La cruz del puente

La Cruz del Puente
Información sobre la plantilla
Localidad de Cuba
EntidadLocalidad
 • PaísBandera de Cuba Cuba
 • ProvinciaProvincia Villa Clara
 • MunicipioMunicipio Santa Clara
 • FundaciónSiglo XVII
Puente-cruz-sc1.jpg

La Cruz del Puente. Es una cruz de granito ubicada a la entrada de uno de los puentes sobre el río Cubanicay, en Villa Clara, Cuba.

Ubicación

Una cruz de granito sobre pedestal, rodeada por una verja a la entrada de un puente sobre el río Cubanicay, en Villa Clara, resulta la causa de un entramado de historia y leyenda, al decir de los pobladores de la central ciudad cubana.

Historia

Más de 140 años avalan la existencia de varias leyendas arraigadas alrededor del monumento levantado por el español Martín Campos y Oliver, quien decidió erigir una cruz de mármol a costa de su capital y que fuera mandada a construir en Barcelona. Se trata de uno de los monumentos más antiguos de la ciudad de Santa Clara.

Inaugurado el 2 de mayo de 1861, subsisten dos versiones sobre el posible origen del símbolo religioso en ese lugar. Una plantea que el mismo ya se encontraba al llegar los fundadores desde Remedios, mientras que la otra afirma que la cruz fue situada en el nuevo asentamiento por los habitantes de la Octava Villa para señalar el punto del arribo

Características

Partícipe de la historia, otra de las posibles razones de su existencia, según el historiador Manuel Dionisio González, reside en la práctica común de los primeros santaclareños de colocar al frente de sus casas, en las posesiones rústicas, una cruz alta de madera como distintivo de las creencias religiosas de sus dueños.

Las tradiciones y la falta de información propiciaron que el pueblo creara diferentes leyendas referidas al origen de la cruz. Acorde al cristianismo, se cuenta que el lugar se utilizaba para ahorcar criminales en un poste.

La otra versión, según cuenta Florentino Martínez en Ayer de Santa Clara, data de una trágica historia de amor durante el siglo XVII (antes de la fundación). La joven María y su amante Jacinto, avivaban su amor en el río, cuando fueron sorprendidos por el hermano de la muchacha, llamado Ramón. Este sentía un profundo rencor hacia Jacinto, quien sobresalía por su habilidad en las monterías y el lazo.

El altercado entre los dos fue inevitable. María se interpuso y recibió un machetazo dirigido por su hermano al novio, por el cual falleció en el acto. Jacinto toma venganza al ultimar al desconcertado agresor y luego entierra el cadáver de la amante en un sitio del lugar, donde clava sobre su tumba una rústica cruz de madera.

Después de inaugurar el monumento iniciaron las fiestas, reducidas en un principio a dos días, pues existía la costumbre de velar la cruz durante la noche del dos al tres de mayo, por conmemorarse, en la última jornada, la Invención de la Cruz.

Posteriormente, se extendieron a nueve días (hasta el 10 de mayo), correspondiéndole sucesivamente uno a cada cuadra de la calle Santa Elena (actual Independencia). Los vecinos se encargaban de la ambientación y embellecimiento, siempre con el ímpetu de superar a los del día anterior.

Tradiciones

Estas fiestas también tenían como objetivo recaudar fondos para el Ayuntamiento y dedicarlos a obras de beneficio social. La Cruz de Mayo se celebra en diversos países, donde la religión cristiana alcanza mayor protagonismo.

Víctima de numerosos percances, como el ataque provocado por algunos irrespetuosos que la derribaron de su pedestal, y más tarde el desastre provocado por el huracán Lili, en 1996, la cruz fue sustituida, mientras la original reposa en una de las salas de la Casa de la Ciudad.

Patrimonio

El altercado entre los dos fue inevitable. María se interpuso y recibió un machetazo dirigido por su hermano al novio, por el cual falleció en el acto. Jacinto toma venganza al ultimar al desconcertado agresor y luego entierra el cadáver de la amante en un sitio del lugar, donde clava sobre su tumba una rústica cruz de madera.

Después de inaugurar el monumento iniciaron las fiestas, reducidas en un principio a dos días, pues existía la costumbre de velar la cruz durante la noche del dos al tres de mayo, por conmemorarse, en la última jornada, la Invención de la Cruz.

Posteriormente, se extendieron a nueve días (hasta el 10 de mayo), correspondiéndole sucesivamente uno a cada cuadra de la calle Santa Elena (actual Independencia). Los vecinos se encargaban de la ambientación y embellecimiento, siempre con el ímpetu de superar a los del día anterior.


Fuentes