Léonie Duquet

Léonie Duquet
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Léonie Duquet
NombreLéonie Henriette Duquet
Nacimiento9 de abril de 1916
aldea de La Chenalotte,
comuna de Longemaison,
departamento de Doubs,
región de Borgoña-Franco Condado,
Francia Bandera de Francia
Fallecimiento17 a 18 de diciembre de 1977 (61 años)
mar Argentino
Causa de la muerteImpacto contra el agua al ser arrojada viva desde un avión
ResidenciaBuenos Aires
Nacionalidadfrancesa
Educaciónteológica
Ocupaciónmonja católica de la Congregación de las Misiones Extranjeras de París

Leonie Henriette Duquet (Borgoña, 9 de abril de 1916 - frente a las costas de Santa Teresita, 17 o 18 de diciembre de 1977) fue una monja católica francesa de la Congregación de las Misiones Extranjeras de París, cuya desaparición y muerte junto a su compañera monja Alice Domon, ocurrida el 17 o 18 de diciembre de 1977 en Argentina fue conocida internacionalmente como el “caso de las monjas francesas” y provocó un gran revuelo internacional en el que varios gobiernos solicitaron fueran buscadas y encontradas.

Síntesis biográfica

Leonie Henriette Duquet nació en una aldea campesina en la región montañosa de Doubs llamada La Chenalotte, cerca de la frontera franco-suiza.

Inclinada por su vocación espiritual se unió a la Congregación Católica Misiones Extranjeras de París, con base en Toulouse. En 1939, la congregación instaló una sede en la ciudad de Córdoba (Argentina), y años después creó subsedes en Hurligham y Morón, ciudades ubicadas en la zona industrial del Gran Buenos Aires.

Léonie Duquet fue enviada a Argentina en 1949, cuando contaba 33 años de edad y fue una de las fundadoras de esa orden religiosa en el país.

Trabajó en distintas partes y en distintos frentes, según fuese necesario, e invitada por el obispo Jaime de Nevares viajó a la Patagonia, donde laboró en la comunidad mapuche de El Malleo.

A su regresó a Buenos Aires se unió al Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Castelar (Gran Buenos Aires) y estableció su residencia en la ciudad de Ramos Mejía (Gran Buenos Aires) donde realizaba catequesis “liberadoras” (relacionadas con la teología de la liberación).

Además trabajaba como monja misionera junto a la monja Alice Domón, a quien alojó en su casa. Trabajaban como auxiliares del sacerdote Ismael Calcagno en la catequesis a personas discapacitadas y en Morón (Gran Buenos Aires) tenían una Casa de Caridad en la que atendían a niños desamparados.

El sacerdote Ismael Calcagno estaba emparentado con Jorge Rafael Videla quien entonces era un joven oficial de Hurlingham, que visitaba con frecuencia la casa de catequesis y conocía de cerca a las dos monjas francesas con quien tenía un vínculo especial ya que cuidaban de su hijo Alejandro que padecía de oligofrenia, a quien Léonie había logrado enseñarle a leer algunas palabras con el método Blequer para discapacitados mentales.

Después del golpe militar del 24 de marzo de 1976 Léonie tomó partido en defensa de los derechos humanos, vituperados por la dictadura, apegada a una máxima personal que señalaba: «Callarse hoy sería cobarde»

A inicios de diciembre de 1977 junto a la hermana Alice Domon, trabajaba con las Madres de Plaza de Mayo y un grupo de activistas de derechos humanos, en la confección de una solicitada que recogía los nombres de los desaparecidos y exigía a Jorge Rafael Videla una respuesta acerca de su destino.

El día 10 de diciembre de 1977, el periódico La Nación (cómplice de la dictadura cívico-militar) hizo pública la solicitada en la que figuraba, entre otros, el nombre de Gustavo Niño, alias utilizado por el genocida Alfredo Astiz, quien era un joven capitán de Marina que estaba infiltrado en el grupo de las Madres de Plaza de Mayo hciéndose pasar por familiar de una militante desaparecida.

Desaparición y asesinato

El jueves 8 de diciembre de 1977, un grupo de 10 personas vinculadas a las Madres de Plaza de Mayo fue secuestrado por el grupo de tareas 3.3.2 en la Iglesia Santa Cruz, ubicada en el barrio de San Cristóbal, en el centro de la ciudad de Buenos Aires, donde solían reunirse.

Léonie Duquet fue secuestrada el 10 de diciembre en la Capilla de San Pablo, en la ciudad de Ramos Mejía (en el Gran Buenos Aires), diciéndole sus captores que Alice Domon había sufrido un accidente y se encontraba en un hospital, al que se ofrecieron para llevarla.

Léonie fue llevada en cambio al centro clandestino de detención de la ESMA, donde permaneció aproximadamente 10 días, sometida a torturas y vejaciones como recoge el testimonio de Lisandro Raúl Cubas en el informe Nunca más (en el que el escritor Ernesto Sábato ―cómplice de la dictadura― estableció la infame “doctrina de los dos demonios”, en el que comparaba la actividad militante de los delegados, sindicalistas y religiosos torturados, asesinados y desaparecidos, con los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado argentino durante la dictadura cívico-militar).

{{sistema:cita|Fue llevada también a la ESMA [Escuela Superior de Mecánica de la Armada] la hermana Renée Duquet, de la misma congregación religiosa que la hermana Alice fueron salvajemente torturadas, especialmente la primera. La conducta de ellas fue admirable.....se les tomó (a ambas hermanas) fotografías en el propio laboratorio fotográfico de la ESMA, en las que aparecían sentadas delante de una mesa con un cartel del Partido Montonero atrás. Las hermanas Alice y Renée fueron «trasladadas» y junto con ellas los familiares secuestrados en la misma circunstancia.

Al producirse la desaparición de las hermanas varias autoridades menores de la Iglesia católica ―ya que toda la cúpula de la Iglesia era cómplice de Videla― y el presidente de Francia, Giscard D’Estaigne se dirigieron al Gobierno argentino buscando una respuesta del paradero de las dos ciudadanas francesas.

François Gadot-Clet, enviado apecial de Edgar Faure, presidente de la Asamblea Nacional Francesa, arribó a la Argentina con la misión gestionar la aparición de las religiosas. Se entrevista con el general Harguindeguy y lo presionó con rescindir jugosos contratos existentes entre Francia y Argentina, pero el ministro solo le dio a entender que existían posibilidades de que aparecieran.

Otras instituciones y gobiernos también se interesaron por la suerte de las hermanas francesas generándose un escándalo de alcance internacional por lo que la Junta Militar simuló que habían sido secuestradas por los montoneros y obligaron a Alice Domon a escribir una carta en francés a su superiora diciendo que habían sido secuestradas por un grupo opositor al gobierno y les tomaron una foto sentadas delante de una bandera de Montoneros con un ejemplar actual del diario La Nación y la enviaron a la prensa francesa.

La agencia de noticias EFE publicó un editorial bajo el título “Vivas y con buena salud”, en el que la Madre Superiora de la Congregación hacía desde Francia esta afirmación, que decía que provenía de Pío Laghi, nuncio apostólico de Argentina (y cómplice también de Videla).

Sin ningún escrúpulo dos o tres días después (alrededor del 18 de diciembre de 1977) el grupo detenido en la Iglesia de la Santa Cruz y otros más fueron trasladados en aviones militares a alta mar y arrojados vivos frente a las costas argentinas, muriendo por el choque contra la superficie del agua. Entre ellos se encontraban las hermanas francesas a quienes los marinos vinculados al suceso, en la más infame de las burlas, llamaban “las monjas voladoras”.

Identificación de su cuerpo y entierro

El 20 de diciembre de 1977 aparecieron varios cadáveres provenientes del mar en las playas de las ciudades balnearios Santa Teresita y Mar del Tuyú. Los forenses determinaron que la causa de muerte había sido (dado el grado de las fracturas óseas) por "el choque contra objetos duros desde gran altura", y sin que mediaran otras averiguaciones se dispuso que los cuerpos fueran enterrados como NN (no nombrados) en el cementerio de la ciudad de General Lavalle, ubicada en el centro extremo este de la provincia de Buenos Aires.

El 15 de diciembre de 1983, el presidente Raúl Alfonsín creó la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) con el objetivo de investigar las graves, reiteradas y planificadas violaciones a los derechos humanos llevadas a cabo por la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional y en el marco del Juicio a las Juntas se realizan excavaciones en el cementerio de General Lavalle, encontrándose una gran cantidad de restos óseos provenientes de los cadáveres hallados en las playas de las ciudades balnearias de San Bernardo y Lucila del Mar.

El 24 de diciembre de 1986, el presidente antiperonista Raúl Alfonsín decretó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida para amnistiar a los criminales de lesa humanidad. Las investigaciones tuvieron que paralizarse.

El 2 de septiembre de 2003, el presidente peronista Néstor Kirchner promulgó la anulación de las leyes de amnistía de Alfonsín. Esto posibilitó la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar.

A fines de ese año (2003) se localizaron nuevas tumbas de NN en el cementerio de General Lavalle y se descubrieron 8 esqueletos correspondientes a 5 mujeres, 2 hombres y uno al que no se pudo definir el sexo pero que parecía ser hombre, clasificado como GL-17.

El 29 de agosto de 2005, el Laboratorio de Inmunogenética y Diagnóstico Molecular (LIDMO) de la ciudad de Córdoba comparó el ADN de los restos individualizados como GL-17 con una muestra de sangre de un sobrino de Léonie Duquet, y estableció que los restos pertenecían a ella.

El 25 de septiembre de 2005, Leonie Duqüet fue enterrada en el jardín de la Iglesia Santa Cruz, en Buenos Aires, junto a María Eugenia Ponce de Bianco, Esther Ballestrino de Careaga y la activista de derechos humanos Angela Auad.

En el entierro se leyó una declaración de Jacques Chirac, entonces presidente de Francia que, entre otras cosas, dice:

La hermana Léonie, con su compañera la hermana Alice, como muchos otros, desapareció. Detrás de ese término, una realidad aterradora: el cautiverio, las sevicias, la tortura, las personas arrojadas vivas al mar. ¿Qué crímenes cometió la hermana Léonie para merecer tal suerte? ¿De qué violencia era culpable para aquellos que la torturaron y asesinaron? Habitada por su fe y su hambre de justicia, estaba impregnada de humanidad, llevaba socorro a las familias con hijos desaparecidos, se levantó contra la barbarie. Francia se puede sentir orgullosa de contar entre los suyos a la Hermana Léonie que, por una causa justa, sacrificó su vida en Argentina. Fiel a sus compromisos, Francia anhela que toda la luz se haga sobre aquello que sucedió durante los años de plomo de la dictadura y que los culpables sean finalmente condenados. No se puede construir el provenir sobre el olvido. Solo se puede edificar sobre la memoria. Hoy nosotros recordamos a la hermana Léonie, su ejemplo, su vida y su coraje: ella ilumina, a través de los años, nuestra memoria. Que ella guíe la conducta de las generaciones que vendrán y nosotros exhortemos a nunca más tolerar lo intolerable.”

Legado

La Iglesia Santa Cruz, de San Cristóbal, Buenos Aires conmemora el aniversario de la desaparición del grupo de Madres de Plaza de Mayo, activistas de derechos humanos y las dos monjas francesas, Léonie Duquet y Alice Domon cada 8 de diciembre.

La ciudad de Buenos Aires denominó a una de sus plazas "Hermanas Alice Domon y Leonie Duquet".

La pregunta que tantos católicos y feligreses, que conocían la relación entre Videla y las monjitas, se hicieron, fue si el dictador pudo haber salvado la vida de las religiosas que con tanto amor y dedicación habían cuidado a su hijo. Lo que sí se supo es que él tuvo la información sobre esos secuestros mientras las monjas aún estaban en la ESMA.
María Seoane (1948-2023) y Vicente Muleiro (1951-), en El dictador
Tumba de Leonie Duqüet en el patio de la Iglesia Santa Cruz, en Buenos Aires.

Fuentes