La Bestia de Gévaudan

La Bestia de Gévaudan
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Criaturas mitológicas

La Bestia de Gévaudan . La Bestia de Gévaudan (en francés, La Bête du Gévaudan; Pronunciación en francés: /la bêt dy Gevodoun/, en occitano, La Bèstia de Gavaudan) es el nombre histórico atribuido a un críptido devorador de hombres, semejante a un lobo, perro o wolfdog, que asoló la región de Gévaudan, ubicada actualmente en el departamento francés de Lozère, en el sur de Francia, entre 1764 y 1767. Los ataques efectuados por la “bestia” cubrieron un área que se extiende desde 90 kilómetros x 80 (56 millas x 50), se dicen que habían sido cometidos por uno o varios animales que tenían formidables dientes e inmensas colas, según testigos de esa época.

La Bestia de Gévaudan es una criatura con forma de lobo, tan grande como una vaca que asoló la región de Gévaudan entre el 30 de junio de 1764 hasta el 19 de junio de 1767, con gran cantidad de muertos y heridos. Aunque la bestia atacaba tanto a hombres como a mujeres, parecía que tenía preferencia por las mujeres y a los niños, presas fáciles. Muchas de las víctimas presentaban signos de haber sufrido abusos sexuales antes o después de las muertes, esto hace pensar que una o más personas aprovechándose de la situación mataban y violaban a las víctimas y después estas muertes fueron atribuidas a la bestia

Los hechos ocurrieron en la región francesa de los Alpes de Alta Provenza y más concretamente, en un pueblo aislado, al pie de las últimas estribaciones de la cordillera central europea, llamado Gévaudan. La zona se corresponde con el departamento de Aveyron, en la región de Mediodía-Pirineos, una zona que en la época vivía de la agricultura y del pastoreo, así como de las actividades derivadas de estas dos formas de economía primitiva. El número de víctimas difiere según las fuentes. En 1987, un estudio estimó que habían ocurrido 210 ataques, resultando en 113 muertes y 49 heridos, 98 de las víctimas habían sido parcialmente devoradas. Sin embargo, otras fuentes afirman que las víctimas mortales fueron entre 60 y 100 adultos y niños, y se contabilizaron más de 30 heridos. Las víctimas eran usualmente encontradas con la garganta destrozada. La Bestia de Gévaudan superó rápidamente todas las noticias de la época, al punto de que el Reino de Francia utilizó una cantidad considerable de mano de obra y dinero para cazar al animal, convocando la movilización de tropas reales, nobles, soldados y cazarrecompensas. Las hipótesis sobre la naturaleza de la bestia fueron diversas, desde la de un lobo de anormales dimensiones, un animal exótico, un hombre lobo y hasta incluso un asesino en serie. También se manejó la idea de una bestia infernal o la de una criatura encargada de ejecutar un castigo divino a los pobladores. Menos de un centenar de ataques equivalentes se dieron a lo largo de la historia de Francia, donde todas las regiones fueron infestadas por cerca de 20.000 lobos. El problema fue oportuno para la prensa posterior a la Guerra de los Siete Años: el Courrier d'Avignon a nivel local, La Gazette de France a nivel nacional y luego los periódicos internacionales, vieron la oportunidad de aprovecharse de este hecho para hacer una serie de artículos dramáticos sobre el tema durante varios meses. De 1764 a 1767, dos animales (uno identificado como un lobo grande y fue fusilado por François Antoine, porta-arcabuz del Rey de Francia, en septiembre de 1765, en el dominio de la Real Abadía de Chazes. El otro fue identificado como un cánido parecido a un lobo y fue abatido por Jean Chastel, vecino de La Besseyre-Saint-Mary, el 19 de junio de 1767. Según la tradición, el animal matado por Chastel habría sido la Bestia de Gévaudan, debido a que, después de ésta fecha, ninguna muerte ni ataque le fue atribuida. Debido a todo esto llegó el momento en que los periódicos y la corte del Rey se desinteresaron en Gévaudan y en las muertes atribuidas a la bestia y lamentadas anteriormente, dejándolos a su suerte.

Historia

Primeros ataques

La primera persona atacada por la bestia fue una vaquera que vivía cerca de Langogne, pero en ese momento unos bueyes se aproximaron a ella e hicieron huir al feroz animal. Como resultado solo fue desgarrada la ropa de la mujer. La primera víctima oficial fue Jeanne Boulet, una joven de 14 años, muerta el 30 de junio de 1764, en el pueblo de Hubacs (cerca de Langogne), en la parroquia de Saint-Étienne-de-Lugdarès en Vivarais.

  • La víctima fue enterrada "sin sacramentos", no habiendo podido confesarse antes de su muerte. Sin embargo existe un registro del día de su muerte donde el párroco dice que ella fue víctima de la bestia feroz, lo que sugiere que no fue la única víctima, pero si fue la primera documentada.
  • La segunda víctima fue reportada el 8 de agosto, tenía también 14 años y vivía en la aldea de Masmejean, parroquia de Puy-de-Laurent. Tanto esta como la otra murieron en la ciudad de Allier.

Las siguientes, desde finales de agosto hasta septiembre, fueron asesinadas en los alrededores de la selva Mercoire. El administrador de la Diócesis de Mende, Etienne Lafont, que se encontraba en Marvejols a finales de agosto, decidió enviar a ese lugar a unos cazadores, dirigidos por el señor Mercier, como ayuda debido a que ya se acercaban a Langogne. Sin embargo, pronto Lafont se dio cuenta de que estas cacerías eran insuficientes, por lo tanto, advirtió de la situación al señor de Saint-Priest, al intendente de Languedoc y al conde de Montcan, gobernador de la provincia. Este último es quien dio la orden al capitán Duhamel, que llevara a cabo la misión de conducir las operaciones para cazar a la bestia.

Hipótesis

1.- En el afán de encontrar la solución al problema, se quiso creer que el animal era escapado de un circo de gitanos que recorría las comarcas del Mediodía francés y que era el resultado de un cruce de animales que dichos gitanos habían conseguido, creando una fiera que escapó de su control. Mal lo pasaron los gitanos y mal los circos en general, cargando con la culpa de ser los causantes de la tragedia. 2.- Otra teoría culpaba a un aristócrata de la zona que había vivido mucho tiempo en África y de la que se había traído animales salvajes que tenía en cautividad en sus posesiones, uno de los cuales podría haberse escapado. 3.- Por último se pensó en una sociedad secreta que perseguía la subversión de la zona y el debilitamiento del poder real, para lo que recurría a la macabra actividad con el fin de amedrentar al pueblo y hacerle ver que, si estaban desvalidos ante la amenaza de un simple animal, cuánto más lo estarían ante otro mal de mayor envergadura que se les avecinase.

Características de la bestia

Dos características de la Bestia que llaman la atención son su familiaridad y su audacia. Un poco después de la salida de François Antoine, ya no parece alertarse ante la gente. Cuando la Bestia se encuentra con la resistencia de una víctima o de sus acompañantes, se aleja "40 pasos", a veces se sentaba por unos momentos, y si no era perseguida, atacaba. La Bestia podía o no alejarse de la escena del crimen. Muchas veces, las víctimas fueron atacadas en la ciudad y la mayor parte de testigos indicaban que los ataques tuvieron lugar a plena luz del día. Por último la Bestia era muy agresiva y ágil. Esta agresividad estaba caracterizada por el empeño que no siempre estaba impulsado por el hambre. Su agilidad se atribuye a la habilidad de saltar sobre las paredes, lo cual ningún perro normal puede hacer.

La batalla de Portefaix

Antes de la llegada de los Denneval, el 12 de enero, la bestia atacó a siete niños de Villaret, parroquia Chanaleilles. La lucha y el valor que pusieron los pastores jóvenes quedaron demostrados en los archivos anuales. Desde la aparición de la bestia, se recomendó no enviar a los niños solos a cuidar el ganado. El ganado en esta región estaba compuesto de vacas y ovejas. Sin embargo, los hombres estaban a menudo ocupados con el trabajo agrícola. Para evitar la situación desventajosa que tenían los niños, se formaron grupos de jóvenes para el cuidado de los animales. Este es el caso de los siete hijos de Villaret, cinco varones y dos niñas de entre ocho y doce años de edad. La bestia los atacó, girando en torno a los niños que tenían una posición defensiva. Se apoderó de uno de los chicos más jóvenes, pero los demás lograron pinchar a la bestia con la ayuda de palos, hasta que lo soltó. Aun así, tuvo tiempo para devorar una parte de la mejilla derecha de su víctima. Luego volvió al ataque, sosteniendo a Joseph Panafieu, el más joven, por el brazo y se lo quería llevar. En ese momento, uno de los jóvenes sugirió huir, mientras la bestia estaba ocupada, pero otro, Jacques André Portefaix, dijo lo contrario. A continuación, se apresuraron a rescatar a su desafortunado compañero, tratando de picar los ojos de la bestia. Encontraron la forma de hacerlo y logran que la bestia lo deje ir. Luego, debido a los gritos, llegó un grupo de hombres, pero la bestia huyó a un bosque cercano. El señor de Saint-Priest informó al Sr. Averdy de esta lucha y como premio por su valentía, el rey ofreció a pagar la educación Jacques Portefaix. De este modo, el 16 de abril de 1765, Portefaix fue admitido en los “Hermanos de la Doctrina Cristiana”, de Montpellier. Allí permaneció hasta noviembre de 1770, fecha en la cual entró en la Escuela Real de Artillería de Corps. Después, se convirtió en teniente con el nombre de Jacques-Villaret, y murió 14 de agosto de 1785, a la edad de 32 años.

Historia de Jeanne Jouve

En ese mes de marzo se escuchó el testimonio de la lucha heroica de Jeanne Jouve por salvar a sus hijos. Jeanne Chastang, la esposa de Pierre Jouve vivía en Vessière (St. Albans).

El 14 de marzo, al mediodía, se encontraba fuera de su casa con tres de sus hijos. De repente, atraída por un ruido, se dio cuenta de que su hija de 9 años de edad, acababa de ser capturada por la bestia, la cual había pasado encima de un muro. Su hija más joven tenía cerca de 14 meses. Al ver esto, Jeanne Jouve se lanzó sobre la bestia y se las arregló para que la bestia soltase a su hija.

La bestia vino a atacar a la más joven de sus hijos, pero ésta, no alcanzó a llegar a ella, porque la madre le protege. Luego, la bestia se arroja sobre el otro niño, Jean-Pierre, de 6 años y lo sostiene del brazo. Jeanne Jouve se lanza nuevamente sobre la bestia. A ello siguió una larga batalla, donde Jeanne Jouve se lanza al suelo, entre arañazos y mordidas por repetidas veces. Finalmente, la bestia, que tiene a Jean-Pierre, se las arregla para escapar, pero poco después, se encuentra con los dos hermanos mayores, los cuales, ya se preparaban para llevar a las ovejas a pastar. Fueron capaces de liberar a su hermano menor y la bestia huyó. Sin embargo, Jean-Pierre, sucumbió debido a sus graves heridas varias horas después. Como recompensa por su acto heroico, Jeanne Jouve recibió 300 libras como gratificación de parte del rey. En abril de 1765, la historia de la bestia se extendió por toda Europa. Le Courrier d'Avignon relata que los periodistas británicos se burlaban del hecho de que no se podía matar a un solo animal. Mientras tanto, el obispo y los comisarios se enfrentaban a una afluencia masiva en el correo. Las personas de toda Francia proponían métodos extravagantes para vencer a la bestia.

La Dama de Gévaudan

El domingo 11 de agosto se organizó una gran cacería. Sin embargo, esta fecha no está en la historia por este hecho, sino, por la hazaña lograda por "la Dama de Gévaudan": Marie-Jeanne Valet, de 20 años, sirvienta del cura de Paulhac. Ella tomó prestada, junto con otras campesinas, una escalerilla para cruzar un pequeño arroyo, pero inmediatamente, son atacadas por la bestia. Las otras retroceden, pero la bestia se abalanza sobre Marie-Jeanne. Entonces, ella le clavó su lanza en el pecho. La Bestia cayó al río y desapareció en el bosque. Fueron a revisar la escena para ver la lanza que estaba cubierta de sangre, y que los restos encontrados fueran similares a los de la Bestia, por lo que en una carta dirigida al ministro le llaman a Marie-Jeanne Valet "Doncella de Gévaudan".

El lobo Chazes

Durante la segunda quincena del mes de septiembre, entre 20 o 21, François Antoine es advertido de que un gran lobo, tal vez la bestia, anda merodeando cerca del bosque de las damas de la Abadía de Chazes, cerca de St. Julien-des-Chazes. A pesar de que la bestia nunca había estado en ese lado del río Allier, Antoine decide dirigirse allí. Rodearon el área del bosque de manzanos, con la ayuda de 40 tiradores de Langeac. Y fue él, François Antoine, el que elimina al animal, el cual se encontraba a 50 pasos de él. Él dispara y la bestia cae, se levanta y lo ataca. El guardia Rinchard, que estaba cerca, tira a su alrededor y derriba al animal. Según los escritos de François Antoine, este animal no era más que un lobo de gran tamaño que pesaría unas 130 libras. A continuación, lo transportaron a Saugues, en donde sería disecado por el Sr. Baker, un cirujano de la ciudad. Según el informe oficial, varios testigos confirmaron que este fue el animal que los atacó. Entre los testigos estaban Marie- Jeanne Valet y su hermana. 3 de noviembre oficialmente, la Bestia de Gévaudan está muerta, asesinada por el porta – arcabuz del Rey, François Antoine. Poco importaban los eventos siguientes, igualmente el lobo de Chazes era reconocido como la Bestia. Esto se confirmó en 1770 cuando François Antoine fue visto, portando un lobo moribundo, que simbolizó la bestia.

Nuevos ataques

El mes de noviembre se desarrolló, sin ningún ataque detectado. El pueblo comenzó a considerar que en realidad Antoine había acabado con el animal que había estado aterrorizando al país. En una carta fechada del 26 de noviembre, se indica: "No se oye hablar de nada en lo relacionado a la Bestia". Pero pronto, los rumores comenzaban a relatar los ataques presuntamente cometidos por la Bestia entre Lorcières y Saugues. Estos ataques son esporádicos hasta principios de 1766, y tanto Lafont como la gente no sabían si atribuir estos males a la bestia o a los lobos. Sin embargo, el 1 de enero, el señor de Montluc, en una carta al intendente de Auvernia, parece convencido de que la bestia ha reaparecido. Esto alerta al rey, pero él no quiere oír hablar de esta bestia, a la cual según su arcabuz, ya estaba muerta. A partir de ese momento, los periódicos comenzaron a dar informes de más ataques ocurridos en Gévaudan o al sur de la región de Auvernia. El 24 de marzo, los administradores de Gévaudan se encontraban en la ciudad de Mende, Etienne Lafont y el joven marqués de Apcher (defensor de envenenar a los cadáveres de los perros y llevarlos a los pasajes habituales de la Bestia). Los ataques también se incrementaron durante el mes de marzo y los Señores del país, se dieron cuenta de que su salvación no provenía de la corte del rey. La bestia, parece que ya no había ganado tanto terreno como antes. En efecto, ella se fija en la región de las tres montañas: el Monte Mouchet, el monte y el Grand Mont Chauvet. Estos tres picos separados por unos 15 kilómetros el uno del otro. Las medidas adoptadas son ineficaces. Pese a que las pequeñas batidas estuvieron bien organizadas, esto fue en vano. La Bestia continuó sus ataques durante todo el año 1766. Sin embargo, parece que su procedimiento había cambiado un poco, era menos audaz y más cautelosa.

La Bestia de Chastel

A principios del año 1767, se siente una ligera pausa en los ataques. Pero en primavera de este mismo año, los ataques recrudecen. La gente entre tanta incertidumbre no hacer otra cosa más que rezar. Mientras tanto los peregrinajes se multiplican, principalmente hacia Notre Dame de Beaulieu y Notre Dame De Estours. Un hecho conocido sucedió a principios del mes de junio, según la leyenda, Jean Chastel hizo bendecir tres esferas, que luego fueron fundidas en medallas para el sombrero de la Virgen María. El 18 de junio, se informa que el Marqués de Apcher, había visto un día anterior a la bestia cerca de las parroquias de Nozeyrolles y Desges. La víctima, Jeanne Bastide de 19 años en la ciudad de Lesbinières. El marqués decide llevar a cabo un golpe en esta región, el monte Monte Mouchet en el bosque de la Ténazeire, el 19 de junio. Varios vecinos se ofrecen como voluntarios para acompañarlo, entre ellos Jean Chastel, un cazador de muy buena reputación. El último caso fue encontrado en un lugar conocido como Sogne d'Auvers el animal fue visto en un cruce de caminos, y recibió un disparo en el hombro. Rápidamente, los perros del marqués llegaron para tomar a la bestia. A partir del disparo, la leyenda conserva el discurso de Pierre Pourcher que ha estado en su familia por generaciones: [[«Cuando llegó la bestia, Chastel recitó las Letanías de la Virgen María, las recordó muy bien, pero por un sentimiento de compasión y confianza con la Madre de Dios, él termina sus oraciones y luego cierra su libro, guarda sus lentes en su bolsillo y toma el arma y mata en un instante a la bestia»]]. Ocho días después de que Jean Chastel había destruido a la bestia, según varios testimonios, el 25 de junio, un lobo había sido visto, el cual fue asesinado por Jean Terrisse, cazador del monseñor de Tour d'Auvergne. Recibió cerca de 48 libras de gratificación.

Destino de la Bestia de Gévaudan

La Bestia es llevada al castillo de Besque, en Charraix, residencia del Marqués de Apcher. El notario Marin establece un informe muy preciso de las dimensiones del animal. Los cirujanos de Saugues lo acompañan, el panadero y sus hijos, junto con el médico de Agulhon de la Mothe. La Bestia es disecada por el panadero y a su vez expuesta en el castillo de Besque. Al Marqués de Apcher no le molestaron los prodigiosos gastos hechos para recibir a la multitud que se dio cita para ver a la Bestia. Numerosos testimonios de víctimas atacadas también se inscribieron en el informe de Marin. La Bestia estuvo 12 días en Besque. El Marqués solicita a un sirviente llamado Gilbert que la lleve a Versalles para mostrársela al Rey. Enseguida, los escritos del cura Poucher confirman que Jean Chastel efectivamente fue de viaje. Mientras que, varios estudios durante el año 2010 afirman que el sirviente Gilbert efectivamente había llevado a la Bestia a París, pero no existen pruebas de que Chastel haya viajado igualmente. Al llegar al castillo del rey, el animal esta en un estado de putrefacción avanzado. El Panadero había sido el encargado de vaciar las entrañas y reemplazarlas con paja. El trayecto y el calor no favorecieron a la conservación del cuerpo. En el momento en que Chastel (o Gilbert) pidieron una entrevista con el rey para presentarle a la Bestia, esta petición fue cancelada debido al estado del animal. Es entonces cuando Georges-Louis Leclerc de Buffon en persona decide examinar a la Bestia y concluye que se trataba de un lobo de gran tamaño. Posteriormente, la Bestia es enterrada en un jardín del castillo sin nada para preservarla. No ha quedado rastro de lo que Buffon haya podido escribir sobre la bestia. En una reunión efectuada el 9 de septiembre, los estados particulares de Gévaudan otorgaron a Jean Castel una modesta recompensa por el valor de 72 libras.

El Informe de Marin

El 20 de junio de 1767, después de que Jean Chastel haya dado muerte al animal, el notario real Roch Étienne Marin redacta el informe de autopsia de la Bestia realizado en el castillo de Besque, propiedad del Marqués de Apcher, en la ciudad de Charraix (Haute-Loire). Este informe fue hallado en 1958, y ofrece cierta información sobre la naturaleza del animal. Aquí se muestra una parte de las dimensiones (teniendo como referencia que un pie es igual a 32.4, una pulgada mide 27mm y una línea tiene 2.25mm). (la leyenda describe el peso del animal entre los 50 kg.) Además, este informe muestra detalles sobre las fauces del animal. Así se puede notar que la mandíbula superior tiene 14 dientes, 6 incisivos, 2 colmillos y 6 molares. La mandíbula inferior se compone de 22 dientes: 12 incisivos y 10 molares. Ésta fórmula dental no tiene equivocaciones: se trata de un cánido. Se incluyen también varios testimonios de personas que han visto al animal, así como también de heridas y cicatrices de las víctimas.

Cazadores de la Bestia

Capitán Duhemel Jean Baptiste, Lois Francois Boulanger, señor de Duhamel, teniente del régimen de “Cambis “ a partir de 1747. En 1756 hasta 1758 vino de un regimiento de “Royal Roussillon Cavalerie”. Después estuvo encargado como ayuda superior del batallón del regimiento de voluntarios de Clermont-Price. En el año de 1758 es quien obtiene el grado de capitán. Él venía de un batallón de “Dragons “ en 1760. Los primeros ataques de la Bestia fueron en 1764, el comando sus tropas en la región de Langogne. Señores Denneval Jean Charles marc Antoine Vaumesle d´Enneval, algunas veces nombrado Martín, nació en 1703, fue un gran jefe de lobos en Normandie desde 1703 a 1769. Él vino a Gévaudan con Jean Francois. Antoine de Beauterne Francois Antoiné, nacido alrededor de 1695, fue portador arcabucero del rey Luis XV, teniente de cazas e inspector del bosque de la capitanía de San Germán en Laye. Fue igualmente un gran jefe de loberos del reino y caballero de la orden de San Luis. Vino con su tercer hijo, Robert Francois Antoine de Beauterne, que había nacido el 26 de junio de 1748, portador de arcabuz sucesor y guardia civil del rey. Ese fue el último que tuvo el nombre de tierra de” Beauterne” independientemente de cualquier heredero familiar. Ellos fueron asistentes, el guardia Lacoste, los guardias civiles de la capitanía real de San Ferman Pélissier, « Régnault y Dumoulin», los guardias civiles en caballo de “Duc d´Orléans “ “ Lacour y Rinchard “ y los guardias de “Duc de Penthiévre”.

La posible identidad de la Bestia de Gévaudan

Ateniéndonos a las descripciones de la época (muy probablemente exageradas en cuanto al tamaño y cualidades de la bestia del Gévaudan), se pueden sacar varias conclusiones que nos pueden ayudar a la hora de establecer su identidad: 1) Parece cierto que un animal con características poco comunes fue capaz de atacar y matar a varias decenas de personas en la segunda mitad del siglo XVIII en los bosques de la región del Gévaudan. Las cifras varían, según las fuentes consultadas entre 70 y 140 muertes. Es probable que la cifra real de muertes se ajuste más a 70, si bien hay que tener en cuenta que se produjeron varias decenas de heridos. 2) El hecho de que la mayoría de víctimas mortales fueran mujeres y niños, algunas de las cuales presentaban signos evidentes de haber sufrido abusos sexuales antes o después de su muerte, hace creíble pensar que una o más personas, aprovechándose de las circunstancias, dieran rienda suelta a sus peores instintos, violando, asesinando y mutilando a varias de las víctimas atribuidas a la bestia. Los restos de estos crímenes, abandonados en los bosques no tardarían en ser localizados y devorados por animales que pudieron cargar con la culpa de la autoría de los hechos. 3) Es difícil averiguar la especie animal capaz de provocar tantas muertes ajustándonos a las descripciones de quienes lo avistaron. Dejando de un lado otras versiones acerca de posibles animales fantásticos y hombres-lobo, los candidatos más probables serían los siguientes: a) Lobos: En 1764 en esa zona abundaban los lobos, que eran muy temidos, principalmente por toda la mitología asociada a ellos y por los ataques que realizaban al ganado doméstico. De hecho fueron cazados muchos ejemplares durante las numerosas batidas que se realizaron para tratar de acabar con la bestia. Uno de ellos, de un tamaño enorme, fue abatido por un habitante de la zona y tras ello parece ser que los ataques (o las informaciones sobre ellos) disminuyeron durante un breve período. Como las muertes continuaban y era un hecho difícil de silenciar, las partidas de caza volvieron a los bosques del Gévaudan, acabando con la vida de otro gran ejemplar de lobo que se dijo podría ser la pareja del anterior (las fuentes hablan de unas dimensiones de 1,80 m. desde la base de la cola hasta la punta del hocico y 65 kg de peso). Para añadirle más intriga a la historia, el esqueleto del animal abatido se conservó en un museo de París hasta 1830 cuando fue destruido por un incendio. Es muy improbable que un lobo solitario fuese capaz de realizar todos los ataques ya que no concuerda en absoluto con el comportamiento de la especie. Un grupo de lobos actuando coordinadamente sí serían capaces de realizar estos ataques, pero los testimonios coincidían en que se trataba de un sólo animal. Además, los humanos sólo en muy raras ocasiones han sido víctimas de los lobos. Sí se conocen casos bien documentados de otros animales causantes de decenas de muertes de personas en otros continentes, en los cuales ejemplares aislados (leones, tigres y leopardos) se han acostumbrado a cazar y devorar hombres ya que les resultaban presas muy fáciles de capturar. Se habla también de una supuesta subespecie de lobo extinta en el siglo XIX, de mayor tamaño y ferocidad que las actuales, como posible candidato. Este dato habría que tomarlo como poco fiable, aunque es cierto que en muchas especies de animales por diversos motivos surgen muy de vez en cuando individuos de mayor tamaño que la media habitual (así como también surgen otros de menor tamaño de lo habitual). En cualquier caso nunca estaríamos hablando de un animal del tamaño de una res y 500 kg. de peso, como aseguraban algunas de las descripciones de la época. b) Especies exóticas: En el siglo XVIII en Europa, ya vivían en cautividad numerosas especies exóticas procedentes de todo el mundo, como leones, leopardos, tigres, hienas y pumas. Cualquiera de estos animales escapado de su cautiverio podría adaptarse a vivir en libertad en una zona boscosa con recursos suficientes para proporcionarles alimento y cobijo. Algunas de las descripciones del animal dicen que tenía un gran tamaño, pelaje de color rojizo, con una cresta de pelo en el dorso y varias franjas verticales más oscuras en la parte posterior del cuerpo. Esta descripción podría adecuarse a primera vista a una hiena rayada, y de hecho varios autores contemporáneos y posteriores a los sucesos apuntaron a este animal como probable causante aunque si bien este animal puede tener un comportamiento agresivo en ocasiones, no es plausible que ataque y devore a decenas de personas. Otro tanto podría decirse del tilacino o lobo marsupial de Tasmania, con el cual se ajustan varias de las descripciones: hocico alargado, grandes fauces, capacidad de dar grandes saltos y cuartos traseros atigrados. Este animal (presuntamente extinto a mediados del siglo XX) ya era conocido a finales del siglo XVIII por los colonos de Australia y Tasmania (y por los aborígenes desde mucho antes), aunque la posibilidad de que hubiera en Europa algún ejemplar en 1764 traído por algún barco desde las antípodas, se antoja muy remota. Tampoco el tamaño y su supuesta ferocidad se ajustan a esta especie. Hay ejemplares de tigres cuyas típicas rayas verticales están casi limitadas a sus cuartos traseros y desde luego un tigre es perfectamente capaz de llevar a cabo la mayoría de actos supuestamente cometidos por la bestia del Gévaudan. Tendríamos, por tanto, en un tigre escapado de cautividad como posible (aunque improbable) candidato a ser nuestra misteriosa bestia. c) Híbridos: Algo más probable en esa zona sería un híbrido producido entre un perro y un lobo o entre dos razas grandes de perro. Son relativamente frecuentes y conocidos los casos de cruces fortuitos entre perros y lobos, ya que comparten un material genético prácticamente idéntico y pueden generar descendencia con capacidad reproductora. Sería muy interesante ver el resultado del cruce entre un lobo y una especie de perro de gran tamaño (un mastín o un alano por ejemplo) bien fuera domesticado o asilvestrado. Por otro lado, las peleas organizadas entre perros de presa entrenados para la lucha y otros animales (osos, lobos, tejones, etc...) ya eran habituales en toda Europa desde hacía varios siglos. Esos perros utilizados para batidas de caza y peleas, muchas veces eran cubiertos parcialmente por sus dueños con protecciones de cuero y metal para evitar las heridas que les pudieran producir sus potenciales presas. Este hecho, también podría explicar, al menos en parte, el extraño aspecto de la bestia ante los ojos de los testigos, si bien, es probable que alguno de ellos reconociera tales protecciones. No sería difícil imaginar lo que podría hacer un híbrido de las especies antes mencionadas abandonado en una zona habitada y teniendo que subsistir por sus propios medios. Por todo ello, esta última es la posibilidad que parece más aceptable, teniendo en cuenta los datos que se poseen y las descripciones de los testigos.

Otros casos similares

lugares donde se efectuaron los ataques de la bestia

Los ataques ocurridos en Gévaudan no fueron casos aislados. Un siglo antes, en 1693, ocurrieron ataques similares en Benais, donde hubo cerca de 100 víctimas, la mayoría mujeres y niños. La bestia responsable fue descrita de forma muy similar a la de Gévaudan. Durante los sucesos de Gévaudan fue vista una bestia el 4 de agosto de 1767 en Sarlat, una región con cuevas prehistóricas situada cerca de Gévaudan. Cuatro décadas después, entre 1809 y 1813, hubo más ataques en Vivaris, donde hubo al menos 21 víctimas (niños y adolescentes). Entre 1875 y 1879, hubo más ataques en L'Indre. Todos estos ataques ocurrieron en periodos de 4 años. Existen informes de ataques y avistamientos de criaturas similares hasta 1954.

Fuentes