Joaquín L. Dueñas y Pinto

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Joaquín L. Dueñas y Pinto
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Dr. J. L. D. y Pinto (Small).JPG
Destacado pediatra cubano.
Nacimiento4 de julio de 1859
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento6 de diciembre de 1910
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
ResidenciaCubana
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
TítuloBachiller en Artes en 1873, obtuvo el título de Bachiller en Medicina y Cirugía en 1878, e hizo su grado de Doctor en Medicina y Cirugía en 1881.
HijosJosefina Dueñas
PadresJoaquín Andrés de Dueñas
Obras destacadasTratado Enciclopédico de Pediatría de Pfaundler y Schlossmann (1909), El cerebro ante la ciencia moderna, Sobre las fiebres reinantes y La alimentación de los niños en Cuba.

Joaquín L. Dueñas y Pinto. Su personalidad científica rebasó los límites del campo pediátrico nacional. Fue miembro de honor de la Sociedad de Pediatría de París y ponente en diversos congresos internacionales. Ocupó en casi todos ellos cargos de presidente o secretario de las secciones de pediatría.

Maestro de pediatras cubanos y fundador del Servicio de Pediatría del Hospital “Número Uno” de La Habana (1900), actual Hospital Universitario General Calixto García. Es considerado uno de los primeros grandes pediatras cubanos, escribió los capítulos sobre "Dengue" y "Muermo" en el famoso "Tratado Enciclopédico de Pediatría" (1909) de los profesores Schoessmann y Pfaundler.

Síntesis biográfica

Nació en La Habana el 4 de julio de 1859, siendo su padre el ilustre educador don Joaquín Andrés de Dueñas.

Se graduó de Bachiller en Artes en 1873 y en 1878 obtuvo el título de Bachiller en Medicina y Cirugía. Recibió su Licenciatura dos años más tarde y en el mes de diciembre de 1881 hizo su grado de Doctor en Medicina y Cirugía. Desde el momento de su graduación el doctor Dueñas inició una labor científica extensa que mantuvo a través de su vida.

Trayectoria científica

Durante los primeros años de médico se interesó particularmente en el estudio de la Neurología, contribuyendo con diversos aportes importantes a esta rama de la medicina. También realizó estudios sobre ciertos tópicos dentales y demostró un vivo interés por la Antropología. En este sector su trabajo: "Los parecidos faciales" fue comentado favorablemente por diversas autoridades nacionales y extranjeras, debiendo citar entre estos últimos al destacado sabio francés Charles Robert Richet.

Ya por el año 1884 aumenta su interés por el estudio de las enfermedades infecciosas en el cual iba a alcanzar más tarde un particular relieve científico. A partir de 1891 sus trabajos se dirigen casi exclusivamente hacia el campo de la pediatría continuando sus observaciones brillantísimas sobre enfermedades infecciosas y haciendo repetidas contribuciones al siempre importante tema de las diarreas infantiles. También se ocupó el doctor Dueñas de la alimentación del lactante en los trópicos: de las pielitis, las pleuresías, la etiología de la tuberculosis infantil, etc.

Experiencia profesional

El doctor Dueñas fue nombrado colaborador de los Archivos Italianos de Pediatría por el profesor Soma, su director; fue invitado a participar en el Mitin de la American Medical Association, en Boston, en el año 1906, y para cerrar con broche de oro este brillante historial fue electo miembro de número de la Sociedad Pediátrica de París pocas semanas antes de su muerte.

Su extraordinaria competencia en el importante campo de la Epidemiología queda ilustrado por una larga lista de contribuciones: sus brillantes conceptos sobre las fiebres reinantes presentados en la memorable sesión del 17 de agosto de 1893 a Estudios Clínicos precedieron en varios meses a los trabajos de Achard y Besaudé sobre las fiebres paratíficas. Su brillante monografía sobre el diagnóstico de la fiebre amarilla es un aporte valioso al estudio de la citada enfermedad.

Señaló además el doctor Dueñas los inconvenientes de uso exagerado de la quinina, que prevalecía en aquella época. Por su gran capacidad en el terreno epidemiológico fue llamado para formar parte de la Comisión Nacional de Salubridad y seleccionado en los EE.UU como miembro de la Comisión Americana de Fiebre Amarilla, presidida por el coronel Lee.

Durante sus años de exilio en los EE.UU., obtuvo la licencia para ejercer la profesión en el estado de la Florida primero y en de Pennsylvania después. De vuelta a la patria, además de la exigencia de atender una numerosa clientela, el doctor Dueñas desempeñó diversas plazas en los servicios públicos.

Fue médico del hospital Las Ánimas en 1899 y 1900. Médico Visitante de la Escuela Industrial de La Habana para niños huérfanos, de la Sala de Niños del Hospital No. 1 y del Dispensario "Tamayo".

Por su gran prestigio científico y profesional fue llamado en diversas ocasiones para formar parte de tribunales para la provisión de cátedras o la adjudicación de premios en la Universidad de La Habana.

Para completar tan extensa hoja de servicios y demostrando una vez más su condición de hombre superior que avanzaba sobre su época en conocimientos, el doctor Dueñas contribuyó de una manera importantísima a la formación del primer Colegio Médico en el país y se preocupó debidamente de los problemas sociales de la infancia, como lo demuestra su trabajo en el Servicio de la Inspección Médica Escolar de La Habana.

De toda esta labor prolija y fecunda se deduce que hay que coincidir con el doctor Grande Rossi en que:

Dueñas no poseía una cualidad que sobresaliera sobre las otras pues todas eran igualmente notables en el ilustre especialista.

Muerte

La muerte prematura de Dueñas el 6 de diciembre de 1910, en una etapa quizás la más activa de su vida científica fue una pérdida irreparable para la pediatría cubana, como dijera en una oración a su memoria el doctor Jesús Alfredo Figueras, nuestro compañero de curso, a la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana en abril de 1911:

Los niños de Cuba han perdido a su mejor amigo, la medicina cubana está de duelo.

Su desaparición será, no obstante el tiempo, siempre llorada; como dijera el doctor Montané en feliz frase:

¡ Dichoso él ! Su nombre figurará al lado de los inolvidables, de don Nicolás Gutiérrez, Torralbas, Felipe Poey, los Mestre, Montalvo y otros, que son timbres de gloria para la patria!

Publicaciones

Entre sus publicaciones más brillantes debe destacarse su trabajo sobre la relación entre el escorbuto y las anemias perniciosoides refractarias en el niño. Que años después ha sido revivido por los interesantes trabajos de D' Amato, en Italia y de Suelzer y May, en los EE.UU los cuales han demostrado que, efectivamente, la carencia de vitamina C interviene en la producción de anemias megaloblásticas en el niño.

La envergadura de las publicaciones del doctor Dueñas queda perfectamente demostrada, por el tipo de las revistas en que aparecieron muchos de sus trabajos, siendo colaborador asiduo de los Archivos de Pediatría de New York y de los Archivos de Pediatría de Buenos Aires. Muchas de sus publicaciones locales que vieron la luz en la Crónica Médico Quirúrgica, Revista Médica Cubana y Revista de Medicina y Cirugía, fueron reproducidas o comentadas por diversas autoridades americanas y europeas.

Su reputación científica queda consolidada cuando en el año 1907 fue seleccionado para desarrollar los capítulos de Dengue y de Muermo en el Tratado Enciclopédico de Pediatría de. Pfaundler y Schlossmann Esta contribución del doctor Dueñas fue de un valor extraordinario pudiendo decirse que los capítulos por él escritos constituyen verdaderas joyas de la Clínica Pediátrica aún en la actualidad.

El entusiasmo científico de Joaquín Dueñas no se limitó a la publicación de numerosísimos trabajos y a la presentación de un número también considerable de conferencias; realizó, además, una labor extraordinariamente activa en diversas sociedades científicas y contribuyó también al desarrollo de diversas revistas médicas. Fue miembro prominente de la Sociedad Antropológica de Cuba y de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana, ostentando en ésta el cargo de Secretario, al que fue reelecto en dos ocasiones.

Es preciso pues, concebir la historia médica del doctor Joaquín L. Dueñas, primero por su dedicación todavía no definitiva hacia la Clínica Infantil y en la que sus trabajos neurológicos fueron importantes, como por ejemplo: El cerebro ante la ciencia moderna, ¿El volumen y forma del cerebro están siempre en relación con el grado de inteligencia del individuo?, Afasia, Los parecidos faciales, etc.

Otra fase francamente del estudio y trabajo epidemiológico que aclara entre nosotros conceptos equivocados como lo fueran por ejemplo su contribución al estudio clínico de las diarreas infantiles, su monografía sobre las fiebres paratíficas, Sobre las fiebres reinantes, su estudio sobre la tuberculosis infantil y su diagnóstico, los exclusivamente dirigidos a modificar la dietética del niño en nuestro país: La alimentación de los niños en Cuba; al lado de las ya mencionadas deficiencias alimenticias como hemos ya expuesto; al considerar su estudio sobre las enfermedades de Barlow; todo ello de importancia es verdad que relativa en relación con el momento actual, pero algunas que sentaron bases y dieron, desde luego, a su personalidad toda la importancia que adquiriera no solamente dentro del país, sino en el extranjero.

Fuentes