Liberación de Venegas

Liberación de Venegas
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Liberación del poblado de Venegas por las fuerzas revolucionaria en combate contra el ejército de la tiranía.
Fecha:31 de octubre de 1958


Liberación de Venegas. El 31de octubre de 1958, fuerzas del Ejército Rebelde, bajo el mando directo de Camilo Cienfuegos, tomaron el cuartel de Venegas, liberando el poblado y las zonas aledañas.

Localización

La comunidad de Venegas se encuentra en la zona centro sur del municipio de Yaguajay a 24 km de la cabecera municipal. Posee una extensión territorial de 3 km², y está ubicada en las alturas de Santa Clara, a 160 m de altitud. Es el poblado cabecera del consejo popular del mismo nombre y limita al sur con el municipio de Taguasco, y con los consejos populares de Perea por el este y de Iguará al norte y oeste. Posee actualmente una población de 2 236 habitantes.

Su importancia estratégica en 1958 se debía a su posición junto al ferrocarril conocido por Línea Norte, que comunicaba Santa Clara con Nuevitas, utilizado por la tiranía para el envío de soldados y abastecimientos para la lucha contra los rebeldes. Asimismo, disponía de un cuartel de la guardia rural, con numerosos soldados y equipamiento.

Contexto

El 22 de agosto Camilo Cienfuegos abandonó la Zona de Providencia, en la Sierra Maestra, con su Columna Invasora integrada por 92 combatientes y armada con unas 82 armas rumbo al llano para penetrar, después de múltiples penalidades y extraordinarias muestras de heroísmo, en la antigua provincia de Las Villas el 7 de octubre de 1958.

Se propuso atacar las pequeñas guarniciones para posteriormente con más armas y combatientes asaltar las guarniciones grandes y liberar los pueblos de mayor importancia. Bajo esa estrategia se combatió entre octubre y diciembre de 1958 en Seibabo, Venegas, Zulueta en dos ocasiones, General Carrillo, Jarahueca, Iguará, Meneses, Mayajigua y Yaguajay, en cuyo cuartel y otras dependencias se habían hecho fuerte las tropas enemigas, por lo que se requirieron nueve días de batallar para tomarlo. La victoria en Yaguajay coincidió con la toma de la ciudad de Santa Clara por las tropas del Che y con la fuga del dictador Fulgencio Batista.

Desarrollo de las acciones

En cumplimiento del plan de acciones elaborado por el comandante Camilo Cienfuegos de interrumpir las comunicaciones del ejército de la tiranía por la Línea Norte del ferrocarril, así como por otras vías de la zona, el 31 de octubre de 1958 atacó con su tropa el cuartel del ejército ubicado en el poblado de Venegas.

Los preparativos consistieron en la determinación por parte de las milicias del Movimiento Revolucionario 26 de Julio de la cantidad de soldados en el cuartel y de la ubicación de posibles emboscadas en los accesos del poblado. El cuartel era una edificación de mampostería y techo de tejas, situado dentro del poblado, y el mismo poseía varias habitaciones interiores, celdas, establo de la caballería y patio.

A las 7:00 pm del 30 de octubre la columna rebelde de Camilo Cienfuegos partió desde su campamento en Jobo Rosado y luego de casi dos horas de camino por el terraplén de Meneses a Aguada de Carrillo pararon en una bodega para comprar y tomar refrescos y galletas. Los guerrilleros descansaron unas dos horas en ese lugar y Camilo agradeció la atención del bodeguero dándole 200 pesos para que surtiera el establecimiento. Después partieron hacia Venegas, llegando al poblado cerca de las 12:00 pm. Era ya el 31 de octubre. La noche estaba clara, con luna llena.

El cuartel estaba ubicado en una esquina, por lo que Camilo distribuyó su tropa de la siguiente forma: una parte atacaría por el frente y otro grupo por el costado que daba a la otra calle. El resto se emboscaría en el terraplén que iba de Venegas a Sancti-Spíritus. A la 1:15 el disparo de un rebelde dio muerte al soldado que se encontraba de posta en la parte trasera del cuartel mientras que por el frente una granada derribó la puerta de entrada. Camilo personalmente increpaba a los soldados que se rindieran sin más derramamiento de sangre. Se generalizó el tiroteo, pero el volumen de fuego de los rebeldes con sus ametralladoras Browning y los fusiles Garand y San Cristóbal fue impactante, por lo que pronto los soldados se entregaron.

Se capturaron 2 San Cristóbal, 8 Springfield, 18 revólveres, cerca de 1 000 balas 30-06, 800 balas de M-1, equipos militares de campaña, un radio de comunicación, una máquina de escribir y otros efectos. El enemigo tuvo 11 bajas, entre ellos 1 muerto, algunos heridos y el resto prisioneros. El cuartel fue incendiado y se cortó la línea telefónica.

El comandante rebelde y su tropa recorrieron el poblado, recibiendo los vivas de la casi totalidad de sus habitantes. Comerciantes y otros pobladores ofrecieron a los rebeldes refrescos y galletas como desayuno.

Camilo decidió quemar también la estación-almacén del ferrocarril, pero en la misma vivía el jefe de estación con su familia. La hija pequeña le suplicó “que no quemaran su casita”, por lo que en un aparte con el jefe de estación le dijo que esa misma noche se mudaran. En el transcurso del día el edificio ardió.

Los rebeldes llegaron de nuevo a su campamento a las 6:30 de esa mañana.

Paralelamente las milicias quemaron los puentes del ferrocarril, todos de madera, con lo cual quedaron interrumpidas las comunicaciones de la tiranía. Ello fue refrendado en la orden militar No. 29 del Ejército Rebelde, del 1 de noviembre, en la que se informaba a la población que “Por razones tácticas y siguiendo los planes estratégicos, queda prohibido el tránsito por carretera y ferrocarril…”

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Gabriel Pérez. Camilo, cronología de un héroe. Editorial Gente Nueva. La Habana, 1975. Págs. 54-56.
  • Camilo: Un corazón de comunista. Suplemento del periódico Granma. La Habana, 31 de diciembre de 1974. Págs. 43-44.