José Nasazzi

José Nasazzi
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Datos personales
NombreJosé Nasazzi Yarza
ApodoEl Mariscal, Capitán de capitanes.
Nacimiento24 de mayo de 1901
Montevideo, Bandera de Uruguay Uruguay
Fallecimiento16 de junio de 1968
Montevideo
Carrera
PosiciónDefensa
Club actualClub Lito( desde el 1918)

José Nasazzi Yarza es el futbolista más laureado de la historia de Uruguay y considerado uno de los mejores defensas latinoamericanos de todos los tiempos.

Síntesis Biográfica

Nasazzi es hijo de Giuseppe Nasazzi, oriundo del pueblo lombardo de Esino Lario, y María Jacinta Yarza, uruguaya hija de vascos.

Trayectoria

Nasazzi empezó a jugar al fútbol como casi todos los chicos en la calle, en el "campito" (el potrero uruguayo). En 1918 se incorpora a tercera división extra del club Lito.

En 1919, el equipo ascendió a intermedia y en 1920 a primera. Pero Nasazzi no quiso seguir en el Lito porque Bella Vista, su club de barrio, el que amaba, iniciaba el mismo camino rumbo al círculo superior. Como por las reglamentaciones de entonces el pase no era posible y el jugador debía estar un año inactivo para cambiar de casaca, Nasazzi se fue al Roland Moor de la Liga Nacional.

En aquellos años complementaba su crecimiento en el fútbol con un trabajo como operario en los talleres de marmolistas que cortaban, desbrozaban y pulían las piedras-lozas de mármol para el revestimiento del Palacio Legislativo de Montevideo, que en aquel entonces se encontraba en fase de construcción y en 1922 ya está en Bella Vista, el club de sus amores en el cual más tiempo permaneció y la misma institución que bautizó en su memoria al Estadio José Nasazzi. Con Bella Vista juega de centromedio, de centrodelantero y de zaguero. Cualquier puesto es lo mismo, con tal de estar en la cancha poniendo todas sus condiciones sin reserva alguna. Es alto, de fuerte contextura física, con un entusiasmo indoblegable, además de caracterizarse por un defensor fuerte, veloz, de gran recuperación, excelente ubicación, perfecto en el juego de alto y de bajo. No era un zaguero técnico. Se destacaba por su gran personalidad, por su innata condición de mando, por su coraje, por el gran ascendiente sobre sus compañeros. Fue “patrón”, caudillo y conductor y realizó la denominada segunda gira internacional más extensa de un club uruguayo.

En 1923 es convocado al seleccionado uruguayo. En Bella Vista está actuando de centrodelantero y es goleador del equipo, pero acepta jugar de zaguero. En ese puesto se consagra campeón del torneo sudamericano de 1923, título que vuelve a obtener en 1924. Es en 1924, precisamente, cuando Uruguay va a los Juegos Olímpicos de París, donde presenta un equipo disminuido por la división existente en el fútbol del país. El 26 de mayo, en el estadio de Colombes, Uruguay enfrenta a Yugoslavia, ante el asombro de todos, gana 7 - 0. Nasazzi, en el fondo de la defensa, es la base de esa victoria sensacional. Es el capitán, el estratega, el hombre de la bravura inigualable que impone respeto sin caer en la violencia, el del anticipo exacto, el zaguero perfecto en el quite y en el juego aéreo, el más inteligente, el más astuto, el mejor psicólogo para levantar el espíritu a sus compañeros y "achicar" el del rival. Es, en suma, el conductor, el jefe inigualable.

Uruguay se consagra campeón tras derrotar a Estados Unidos (3 - 0), Francia (5 - 1), Holanda (2 - 1) y Suiza (3 - 0). El mundo ya conoce y admira el fútbol uruguayo. El mundo ya sabe quién es José Nasazzi, el "Terrible", el gran capitán.

En 1926 Uruguay vuelve a ser campeón sudamericano. Ahí está otra vez Nasazzi dirigiendo a los suyos, mandando, ganándose la admiración y el respeto de propios y extraños. Ese mismo año sale con Nacional en gira por Europa. Pero no juega de zaguero, sino de centrodelantero, puesto este último en el que confirma su condición de goleador. Ese conocimiento del juego ofensivo le permite, actuando de zaguero, aparecer en ocasiones como delantero en busca del gol del empate o del triunfo, en una época en que no se aceptaba que los defensores extremos se adelantasen. Pero Nasazzi lo hacía y se le aceptaba, ya que cuando iba al área adversaria en busca de ese gol salvador, todos sabían que pedía lograrlo. Porque su valentía, su decisión, su peso físico era argumento suficiente para encarar el intento con posibilidades de éxito.

En 1928, en Ámsterdam, se disputan de nuevo los Juegos Olímpicos. Uruguay va con su fútbol. También Argentina. La escuadra celeste forma con una magnífica zaga: Nasazzi y Arsipe. Los dos conjuntos rioplatenses llegan a la final. Uno a uno y un nuevo partido. El 13 de junio, Uruguay se impone 2 - 1 (Figueroa y Scarone, para los celestes; Luis Monti, para los argentinos) y es campeón por segunda vez. Once Héroes Ballesteros; Nasazzi, Mascherone; Andrade, Fernández, Gestido; Dorado, Scarone, Castro, Cea e Iriarte conducidos por un capitán sin parangones: José Nasazzi.

Es en Montevideo en 1930, cuando Uruguay alcanza su tercera consagración consecutiva. En el cotejo final, el 30 de julio, en el flamante Centenario, los celestes le ganan a la Argentina por 4 - 2. Nasazzi es figura fundamental en esa conquista. Nasazzi, el hombre que convocan a último momento porque se creía que los años habían mermado sus condiciones, es nuevamente el gran capitán, el conductor irreemplazable, el representante de lo mejor y más granado de la garra celeste, el que nunca se da por vencido y lleva a sus hombres a un nuevo y glorioso triunfo.

En 1933 pasa a Nacional. Ese año es campeón, ya en la era profesional. Y vuelve a serlo en 1934 está en la última etapa de su carrera. Pero el tiempo se le escapa de las manos le alcanza para ser, de nuevo, campeón sudamericano en 1935.

El 27 de setiembre de 1936, se despide de la selección uruguaya jugando contra el combinado rosarino, en Rosario. Se va sin perder: 1 - 1 finaliza el cotejo.

Su Retiro

En 1937, exactamente l2 de mayo, su adiós definitivo al fútbol activo. Se dedica a la dirección técnica, al comentario deportivo y, más tarde, trabaja en el casino de Montevideo, donde llega a ocupar el cargo de gerente. Ya no le gusta ir al fútbol: "Hoy se juega por el dinero, el amor a la camiseta se acabó. Nadie quiere vestirse de celeste. En mis tiempos, vestirla era un honor", decía.

Nasazzi marcó con su fuego sagrado el camino que luego seguirían hacia su pedestal Obdulio ‘El Negro Jefe’ Varela, Hugo ‘El Patrón’ De León, Nelson ‘Tano’ Gutiérrez, Diego Lugano y Diego ‘El Faraón’ Godín, entre otros grandes e históricos zagueros.

El Club Bella Vista lo homenajeó dándole su nombre a su estadio.

Su Muerte

Fallece el 17 de junio de 1968, en su ciudad natal, a los 67 años de edad.

"Fue Nasazzi un señor; un mariscal; alguien que, en todos los órdenes de la vida, destacó su señorío, su presencia y supo imponerla en todas las etapas. Su fe y su firmeza fueron un símbolo en el que se sentaron sus compañeros para procurar los triunfos, y significaron una garantía para ellos mismos por sí responsabilidad y decisión. "También eso se dijo en el sepelio de sus restos.

Fuentes