Juan de Sámano

Juan de Sámano
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NombreJuan José Francisco de Sámano y Uribarri de Rebollar y Mazorra
Nacimiento1753
Selaya, Bandera de España España
Fallecimiento1821
Bandera de Panamá Panamá

Juan de Sámano. Militar y administrador colonial español, virrey nominal de Nueva Granada.

Síntesis biográfica

Nació en 1753, en la localidad de Selaya (Santander, actual Cantabria).

Trayectoria militar

Como muchos hidalgos españoles del siglo XVIII que veían en la carrera de las armas el medio para mejorar su posición social, había ingresado a los reales ejércitos en 1771; luego de hacer estudios en matemáticas -cosa poco usual entre los oficiales de los ejércitos europeos de la época-, escaló hasta llegar a coronel. Estuvo de guarnición en varios lugares de España, al igual que en Puerto Rico, Cartagena de Indias y Santafé; también se destacó en algunas acciones de armas, en especial en la guerra contra Francia en 1793, y en la defensa de Riohacha contra los ingleses en 1806, cuando ejercía como gobernador de esa provincia.

En 1808 en Santafé estaba al mando del Batallón Auxiliar, la principal fuerza veterana del interior del Virreinato, y en cabeza de su unidad juró solemnemente a Fernando VII y a la junta de Sevilla, que pretendía gobernar en su ausencia. Pero su actitud fue distinta en el momento juntista de 1810, especialmente en los sucesos del 20 de julio; mientras se organizaba el cabildo abierto, Sámano estuvo con su tropa acuartelado esperando la orden del virrey Amar y Borbón para dispersar a los habitantes de Santafé reunidos en la plaza; sin embargo, ni el virrey dio la orden, ni tampoco era de esperarse que se desplegara al Batallón, pues se había asegurado la neutralidad del mismo ante la Junta Suprema de Gobierno. Días después, Sámano juró a regañadientes la Junta, pero al poco tiempo obtuvo un pasaporte para salir de Santafé, dentro de la política de asegurar la estabilidad de su gobierno, purificar el cuerpo político y unificar la opinión.

España, bajo el gobierno provisional de la Regencia, estaba librando su propia guerra contra el invasor francés, reconstruyendo la estructura monárquica bajo un modelo constitucional, y preparando las primeras expediciones militares hacia América para contener a los llamados “insurgentes”. Sámano llegó allá a inicios de 1811, pero a mediados del mismo año volvió a América, primero a Puerto Rico, luego a Santa Marta, y de ahí a Panamá, Guayaquil y Cuenca.

En Cuenca, al servicio del gobernador Toribio Montes, Sámano formó parte de las tropas realistas que avanzaron hacia Quito y acabaron con la segunda junta de gobierno, en noviembre y diciembre de 1812, lo que permitió asegurar un apoyo al bastión realista de Pasto, que había estado amenazado por los juntistas de Quito, los de Popayán y el Valle del Cauca. En nombre de la Constitución de Cádiz y de la monarquía liberal en España, con los aprestos que pudo conseguir en Pasto y las tropas que traía de Quito, en 1813 Sámano emprendió una ambiciosa campaña que buscaba reconquistar la Nueva Granada desde el sur; sin embargo, no pudo aprovechar la ventaja inicial producto de la ocupación de Popayán y del Valle del Cauca, sobre todo por la indisciplina de sus soldados y los despojos hechos en las zonas ocupadas por ellos. Así que a finales de ese año tuvo que esperar la expedición que desde Santafé Antonio Nariño dirigió hacia aquellas provincias.

Sámano, era un viejo más que sexagenario, que carecía de decencia en su persona, cruel, fanático, y que usaba del singular castigo de escupir y de pisar a las personas que le incomodaban; él sin duda fue una adquisición preciosa para que se aumentará el espíritu público y el amor a la Independencia. Sin talentos políticos ni militares, sin atractivo alguno para ganarse los corazones de los granadinos, y por el contrario muy adicto al sistema de terrorismo que le trazara Morillo, bien presto acabó de atraerse el odio de la mayor parte de los habitantes de la Nueva Granada. Careciendo de energía, dominado por el coronel don Carlos Tolrá y por otros, en breve fue despreciado por la generalidad de los pueblos.”

La actitud política de España con respecto a la situación en América, aparentemente era más clara, en la medida que la restauración llevada a cabo por Fernando VII desde 1814 había suprimido la Constitución de 1812 y todos los actos emanados de la regencia y las Cortes. Se privilegió la pacificación con base en la utilización cada vez mayor de la fuerza armada, como medio más útil para restablecer las autoridades reales.

Para Sámano en Santafé, esto significó actuar más subordinado a Morillo que a otra autoridad, amparado bajo un estado de excepción que se extendía por el interior de la Nueva Granada, desde el Socorro hasta Neiva y los llanos. Bajo este mandato empezó a tener roces con la Real Audiencia, que tenía como trasfondo las facultades otorgadas para la administración de justicia a los insurgentes; su episodio más famoso fue el proceso seguido a Policarpa Salavarrieta, Alejo Sabaraín y sus compañeros, en noviembre de 1817.

A pesar de los intentos que en 1817 hubo en la Corte para modificar la política con respecto a América, buscando más la conciliación que la confrontación armada, al final esta última opción fue de nuevo adoptada por Fernando VII y sus ministros. Este cambio de política favoreció la carrera política de Sámano, ya que fue promovido al cargo de virrey de la Nueva Granada, y se posesionó como tal en marzo de 1818.

Durante todo este tiempo, hasta la derrota de las tropas reales en Boyacá, el gobierno de Sámano en la Nueva Granada se desenvolvió en dos frentes: asegurar una provisión constante de hombres, recursos y dinero al ejército expedicionario, y al mismo tiempo defender al Virreinato de cualquier movimiento insurgente. Así fue como tuvo que enfrentarse a guerrillas como las de los Almeydas y las levantadas en el Socorro, al igual que trató de derrotar a las tropas que se estaban organizando en los llanos entre 1818 y 1819.

Muerte

Murió en Panamá en 1821, intentando combatir la revolución independentista.

Fuentes