Juegos Píticos

Juegos Píticos
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con sede en Grecia
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Atletismo en los Juegos píticos. Eran uno de los cuatro Juegos Panhelénicos, junto con los de Olimpia, los Juegos Nemeos y los Ístmicos. Juegos griegos de carácter nacional celebrados en honor de Apolo Pitio.
País sede:Bandera de Grecia Grecia
Ciudad(es):Delfos
Apertura:586 a.n.e.
Isla Delfos


Juegos Píticos. Eran uno de los cuatro Juegos Panhelénicos, junto con los de Olimpia, los Juegos Nemeos y los Ístmicos. Juegos griegos de carácter nacional celebrados en honor de Apolo Pitio, en la planicie de Crisa, cerca de Delfos. Su fundación se achaca al mismo dios, tras haber matado a la serpiente Pitón, y al principio ocurrían cada ocho años, y luego cada cuatro. Estribaban en certámenes poéticos, de canto y música, teatrales, y luego se incorporaron las pruebas deportivas clásicas, en el estadio situado al pie del Parnaso. Los vencedores, llamados pitonices, obtenían una corona de laurel, el árbol sagrado de Apolo.

Historia

Los Juegos Píticos fueron uno de los cuatro Juegos Panhelénicos con los de Olimpia, los Juegos Nemeos y los Juegos Ístmicos. Como los otros grandes juegos, también se consideraban fúnebres, en conmemoración de una muerte: son un aspecto del agon epitaphios que se practicaba junto a la tumba de Pitón, enterrado por su hijo Aix, cuyo nombre significa «la cabra».

Mitología

Los juegos Píticos, también llamado Délficos al ser realizados junto al santuario de Delfos, fueron los segundos en importancia tras los Olímpicos y tienen su origen en la mitología griega: Apolo, obedeciendo el encargo de Zeus (su padre), decide tomar posesión del santuario de Delfos con su oráculo, ya que éste es considerado el mejor de todos los existentes. El oráculo estaba protegido por Pitón, un monstruo con forma de dragón nacido de la tierra que se encargaba, por orden de Hera, de exterminar tanto a personas como animales que se acercaban a sus proximidades con el fin de proteger este santuario. Apolo lo mata con sus flechas y toma posesión de él tal y como nos relata Pausanias en el libro VI de su Descripción de Grecia.

Origen

Fuera ya de la mitología, el origen de los juegos es incierto, se les asocia desde un primer momento con celebraciones fúnebres ligadas al santuario que se remontan hasta el siglo VII a.n.e. consistiendo al principio en competiciones únicamente musicales, fundamentalmente de canto y cítara, celebradas cada ocho años. No obstante los primeros datos históricos de que se dispone son más tardíos, del 586 a.n.e., fecha que marca el comienzo de la era pítica.

En estos momentos los juegos son considerados como una fiesta Panhelénica, con tregua sagrada como en Olimpia y al canto se les sumarán todo tipo de pruebas atléticas tal y como se realizaban en los juegos Olímpicos (atletismo, carreras de caballos y cuadrigas, luchas, boxeo, pancracio, carreras de atletas...) y se les dará una periodicidad de cuatro años. Hasta tal punto fueron similares e importantes las victorias, que para diferenciar a los vencedores de uno y otros juegos se les coronaba de diferente manera, con ramas de olivo a los vencedores de Olimpia y de laurel (árbol de Apolo) a los de Delfos.

Vestigios del Teatro de Delfos

Estos juegos estaban patrocinados por la Anfictionía (liga de ciudades vecinas responsables del santuario) ya que Delfos como tal, nunca llegó a ser una ciudad. Estas ciudades veían en la celebración de los juegos, más que un deber religioso, la posibilidad de atraer visitantes de todos los rincones de la Hélade, con las repercusiones económicas que esto conllevaba. Tal es así que estos juegos perdurarán, como los olímpicos hasta el siglo IV de la era cristiana en los que serán abolidos al considerarlos como una costumbre pagana.

Actualmente solo quedan algunos vestigios del entramado de los juegos, destacando, además del santuario, el teatro de Delfos, con capacidad para más de cinco mil espectadores y lugar donde se celebraban las competiciones musicales que nunca desaparecieron; el estadio, construido en el siglo IV, pero reformado grandemente en el II a.n.e., con una capacidad para más de siete mil espectadores, lo cual nos indica la importancia de los juegos; y finalmente otros recintos como el gimnasio, las pistas, la palestra o los baños.

Calendario

Los epimeletas se encargaban de la dirección de los juegos. Los juegos duraban de 6 a 8 días, más días que en Olimpia porque se añadía el agón musical.

Los primeros 3 se dedicaban a los sacrificios, las procesiones (el segundo día) de los toros, sacerdotes y participantes al altar de Apolo para ofrecerle una hecatombe, y a un banquete (el tercer día). Puede que también se celebrara una representación, en forma de drama sagrado, de la lucha de Apolo contra el dragón (el primer día, el 6 de Bukatios).

El cuarto día se establecían concursos musicales en el teatro: poemas acompañados con cítara (poema cirédico), una larga pieza de flauta que conmemoraba los 5 episodios de La lucha contra el dragón (poema pítico), un solo de flauta y de cítara, concursos de poesía, representaciones trágicas y espectáculos de danza.

El quinto día se celebraban las competiciones deportivas: carrera larga (dolikhos), 24 estadios de 178 metros), carrera doble (diaulo, de dos estadios), pancracio, pugilato, carrera armada, pentatlón (cada atleta se presentaba a las pruebas de, carrera, salto de longitud, lucha, lanzamiento del disco y de jabalina.

El sexto día, y a veces el séptimo, se desarrollaban los concursos hípicos: las carreras de caballos, de carro con cuatro caballos (cuadrigas) y con dos caballos (bigas). El primer vencedor de estas competiciones fue Clístenes de Siracusa.

En 475 a.n.e. Polizelos, hermano de Gelón de Siracusa ganó en la carrera de cuadrigas y encargó erigir una en bronce cuyo auriga- el famoso auriga- se ha conservado. En la 48º Pitiada, en la que se añadió la carrera de bigas, ganó Execéstides de Fócida.

En la 53º, en la carrera de cuadrigas con potros venció Orfondas de Tebas. Las competiciones gimnásticas e hípicas necesitaban dos días cada una, por lo que los juegos duraban ocho días. En la 23º Pitiada se organizó también la carrera portando armas, en la que venció Timéneto de Fliunte. Según Pausanias, también instituyeron el pancracio para jóvenes, la carrera de biga con potros y la carrera montado a caballo.

También hubo la competición para trompeteros y heraldos. Con los años se instauraron otras competiciones musicales: intérpretes de cítara (sin canto), para coros cíclicos (para ditirambos, y el coro formado en círculos), para actores de tragedia y comedia.

En alguna época se celebraron también concursos de pintores. Durante el Imperio romano se añadió la prueba de enkomion (poema de alabanza) tanto en verso como en prosa, y una prueba de pantomima.

También se introdujo una nueva categoría, los «imberbes» (ageneioi), cuya edad se sitúaba entre la categoría juvenil y la adulta.

Las mujeres sólo podían acudir a Delfos a las competiciones hípicas si eran propietarias de caballos. Estaban excluidas de las competiciones gimnásticas, las cuales no podían siquiera presenciar. No obstante, en las musicales sí que podían participar.

Al margen de las competiciones tenían lugar otras manifestaciones: el famoso actor Sátiro (siglo IV a.n.e.) dio una representación de Las bacantes de Eurípides. Los actores profesionales, agrupados en la Tekhnitai de Dioniso, desempeñaban un papel importante en los agonoi (agones) musicales.

Al igual que en Olimpia, se compilaron unas listas con los nombres de los pitiónicos (pythionikai), los vencedores de los Juegos Píticos. Cuando un terremoto destruyó los archivos en 373 a.n.e., se le encargó a Aristóteles rehacer las listas. Con su discípulo Clístenes, acometió la tarea y fueron honrados en un epígrafe que aún se conserva.

Los vencedores recibían una corona de laurel, el árbol de Apolo. Los premios los asignaba el consejo de la anfictionía, que era también quien organizaba los juegos.

Todas estas competiciones han sido una importante fuente de inspiración de la poesía griega, especialmente de la época clásica. Los vencedores encargaban sus odas a los mejores poetas de su tiempo, fundamentalmente a Simónides de Ceos y a Píndaro. De este último se conservan 12 odas triunfales (epinicios), fragmentos de peanes dedicados a Apolo y ditirambos de carácter dionisiaco.

Al igual que las competiciones olímpicas, las píticas sirvieron de modelo para las llamadas «competiciones isopíticas», que se organizaron en diferentes lugares. Durante los primeros dos siglos del Imperio romano, los Juegos Píticos estuvieron en pleno auge (Plutarco, entre otros, era epimeleta de los Juegos Píticos). Después fue decreciendo su importancia hasta desaparecer en el transcurso del siglo IV.

En las Cuestiones griegas Plutarco afirma que:

"En Delfos se celebran sucesivamente tres fiestas: Estepterio, Heroide y Carila. El Estepterio parece que es la representación de la lucha entre Pitón y el dios, de su fuga y de su exilio tras la prueba. Según algunos, Apolo, después de matar al dragón, se alejó para ser purificado; según otros, fue Pitón, que una vez herido, huyó a través de la vía Sacra y Apolo lo siguió, alcanzándole en el momento en que moría y cuando su hijo llamado Aix (la cabra) lo estaba enterrando. El Estepterio es la representación de éstos acontecimientos."

Juegos o festivales panhelénicos

En Grecia se celebraban cuatro festivales en los que la participación estaba abierta a todos los griegos:

Fuentes

  • Calendario. Visitado el 23 de diciembre de 2013.
  • Caracyerísticas. Visitado el 23 de diciembre de 2013.
  • Juegos Panhelénicos. Visitado el 23 de diciembre de 2013.
  • Mitología. Visitado el 23 de diciembre de 2013.
  • Pausanias; Descripción de Grecia. Libros V y VI, Aguilar, Madrid, 1979
  • Teja, Ramón; Las olimpiadas griegas, Santillana, Madrid, 1997
  • Villalba y Varneda, P.; Olimpia, Origins dels Jocs Olimpics, Universitat de Barcelona, Barcelona, 1994.