Ken Saro-Wiwa
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Ken Saro-Wiwa. Escritor y ecologista nigeriano. Una de las voces literarias e intelectuales más importantes de Nigeria y de África. Fue ejecutado junto con otras ocho personas por denunciar las actividades de la Compañía Petrolífera Shell en el delta del Níger. Fue un ícono de la lucha por los derechos humanos y la justicia medioambiental de su país.
Síntesis biográficas
Nace el 10 de octubre de 1941 en Bori City, Nigeria. Recibió el Premio medioambiental Goldman y había sido nominado para el Premio Nobel de la Paz. Creó en 1990 el Movimiento por la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP), para oponerse al tóxico legado de las empresas petroleras. Saro-Wiwa dirigió un enorme movimiento que exigía a las autoridades militares que entonces gobernaban Nigeria que proporcionaran a la región ogoni autonomía política un equilibrio mayor de la riqueza procedente del petróleo. Saro-Wira era una de las voces literarias e intelectuales más importantes de Nigeria y de África, un consagrado escritor y artista polifacético con presencia en distintos medios de comunicación. Apasionado de las letras también era un fuerte protector de las raíces de su pueblo y de su etnia, la de los Ogoni, uno de los pueblos indígenas asentados en el Delta del Níger. Por eso veía con insensibilidad lo que ocurría a su alrededor, ya que la tierra del reino Ogoni, era una región pobre e inestable que legendariamente había vivido de la pesca. El rejuvenecimiento llegó a la tierra de los Ogoni en forma de petróleo y de abusos: las empresas comenzaron a explotar la zona generando una riqueza que no invertía en el pueblo de forma significativa a tal grado que la región fue prácticamente abandonada a su suerte por un gobierno estatal callado y con las manos atadas debido a los sobornos. Tras casi 40 años de aprovechamiento petrolífero por parte de la empresa holandesa Shell, que se colocó en la zona en 1958, la degradación ambiental puso a los Ogoni en una encrucijada, la contaminación hacía que no pudieran continuar con sus actividades productivas y además tampoco se beneficiaban de la riqueza que venía del petróleo. Ken Saro-Wiwa decidió convertirse en la voz pública del pueblo Ogoni, valiéndose para ello de su imagen, contactos y su trabajo durante años en la administración pública nigeriana. Era buen conocedor de la situación y testigo directo de los desmanes económicos y ecológicos producidos por la compañía Shell. En el año 1991 Saro-Wiwa tomó la decisión de renunciar a todo y dedicarse en alma y cuerpo a la defensa de su pueblo. Un año antes había asumido la presidencia delMOSOP (Movimiento para la Supervivencia), que le sirvió para denunciar ante el mundo la situación de los Ogoni mediante producciones cinematográficas y magnetofónicas. Durante los dos años siguientes, el escritor realizó una campaña de denuncia que cobró rápidamente un eco indeseado en el gobierno militar del dictador Sani Abacha. El MOSOP, lejos de amedrentarse, redactó una Carta de Derechos en que reclamaba autonomía política dentro de la federación nigeriana, y una redistribución justa de los recursos de su territorio, que revertiera en el desarrollo propio. Las exigencias eran políticas, económicas y medioambientales, e incluían que la industria petrolera iniciara una descontaminación del territorio. Después de una multitudinaria manifestación pacífica en 1993, la presión social hizo que la compañía Shell se viera obligada a cesar su actividad en el territorio Ogoni. La respuesta del gobierno de Nigeria no se hizo esperar. Saro-Wiwa fue detenido en abril de aquel mismo año junto con otros tres miembros del. Fue entonces cuando la comunidad internacional dio un primer toque de alerta y mientras Amnistía Internacional lo declaraba preso de conciencia e iniciaba una campaña para exigir su liberación, el gobierno de Nigeria presentó distintos cargos contra los detenidos por asociación ilícita, intento de sedición y publicación de material sedicioso. Finalmente fue liberado. Junto con la fuerza que alcanzó el MOSOP llegaron también los fraccionamientos internas, de las cuales, en el transcurso de unos tumultos en la primavera de 1994 cuatro jefes ogonis fueron asesinados. Saro-Wiwa fue de nuevo detenido junto con otros ocho compañeros bajo la acusación de haber participado en los asesinatos y fue juzgado en un juicio militar sin garantías en febrero de 1995, en un proceso especial fuera del sistema judicial normal para juzgar casos relativos a sublevaciones y disturbios civiles.
Muerte
Su ejecución, el 10 de noviembre de 1995, desenlazó un clamor internacional. El movimiento ecologista de Nigeria había perdido un emprendedor líder. Desde entonces, una nueva descendencia ha dado un paso al frente para continuar con su legado.
