Laura Martínez de Carvajal

Laura Martínez de Carvajal
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Primera mujer médico y oftalmóloga de Cuba
NombreLaura Martínez de Carvajal y del Camino
Nacimiento27 de agosto de 1869
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento24 de enero de 1941
Cotorro, La Habana, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónOftalmología

Laura Martínez de Carvajal y del Camino. La primera mujer médico de Cuba y también la primera oftalmóloga. Dotada de una tenacidad y valor fuera de lo común en una mujer, tuvo que batallar duro, enfrentar los convencionalismos y prejuicios de la sociedad cubana colonial para hacerse médico.

Síntesis biográfica

Nació el 27 de agosto de 1869, siendo la primera hija de una familia española adinerada, que tenía acceso a los círculos más selectos de la sociedad cubana. Desde pequeña demostró ser una niña precoz al saber leer a los cuatro años. Su familia se encargó de inculcarle los buenos modales y costumbres de la sociedad, sin dejar de lado los más nobles valores que debe poseer un ser humano.

El 15 de julio de 1889, Laura Martínez de Carvajal, se convirtió en la primera mujer graduada de médico en Cuba. Tuvo que sobreponerse a las burlas y comentarios ofensivos generados por su sola presencia en un aula donde todos eran hombres, no pocos de los cuales la calificaban de extravagante; padeció además, las trabas impuestas por algunos profesores.

Conoció al que posteriormente sería su esposo el Dr. Enrique López Veitía (gran oftalmólogo e iniciador de los Congresos Médicos en Cuba), en el Hospital Reina Mercedes, ubicado en 23 y L (lugar que en la actualidad ocupa la heladería Coppelia). Enrique quiso casarse enseguida pero el padre de Laura, se opuso, solicitando que su hija terminara la carrera y después el matrimonio. Cinco días después de haberse recibido de médico, el 20 de julio de 1889 contrajo matrimonio con el doctor Enrique López Veitía, uno de los oftalmólogos más brillantes de nuestro país en los finales del siglo XIX y principios del XX.

Imagen de juventud de Laura Martínez de Carvajal

Tuvo 7 hijos, a los que amamantó y cuidó, sin abandonar su trabajo en la policlínica e incluso en su casa, cuando ya la enfermedad de su esposo estaba muy avanzada y los enfermos lo visitaban en su casa de la calle Paseo y 1ra. Tenía predilección por las flores y los animales, fue miembro del Bando de Piedad (fundado y dirigido por aquellos años por Mrs Jeanette Ryder, que empleó toda su fortuna para recoger, niños y animales desamparados). La pintura la estudió en distintas ocasiones y su habilidad en este arte, le sirvió mucho para ilustrar sus escritos y un Atlas de fondo de ojo.

Su esposo fallece el 10 de febrero de 1910, a los 51 años de edad. Debido a esto en 1917, construye la finca “El Retiro”, donde instala una escuelita gratuita para los pobres, de la cual se hace cargo junto a María, una de sus 7 hijos.

Estudios

Cursa la enseñanza primaria en la escuela de señoritas de Manuela de Concha y Duval, profesora española de piano. Luego se traslada a cursar el bachillerato en el Colegio de San Francisco de Paula, donde se gradúa al cumplir los trece años, siendo la primera fémina graduada de Bachiller en Cuba. Con esta edad matricula junto a su hermano en la Universidad de la Habana donde simultaneó la Licenciatura en Ciencias Físico-Matemáticas con la de Medicina y Cirugía, razón por la cual su partida estudiantil refleja, detalladamente, las incidencias de la primera carrera, que cursó entre 1883 y 1888, e inmediatamente las de la segunda, que se extendió un año más. De las 19 asignaturas cursadas como parte de su primera especialidad, en 17 fue evaluada con nota de sobresaliente y en dos con notable. De las 24 que tuvo que vencer para ser médico, obtuvo también 17 sobresalientes, siete notables y un bueno. Además de estas calificaciones, alcanzó la nota máxima en sus dos ejercicios de grado, presentados el 30 de junio de 1888 y el 22 de junio de 1889.

A partir de entonces tuvo que imponerse a fuerza de respeto y constancia para hacer valer sus derechos en una sociedad que no admitía una mujer en esa posición, sin embargo a pesar de la adversidad conquistó el respeto y la admiración de sus compañeros con su trabajo diario. Recibe las clases teóricas de medicina en el Convento de Santo Domingo, y las prácticas de Anatomía, Clínica Quirúrgica, Patología, Operaciones y Disección se realizan en el Anfiteatro Anatómico ubicado en el antiguo Convento de San Isidro. En 1883 inicia su preparación clínica en pésimas condiciones en el hospital San Felipe Y Santiago, en los altos de la cárcel, donde se atendían a los presos. De allí se traslada al hospital San Francisco de Paula, en el cual mejoran sus condiciones de trabajo, donde cursa las asignaturas de Obstetricia y enfermedades de la mujer y el niño.

Debido a los prejuicios sociales existentes en nuestro país durante el Siglo XIX, la dirección de la universidad no le permitía practicar la disección de los cadáveres, junto con sus condiscípulos –todos del sexo masculino- en el Anfiteatro del Hospital de San Felipe y Santiago, que estaba ubicado en los altos de la cárcel de la ciudad. Tenía que realizar las prácticas sola, los sábados y domingos.

Su persistencia se puso de manifiesto entonces, porque necesitaba estudiar con los cadáveres, ya que de no hacerlo resultaba imposible conocer los detalles más importantes de la anatomía humana, que son imprescindibles para cualquier galeno.

Trayectoria laboral

Se graduó de la carrera de Físico – Matemática el 30 de junio de 1888. Enrique, su esposo, se había especializado en oftalmología y dirigía la Policlínica de Especialidades y sus archivos, y es precisamente en esta clínica donde comienza Laura a ejercer su profesión, convirtiéndose en la ayudante principal de su esposo y quedando a cargo de sus pacientes cuando él se veía imposibilitado de atenderlos.

Junto a su esposo asistió a numerosos congresos médicos que se realizaron el la época. También colaboró con el en gran cantidad de publicaciones como “Notas fisiológicas”, “Observaciones clínicas”, “Ocular leprosy”, así como en los tres volúmenes de “Oftalmología clínica”. De esta manera, no sólo llega a ser la primera mujer médico de Cuba, sino que también se convirtió en la primera oftalmóloga del país.

A consecuencia de la tuberculosis, enfermedad que aquejaba a su esposo Enrique, ella asume las operaciones y tratamientos oculares de los pacientes. La muerte del ser querido hace que abandone la profesión en la cúspide de su vida laboral. Apenas rebasaba los 41 años.

Muerte

Se le diagnosticó tuberculosis, y muere a causa de esta enfermedad el 24 de enero de 1941, con 72 años de edad en la Villa "El Retiro", en el municipio Cotorro.

Fuentes