José Manuel Espín

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NombreJosé Manuel Espín y Garriga
Nacimiento9 de septiembre de 1864
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento13 de octubre de 1919

José Manuel Espín y Garriga: Doctor en Medicina que colaboró con la in­dependencia de Cuba para combatir al gobierno español. Consagró su vida a tres ideales: la Patria, la Ciencia y el Hogar.

Síntesis biográfica

Nació en Santiago de Cuba, el 9 de septiembre de 1864; sus primeros años los vivió en su ciudad natal, pero bien pronto tuvo que abandonarla, porque eran perseguidos y algunos perdieron la vida, co­mo sucedió con su tío Rafael Espín, Dr. en Medicina, que, según las crónicas, fue vilmente asesinado por las tropas españolas.

De Santiago se trasladó a Kingston Jamaica don­de ingresó en el Hospital como practicante, comenzan­do allí sus estudios médicos, pasando más tarde a New York, donde después de varios años de estudios, ter­mina su carrera graduándose de Doctor en Medicina.

Durante su permanencia en la gran ciudad, donde se conspiraba por la Independencia de Cuba, el Doctor José M. Espín, junto con su hermano Luis, también Doctor en Medicina, tomaba parte activa en todas las expediciones que se formaban para venir a combatir al gobierno español. Cuando la guerra Hispano Ame­ricana, el Dr. Espín ingresa en las filas del Ejército americano y viene a Guantánamo como oficial del Cuerpo de Sanidad Militar. Una vez terminada la guerra, y durante la primera Intervención, es nombrado por el General Leonardo Wood, de grata recordación, Pre­sidente de la Junta de Educación, y los que conocen la significación que este puesto tiene en la nación ame­ricana, se darán cuenta del alto concepto que de él te­nía el General, porque allí sólo las personas muy ho­norables, que gozan de altos prestigios, son las elegidas para desempeñar dicho cargo.

Como presidente de la Junta de Educación, el Dr. José Manuel Espín laboró en pro de la enseñanza popu­lar, porque estimaba, y así lo dio a conocer en muchas ocasiones, que solo la educación hace feliz a los pue­blos, y que Cuba como República, debía tener el me­nor número de ciudadanos analfabetos.

En Guantánamo ejerció la profesión, habiendo de­jado en la villa del Guaso un recuerdo imperecedero entre la clase menesterosa, pues muchas fueron las atenciones que prodigó, y ellas supieron apreciar las bondades de su corazón y los elevados sentimientos de su alma. Al inaugurarse la República Cubana, no obstante las ofertas del gobierno americano para que se queda­ra en el ejército, él las rechazó, prefiriendo quedarse en la patria libre, viniendo a Santiago y ocupando el puesto de Médico Municipal; más tarde, Inspector Médico de Sanidad, en el cual dio a conocer su amor a la Hi­giene, rama de la medicina a la cual muy pocos Médi­cos en Cuba se dedican especialmente. Cuando la epi­demia de Peste bubónica, fue comisionado por el go­bierno cubano, para ir a Haití, siendo felicitado por sus gestiones.

Desempeñó el cargo de Cónsul en Baltimore (U.S.A,). Vuelve a Cuba y es nombrado por la Secretaría de Sanidad como Inspector especial de las provincias de Oriente y Camagüey, en este nue­vo puesto despliega con gran celo, una campa­ña efectiva contra la Lepra, facilitando la manera de que sean conducidos al Lazareto de la Habana los le­prosos; además, consigue que las compañías mineras y azucareras dediquen cantidades de dinero a la higiene de los campos en que radican.

Todas las enfermedades tropicales y especialmente el Paludismo, la Filariosis, la Fiebre amarilla, fueron objeto de particular estudio; por su labor, fue llamado a ocupar un alto puesto en el Laboratorio Nacional, dedicándose al estudio de la Bacteriología.

Particularidades

Padre amantísimo, amigo sincero, compañero ca­riñoso, inteligente y modesto, ciudadano ejemplar, Masón intachable, la Respetable Logia Humanidad recuerda su labor tesonera, desde la Primera Vigilan­cia en bien de la Masonería Universal. Siempre hablaba de sus proyectos para el porvenir de sus hijos, sobre la estabilidad de la República Cu­bana, y decía:

"yo he vivido mucho tiempo con los americanos y los conozco", por eso no me canso de aconsejar a mis paisanos que nunca olviden que Cuba es y debe ser Libre e Independiente.

Orgullosos deben estar sus hijos de haber tenido un padre que les legó un nombre honrado, que sólo se inspiraba en la verdad y en la justicia.

Muerte

Muere el 13 de octubre de 1919

Referencia Bibliográfica

  • Martínez Martínez, Ramón. Personalidades cubanas injustamente olvidadas.pp13 y14

Fuente