Judith Leyster

Judith Leyster
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Datos personales
Nacimiento28 de julio de 1609
Haarlem, Bandera de los Países Bajos Países Bajos
Fallecimiento10 de febrero de 1660
Haarlem, Bandera de los Países Bajos Países Bajos
OcupaciónArtista plástica
ParejaJan Miense Molenaer
Datos artísticos
ÁreaPintura
MovimientoBarroco
FirmaJl star-firma.jpg

Judith Leyster. Aunque era mujer, logró en 1633 ser admitida entre los miembros del gremio de pintores de su ciudad, San Lucas de Haarlem, convirtiéndose posiblemente en la primera mujer de su época en lograrlo; única mujer que tuvo taller propio y a hombres como discípulos. Es considerada actualmente una de las grandes figuras de la Edad de Oro de la pintura holandesa.

Breve biografía

Octava hija de Jan Willemsz Leyster, un modesto tejedor que posteriormente regentó una taberna; Judith nació en Haarlem, Holanda, el 28 de julio de 1609[1] el negocio del padre quiebra cuando la joven tiene quince años, la que se dedica a la pintura como oficio.[2] Contrae matrimonio en 1636 con el pintor Jan Miense Molenaer, discípulo de Hals, y se mudan a Ámsterdam donde la pareja tuvo cinco hijos.

Luego de su matrimonio se conocen solamente tres obras, por lo que se piensa que, como era costumbre, su producción artística disminuyera hasta el punto de que cesara, viéndose quizás algunos vestigios de su obra en alguna pintura de su esposo, porque se dedicara además del cuidado de sus hijos, a ayudarlo a él en su trabajo, dado que se consideraba que aunque la obra de Jan fue mayor en cantidad, poseía menor talento que ella.

En 1649 regresa a su ciudad donde permanece hasta su muerte el 10 de febrero[1] de 1660, luego de la cual, a pesar de haber llegado a ser una pintora reconocida en su época, su imagen es olvidada y no es redescubierta hasta finales del siglo XIX, por mediación de las investigaciones del coleccionista e historiador holandés Cornelis Hofstede de Groot.[3]

Obra

A diferencia de otras mujeres artístias que tuvieron como primera influencia del arte de los talleres del padre, Leyster nació en una familia que nada tenía que ver con su mundo artístico. Se piensa que recibiera la influencia de otros ya reconocidos pintores de su tiempo como Frans Hals, quien algunos afirman que podría haber sido también su maestro, Rembrant o Vermeer. Judith Leyster también se vio influida por la pintura caravaggista de Utrecht cuando vivió durante un tiempo con su familia en Vreeland.[1]

Con 18 años ya es conocida como pintora. Su mayor auge artístico estuvo entre los años 1629 y 1635. Su obra, de la cual apenas se conserva una veitena, constituye un diálogo con la de Fran Hals, por lo que en ocasiones se han atribuido trabajos de Judith a quien se piensa, fuera en algún momento su maestro, pero sin dejar de notarse que la artista logra crear un estilo propio. Muchos de sus cuadros representaban escenas alegres de personas divirtiéndose en las tabernas o tocando música y entre sus obras se encuentran bodegones, retratos y pinturas de género, caracterizándose los mismos por la utilización de la luz y el color, resaltando la corporiedad de los objetos, en contraste con el fondo oscuro.[4]

Autorretrato, obra realizada en 1630, es un óleo sobre lienzo, la carta de presentación que utilizó para que la admitiesen en el Gremio de San Lucas. Aparte de demostrar que es una retratista excepcional, deja claro que su verdadera especialidad es la pintura de género.[3] El cuadro se encuentra ubicada en el National Gallery of Art, de Washington.

La proposición (1631)

De 1631 data La proposición rechazada. Por primera vez en la historia de la pintura holandesa la figura femenina no es la portadora del pecado. Este novedoso tratamiento donde la mujer es objeto y no sujeto de seducción y la moral triunfa, la joven no levanta la mirada de la labor, lo que implica el rechazo, supone un punto de inflexión en la representación de la imaginería femenina. La delicada iluminación arropa la escena dotando a la composición de un halo de intimidad, de un universo femenino que se ha visto invadido por la presencia masculina.[5]

Aunque fue muy reconocida durante su vida, y apreciada por sus colegas contemporáneos, Leyster y su obra fueron olvidadas en gran medida después de su muerte. Su monograma era considerado ilegible hasta que en 1893 llegara un caso a los estrados judiciales, por haberse encontrado una pintura adquirida por el Museo del Louvre, de una obra que mostraba una pareja bebiendo y tocando música, que tenía el monograma distintivo de Leyster (sus iniciales entrelazadas con una estrella de cinco puntas) y que se creía que era de Frans Hals. Este descubrimiento llevó a una renovada investigación donde se determinó que las iniciales del monograma eran J L, en lugar de F H. Luego de este hallazgo, que marcó un giro en su reputación artística, se encontraron otras pinturas con el mismo monograma que habían sido erróneamente atribuidas a Hals[2] y otros, como ocurrió con la obra “Joven tocando la flauta”, que se consideraba obra de Jan de Bray.[6]

En los años que estuvo trabajando su arte, no se limitó solamente a ampliar su obra, sino, que logró crear su propio taller, algo muy poco usual para una mujer de su época, donde se dedicó a la enseñanza de la pintura, habiendo entre sus alumnos algunos hombres. Entre ellos figuran Willem Wouters, Hendrick Jacobsz y David de Burrij, aunque no hay evidencias de trabajos que ellos hayan producido.[2]

Vista por otras miradas

El escritor holandés Samuel Ampzing, en su libro Beschrijvinge ende lof der stadt Haerlem, (Descripción y elogio de la ciudad de Haarlem), publicado en 1628, menciona a la pintora como una artista reconocida, de su libro se deduce además, que pudo haber sido alumna del pintor Pietersz Frans de Grebber.[2]

En 1648, Theodore Schrevel, autor de un libro sobre Haarlem, elogia la obra de esta artista y hace un juego de palabras sobre su nombre, llamándola “Ley sterr” -“estrella principal”- en el arte. Judith utilizó esto en su monograma, que muestra sus iniciales entrelazadas con una estrella de cinco puntas.[2]

En 1993 se realizó una retrospectiva de la artista en el National Museum of Women in the Arts de Washington con la que se estableció su merecido lugar en la historia del arte.

Citas y notas

Fuente

  • Judith Leyster. Mujeres extraordinarias. Consultado: 9 de febrero de 2015.