Juan Antonio de la Colina Rasines

Juan Antonio de la Colina Rasines
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General
NombreJuan Antonio de la Colina Rasines
LealtadBandera de España España
Servicio/ramaArmada Real Española
MandosComandante General del Apostadero de La Habana (1766)
Participó enToma de la Habana (1762)

Nacimiento23 de mayo de1706
Bárcena de Cicero, SantanderBandera de España España
Fallecimiento1771
La Habana, Cuba

Juan Antonio de la Colina Rasines. Jefe de escuadra de la Armada española y comandante general del Apostadero de La Habana posterior a la ocupación inglesa. Bajo su mando se construyó el famoso navío de línea Santisima Trinidad, el mayor de la armada de España de ese tiempo.

Trayectoria

Juan Antonio de la Colina nace el 23 de mayo de1706 en Bárcena de Cicero, Santander, España. En 1726 su carácter aventurero motivó el que se escapase de su domicilio para sentar plaza de marinero voluntario en los bajeles de la Armada, en Santander. Se dedicó después al estudio de la Náutica y de las Matemáticas.

Inicios

Participó en el sitio de Gibraltar como guardiamarina y también hizo el corso contra los argelinos, ascendiendo por sus méritos a alférez de navío en 1728. Había sido herido dos veces cuando se le promovió a teniente de fragata en 1734. Al año siguiente lo fue a teniente de navío, y a capitán de fragata en agosto de 1737.

Con este grado mandó fragatas y también navíos, tomando parte en la larga guerra contra Inglaterra entre 1739-1748. Mandó el navío África, actuando con él en diferentes operaciones en aguas de las Antillas y Costa Firme. Mandaba la escuadra el general Reggio, que arbolaba su insignia en el África, cuando decidió atacar a la inglesa del almirante Knowles, de superior potencia.

El África fue el que sufrió el mayor choque, batiéndose durante más de dos horas con tres navíos ingleses, desarbolando a dos de ellos y obligándoles a retirarse. El combate tuvo lugar cerca de La Habana, y el África, desarbolado también, pudo a duras penas fondear cerca de Jaruco, salvándose la dotación, artillería y pertrechos antes de incendiarlo. En el consejo de guerra que juzgó al general Reggio, la defensa corrió a cargo de Colina, siendo aquél declarado absuelto y de honor.

Colina después ascendió a capitán de navío el 20 de marzo de 1754, tomando el mando del Reina, con el que realizó varios viajes entre España y América. Obtuvo una licencia de cinco años, y cumplida ésta fue designado para el mando del América, que en unión de el Reina, mandado por Luis de Velasco, dio escolta a los caudales que de Veracruz se enviaban a España.

Estaban en La Habana cuando el marqués del Real Transporte llegó con seis navíos a reforzar las fuerzas españolas de las Antillas. En ocasión de este viaje de Colina y Velasco parece ser que fue cuando se padeció por primera vez en Cuba la temible enfermedad del vómito negro, contagiado por los presidiarios embarcados en Veracruz. En aquel verano murieron más de 1 800 hombres solamente entre marineros y soldados.

Defensa de la Habana

En 1762 Colina intervino en la defensa de La Habana, durante la toma de la Habana por los ingleses, había aconsejado al marqués del Real Transporte que tan pronto se declarase la guerra actuara con la escuadra en el mar libre, pero luego no pudo ya seguirse este consejo por necesitarse las dotaciones para guarnecer la plaza, según petición del gobernador Prado.

Colina fue también quien propuso que se cegase el puerto, hundiéndose tres navíos a la entrada. Mucho se ha censurado esta proposición y que fuera aceptada, pero hay que tener en cuenta que tina vez establecido el bloqueo por fuerzas inglesas tan superiores, ya no podía pensarse en la salida de la escuadra española, pero sí podía temerse el forzamiento del puerto por la flota inglesa. En la preparación de la defensa trabajó intensamente, fortificando la loma denominada Soto, donde después se construyó el castillo de Atarés.

Con sus hercúleas fuerzas, incluso trabajó personalmente; algunos de los cañones fueron emplazados por él mismo. Tal fortificación no llegó a servir para nada, pues dominada la ciudad desde la altura de la Cabaña, ocupada por los ingleses, tuvo al fin que capitular, que se saldó con la pérdida de ciudad, 60 leguas de terreno, un tesoro de 15 millones de duros, una gran cantidad de municiones y nueve navíos de línea y tres fragatas, resto de la armada española enviada a aquel puesto.

En España, todos los generales y comandantes con mando en La Habana fueron juzgados en el consejo de guerra que presidió el conde de Aranda. Colina supo defenderse y convencer a todos, de tal suerte que no sólo recobró las pagas que se le habían retenido durante los dos años que duró el expediente sino que el 10 de febrero de 1765 fue promovido a jefe de escuadra

Comandante general del apostadero de La Habana

En 1766 fue nombrado comandante general del apostadero de La Habana, el primero que hubo con las mismas atribuciones que los de los departamentos en la península. Redactó un reglamento para la formación de un arsenal y un astillero.

Durante su mandato, se construyeron 26 buques de todos los tipos y tamaños, entre ellos, en 1769, el Santísima Trinidad, el mayor de la armada de España. Sus esfuerzos se vieron recompensados al lograr que, con el tiempo, los navíos de botados en el astillero de La Habana fueran considerados de los mejores de la Armada.

Muerte

Juan Antonio de la Colina fallece en la Habana en 1771. Fue el general de marina que estableció en La Habana una autoridad tal en la armada, rival en cierto modo de la que existía en el Ejército, pero procedió con tal tacto que el capitán general Antonio María de Bucarelly y Ursuá fue uno de los que más sintió la pérdida de tan leal compañero de armas.

Fuentes

  • Enciclopedia General del Mar, Primer Volumen, Ediciones Garriga, Madrid, 1958.