Las tradiciones físicas deportivas

Las tradiciones físicas deportivas
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La Cultura Física, es un resultado de la actividad social de los hombres y, como tal, se encuentran condicionado por las leyes generales del desarrollo de la sociedad y por el carácter de sus relaciones de producción.

Las tradiciones físicas deportivas. La Cultura Física, constituye un resultado de la actividad social de los hombres y, como tal, se encuentran condicionado por las leyes generales del desarrollo de la sociedad y por el carácter de sus relaciones de producción.

La Cultura Física, debe ser comprendida como un subsistema del sistema general de la cultura que alude a una forma de actividad humana la cual está asociada –no reducida- a una motricidad, lo que implica la adquisición de una forma humana de movimiento realizada a la vista, en lo inmediato, de un fin válido para su campo disciplinar y en lo mediato, de una medida humana capaz de conducir no al hombre unilateral sino al auto desarrollo multifacético de la personalidad.

Esta teoría constituye desde el punto de vista lógico un fundamento básico para la interpretación de las tradiciones físicas deportivas, las que son una manifestación de la Cultura Física.

Elementos pertinentes al campo de la Cultura Física

  • Las formas de la espiritualidad de los grupos humanos en relación con las prácticas físicas que actúan como contenido fundamental de su actividad.
  • Las tendencias de los comportamientos documentados formalizados o no, por las prácticas físicas.
  • Las prácticas de la vida cotidiana de los grupos humanos que comúnmente no son reconocidos en el ámbito.
  • Los comportamientos tradicionales de géneros, desviados y transgresores respecto de “lenguaje del cuerpo” en la estructura social.

Conceptualización y caracterización

Fueron los pedagogos humanistas del renacimiento Defreitre, Mercuriolis, Montaigne, Comenius, Locke, Rousseau y Pestolosis, educadores que basaron sus doctrinas en el hombre, los primeros en ver la práctica de los ejercicios físicos como el sostén del conocimiento y expresión de las tradiciones en esta esfera cultural.

Aunque estos pedagogos no ofrecen una definición sobre las tradiciones físicas deportivas, sí promueven acciones educativas encaminadas al reconocimiento, preservación, transmisión y enriquecimiento de las tradiciones acumuladas por las prácticas físicas deportivas.

A partir de los siglos XVII y XVIII surgieron diferentes sistemas educativos en Inglaterra, Francia, Alemania y los países nórdicos, que se orientan hacia la enseñanza - aprendizaje de las actividades físicas, los que prestan atención a los bailes populares, las danzas folclóricas y cortesanas, así como a una pluralidad de actividades atléticas, militares y físicas en general contribuyeron al debate acerca de las tradiciones físicas deportivas y su educación en las nuevas generaciones.

Figuras como T. Arnold (1795-1842), en Inglaterra, devino en el eje principal que situó a Inglaterra, como cuna del deporte contemporáneo organizado, y cuya influencia logró extenderse por el mundo como fuerza incontenible, Guts Mutis, reconocido como el padre de gimnasia en Alemania.

Pestalozzi elaboró un método de enseñanza para la educación física conjuntamente con la educación laboral, la estética, la moral y la formación intelectual, interrelación que garantizaría el desarrollo armónico del hombre, entre otros permitieron que la educación física quedaba así incorporada definitivamente como una tradición al proceso de enseñanza, dándole gran importancia para la formación de la personalidad.

Estas ideas tendrán que esperar hasta finales del siglo XIX para imponerse, también contó con Francisco Amorós y Ondeano, una figura contradictoria y emblemática en la modernidad europea quien con la creación de un sistema de ejercicios de gran complejidad que animaron el mundo militar bajo un contexto histórico primero en España y luego en Francia, y ello permitió su extensión a las Américas donde durante los siglos XVIII y XIX a través de los hijos de las familias pertenecientes a las clases dominantes de los países que eran enviados a cursar estudios universitarios y técnicos a Europa y a su regreso eran portadores de esta tradición física deportiva de la vieja Europa en las cuales entró el sistema Amorós en nuestra América y aquí encontró un campo fértil para su propagación; en Cuba su sistema fue introducido por jóvenes cubanos estudiantes de medicina, que habían aprendido el método de Amorós durante sus estudios en París, entre ellos se destacan los hermanos Fernández de Castro.

En Suecia las figuras como F. Nachtegall (1777 -1847), P.E. Ling (1776 -1839) inician la tradición de la Gimnasia Correctiva o Gimnasia Sueca, la cual se orientó a la corrección de las deformaciones posturales, al movimiento humano en general y a la modelación del cuerpo como base de su comprensión de la educación física [1].

Estos sistemas educativos constituyen factores socializantes en la transmisión de las tradiciones físicas deportivas, los que se expandieron mediante un proceso de endoculturación y transculturación a través de los procesos coloniales que se llevan por las potencias europeas hacia el nuevo mundo.

La segunda mitad del siglo XX la Educación Física era del dominio de la pedagogía exclusivamente, en este punto es prudente recordar que no es hasta el desarrollo del capitalismo que se dan las condiciones económicas y socio políticas para la existencia de la escuela pública. El deporte por su parte no se institucionaliza hasta el propio siglo XX, la acumulación que hasta hoy ha tenido lugar parte de la tradición de pensamiento en gimnástica, educación física y sus prácticas, esta tradición ha permitido el desarrollo de los ideales educativos, éticos y estéticos de las escuelas que lo suscriben.

Aportaciones a la formación de tradiciones físicas deportivas se realizaron por los exsistemas socialistas de Europa del Este integrados por la Unión Soviética, Bulgaria, Checoslovaquia, República Democrática Alemana, Polonia, Hungria y Yugoslavia.

Estos aportes establecieron una educación física desde el movimiento humano, para el movimiento humano o a través del movimiento humano, la que marcará una tradición en el ámbito enseñanza de la educación física y del entrenamiento deportivo que contribuyeron a la socialización de estas prácticas en segunda mitad del siglo XX.

Esta teoría se basa en la actividad física deportiva como una construcción social refleja y recrea el contexto en el que se ha generado, por lo que todo intento de explicación sociológica de lo físico deportivo ha de remitir automáticamente al contexto social más amplio en el que dicho fenómeno tiene lugar y del cual es consecuencia y a la vez causa.

Las tradiciones físicas deportivas engloban un amplio repertorio de símbolos, valores y comportamientos que lo identifican y diferencian claramente de otras prácticas sociales, en tal sentido, delimita un ámbito cultural específico[2].

El proceso de adaptación de una persona a la dinámica de una determinada sociedad implica el concepto de socialización, la cual definen como la transmisión de las pautas culturales vigentes en un determinado grupo (enculturación) y la interiorización singular que hace de ellas cada persona y que, llegando a formar parte de su personalidad, le capacitan para desenvolverse con eficacia y soltura en el seno de la sociedad.

De lo que se infiere que el problema de la socialización adquiere al menos un doble planteamiento: por una parte, el proceso mediante el cual, la cultura física es adquirida por los sujetos sociales hasta el punto de llegar a incorporarse como parte de su personalidad singular; en este caso se refiere a la socialización física deportiva y por otra, el modo en que la cultura física deportiva, una vez adquirida, facilita o proporciona mecanismos y recursos para integrarse de un modo eficaz y positivo en el seno de la sociedad, en este caso se trata del proceso de socialización a través de la actividad física deportiva.

Agente socializador de la actividad física deportiva

  • Como primer agente socializador señalan a la familia que transfiere a sus nuevos miembros aquella parte de la memoria histórica física deportiva que se han incorporado y asentado como los hábitos que, asimilados de forma inconsciente, definen un sistema de disposiciones y percepciones que constituyen lentamente la personalidad. Es en el seno familiar donde se producen los procesos más sólidos de participación física -deportiva que se forman como tradiciones.
  • Como segundo agente socializador señalan al sistema educativo, donde la escuela a través de la cultura física penetra en el tejido social, fijando y reforzando determinados patrones de conducta, a través de una compleja red de relaciones simbólicas, también refuerza, consolida y hace brotar actitudes positivas frente a las prácticas físicas deportivas.
  • Como tercer agente socializador de este proceso conciben a la comunidad a través de la cual una persona que vive en sociedad adquiere la cultura física hasta tal punto de llegar a incorporarse como parte de su personalidad singular.

La socialización de la actividad física deportiva puede materializarse en diversas situaciones sociales: club, escuela, grupo informal, carrera popular, partidos amistosos. La socialización a través de la actividad física deportiva es un fenómeno muy complejo y heterogéneo, en el que influyen diversidad de variables: edad, género, posición social, nacionalidad, creencias religiosas y rasgos de la personalidad. Es el modo en el que la cultura física, una vez adquirida, facilita o proporciona al practicante mecanismos y recursos para integrarse de un modo eficaz en el seno de la sociedad.

Existe una diferenciación entre el potencial socializador de la actividad física deportiva como ámbito de adquisición de cualidades y la posibilidad de que éstas sean transferidas a otros ámbitos de la vida cotidiana[3].

Se va produciendo un proceso de endoculturación y transculturación de las tradiciones físicas deportivas que al ser asimilados por los diferentes grupos humanos a través de una cultura impuesta o transmitida mediante procesos de socialización van conformando el sistema de tradiciones de esta disciplina.

La actividad física deportiva es un fenómeno social polifacético y multilateral que ha ocupado históricamente un lugar destacado y cuya importancia continúa creciendo de manera impetuosa, abarca no solo la competición sino también la preparación especial que se realiza para la misma y las relaciones sociales que se establecen entre sus participantes[4].

Entre sus funciones sociales y al efectuar la caracterización de esta actividad Matvéev señala los relativos al deporte como patrón y en su función heurística, el deporte como medio de desarrollo, educación y preparación multifacéticos para la práctica vital; cumpliendo funciones de saneamiento y recreación, por sus propiedades estéticas donde goza de popularidad como espectáculo, así como por su significado económico que no es menos importante en la actualidad, de ahí que sean comprensibles las causas que acrecientan la atención al deporte y la educación física en la sociedad socialista.

Se puede definir a las tradiciones físicas deportivas como: Un conjunto de costumbres, hábitos, juegos, celebraciones, fiestas deportivas, conductas, actitudes, normas morales o valores formados históricamente mediante las prácticas físicas en las esferas de la Cultura Física, que reflejan, identifican y rigen a los grupos humanos que las practican, en un colectivo, comunidad, localidad, provincia, nación o pueblo; o época determinada, las cuales son transmitidas, conservadas y enriquecidas de generación en generación y determinados por los intereses de clases de dichos grupos.

Esta definición desde la perspectiva teórica metodológica permite identificar cuando un hecho histórico constituye una tradición física deportiva, clasificarla, caracterizarla e identificar sus funciones.

Rasgos que identifican a una tradición y constituye una tradición física deportiva

  • Es reconocido socialmente y aceptado por la mayoría en su práctica o disfrute como espectador.
  • Que una vez aceptado sea transmitido a la siguiente generación mediante la práctica u otras acciones socializantes.
  • Que la generación receptora enriquezca estas prácticas y las contextualice.
  • Que su práctica se realice de manera consciente y voluntaria como modo de actuación.

Las tradiciones físicas deportivas se agrupan y clasifican atendiendo a otras particularidades que la distinguen

Según la esfera de la cultura física a que pertenecen se agrupan en:

  • Tradiciones físicas recreativas
  • Tradiciones físicas terapéuticas
  • Tradiciones de la educación física
  • Tradiciones deportivas[5].

Funciones generales de las tradiciones físicas deportivas

  • Función axiológica: a través de ellas se desarrollan valores universales como la identidad, el patriotismo, la solidaridad, la responsabilidad entre otros y valores intrínsecos de las actividades físicas deportivas, como el cuidado del cuerpo, la caballerosidad deportiva, el juego limpio, el humanismo deportivo, entre otros.
  • Función socializadora: constituyen el vehículo transmisor que permite preservar, defender y enriquecer la memoria histórica de la cultura física y a través de esta se produce la cohesión del colectivo.
  • Función ideológica: son una expresión de la ideología de la clase o grupo portador y reflejan el ideal deportivo de estas.
  • Función identitaria: constituyen el sello que identifica la identidad cultural y el medio para su afianzamiento social.
  • Función educativa: a través de la transmisión de ellas se va produciendo el proceso educativo que va conformando los rasgos de la personalidad.

Referencias bibliográficas

Fuentes

  • Castro, Fidel. (1990). Discurso de clausura del Evento Internacional Pedagogía ’90. Granma. La Habana: Órgano oficial del Partido Comunista de Cuba
  • Constitución de la República de Cuba (1992). Granma. Órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.
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  • Heinemann, K. (2002). Deporte para inmigrantes: ¿instrumento de integración? Apunts. Educación Física y Deportes. 2(68), 24-35. Recuperado de: https://www.raco.cat/index.php/ApuntsEFD/article/view/306246
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  • Lagardera, F. (1997). Desarrollo sostenible en el deporte, el turismo y la educación física. Apunts de Educación Física y Deportes. 2(68), 70-79. Recuperado de: https://www.raco.cat/index.php/ApuntsEFD/article/view/306263
  • Martí, J. (1976). Escritos sobre la educación. Ciudad de la Habana: Editorial Ciencias Sociales
  • Marx, C. (1980). El Capital. La Habana: Editorial Ciencias Sociales.
  • Mayor, F. (1988). Una nueva perspectiva ética. El Correo de la UNESCO.
  • Reig, C. E. (2007). Para una historia de los deportes en Cuba (1800-1899). Revista Temas. 49
  • Reig, C. E. (2007). Historia del deporte cubano: los inicios, San Antonio de los Baños, provincia de La Habana. Artemisa: Editorial Unicornio
  • Salas, J. (1982). Historia de las instituciones deportivas en Holguín. Pleno Nacional de Historiadores del Deporte. La Habana.
  • Sánchez, B. (1999). Hacia una teoría de la Cultura Física Cubana: Una reflexión necesaria. Acción: Revista Cubana de la Cultura Física. 1
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  • Suárez, E. (2000). Memoria histórica, tradiciones y educación. Revista Cuba Socialista, 58,10-20.
  • Zaldívar, G (2004). Estudio sobre la educación del valor responsabilidad en los estudiantes universitarios de la Cultura Física (Tesis de Doctorado en Ciencias de la Cultura Física). Holguín: Facultad de Cultura Física “Manuel Fajardo”