José Eugenio Moré de la Bastida

José Eugenio Moré
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Importante y acaudalado empresario del Siglo XIX
NombreJosé Eugenio Moré de la Bastida
Nacimiento15 de noviembre de 1807
Santa Marta, Bandera de Colombia Colombia
Fallecimiento6 de Octubre de 1890
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadBandera de Colombia Colombia
OcupaciónEmpresario
Conocido porEmpresario leal a España, defensor de la esclavitud y presidente del Ferrocarril de Sagua la Grande
TítuloTítulo de Conde de Casa Moré
Partido políticoPartido Unión Constitucional
CónyugeMaría de las Mercedes de Ajuria y Munar
PadresVicente Moré y María Magdalena de la Bastida


José Eugenio Moré de la Bastida: Fue uno de los hombres más influyentes en la Jurisdicción de Sagua la Grande durante la segunda mitad del Siglo XIX. Llegó al territorio en 1855 y en pocos años pasó a ser uno de los individuos más poderosos que jamás han pasado por la ciudad. Fue presidente de la junta del Ferrocarril de Sagua la Grande desde la fundación de la empresa en 1855, hasta su muerte en 1890, y es considerado la figura que más contribuyó al esplendor alcanzado por la misma. Fue dueño además de 7 productivos ingenios y el constructor de los primeros almacenes y muelles dedicados por entero al comercio de azúcar y sus derivados en el puerto de Isabela de Sagua. También contribuyó con importantes obras al engrandecimiento de la ciudad de Sagua la Grande y del país.


Síntesis biográfica

Nació el 15 de noviembre de 1807 en la ciudad de Santa Marta, en el antiguo reino de Nueva España, Colombia. Era hijo de don Vicente Moré y Rodrigo, teniente coronel del Ejército Español en Nueva Granada, regidor alférez real del Ayuntamiento de la ciudad de Santa Marta, caballero de la Orden de Isabel la Católica y de doña María Magdalena de la Bastida Guzmán y Zafriño. Cuando comenzaron las luchas que produjeron la pérdida del gran Imperio colonial de España en América, Moré padre, distinguido militar y leal defensor de los intereses de sus reyes, no quiso tomar parte en el movimiento separatista, por lo cual emigró de su país. El buque en el que abandonó voluntariamente su tierra natal naufragó, y en el siniestro pereció una de sus hijas. Los náufragos fueron recogidos por un buque de guerra que los condujo a Puerto Bello, Panamá. Un hermano delteniente coronel don Vicente, que era arcediano de la Catedral de Santa Marta, les facilitó los medios para que pudieran volver a la ciudad, donde se había restablecido la autoridad de España. Una segunda insurrección señaló otra era de persecuciones para los defensores de España, causa por la que el pundonoroso militar Moré sufrió una dura y penosa prisión, en la que le acompañó su hijo, el niño José Eugenio. Poco después, el gobierno de Nueva España lo expulsó del país y le fueron confiscados todos sus bienes. La familia Moré llegó hasta Santiago de Cuba en 1820, donde el cabeza de familia falleció años más tarde.

Al borde de la miseria, don José Eugenio Moré y de La Bastida, tuvo que colocarse en Santiago de Cuba como dependiente de una casa de comercio en la que adquirió grandes conocimientos. Hacia 1833, se trasladó a La Habana donde hizo uso de las habilidades adquiridas e ingresó como empleado en la casa de Ferrán y Compañía, en cuyos negocios, graciasa su inteligencia y actividad, tuvo al poco tiempo una discreta participación. Ese constituyó el principio de su gran fortuna. Poco tiempo después, el 18 de mayo de 1842, contrajo matrimonio en la parroquia del Pilar, La Habana, con doña María de las Mercedes de Ajuria y Munar, quien fue condecorada años más tarde con la Orden de Damas Nobles de la Banda María Luisa. Era hermana de Manuel y Ramón, sus asociados en un negocio de ferretería, que se llamaba “Moré, Ajuria y Compañía”.

Después de la muerte de su padre, José Eugenio Moré se trasladó a La Habana, en 1833, con el objetivo de aprender los secretos del oficio comercial y 20 años después descuella como gerente y socio principal de su propio negocio, la Casa Comercial Moré, Ajuria y Compañía (1855), en unión de su cuñado Ramón de Ajuria Munar.

Un año después sus negocios se extendieron a Sagua la Grande, donde estableció sus oficinas comerciales y en 1873 hizo construir una lujosa residencia de estilo neoclásico, diseñada en Paris, dotada de vitrales de Florencia, Italia.

En interés de sus negocios se convirtió en principal accionista y presidente del Ferrocarril de Sagua la Grande, construido entre 1856 y 1857. Fue dueño de los ingenios Santísima Trinidad, Indio, San Isidro Labrador, San Jacinto, Pepilla y Abreu; y de los potreros Santa Susana, Manzanares, San Julián y La Granja; tuvo también un importante crédito sobre el ingenio Redención. Moré estableció en sus dotaciones cementerios de esclavos, ordenados barracones, capillas, y sobre todo, se destacó por la crueldad y los castigos brutales que les imponía. Además tuvo una refinería de petróleo, varios almacenes de depósito, entre ellos en Regla y Concha en La Habana, y otras propiedades urbanas. Su fortuna ascendió a unos nueve millones y medio de pesos, más del 50 por ciento de la cual ya tenía en [[España, en 1885.

Ascenso a la élite colonial

José Eugenio Moré pasó a primer plano tras la muerte a consecuencia de la caída de un caballo del poderoso esclavista y negociante Julián de Zulueta y Amondo, quien amasó una gran fortuna y poder político en Cuba que le granjeó influencia en la metrópoli española.

Zulueta, integrista recalcitrante y enemigo de la independencia de Cuba, era coronel del Cuerpo de Voluntarios, Presidente del Casino Español de La Habana, del Círculo de Hacendados y del partido Unión Constitucional, estas últimas dos entidades fundadas en 1878 por representantes de la gran burguesía industrial comercial (azúcar, tabaco, importantes almacenistas).

José Eugenio Moré, recibió el título de Conde de Casa Moré, creado por el rey Alfonso XII de España, en 1879, y la Corona lo premió con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Comendador de la de Carlos III y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar.

Designado también Senador del Reino por la provincia de la Habana (1879, 1884, 1886 y 1890), fue miembro de mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País, Consejero de Administración en la sección de Hacienda de la Isla de Cuba y coronel del I batallón de Cazadores en la plaza de la Habana.

En 1876 había contribuido con una fuerte suma a la creación del Banco Hispano colonial, destinado a la financiación de la campaña militar en la última fase de la Guerra de los Diez Años (1868-1878).

Moré y Ajuría

Moré contrajo matrimonio en la Habana, en 1842, con María Mercedes Ajuria y Munar, hija de Jorge de Ajuría Echezárraga, originario de Vizcaya, emigrado a Cuba a principios del siglo XIX, y de Mariana Marta de Munar y de la Vega, habanera, hija de un coronel de los Reales Ejércitos y Oficial del Ministerio de la Marina.

Falleció, sin hijos, en su residencia habanera, el 8 de octubre de 1890. Su viuda heredó sus bienes y al frente de sus negocios en Las Villas quedaron sus cuñados y sobrinos.

El apellido Moré se difundió con los descendientes de sus antiguos esclavos y se conservó trasmitido principalmente por las madres, por falta del reconocimiento paterno en uniones sin legalizar.

Otras acciones y obras

José Eugenio Moré fue coronel del primer batallón de cazadores de la plaza de La Habana, miembro de mérito de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, Gentil hombre de cámara de Su Majestad, Caballero de la Orden de Isabel la Católica, y comendador de la Orden de Carlos III. Por su lealtad incondicional a España, desempeñó un importante papel como fundador y dirigente del integrista Partido Unión Constitucional. En 1879, un año después de terminar la campaña libertadora de 1868 – 1878, le fue concedido el título honorífico de Conde Casa Moré como una consideración de la corona española a su lealtad. El nombramiento acabó por convertirle en una destacada personalidad política y económica de Cuba durante gran parte de la segunda mitad del siglo XIX. Este importante y acaudalado empresario no limitó sus acciones a Sagua la Grande. No era solo el presidente de la compañía ferroviaria local, el dueño de los 7 ingenios ya referidos, de los muelles y la tonelería de Isabela de Sagua y el amo de los enormes potreros Santa Susana, Manzanares, San Julián y la Granja. Era propietario de una refinería de petróleo y poseía un fuerte crédito sobre el ingenio Redención, ubicado en el partido judicial de Bahía Honda. Era además propietario de un alambique cercano a Regla y tenía otros almacenes de depósito, también en Regla, entre otras destacadas posesiones. En la década de 1880 fundó en Camagüey el Banco Agrícola de Puerto Príncipe, entidad que se mantuvo vigente hasta los primeros años de la República y fue uno de los principales accionistas del Banco Hispano Colonial. Fue presidente del centro de la Propiedad Urbana y el Círculo de Hacendados de La Habana desde 1886, pero es especialmente recordado por ser el fundador de la primera Escuela de Agricultura cubana, en la que invirtió más de 200 mil pesos de su peculio personal. Esta escuela fue acogida con gran entusiasmo por el Círculo de Hacendados, pues vino a satisfacer la necesidad de mejorar el decadente sistema agrícola cubano, tan urgente entonces por la proyectada abolición de la esclavitud que iba a restar brazos a la agricultura. A su muerte dejó una fortuna valorada en más de 7 millones de pesos de la época.

Fuentes