Juan de Dios Martínez Mera

Juan de Dios Martínez Mera
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Abogado y político ecuatoriana.
Nacimiento8 de marzo de 1875
Guayaquil, Bandera de Ecuador Ecuador
Fallecimiento27 de octubre de 1869
Guayaquil, Bandera de Ecuador Ecuador
PadresSr. Tomás Martínez Avalos y de la Sra. Florinda Mera Escobar

Juan de Dios Martínez Mera. Fue un abogado y político además fue presidente de Ecuador en el período de 1932-1933.

Síntesis biográfica

Nació en Guayaquil, Ecuador el 8 de marzo de 1875, hijo del Sr. Tomás Martínez Avalos y de la Sra. Florinda Mera Escobar.

Estudios

Su instrucción primaria la realizó bajo la sabia dirección de su padre, y luego ingresó al Colegio Nacional San Vicente del Guayas, donde en 1892 se graduó de Bachiller en Filosofía con sobresalientes notas. Ese mismo año comenzó a estudiar medicina, pero al poco tiempo se retiró para ingresar a la Facultad de Jurisprudencia.

Trayectoria

Al estallar la Revolución Liberal del 5 de junio de 1895 se enroló en el ejército insurgente, y poco después ingresó a la Escolta de Honor que acompañó al Gral. Eloy Alfaro en todos los campos de batalla. Asistió entonces al triunfo de Gatazo, y luego entró a Quito con los vencedores. De regreso a Guayaquil continuó sus estudios de leyes que los culminó en 1898. En esa ocasión obtuvo el Premio Municipalidad de Guayaquil, pero, paradójicamente, no se graduó. En 1911 ocupó la Tesorería de Hacienda del Guayas, y en enero del año siguiente, al conocer del cobarde Asesinato de los Héroes Liberales intentó retirarse a sus actividades particulares, pero fue nombrado Secretario de la Municipalidad de Guayaquil, cargo en el que sirvió a su ciudad hasta 1914.

En 1920 fue elegido Diputado por la Provincia del Guayas en representación del Partido Liberal Radical, y al año siguiente fue elegido Presidente de la Cámara de Diputados, dignidad que desempeñó hasta 1922 en que se excusó y volvió a Guayaquil para ocupar la gerencia de la Compañía Ecuatoriana de Estancos, empresa privada formada con el propósito de organizar, administrar y controlar la producción y venta de alcoholes, en la costa; y tabaco, en toda la República. En 1929, ante la grave crisis económica por la cual atravesaba el país como consecuencia de la caída de las exportaciones de cacao, el Presidente de la República, Dr. Isidro Ayora, lo llamó para el cargo de Ministro de Hacienda, pues la experiencia y exitosa labor realizada frente a los estancos lo convertían en la persona más idónea para ejercer un acertado control financiero, pero pocos meses después renunció por desacuerdos con el Ejecutivo y regresó a Guayaquil.

Luego del desgobierno que se produjo en 1931 como consecuencia de la caída del presidente Ayora, y la Guerra de los Cuatro Días que en 1932 produjo la “incalificable descalificación” del Presidente electo, Sr. Neptalí Bonifaz Ascázubi; el Dr. Alberto Guerrero Martínez, como Presidente del Congreso Encargado del Poder Ejecutivo, convocó a nuevas elecciones presidenciales para evitar que el país se salga de los cauces constitucionales. Surgieron entonces las candidaturas de don Manuel Sotomayor Luna por el conservadorismo, Pablo Hanníbal Vela por los independientes y la suya por el liberalismo radical. En esa época el país vivía una de sus más terribles crisis económicas: La recesión y el desempleo habían aumentado considerablemente y se carecía de dinero y esperanza. En estas circunstancias, su experiencia económica y su ecuanimidad política lo convirtieron en el hombre más indicado para ejercer la Presidencia de la República.

Las elecciones se realizaron entre el 30 y 31 de octubre de 1932, y sus resultados lo favorecieron ampliamente, por lo que el 5 de diciembre recibió del Presidente de los Diputados la banda que lo consagró como Presidente Constitucional de la República. Ese mismo día comenzó su calvario, cuando al presentarse en el balcón de la Casa de Presidencial para saludar al pueblo quiteño, sufrió el bochorno de ser soez y cobardemente insultado por aquellos que no se resignaban al fracaso de sus candidatos. Por esa época se produjo el conflicto internacional de Leticia entre Colombia y Perú que duró casi un año y puso en grave peligro la tranquilidad del Ecuador, pero con inteligencia y tino supo mantener al país al margen de las intenciones de los litigantes que pretendían convertir nuestro suelo patrio en su campo de batalla, posiblemente con ambiciones similares a las que tuvieron en 1859 cuando firmaron el traicionero Protocolo Mosquera-Selaya, por medio del cual se propusieron repartirse el Ecuador por partes iguales.

El 10 de agosto de 1933 se instaló el Congreso de la República, que eligió a los doctores José Vicente Trujillo y José María Velasco Ibarra para presidir las cámaras de Senadores y Diputados, respectivamente. Inmediatamente se levantó en torno a su gobierno un verdadero ciclón político: Los partidos de oposición, entusiasmados por la fogosa retórica del locuaz Dr. Velasco Ibarra, vertían diariamente contra el Presidente y su gobierno todo tipo de acusaciones y denuncias, y al amparo de la Constitución de 1929, los congresistas acudían al “voto de desconfianza” que descalificaba día tras día a cada Ministro que el Mandatario nombraba. A finales de septiembre, a propuesta del diputado Dr. Manuel Benigno Cueva García se integró una comisión presidida por el Ing. Federico Páez, que debía solicitar al Presidente su renuncia.

A principios de octubre la crisis entró en su etapa más explosiva, cuando a solo dos meses de haber iniciado sus funciones el Congreso entabló un vergonzoso Juicio Político en su contra: El Dr. Velasco Ibarra, con demagógica elocuencia presentó gravísimos cargos contra el Presidente de la República y luego de la participación de varios congresistas, el diputado Joaquín Dávila propuso una moción para destituirlo de su cargo “Por Culpabilidad en los Manejos de los Asuntos Internacionales”. Al conocer que el Senado ya tenía preparado el acuerdo que lo destituía, desechó el camino de la dictadura como solución final y viajó con su familia a Guayaquil donde esperó los acontecimientos. El 16 de octubre de 1933, el Senado, presidido por el Dr. José Vicente Trujillo, en oprobiosa sesión aprobó la moción que “Privó Legalmente del Cargo de Presidente de la República al señor Juan de Dios Martínez Mera y, en consecuencia, declaró vacante el indicado cargo”.

Retirado de la política continuó sirviendo a la Patria desde diferentes cargos. En 1936 fue administrador del ramo de lotería de la Junta de Beneficencia de Guayaquil; más tarde presidió el comité para la erección del mausoleo al Gral. Eloy Alfaro; y en 1946 fue llamado para desempeñar el cargo de Gerente de la Flota Mercante Gran Colombiana, seccional del Ecuador. El 1 de noviembre de 1948, el Congreso Nacional rectificándose de las acusaciones vertidas en su contra para destituirlo reconoció el acto infamante de cometido por el Congreso de 1933, y por unanimidad acordó reconocer que Martínez Mera “Había desempeñado el cargo de Presidente de la República con dignidad, honradez y patriotismo relevante”.

Vida personal

Se casó con Francisca Torres Lascano en la noche del 31 de diciembre de 1902 con la cual tuvo sus hijos son Raúl, Héctor y Gabriel Martínez Torres. Sus hijas Flora Martínez de Pérez Chiriboga, Leonor Martínez de Manrique Sabla, Isabel Martínez de García Escobar y Francisca Martínez de Chiriboga Ordóñez.

Muerte

Murió en su ciudad natal, Guayaquil, Ecuador el 27 de octubre de 1955 a la respetable edad de ochenta y ocho años.

Fuente