Joaquín Costa

Joaquín
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NombreJoaquín Costa
Nacimiento14 de septiembre de1846
Monzón, Bandera de España España
Ocupaciónpolítico, jurista, economista e historiador

Joaquín Costa. Político, jurista, economista e historiador español, nace en Monzón, Huesca el 14 de septiembre de 1846. Principal representante del Regeneracionismo, movimiento que pretendía cambiar la sociedad de su época siempre en busca del progreso, sin soluciones utópicas.

Síntesis Biográfica

Nace el 14 de septiembre de 1846 en Monzón, Huesca, España. Hijo de una familia campesina, pronto se trasladarán a Graus. Fue el primero de once hermanos y la costumbre alto aragonesa del mayorazgo le deparaba la recepción de la herencia familiar de la casa y, por tanto, la continuación con el trabajo de la tierra, como lo venían haciendo sus antepasados. Sin embargo pronto mostrará distintas inquietudes encaminadas hacia el estudio y el conocimiento.

Pese a su inteligencia y su interés por el saber, su educación fue trabajosa y con frecuencia interrumpida por las estrecheces económicas familiares. A mitad de siglo XIX el estudio tan solo estaba reservado a los jóvenes con mayores recursos económicos, mientras que la mayor parte de la población desde una edad muy temprana tenía que colaborar en la economía familiar o en otros casos no contribuir al gasto de la casa, por lo cual eran enviados a servir como criados sin sueldo a otras casas con una mejor posición económica, tan solo a cambio del alojamiento y el sustento.

Estudios

"Si no puedo estudiar, no quiero vivir."
"Mi afición a los libros era desmesurada... Éste me decía fraile porque siempre estaba en casa con mis libros; el otro me decía afanoso porque me dolía el tiempo de comer."
Joaquín Costa diario personal

Sus primeros estudios los inicia en la cátedra de Latinidad de Graus. Por su obstinación en el estudio fue enviado inicialmente a Zaragoza, pero al no poder hacer frente a su sustento, su familia lo envió a Huesca en 1863. Allí entró a servir como criado en la casa de un familiar lejano, Hilarión Rubio, arquitecto provincial de Huesca donde estudiaba magisterio y bachillerato en el Instituto de Huesca. En 1866 funda el Ateneo de Huesca.

Los oficios que debía desempeñar le resultaron todavía más duros cuando le comenzaron a manifestar los primeros síntomas de una distrofia muscular progresiva que le iba a impedir desarrollar trabajos manuales de gran esfuerzo y que le causaron continuos sufrimientos durante el resto de su vida. Sin embargo, el conocimiento de distintos oficios artesanos le sirvió para ir a la Exposición Internacional de París en 1867 como 'artesano discípulo observador'.

En su estancia parisina Costa quedó impresionado por la ciudad y por poder observar de primera mano todos los adelantos de la época, que no podían ni siquiera imaginarse en su tierra natal altoaragonesa. Desde ese momento hasta el final de sus días le obsesionará la idea del progreso y pretenderá el acercamiento de España con respecto a los otros países europeos y norteamericanos más desarrollados.

Como resultado de esta visita a París, Costa participará en 1868 en la Exposición Aragonesa contando todos los nuevos ingenios mecánicos que se comenzaban a desarrollar en los países más evolucionados y publicará su primer libro: Ideas apuntadas en la Exposición Universal de 1867 para España y para Huesca (1868).

Los sucesos de aquellos años y la enfermedad encaminarán definitivamente hacia el estudio a Costa y en la Escuela Normal de Huesca obtendrá los títulos de maestro y de agrimensor en 1869. Marcha a Madrid, para continuar estudios universitarios.

Costa Universitario

Ya en Madrid, Joaquín Costa se doctora en Derecho en 1874 y en Filosofía y Letras en 1875.

Nombrado oficial letrado, ocupó plaza en Cuenca y posteriormente en Huesca. Durante estos años redactará obras relacionadas con sus estudios universitarios Cuestiones celtíberas: religiones, Organización política, civil y religiosa de los celtíberos y Derecho consuetudinario del Alto Aragón.

En su primera estancia madrileña simpatizó con las ideas filosóficas krausistas, defendiendo la tolerancia académica y la libertad de cátedra frente a la cerrada Universidad de la época, muy dogmática e influenciada por la Iglesia Católica. Los profesores afines a estas teorías fueron apartados de la Universidad.


El espíritu de la pedagogía krausista en España se plasmará con la Institución Libre de Enseñanza fundada por Francisco Giner de los Ríos en 1876. Inicialmente estuvo centrada en los aspectos de la enseñanza universitaria, pero pasa pronto a dedicarse con mayor empeño a la enseñanza primaria y secundaria. En la I.L.E. se pretendía la reforma social a través de la enseñanza. Se postula la libertad de la ciencia y el libre examen, la tolerancia y el respeto mutuos, el intercambio con los países europeos, la secularización de la vida, en oposición al trabajo docente de las órdenes religiosas. Además se abren nuevas vías pedagógicas, con una idea de educación activa integral frente a la enseñanza memorística.

Joaquín Costa pertenecerá a su Junta Facultativa y su aportación como pedagogo y jurista será muy importante en los años fundacionales. Dirige el Boletín durante tres cursos, y una parte de su obra científica está publicada en él.

Costa mantuvo constante su actividad académica, pero su dedicación profesional fue la de jurista y escribió diversos tratados sobre derecho, especialmente aragonés, en un momento en el que estaban en pleno auge los foralistas. Estos son los especialistas del derecho foral aragonés que defienden su mantenimiento y la distinción de los aspectos peculiares sobre el Código Civil español. Los foralistas más importantes que preceden a Joaquín Costa son Luis Franco y López y Felipe Guillén y Caravantes.


La concepción teórica del Derecho por Joaquín Costa entronca con la libertad civil, la costumbre y los fueros aragoneses, valorados como manifestación directa de la soberanía popular.

El derecho aragonés y Costa

Costa fue partidario de la codificación del Derecho civil, y en particular de la del Derecho aragonés que, en su pensamiento, debía servir de arquetipo para un Código civil español verdaderamente nacional. Las bases para este muevo Código Civil serán la libertad civil y el reconocimiento de la costumbre.

Alguna de sus ideas legislativas quedaron expuestas en el Congreso de Jurisconsultos Aragoneses celebrado en Zaragoza entre 1880 y 1881. Esta fue la reunión de juristas que mayor impulso dio al Derecho aragonés en el siglo XIX.

El éxito del Congreso fue abrumador, acudiendo los juristas aragoneses más importantes de la época: Gil Berges (presidiendo el Congreso), Bienvenido Comín, Martón y Gavín, Guillén y Carabantes, Ripollés, Escosura, Sasera, Isábal, Casajús... y, por supuesto, Joaquín Costa. Las extensas conclusiones del Congreso publicadas por Costa sirvieron de orientación durante decenios para la práctica del derecho civil en Aragón y, sobre todo, para las tareas preparatorias del Apéndice aragonés, que se iba a aprobar definitivamente en 1925.

Costa político

Sin abandonar nunca sus labores académicas y juristas, poco a poco Joaquín Costa se irá introduciendo en los círculos políticos e irá adquiriendo una mayor influencia. En todos sus estudios tratará siempre de encontrar las razones del atraso estructural español y propondrá soluciones en la búsqueda del progreso

Una de las líneas de pensamiento que siguió durante los años ochenta fue la de la participación española en el movimiento colonial. Probablemente se inició por la incertidumbre que existía en aquel momento por la situación de las provincias españolas en ultramar.

Su posición en contra de la esclavitud quedará clara con su participación en mítines y conferencias africanistas y abolicionistas, siguiendo con el espíritu liberal y antiesclavista de Isidoro de Antillón.

Dirigió en 1883 el Congreso Español de Geografía Colonial y Mercantil, y ejerció gran influencia en la Sociedad de Africanistas y Colonistas, que evolucionó hasta convertirse en la Sociedad de Geografía Comercial, cuya Revista fundó y redactó casi por completo él solo.

En la década de los noventa Joaquín Costa se planteará el pasar a la acción en el campo de la política para poder plasmar sus ideas. El salto al plano político lo intentará desde su tierra natal altoaragonesa. Su idea es aplicar en Aragón en primer lugar las políticas que deberían aplicarse al conjunto de España para salir de su letargo.

Su primera iniciativa es la fundación en 1891 junto a su tío de la Liga de Contribuyentes de Ribagorza. Esta Liga se amplía posteriormente, pasando a denominarse Cámara Agrícola del Alto Aragón.

La Liga se convertirá en un instrumento para la proyección política de Costa, candidato a las elecciones provinciales de 1892, a las municipales de Graus de 1893 y a las generales de 1896 por Barbastro. Sin embargo fracasará en el intento de movilización política del Alto Aragón, debido al sistema político de turnos de la Restauración y sobre todo al régimen caciquil que lo mantenía.

Su falta de éxito no le hizo desistir y, a raíz del desastre de 1898, creó la Liga Nacional de Productores para seguir promoviendo sus planes de reformas agrarias, municipales, económicas y administrativas.

Últimos años y muerte

Mausoleo erigido a Joaquín Costas en el Cementerio de Torrero de Zaragoza.

En los últimos años de su vida, enfermo y desengañado, se retira a Graus donde residirá definitivamente desde 1905.

Su quebrantada salud fue una de las mayores razones de su renuncia, aunque profundas diferencias con las líneas políticas adoptadas por Salmerón y la constante irritación de sentir que, producto del caciquismo, los votos no reflejaban verazmente la voluntad popular, fueron otros tantos argumentos para su retorno a las raíces.

Pese a su alejamiento voluntario de la política nacional, Costa continúa teniendo una gran influencia en la opinión pública de todo el país. Todavía realizará en 1908 su último informe acerca del proyecto de ley llamada del terrorismo de Maura.

Los asuntos de los que se encargará afectarán sobre todo a Aragón y serán publicados principalmente en El Ribagorzano, editado en Graus por la Liga de Contribuyentes de la Ribagorza desde 1904. Su existencia se vería prolongada hasta el año 1931 y a lo largo de sus páginas se muestra la influencia del pensamiento costista.

En los últimos años de su retiro preparaba una novela, Soter, en la que quizá hubiera logrado la síntesis de su ideología. Sin embargo la novela no ha pasado del estadio de notas sueltas ya que Joaquín Costa murió en Graus el 7 de febrero de 1911, la villa que conocía desde los seis años, en que su familia allí se estableció, y a la que volvió sus últimos días.

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