La contrarrevolución en Cuba en el año 1961
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La contrarrevolución en Cuba en el año 1961: La revolución estaba prácticamente naciendo y muchos de sus propios hijos que no estaban de acuerdo con el proceso revolucionario, no se conformaban con su derrota frente a un pueblo cada vez más fortalecido y con ideales bien definidos.
La CIA había encomendado a los grupos contrarrevolucionarios la misión de "paralizar La Habana" y las principales ciudades del país, mediante actos terroristas antes de que la Revolución Cubana cumpliera tres años, pero la Seguridad del Estado de Cuba, apoyada por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y el pueblo en general neutralizaron el tenebroso plan.
Sumario
Historia
Desde los comienzos de la Revolución, se evidenció el plan de la contrarrevolución. En una escuela, la Nobel Academy, de la barriada habanera de La Víbora, hoy municipio de 10 de octubre, una bomba dejaba un saldo de siete alumnos y una profesora heridos.
Ese mismo día, avionetas piratas procedentes de Miami regaban fósforo vivo sobre campos de caña y en Séptima y 24, en el reparto de Miramar, actual municipio de Playa, terroristas asesinaban al revolucionario Héctor Salinas.
La prensa de aquellos días reflejó el combate diario contra los enemigos de la Revolución.
Cuatro cabecillas contrarrevolucionarios y 100 miembros de las bandas de alzados habían sido capturados por los milicianos.
En Sancti Spíritu, durante la detención de un comando terrorista, resultaba muerto el combatiente Bernardo Arias Castillo. A los terroristas capturados se les ocuparon pertrechos y explosivos suministrados por la CIA.
Una bomba estallaba en el centro comercial Sumesa, en La Habana, y arrancaba la vida al joven José María Méndez, además de ocasionar varios heridos y destrozos en el comercio.
Otro artefacto dejaba sin energía eléctrica a Campo Florido, Guanabo y repartos adyacentes en el noreste de La Habana.
En la sede del Ministerio del Trabajo descubrían a tiempo unos explosivos colocados que no llegaron a estallar y fueron desactivados a tiempo por expertos de la Policía Nacional Revolucionaria.
Ofensiva revolucionaria en las serranías
La Seguridad Cubana trabajaba intensamente en ciudades y campos. En las serranías, milicianos y combatientes del Ejército Rebelde batían a las bandas contrarrevolucionarias.
El 15 de marzo se anunciaba en la prensa la captura de unos 400 alzados, además de medio centenar de ellos muertos en combate. Otros seis cabecillas de bandas habían sido capturados.
Cinco días después, en el sur de Matanzas, era destruida una banda que asolaba la zona. Se reportaban también detenciones de cabecillas en fuga en el centro del país.
El terrorismo contrarrevolucionario en las ciudades continuaba. En La Habana, los bomberos tuvieron que sofocar incendios en tiendas de las calles Monte y Obispo. Un auto explotaba durante un acto de la Federación de Mujeres Cubanas en el Vedado y dejaba el saldo de dos muertos.
Accionar del pueblo cubano
El 18 de marzo se le propinaba un duro golpe a la contrarrevolución con la detención en una casa de Miramar de 11 de sus jefes, entre ellos, Rogelio González Corzo (Francisco, el hombre fuerte de la CIA en Cuba).
También entre los detenidos se hallaba Humberto Sorí Marín, un traidor del Ejército Rebelde que había sido ministro de la Revolución en el poder, y Rafael Díaz Hanscom, cabecilla contrarrevolucionario muy apreciado por la CIA.
Varios días después, combatientes de la Seguridad del Estado decomisaban un gigantesco arsenal en un club de Celimar, en donde se encontraron casi 200 granadas, pistolas, ametralladoras, carabinas M-1, explosivos de alto poder y petacas incendiarias. Se desconocía aún que algunas de estas últimas ya habían sido entregadas a comandos terroristas y se usarían en el sabotaje a la mayor tienda por departamentos del país, El Encanto.
También por aquellos días se anunciaba la detención de numerosos contrarrevolucionarios pertenecientes al grupo denominado Triple A, entre ellos los principales cabecillas de esa organización terrorista en Cuba: Aureliano Sánchez Echevarría, Mario Escoto y Pedro Puentes Cid.
El primero de estos cabecillas era hijo del máximo jefe de la organización terrorista: Aureliano Sánchez Arango, residente en los Estados Unidos y hasta fines de 1960, uno de los "jefes políticos" de la invasión "a lo Guatemala" orquestada por Washington.
Sánchez Arango se había distanciado de la CIA y abandonado el llamado Frente Revolucionario Democrático (FRD), el "gobierno cubano en el exilio" creado por la agencia a su imagen y semejanza.
Esto no impedía que una facción de la Triple A continuara en el FRD y que los comandos de esa organización en Cuba, siendo fieles o no a Sánchez Arango, recibieran pertrechos, armas y explosivos, cuyo suministrador era la tenebrosa CIA.
Los terroristas de la Triple A preparaban un atentado al embajador de la Unión Soviética en Cuba y eran responsables de decenas de acciones terroristas, muchas de ellas al costo de vidas de inocentes civiles.
Con certeros golpes, la Revolución neutralizaba el plan terrorista de la CIA. La Seguridad Cubana y los CDR, siempre con la guardia en alto, ya tenían detectados a colaboradores y desafectos, quienes podían ser rápidamente controlados en caso de una invasión.
En los días siguientes, ya en abril de 1961, el plan de la CIA para "paralizar La Habana" sería totalmente derrotado.
Violación de la tranquilidad del pueblo cubano
A mediados de marzo de 1961 estaba en su máximo apogeo el plan de la Agencia Central de Inteligencia, de utilizar un ejército mercenario de apátridas de origen cubano para desencadenar una invasión armada encaminada a derrocar a la Revolución Cubana y paralelamente asesinar al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, como garantía de triunfo.
La necesidad de fabricar una oposición interna, como instrumento de la estrategia para destruir la Revolución cubana, surgió desde que los círculos de poder estadounidenses comprendieron que el gobierno Revolucionario amenazaba sus intereses hegemónicos.
Mal llamado Proyecto Democracia
El 14 de enero de 1983 el Presidente estadounidense firmó la Directiva de Seguridad Nacional No. 77, sobre el manejo de la diplomacia pública relativa a la seguridad nacional, mediante la cual se creaban las estructuras encargadas de poner en práctica las ideas expresadas en el “Proyecto Democracia”.
A partir de entonces la incitación, organización y financiamiento de las posiciones favorables al gobierno de Estados Unidos en los países socialistas, sería realizada de forma pública, a través de instituciones de ese carácter y no sólo mediante operaciones encubiertas de la CIA.
La esencia de estas concepciones promovió la creación de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) en 1981, el establecimiento de Radio Martí en 1985, el surgimiento de los primeros grupúsculos y con ellos, el inicio de las campañas internacionales contra nuestro país en esta dirección.
A inicios de la década de los 90 el gobierno estadounidense inició un proceso de reevaluación política; presentía la caída de la Revolución como resultado del “Efecto dominó”. Se propició así la expansión de las transmisiones radiales hacia Cuba en un intento de avanzar ideas que estimularan la creación en nuestro país de un régimen democrático al mejor estilo estadounidense, para lo cual también se creó TV Martí, violando las convenciones que rigen las comunicaciones internacionales.
Estudiosos estadounidenses del tema, convinieron en que las condiciones de Cuba no estaban maduras para una situación similar a la de Europa del Este. Entre otras causas argumentaron que no existían santuarios institucionales en Cuba mediante los cuales enmascarar y desarrollar la actividad política.
En 1994, la CIA estimuló el incremento del financiamiento a individuos y organizaciones no gubernamentales cubanas para fomentar las bases del mercenarismo en el seno de minorías poblacionales sensibles a la corrupción política y moral.
A partir de 1995, la propia Agencia proyectó la utilización de una oposición de mercenarios con afanes de lucro, con la cooperación de individuos esencialmente apátridas, en la dirección de presionar por la realización de reformas y fomentó la utilización de numerosos medios de propaganda, incluyendo agencias de noticias internacionales y las emisiones radiales contrarrevolucionarias así como estimuló la promoción de conceptos asociados a la economía de mercado, la democracia y los derechos humanos, entre otros.
También en esta década se recrudeció la guerra económica contra nuestro país a partir de la aprobación por parte del presidente William Clinton en 1996 y de la instrumentación rigurosa por parte del presidente George W. Bush a partir del 2000 de la Ley Helms-Burton. Jamás nación alguna había sido sometida a una agresión económica tan brutal.
El 12 de septiembre de 1998 cinco patriotas cubanos que desde dentro del propio territorio de los Estados Unidos, trataban de salvaguardar nuestra soberanía luchando contra organizaciones contrarrevolucionarias que habían intensificado las acciones terroristas contra la Revolución causando considerables daños materiales y humanos incluyendo el asesinato del turista italiano Fabio Di Celmo, fueron arbitrariamente encarcelados por las autoridades estadounidenses. Sometidos a un vergonzoso proceso político judicial mediante el cual se hizo recaer sobre estos héroes cubanos toda la histeria, el odio y la impotencia del imperio, fueron condenados injustamente y todavía hoy, al cabo de más de diez años, permanecen encarcelados.
Nuestro pueblo continúa dando la batalla para hacerlos regresar libres a la patria mediante un proceso minado de dificultades, enfrentando al colosal control que tiene el imperio sobre los medios de difusión masiva, tratando de crear una conciencia en las personas de buena voluntad del mundo para que unan sus esfuerzos en pos de la liberación que más temprano que tarde ha de conseguirse, porque no hay maldad ni perfidia que puedan contener el empuje de la voluntad de los pueblos.
Fortaleza de un pueblo
Las consecuencias de todas estas políticas de agresión contra la Revolución son ampliamente conocidas por nuestro pueblo que en todo momento ha dado la respuesta contundente a todas estas formas de injerencia imperialista en los asuntos internos de nuestra nación.
La Revolución ha sobrevivido a 10 presidentes estadounidenses y en medio de las complejidades que vive la humanidad incluyendo la crisis del sistema capitalista y el cuestionamiento del propio modo de vida estadounidense, quizás estas formas de oposiciones rentadas tan vergonzosas pertenezcan a un pasado llamado a eclipsarse por sí mismo y los nuevos inquilinos que ocupen la Casa Blanca adopten posiciones más objetivas hacia la Revolución.
El término “Acción encubierta” se aplica a un procedimiento operativo de la CIA donde lo importante es ocultar la participación del gobierno de los Estados Unidos, más que cualquier otra cosa.
Según fue definida por la Comisión de Historia de los Órganos de la Seguridad del Estado en el capítulo “Mafia CIA Negación Plausible” del libro Las Reglas del Juego, 1988, la negación plausible es la doctrina de la comunidad de inteligencia yanqui basada en involucrarse sólo en aquellas operaciones secretas que puedan ser categóricamente negadas si son descubiertas. Esto permite en los casos de las muertes por asunto de Estado (ejemplo Lumumba, Trujillo, Torrijos), utilizar cualquier medio, incluyendo la mafia, para cumplir sus objetivos al margen de la ética o la regulación legal.
Referencias Bibliográficas
- Gabriel Molina: Diario de Girón, Editora Política, La Habana, 1983. pp. 80 -81.
• Juan Carlos Rodríguez: Girón la Batalla Inevitable, Editorial Capitán San Luis, La Habana 2005, pp. 43,44. - Jacinto Valdés Vivanco: Operación Mangosta: Preludio de la Invasión directa a Cuba, Editorial Capitán San Luis, La Habana, 2002, p. 26.
Fuentes
- http//:www.cubahora.cu
- http//:www.cubasocialista.cu
