Ladrillo

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Concepto:Componente cerámico artificial de construcción, compuesto básicamente por arcilla cocida

El ladrillo es un componente cerámico artificial de construcción, compuesto básicamente por arcilla cocida. Se emplea para la construcción en diversos elementos constructivos, como muros, tabiques, hornos, etc. Las dimensiones del ladrillo están estandarizadas de modo que cada una sea el doble de la anterior (por ejemplo: 5 × 10 × 20 cm), más 1 cm para el mortero de unión.

Historia del ladrillo

El ladrillo constituyó el principal material en la construcción de las antiguas Mesopotamia y Palestina, donde apenas se disponía de madera y piedras. Los habitantes de Jericó en Palestina fabricaban ladrillos hace unos 9000 años.

Los constructores sumerios y babilonios levantaron zigurats, palacios y ciudades amuralladas con ladrillos secados al sol, que recubrían con otros ladrillos cocidos en hornos, más resistentes y a menudo con esmaltes brillantes formando frisos decorativos. En sus últimos años los persas construían con ladrillos al igual que los chinos, que levantaron la gran muralla. Los romanos construyeron baños, anfiteatros y acueductos con ladrillos, a menudo recubiertos de mármol.

En el curso de la edad media, en el imperio bizantino, al norte de Italia, en los Países Bajos y en Alemania, así como en cualquier otro lugar donde escaseara la piedra, los constructores valoraban el ladrillo por sus cualidades decorativas y funcionales. Realizaron construcciones con ladrillos templados, rojos y sin brillo creando una amplia variedad de formas, como cuadros, figuras de punto de espina, de tejido de esterilla o lazos flamencos. Esta tradición continuó en el renacimiento y en la arquitectura georgiana británica, y fue llevada a América del norte por los colonos.

El ladrillo ya era conocido por los indígenas americanos de las civilizaciones prehispánicas. En regiones secas construían casas de ladrillos de adobe secado al sol. Las grandes pirámides de los olmecas, mayas y otros pueblos fueron construidas con ladrillos revestidos de piedra. Pero fue en España donde, por influencia musulmana, el uso del ladrillo alcanzó más difusión, sobre todo en Castilla, Aragón y Andalucía.

Un ladrillo es un elemento constructivo cerámico.

El ladrillo se obtiene por el moldeo, secado y cocción de una pasta arcillosa, y generalmente tiene forma prismática. Es empleado para la construcción de muros, tabiques, etc..

El ladrillo tiene forma prismática rectangular, y sus caras reciben distintos nombres, de mayor a menor: tabla, canto y testa. Las dimensiones de las caras del ladrillo guardan una proporción entre sí, siendo cada una el doble de la anterior (incluyendo el mortero que los une), lo cual permite formar los distintos aparejos. Las dimensiones usuales del ladrillo son: 6 × 12 × 24 cm

El ladrillo está compuesto arcilloso, con caolín, silicatos de alúmina, y otros minerales. El adobe es considerado el antecedente del ladrillo, aunque no es cocido.

Tipos de ladrillo

Hay diversas formas de clasificar a los ladrillos:

  • Ladrillo macizo: es el que tiene menos de 10% de perforaciones en su tabla. Algunos modelos tienen rebajes en las tablas y testas, para obtener muros sin llagas.
  • Ladrillo perforado: poseen más de 10% de perforaciones en la tabla. Son muy empleados en la construcción de fachadas.
  • Ladrillo manual: es una imitación de los ladrillos artesanales, su apariencia es tosca y rugosa. Tienen buenas propiedades ornamentales.
  • Ladrillo hueco: es el que tiene perforaciones en los cantos o testas, para reducir el volumen de cerámica y hacerlos más livianos. Se emplean en tabiques y elementos constructivos que no están sometidos a esfuerzos. Pueden ser de distintas clases, según la cantidad de huecos que tengan, de hueco simple, tiene una hilera de perforaciones en la testa; de hueco doble, tiene dos hileras de perforaciones en la testa.

Elaboración del ladrillo

La principal materia prima utilizada en la elaboración del ladrillo es la arcilla, que es un material plástico natural, con gran contenido de agua, lo cual le permite ser moldeada. Al perder el contenido de agua, adquiere dureza, la cual aumenta considerablemente luego de la cocción.

El proceso de producción del ladrillo comprende varios pasos:

  • Maduración: la arcilla debe ser sometida a ciertos tratamientos antes de emplearla para la fabricación del ladrillo, para obtener la consistencia y uniformidad, necesarias.
  • Tratamiento previo: de la arcilla, para purificar y refinar la materia prima.
  • Depósito: de la materia prima procesada, para que la materia prima acabe de homogeneizarse.
  • Humidificación: es necesario agregar agua previo al moldeo, para darle la consistencia precisa para la manipulación.
  • Moldeado: en las fábricas de ladrillo, el moldeado consiste en el extrusado de la arcilla, o sea hacerla pasar por la extrusora, que esa una boquilla que forma un largo prisma rectangular, llamado chorizo, que luego se corta del largo del ladrillo.
  • Secado: la masa moldeada debe secarse, para perder el agua que se le agregó para el moldeado, de modo que no haya fisuras, y queda listo para la cocción.
  • Cocción: la cocción del ladrillo, se realiza en hornos de túnel, a temperaturas que oscilan entre 900 y 1000°C. la temperatura en el interior del horno varía de forma uniforme. El material se coloca en carros, y el horno es alimentado de continuo por uno de los extremos del túnel, y sale por el opuesto cuando está cocido.

Almacenaje

Antes del embalaje, se procede a la formación de paquetes sobre pallets, que permitirán después moverlos fácilmente con carretillas de horquilla. El embalaje consiste en envolver los paquetes con cintas de plástico o de metal, de modo que puedan ser depositados en lugares de almacenamiento para, posteriormente, ser trasladados en camión.

Ladrillos inteligentes

Científicos de la Universidad de Illinois (en Estados Unidos), crean un tipo de ladrillo denominado «smart skin» (‘piel inteligente’), que monitoriza la respuesta de los muros una vez construido el edificio. El método de utilización es bastante simple: se colocan varios ladrillos inteligentes, con los sensores, baterías y transmisores alojados en el interior del ladrillo, en puntos estratégicos del edificio, entre los ladrillos normales, conectados a una red donde se monitorizan las posibles oscilaciones, temperatura y movimiento en respuestas a los agentes externos como seísmos o tornados.

Fuentes