La reina de África (película de 1951)

La reina de África
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aventuras, romance, primera guerra mundial, África | Estados Unidos
106 min
Otro(s) nombre(s)The African Queen
Estreno1951
GuiónJames Agee
DirectorJohn Huston
Dirección de FotografíaJack Cardiff
PaisEstados Unidos

La reina de África es una película estadounidense de aventuras y romance, estrenada en 1951. Intervienen tres grandes de la historia del cine: John Huston, como director y coguionista, y los actores Katherine Hepburn y Humphrey Bogart.

Sinopsis

Al estallar la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Charlie Allnut (Bogart) un rudo capitán de barco con tendencia a la bebida y Rose Sayer (Hepburn), una estirada y puritana misionera, huyen de las tropas alemanas en una ruinosa embarcación, con la que deben remontar un peligroso río. Son, a primera vista, dos seres antagónicos, incompatibles, pero la convivencia y, sobre todo, las penalidades que tendrán que afrontar juntos para sobrevivir harán cambiar radicalmente su relación.

Reparto

Caracterización

Lo mejor de la película

  • La excelente fotografía de Jack Cardiff, capaz de hacer traspasar la pantalla a las emociones de los protagonistas, y recoger esos sentimientos los espectadores.
  • Los ingeniosos diálogos, verdadero punto fuerte de la película. Son la chispa que logra mantener la atención durante todo el film.
  • Con el paso del tiempo, la imagen mítica de los protagonistas se va acrecentando de una manera considerable y convirtiendo el film en un verdadero referente para todos los amantes del cine. Humprey Bogart y Katharine Hepburn lo son todo en este film.
  • La dirección de John Huston, explotando de una manera maravillosa los recursos de sus actores, tanto en su faceta dramática, como su faceta cómica a lo largo de los 105 minutos de proyección. John completa una película que es un cúmulo de pequeñas dosis de varios géneros: aventuras, drama, road movie (no se como se diría esto cambiando la carretera por un rizo), comedia, en fin espectacular.

Lo peor de la película

  • Un toque más pícaro para el personaje de Allunt (Humprey Bogart) hubiese venido de maravilla al film. La verdad es que lo tenía todo a su favor este truhán y borrachete Allunt, para enamorar a la ingenua Rose, pero en cierta manera nos decepciona que no hubiera estado un poco más borde.
  • El paso del tiempo si que ha afectado a este film en algunos aspectos. Digamos que la cursilería gastada por Rose (Katharine Hepburn) en nuestros días es producto de hilaridad. Pero seamos sinceros es una cursilería graciosa y encantadora en toda una señora actriz como era la inolvidable Katharine.
  • También resulta inevitable hacer referencia a los efectos especiales. Nos sirve para darnos cuenta de lo que ha evolucionado este aspecto.
  • El film se merecía una mejor edición en DVD, sobre todo en el tema del sonido.
  • La rapidez inusitada con la que se pasan por escenas que hubiesen dado mucho juego resulta algo decepcionante.

Escenas resaltables

  • El desayuno entre el reverendo Samuel (Robert Morley) su hermana Rose (Katharine Hepburn) y el ruido de tripas de Allunt (Humprey Bogart). Situación bastante cómica las que se producen para acabar con una bastante trágica, la noticia de la guerra mundial.
  • Dejadas atras las tropas alemanas, que han descargando toda su artillería sobre la pobre "La Reina de África" y sobreviviendo ante tal avalancha de balas, como es natural la euforia se desata entre Allunt y Rose.
  • Humprey Bogart haciendo monadas en el río con los hipopótamos. IMPAGABLE.
  • A lo largo del film es interesante observar la manera tan distinta de afrontar las cosas por la pareja protagonista. Por una parte el optimismo y tozudez del personaje de Rose, contrasta con la inseguridad de Allunt.
  • El barco encallado en el cañaveral, en medio de un sofocante calor, hace que la angustia y el desasosiego vaya adueñandose de los protagonistas y del espectador.

Conclusión

  • "La Reina de África" es un film donde John Huston nos muestra de una manera maravillosa lo que hoy en día conocemos como "road movie". Nos describe magníficamente la evolución de una relación entre dos personalidades completamente opuestas, en una paraje idílico que por momentos se convierte en todo un infierno.

La película es un canto a la fuerza de voluntad, a la lucha contra la adversidad, a la tenacidad, a la tozudez humana y porque no decirlo, a la venganza fría.

Humprey Bogart obtuvo el Oscar por su interpretación en este film, pero lo que no entiendo porque no se lo llevó Katharine Hepburn, (finalmente obtuvo el premio Vivien Leigh por "Un tranvía llamado deseo")cuando su actuación es mucho más importante que la de su compañero masculino y que conste que no es por desmerecer el galardón de Bogart, pero me parece injusto a todas luces que no se lo hubieran dado a ella así como que el film ni siquiera fuera nominado para mejor película. Fueron nominadas: "Un tranvia llamado deseo " "Un lugar al sol" "Un americano en Paris" "Quo Vadis" "Decisión al amanecer"

Curiosidades

  • El film se rodó en el Congo Belga (República del Congo) en medio de la selva, los actores y por supuesto el resto del equipo carecían de camerinos y retretes para sus necesidades. A ello habría que añadirle un insoportable calor, combinado con unas infernales lluvias, que hicieron suspender el rodaje en más de una ocasión. Humphrey Bogart le acompañó su esposa Lauren Bacall en el viaje y rodaje del film.
  • La película de Clint Eastwood Cazador blanco, corazón negro estaba basada en la novela de Peter Viertel, quien tomó como inspiración las experiencias de John Huston durante el rodaje de La reina de África.
  • La reina de África recibió cuatro nominaciones a los Oscars: mejor actor (Bogart), mejor actriz (Hepburn), mejor director (Huston) y mejor guion (Huston y Agee).
  • Todo el equipo de rodaje cayó enfermo de disentería, a excepción de John Huston y Humphrey Bogart.

Premios

1951: Oscar: Mejor actor (Humphrey Bogart). 4 nominaciones

Críticas

Compañeros de viaje

Narración, en tono de comedia y aventura, del accidentado viaje que un borrachín simpático y una misionera melindrosa pero encantadora realizan por un perdido río africano en plena guerra mundial. La estrecha convivencia acabará limando asperezas entre ellos.

El otras veces duro Bogart ganó su único Oscar con una jocosa e inolvidable interpretación, bajo la dirección de su amigo John Huston (La jungla de asfalto, Chinatown). Se trata de una encantadora película, de temática y tono inusual, que reúne a dos de las estrellas de cine clásico más famosas de la historia. Por cierto, la anécdota que ha quedado para la posteridad es que todo el equipo de rodaje cayó enfermo de disentería.

La reina madre

Ignoro si el cinéfilo nace o se hace pero, en cualquier caso, para serlo es necesario ver un porrón de películas; si puede ser desde niño, mejor. El cine de aventuras constituye, en este sentido, un excelente género para foguear a cualquier tierna criaturita que consienta en recorrer como espectador los interminables y variopintos senderos del séptimo arte.

Mi instinto pedagógico me conmina a encauzar esa agotadora andadura de la mano de pelis como “Las minas del rey Salomón”, “El halcón y la flecha”, “El vuelo del fénix”, “Lawrence de Arabia”, “En busca del arca perdida” y tantas otras, pero si tuviera que elegir una, sólo una, lo tengo claro: Ninguna peli de aventuras podría arrebatarle el cetro a “La reina de Africa”. La reina madre de todas las pelis de aventuras.

Huston dió forma y sentido a una peli que tiene todo lo que debe tener una cinta de aventuras que se precie: guión ameno, exteriores exóticos, buenas dosis de acción, algo de drama, algo de comedia, algo de romance y un par de actores de reconocido carisma. Pero lo mejor de todo es el innato talento del viejo John para contar historias. Probablemente ese prodigioso don es el que convierte a “La reina de Africa” en una obra asombrosamente emocionante, cautivadora y paradigmática. Sin rival.

La reina africana

La chispa Bogart-Hepburn no se hace esperar en esta comedia romántica en el corazón del continente africano.

Efectivamente, estoy de acuerdo en que estas dos almas solitarias, estos dos personajes como fuera de lugar en el contexto de una historia narrada durante una guerra y situados en una fuga geográfica de la cual en realidad no tienen escapatoria sino complementarse en un amor bajo el calor de la selva y el ataque de los mosquitos, bajo la influencia Hemingway-Hustoniana. Entrañable, muy entrañable. Con un Bogart mostrándonos un personaje que me es simpático (Charlie) y es por que es profundamente psicológico.

Esta película me recuerda al tratamiento que se les da al los dos personajes principales como en “Un tranvía llamado deseo”, solo que con escenarios diferentes.

Dos seres con deferencias abismales, caminos recorridos muy diferentes, pero compenetrados totalmente cuando sus caminos se cruzan en algo que parecía casi imposible.

Dulce sabor de la aventura

No voy a hablar de la inverisimilitud de esta historia que a algunos parece molestar. Cuando se rueda una cinta de aventuras la credibilidad se queda a un lado. Me quedo, con todo lo demás, con aquello que Huston supo plasmar con elegancia, incluso, con los factores que le dan a la historia, un toque extraordinario. No me cansaré jamás de repetir que las aventuras que Huston dirigió son hoy por hoy, un tesoro jamás superado. Evidentemente no me refiero al nivel técnico, donde las escenas de los rápidos pueden sonrojarnos hoy en día, sino por esa destreza en conseguir que las aventuras más descabelladas puedan pareceremos reales, en conseguir un acercamiento a la historia y creer en la posibilidad de que los protagonistas pudiéramos ser nosotros.

Huston se desplazó al Congo Belga para rodar esta película que transcurría en Uganda. Con todas las incomodidades y con dos estrellas que dieron lo mejor que tenían para meterse en sus papeles. Sucios, feos, brutos y sin un ápice de estrellato. Y por eso nos lo creemos, porque olvidaron su nombre y se llenaron de selva.

Los mosquitos, los rápidos, el cañaveral son situaciones rodadas con una pericia, que yo, a miles de quilómetros de aquellos ríos tramposos, no puedo dejar de inquietarme y emocionarme. Esa es la realidad con la que John Huston sabía impregnar todas sus cintas. Esto, es “La reina de África”: el dulce sabor de la aventura.

Fuentes