableció en la Localidad de Tacajó la Comunidad Jamaiquina, intregada por un grupo de personas de la raza negra que se establecieron en el batey. Estaban organizados y se reunían para desarrollar actividades culturales propias de su idiosincracia. Gozaban de popularidad y en el intercambio con los nativos lograron una mezcla de culturas y costumbres que perduran hasta la actualidad.


Historia

En el batey azucarero de Tacajó se establecieron mayormente jamaiquinos que, aunque en un inicio fueron contratados como mano de obra de manera temporal, se establecieron definitivamente e incluso, fundaron un barrio al que nombraron Kingston. Como característica fundamental de este grupo poblacional, se debe mencionar la facilidad de asimilar las tradiciones de la cultura y su marcado interés por vincularse a los núcleos poblacionales cubanos, hecho que atentó contra la conservación de sus tradiciones y su identidad, a pesar de haber fomentado la creación de logias, iglesias y sociedades de instrucción y recreo.La United Fruit Company creó diferentes tipologías arquitectónicas , que le permitieron fundar diferentes barrios, Batey y Kingston, en Tacajó.

En estos barrios, los jamaicanos constituyeron comunidades semicerradas, que contribuyó a afianzar la identidad cultural de éstos. Crearon instituciones como el Britrish West Indian Welfare Center Young People Deparment (1945), logias como la Gran Orden Odd Fellows (1907), centros educacionales como el Colegio de Richard Jones.

Los jamaicanos hablaban inglés y un gran número de ellos tenían alguna instrucción, cuestiones éstas que les facilitaron obtener puestos más calificados dentro de la industria, y abandonar, de este modo, la dura faena agrícola. Las mujeres, por lo general, fueron amas de casa o se dedicaron a servir como domésticas en las casas de las familias adineradas

Desde el punto de vista de las relaciones matrimoniales esta inmigración se caracterizó por “una tendencia mayoritaria entre anglófonos, replicable en descendientes de primera generación, junto a una menor proporción de mezcla con cubanos, que se incrementa con el transcurso de los años” . Este tipo de relaciones contribuyó, en general, a la conservación étnica y, por consiguiente, cultural de estos inmigrantes.

Los jamaicanos prefirieron inicialmente cruzarse entre ellos para, de esta
manera, mantener su comunidad semicerrada y no permitir la influencia de elementos de otra cultura local, favoreciendo la perdurabilidad de sus tradiciones culturales. Posteriormente la mixtura étnica se fue imponiendo y aunque algunos descendientes mantuvieron este tipo de matrimonio, ya en la tercera generación se perdió totalmente la tradición, lo que facilitó el mestizaje cultural. Los integrantes de estas comunidades jamaicanas se consideraron una gran familia enlazada a través del lenguaje, el origen, las costumbres y las creencias religiosas, lo que favoreció a la relativa homogeneidad de sus rasgos étnicos, que permitieron conservar en Cuba múltiples elementos de su cultura tradicional

En el caso específico de la localidad de Tacajó, los inmigrantes jamaiquinos pertenecieron a la iglesia metodista y a la sociedad de instrucción y recreo, llamada Juventud Renaciente, ambas convertidas en el corazón de la vida sociocultural de estos pobladores.

Esta sociedad de instrucción y recreo poseía un reglamento que se ajustaba al código ético más exigente, sustentado en las normas de respeto por la disciplina social. En éste quedaba expresado el interés por la preservación de la cultura y la etnicidad de estos pobladores. Al respecto, los artículos 9 y 15 son de gran significación.

Ningún socio podrá, dentro de los salones, usar trajes indecorosos ni podrá proferir palabras obscenas o asquerosas, ni efectuar actos contrarios a la moral y buenas formas que en la Sociedad deben usarse. El socio que contraviniera este artículo será requerido por el vocal de turno y según sea la gravedad del caso le reportará esto a la Junta directiva, la que determinará la corrección que deba imponer o su expulsión si el caso lo requiere.

De esta manera, la Juventud Renaciente se preocupaba no solo por cuidar la imagen de sus miembros y hacer gala de los principios éticos y morales, sino que también enfrentaba el rechazo de la sociedad que los criticaba y marginaba. En tal sentido, esta sociedad de instrucción y recreo puede valorarse como el intento de los jamaiquinos por mantenerse unidos frente a la sociedad que los discriminaba. Con su estricto reglamento se trataba de poner a la Juventud Renaciente a la altura de las sociedades de instrucción y recreo de carácter burgués –entre ellas el Club Tacajó- que existieron en el pueblo. Sus miembros se destacaron por la disciplina y la calidad de las actividades culturales, recreativas y benéficas que desarrollaban.

Cultura

Representación del baile jamaiquino May PollIMG 0016.JPG
La Juventud Renaciente desarrolló de manera sistemática una amplia gama de actividades, agrupadas en tres categorías, sin perder su relación mutua: festivas, conmemorativas y de esparcimiento; deportivas; y de corte instructivo y benéfico. Entre las actividades que realizaron se encuentran los bailes de disfraces, representaciones teatrales, concursos, rifas, subastas; todas con el objetivo de incrementar los fondos de la sociedad. También se impartían charlas de salud, se desarrollaban funciones literarias y dramáticas, conciertos por las fiestas de fin de zafra y fin de año, veladas artísticas donde se mostraban algunos de sus bailes típicos como el cuadril y el may pole.

Deporte

Entre las actividades deportivas destaca la variante jamaicana del cricket, deporte difícil y un poco extenso que en sus inicios practicaban los inmigrantes antillanos. Por otra parte, las actividades de corte instructivo y benéfico fueron muy importantes. Dentro de ellas sobresale el Comité de Mujeres, encargado de desarrollar actividades con el fin de recaudar fondos para los más necesitados. Otras actividades las desarrollaban Miss Cook y Miss Beliz, quienes se encargaban de la instrucción dentro del Colegio Inglés.

Arte culinario

Sin embargo, es el arte culinario el que mayor protagonismo tenía entre éstos, pues, además de la fama de buenas cocineras que tenían las jamaiquinas, las comidas típicas estaban presentes en casi todas las actividades desarrolladas en la sociedad y en el Colegio Inglés. En estas comidas predomina la utilización de ingredientes como la leche de coco y el calalú, y eran muy comunes las recetas con pescado, quimbombó y mapén

Religión

Los jamaicanos radicados en Tacajó tuvieron el privilegio de asistir a la iglesia metodista Espíritu Santo, establecida en el barrio llamado Kingston, por iniciativa del inglés Sam y de Miss Belis –quien había ofrecido su casa para celebrar los cultos-. En el caso particular de los inmigrantes jamaicanos, éstos eran súbditos británicos que, en su mayoría- pertenecían a denominaciones protestantes y no se les impuso una nueva religión.

La iglesia Espíritu Santo, como institución, fue importante para estos inmigrantes. No sólo como espacio para manifestar sus concepciones religiosas, sino porque generó modelos de conducta, recursos de protección y, sobre todo, les sirvió para defender su identidad cultural.

Literatura

La transmisión de literatura oral a través del idioma inglés – idioma que prácticamente obligaban a aprender a sus descendientes, pues veían en este hecho una vía para un futuro empleo- también forma parte de las tradiciones de los inmigrantes jamaiquinos. Éste es un fenómeno que se gesta desde la familia, las relaciones sociales y la comunidad. Su fuerza creativa son claros avisos de las distintas formaciones y deformaciones de la cultura popular, pues las leyendas, mitos y proverbios son los valiosísimos documentos orales del pueblo, que indican y precisan los variados estratos culturales.

En general, la cultura de estos inmigrantes jamaiquinos tiene gran significación para la historia de la localidad. Sus comidas típicas, sus bailes, su modo de hablar, han logrado trascender hasta nuestros días, constituyendo una columna substancial de la cultura local.

Fuente

  • Freeman Silva, Yanelis. Estrategia de comunicación participativa dirigida al rescate de tradiciones....-2010.-Trabajo de Diploma (Licenciatura en Comunicación Social).Universidad."Oscar Lucero Moya", Holguín.2010