Juan Bautista Antonelli

Juan Bautista Antonelli
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NombreJuan Bautista Antonelli
Nacimiento1585
Madrid, Bandera de España España
Fallecimiento1649
Araya, Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
NacionalidadEspañola
OcupaciónMilitar

Juan Bautista Antonelli. Es la figura que cierra con broche de oro las actividades de la familia italiana de ingenieros militares (Antonelli) que a lo largo de noventa años se dedicó a fortificar los puntos neurálgicos de los dominios españoles en América, África y España. Fue conocido como el hombre de Araya.


Síntesis biográfica

Juan Bautista Antonelli o “El Mozo” como también se le conoce fue hijo del ingeniero militar Bautista Antonelli (etaliano) y de María de Torres (española). El único de los Antonelli nacido en Madrid, España en el año 1585.

Cuando solamente contaba con un año de edad, su padre viajó a América a cumplir un encargo del Rey Felipe II y regresó cuando el pequeño ya tenía 3 años en compañía de Juan de Tejeda, Gobernador de Cuba, para tratar múltiples puntos del proyecto defensivo del Caribe.

En 1589 volvió a Cuba y no regresó nuevamente a Madrid hasta 15 largos años después, cuando su hijo tenía 19 años.

Llegada a Cuba

Castillo de La Punta, La Habana,Cuba.

Juan Bautista ya tenía una edad bastante madura como para acompañar a su padre al Caribe, partiendo con él en un viaje que los llevó a inspeccionar las Salinas de Araya en Venezuela, posteriormente visitaron la Isla de Margarita y de allí siguieron a Cuba donde su primo Cristóbal de Rodas Antonelli había quedado al frente de las fortificaciones desde que Bautista Antonelli abandonara la isla.

Bautista y su sobrino Cristóbal participaron en la construcción del Castillo de los Tres Reyes del Morro y el Castillo de La Punta en La Habana.

Relación familiar entre Juan Bautista Antonelli y su primo Cristóbal de la Roda Antonelli

En La Habana, Bautista Antonelli padre se separó de su hijo Juan Bautista quien, desde ese momento, quedó al lado de su primo Cristóbal. Este era 24 años mayor que el muchacho y entre ambos se estableció una relación casi paternal.

La relación familiar entre Juan Bautista y su primo Cristóbal se fortaleció con los años y cuando este último fue trasladado a la ciudad de Cartagena de Indias en 1608, Juan Bautista lo acompañó a su nuevo destino y estuvo a su lado hasta 1622 cuando marchó a las Salinas de Araya para hacerse cargo de la construcción del Castillo de Araya. Entre ambos primos hubo 18 años de entendimiento, colaboración y amistad arraigada en un afecto familiar mucho más sólido del que Cristóbal tuvo con su tío. Juan Bautista Antonelli trabajó al lado de su primo en las fortificaciones de la Muralla de Cartagena de Indias, en los Baluartes y en el frente de tierra de la ciudad.

En 1610 viajó a España como emisario de su primo Cristóbal, Ingeniero Militar de Indias, para informar a la corte del estado de las obras en Cartagena de Indias y, en 1618, repitió el mismo viaje para informar de los daños ocasionados por un fuerte huracán.

Cuando su padre Bautista Antonelli murió en Madrid en 1616, dejó todos sus bienes a los Carmelitas Descalzos y a los pobres de Gatteo, su pueblo natal. Su hijo Juan Bautista, único heredero, ni siquiera se menciona en los documentos que reparten la herencia. De ahí la protesta de Juan Bautista para anular el testamento y la confirmación de la débil y distanciada relación afectiva que tuvo que existir entre padre y hijo.

Trabajos en la Península de Araya

Castillo de Araya, Sucre, Venezuela

Parte en 1622 para la Península de Araya, en Venezuela, para iniciar la construcción del castillo que iba a eliminar el robo de la sal que de manera descarada, pero muy organizada, los holandeses llevaban a cabo todos los años. Permaneció por ocho años seguidos al frente de los trabajos, hasta 1630, cuando el gobernador de Cumaná, Cristóbal de Eguino, lo envió a Madrid para informar al Rey y a la Junta de Guerra, de todas las obras realizadas y a punto de terminarse.

Su dedicación fue alabada y, en premio, se le ofreció “tenerle presente para la plaza de Cristóbal Roda en Cartagena, cuando vacase”. La Junta le solicitó regresar a Araya para finiquitar los trabajos y, además, se le ordenó pasar primero por San Juan de Puerto Rico a fin de “disponer lo conveniente para su defensa”. En Puerto Rico estuvo unos cuantos meses en el Morro, modificando la Puntilla y construyendo nuevas plataformas. Satisfecho con las intervenciones de Juan Bautista, el gobernador Henrique Henríquez le pidió que antes de regresar a Cumaná-Araya viajase nuevamente a Madrid para explicar las nuevas trazas que había delineado.

Al llegar a la península se enteró de la muerte de su primo Cristóbal, acaecida el 25 de abril de 1631. Cumpliendo con lo ofrecido, el rey le confirió el título de Ingeniero Militar de Indias con sede en Cartagena.

Para el mes de agosto de 1633 se encontraba nuevamente en Araya y pocos meses después en Cartagena de Indias. En 1635 viajó a Puerto Rico donde inspeccionó y ordenó modificaciones en las fortificaciones de la ciudad y de la bahía. De todo ello informó al Rey en carta del 19 de agosto de 1636. De Puerto Rico siguió para Cuba donde, en su calidad de Ingeniero Militar de Indias, “corrigió, reparó y aumentó sus fuerzas” tanto en La Habana como en Santiago de Cuba.

Baluarte de Santa Catalina.

Los últimos diez años de su vida los dedicó a las fortificaciones de Cartagena de Indias y Portobelo.

En 1645 construyó el Baluarte de Santa Catalina que, juntamente al de San Lucas, formaba el frente de tierra de la ciudad amurallada.

Castillo del Morro, San Juan de Puerto Rico.

En las construcciones que dirigió, Juan Bautista continuó la preferencia formal irregular ya experimentada en intervenciones anteriores por otros de sus familiares. La influencia de trazas antonellianas se evidencian en el Castillo de Araya y en el Morro de San Juan de Puerto Rico y del San Pedro de las Rocas de Santiago que, desde los dos grandes Baluartes emplazados en lo más alto del cerro, va bajando con una secuencia de volúmenes escalonados hasta el mar. Lástima que el castillo fuera volado en 1762 por los propios españoles cuando se consideró inútil su costoso mantenimiento desde que la producción de la sal con sistemas artificiales acabó con el obsoleto control de las salinas naturales.

Muerte

En diciembre de 1649 dejó de existir en esa misma ciudad y con su desaparición también se extinguió el apellido de los Antonelli en América.

Fuentes